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Es posible ser felices en un hogar divididoLa Atalaya 2012 | 15 de febrero
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Veamos, por ejemplo, el caso de un hermano de Nigeria que aceptó la verdad trece años después que su esposa. Él cuenta: “Yo iba viajando con un testigo de Jehová. De repente, su vehículo se estropeó, y él fue a la localidad más cercana para buscar a otros Testigos. Ellos nos hospedaron y nos atendieron como si nos conocieran de toda la vida. ¡Ese era el amor cristiano del que mi esposa siempre me había hablado!”.
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Es posible ser felices en un hogar divididoLa Atalaya 2012 | 15 de febrero
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Algo parecido le sucedió a un hombre del mismo país que se hizo Testigo como su esposa: “Los hermanos venían a nuestra casa o nos invitaban a la suya. Nos demostraron que les importábamos, sobre todo cuando estuve en el hospital y muchos fueron a visitarme”.
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