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Las familias piadosas del pasado son un modelo para nuestros díasLa Atalaya 1995 | 15 de septiembre
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¿Es un abuso la jefatura?
Piense, por ejemplo, en la jefatura de la familia. En tiempos patriarcales, hombres como Abrahán, Isaac y Jacob fueron indiscutiblemente “cabezas de familia”. (Hechos 7:8, 9; Hebreos 7:4.) El nuevo manual de usos y costumbres de los tiempos bíblicos, de Ralph Gower, dice: “La familia era [...] ‘un pequeño reino’ que era gobernado por el padre. Él gobernaba sobre su mujer, hijos, nietos y siervos: sobre todos los pertenecientes a su casa”. En efecto, los patriarcas a menudo ejercían su autoridad también sobre las familias de sus hijos. (Compárese con Génesis 42:37.)
¿Significa eso que el hombre podía oprimir a su esposa e hijos? De ninguna manera. Es cierto que Dios le había dicho a Eva, la primera mujer: “Tu deseo vehemente será por tu esposo, y él te dominará”. (Génesis 3:16.) Pero aquellas palabras solo indicaron cómo les iría a las mujeres en general, no que esa debiera ser la situación entre los adoradores verdaderos de Dios. Los esposos temerosos de Dios debían tener presente Su propósito original. Jehová hizo a la mujer para que fuese una “ayudante como complemento” del hombre, no su esclava. (Génesis 2:20.) Los hombres piadosos de tiempos bíblicos reconocían que estaban sujetos a Dios y que eran responsables ante él, y por ello no abusaban de su autoridad. Lejos de tratar a sus esposas e hijos como meros esclavos, los patriarcas temerosos de Dios los trataban con amor y cariño verdaderos.
En Génesis 50:23 se da un cuadro del cariño que habitualmente se prodigaba a los hijos. Allí se dice respecto a los bisnietos de José: “Nacieron sobre las rodillas de José”. Aunque estas palabras pudieran significar sencillamente que José los reconoció como descendientes suyos, también pueden indicar que jugaba cariñosamente con ellos, meciéndolos sobre sus rodillas. Hoy, los padres hacen bien en mostrar a sus hijos un cariño como ese.
Por ser los cabezas de familia, estos patriarcas temerosos de Dios también satisfacían las necesidades espirituales de su familia. “Noé empezó a edificar un altar a Jehová [...] y a ofrecer ofrendas quemadas sobre el altar” en cuanto salió del arca, después del Diluvio universal. (Génesis 8:20; compárese con Job 1:5.) El fiel patriarca Abrahán dio un buen ejemplo al instruir personalmente a su familia. Él ‘dio mandato a sus hijos y a su casa después de él de modo que verdaderamente guardaran el camino de Jehová para hacer justicia y juicio’. (Génesis 18:19.) La jefatura amorosa contribuía de esta manera al bienestar emocional y espiritual de la familia.
Los cristianos de la actualidad siguen ese modelo. Ejercen su jefatura en cuestiones de adoración ayudando a la familia a cumplir con los requisitos de Dios y dando ellos mismos el ejemplo. (Mateo 28:19, 20; Hebreos 10:24, 25.) Al igual que los patriarcas, los esposos y padres cristianos también sacan tiempo para instruir personalmente a los miembros de su familia.
Se debe actuar con decisión
Cuando el patriarca Jacob por fin logró saldar la enorme deuda que tenía con su suegro, se preguntó: “¿Cuándo he de hacer algo yo también por mi propia casa?”. (Génesis 30:30.) Como todos los padres, Jacob sentía la responsabilidad de mantener a su familia, y trabajó arduamente con ese objetivo. Génesis 30:43 dice: “El hombre siguió aumentando más y más, y llegaron a ser suyos grandes rebaños, y siervas y siervos, y camellos y asnos”.
Sin embargo, parece que años más tarde, cuando Jacob se mudó a la tierra de Canaán, no se percató de que Dina, su hija, había adoptado la peligrosa costumbre de juntarse con los cananeos paganos.a (Génesis 34:1.) Tampoco tomó medidas cuando se enteró de que había objetos paganos en su casa. No obstante, después que Dina fue trágicamente ultrajada por un cananeo, Jacob actuó con decisión. “Aparten los dioses extranjeros que hay en medio de ustedes y límpiense”, ordenó. (Génesis 35:2-4.)
El padre cristiano debe salvaguardar la espiritualidad de la familia. Si se presentan serias amenazas a la salud espiritual de esta, como la introducción en el hogar de publicaciones inmorales o música perniciosa, debe actuar con decisión.
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Las familias piadosas del pasado son un modelo para nuestros díasLa Atalaya 1995 | 15 de septiembre
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a Debe notarse que antes Jacob había tomado medidas firmes para proteger a su familia de la influencia de los cananeos. Había construido un altar cuyo estilo, sin lugar a dudas, lo distinguía de sus vecinos cananeos. (Génesis 33:20; Éxodo 20:24, 25.) Además, asentó su campamento fuera de la ciudad de Siquem y cavó su propio pozo para abastecerse de agua. (Génesis 33:18; Juan 4:6, 12.) Por lo tanto, Dina debió comprender claramente que su padre no deseaba que se juntara con los cananeos.
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