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EsposoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Divorcio. Bajo la ley mosaica el hombre podía divorciarse de su esposa (ella no tenía ese derecho). El esposo tenía que darle un certificado de divorcio. (Dt 24:1-4.) Jesucristo mostró que el divorcio se permitía en Israel como una concesión, debido a la dureza de corazón del pueblo. (Mt 19:8.) Sin embargo, si un hombre seducía a una muchacha virgen no comprometida, debía casarse con ella (a menos que su padre rehusara entregársela), y no podía divorciarse en toda la vida. (Dt 22:28, 29.)
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EsposoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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bajo la Ley Dios permitió la poligamia,
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EsposaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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La Ley protegía a la esposa. Aunque el esposo ocupaba la posición superior dentro del matrimonio, Dios requería que cuidase y proveyese lo necesario para su familia, tanto de manera material como espiritual. Además, sobre él recaía cualquier acción indebida de su familia. Por consiguiente, tenía una gran responsabilidad. A pesar de que disfrutaba de mayores privilegios que su esposa, la ley de Dios también la protegía a ella y le daba ciertos privilegios singulares para que pudiera llevar una vida feliz y productiva.
Algunos ejemplos de las disposiciones de la Ley que tenían que ver con la esposa son los siguientes: tanto el esposo como la esposa podían ser ejecutados por cometer adulterio. Si el esposo sospechaba de infidelidad oculta por parte de su esposa, podía llevarla al sacerdote para que Jehová Dios la juzgase. Si la mujer era culpable, sus órganos reproductivos se atrofiaban, pero si no lo era, se exigía que el esposo la dejase encinta, para así mostrar públicamente su inocencia. (Nú 5:12-31.) Un esposo podía divorciarse de su esposa si hallaba en ella algo indecente. Es probable que en este apartado entrasen cosas como mostrarle una gran falta de respeto o traer descrédito sobre la casa de él o la de su padre. No obstante, la esposa estaba protegida, porque se exigía que el esposo escribiera un certificado de divorcio. De este modo ella estaba libre para casarse con otro hombre. (Dt 24:1, 2.) El esposo podía invalidar un voto de su esposa si pensaba que era imprudente o perjudicial para el bienestar de la familia. (Nú 30:10-15.) No obstante, esto era una salvaguarda para la esposa, pues la protegía de cualquier acción precipitada que pudiera acarrearle dificultades.
La Ley mosaica permitía la poligamia, pero regulada de tal forma que protegía a la esposa. El esposo no podía transferir el derecho de primogenitura del hijo de una esposa menos amada al de su esposa favorita. (Dt 21:15-17.) Cuando un israelita vendía a su hija como sierva y el amo la tomaba como concubina pero no se complacía en ella, él podía dejar que fuese redimida, pero no podía venderla a un pueblo extranjero. (Éx 21:7, 8.) Si él o su hijo la habían tomado como concubina y después se habían casado con otra mujer, a ella se le tenía que seguir proveyendo alimento, ropa, abrigo y el débito conyugal. (Éx 21:9-11.)
En el caso de que un esposo acusase maliciosamente a su esposa de haber simulado ser virgen cuando se casó y su acusación resultase ser falsa, era castigado: tenía que pagar al padre de ella el doble del precio de una virgen y no podía divorciarse de ella en toda su vida. (Dt 22:13-19.) Si un hombre seducía a una virgen no comprometida, tenía que pagar el precio de matrimonio a su padre y, si este lo permitía, casarse sin la posibilidad de divorciarse de ella nunca. (Dt 22:28, 29; Éx 22:16, 17.)
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