Se predica con constancia en la tierra del hielo y el fuego
ISLANDIA está situada en el Atlántico Norte, a mitad de camino entre América del Norte y Europa. Aunque queda justo debajo del círculo polar ártico, el clima es más suave de lo que cabría esperar gracias a que lo templa la corriente del Golfo. Se ha llamado a Islandia la tierra del hielo y el fuego, pues tiene el mayor glaciar de Europa y es una de las zonas volcánicas más activas del mundo. Son famosas sus fuentes termales y solfataras (azufrales), terrenos volcánicos que despiden vapores calientes y gases sulfurosos.
Los 260.000 habitantes de la segunda isla más grande de Europa son descendientes de los vikingos, que se establecieron en estas tierras hace más de once siglos. El islandés es esencialmente la misma lengua que el antiguo nórdico, el idioma escandinavo de la era vikinga. Apenas ha evolucionado debido a que a los islandeses les gusta leer sus antiguas sagas, escritas en su mayoría en el siglo XIII.
En el siglo XVI se comenzó a traducir la Biblia al islandés. En 1540 apareció el “Nuevo Testamento”, y en 1584, la Biblia completa. Más del 90% de la población pertenece a la Iglesia Evangélica Luterana, la religión oficial del Estado. Aunque hay una Biblia en casi todos los hogares, pocos creen que sea la Palabra de Dios. La mayoría de los islandeses tienen opiniones religiosas liberales y en general son librepensadores.
Las buenas nuevas llegan a Islandia
Los primeros islandeses que escucharon las buenas nuevas del Reino residían en Canadá. Entre ellos estaba Georg Fjölnir Lindal, de ascendencia y lengua islandesa. Poco después de dedicar la vida a Jehová Dios, se hizo predicador de las buenas nuevas de tiempo completo. En 1929, cuando contaba cuarenta años, llevó las buenas nuevas a los habitantes de la tierra del hielo y el fuego.
¡Qué tarea tan inmensa para una sola persona! Islandia mide unos 320 kilómetros de norte a sur y unos 500 de este a oeste. El perímetro de las costas, incluidos fiordos y ensenadas, es de unos 6.400 kilómetros. En aquel entonces no existían carreteras que merecieran tal nombre y casi no había automóviles ni otros medios de transporte modernos. Aun así, el hermano Lindal abarcó toda la isla en menos de diez años y distribuyó miles de libros. Viajaba en barco a lo largo de la costa y cuando visitaba las granjas del interior, llevaba dos caballos: uno en el que iba montado y otro en el que cargaba las publicaciones y sus pertenencias.
Durante casi dieciocho años, el hermano Lindal fue el único Testigo que había en Islandia. A pesar de su afán, nadie se puso de parte del Reino en aquel tiempo. Su larga obra en solitario terminó el 25 de marzo de 1947, fecha en que llegaron los primeros graduados de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Puede imaginarse el gozo que sintió cuando Jehová por fin respondió sus peticiones de más obreros para la siega. (Mateo 9:37, 38.) El hermano Lindal continuó sirviendo en Islandia hasta que regresó a Canadá, en 1953.
Más obreros para la siega
Los misioneros que llegaron en 1947 eran dos hermanos daneses. Dos años después llegaron más misioneros. Ayudados por unos cuantos Testigos que se habían mudado a Islandia prosiguieron con la predicación y lograron distribuir miles de publicaciones. Aunque el islandés medio es un lector ávido, muy pocos respondieron a la verdad. Después de plantar y regar durante veintisiete años, los pacientes hermanos comenzaron a ver los frutos de su trabajo. En 1956 siete nuevos se pusieron a favor del Reino y dedicaron su vida a Jehová.
En los últimos diez años, el número de publicadores del Reino ha aumentado a más del doble. En la actualidad hay un total de 280 proclamadores de las buenas nuevas distribuidos en siete congregaciones y un grupo aislado. Hagamos un recorrido por la isla para visitar estas congregaciones.
Los alrededores de la capital
Los hermanos que perseveraron todos esos años han recibido abundantes bendiciones. En la capital, Reykiavik, hay dos prósperas congregaciones. Se reúnen en un hermoso Salón del Reino situado en el mismo edificio que alberga la sucursal, que se dedicó en 1975.
Fridrik y Ada son dos de los siete que se bautizaron en 1956. “Recuerdo que celebrábamos las reuniones en un cuartito del ático donde vivían los misioneros —explica Fridrik—. Cabían doce sillas, pero a veces se presentaban más asistentes de lo acostumbrado y abríamos la puerta del cuartito contiguo. ¡Qué diferente es hoy, cuando dos congregaciones llenan el Salón del Reino!”
Fridrik estuvo a cargo del Departamento de Alimentación de las primeras asambleas que se celebraron. “Me encargaba en persona de la mayor parte del trabajo, y, al mismo tiempo, no era raro que tuviera a diario tres o cuatro discursos en el programa. Cuando trabajaba en la cocina, me ponía un mandil. Al llegar el momento de pronunciar un discurso, me ponía la chaqueta y entraba corriendo en el salón. En varias ocasiones los hermanos tuvieron que recordarme que me quitara el mandil. Ahora asisten a las asambleas de cuatrocientas a quinientas personas, entre las que se cuentan buenos ancianos que se encargan de secciones del programa. También hay muchos hermanos dispuestos a ayudar en el Departamento de Alimentación.”
La congregación más cercana a Reykiavik es Keflavík, a unos 50 kilómetros al oeste. El viaje transcurre por campos de lava. El 10% de la isla está cubierto de lava. La primera vegetación que aparece en estos campos son líquenes y musgos, aunque en los campos más antiguos hallará bayas silvestres y matas.
La congregación de Keflavík, formada en 1965, tiene diecinueve publicadores. Cerca de allí se hallan el aeropuerto internacional y una base militar estadounidense. Aunque los Testigos nunca han podido predicar de casa en casa en la base, han dirigido muchos estudios bíblicos allí, y varias personas han aprendido la verdad.
Otra congregación se halla en Selfoss, a 55 kilómetros al este de Reykiavik. Allí vemos campos de forraje y ganado vacuno y ovino; de hecho, en esta zona se halla la mayor granja lechera de Islandia. De camino pasamos por Hveragerdi, un pequeño pueblo situado en un valle pintoresco. Desde lejos observamos las columnas de vapor de las fuentes termales que hay por todo el valle. Es una de las zonas termales más grandes del país, y allí se han construido muchos invernaderos, que se calientan con estos recursos y donde se cultivan tomates, pepinos y flores.
En esta región hay una congregación pequeña, pero celosa, de diecinueve publicadores del Reino. Sigurdur y Gudrún Svava se mudaron de Reykiavik para apoyar este grupito cuando se formó la congregación en 1988. Sigurdur es el único anciano. Antes de hacerse testigo de Jehová, hace casi diez años, era un músico famoso que tocaba la batería en varias bandas. Hoy se gana la vida limpiando ventanas y enseñando música. Su estilo de vida en el mundo del entretenimiento le trajo muchos problemas, entre ellos el consumo de drogas, la bebida y un matrimonio roto. ¡Qué contento está ahora de tener propósito en la vida y servir a Jehová!
Hasta el extremo oriental
Tras dejar Selfoss, emprendemos un trayecto de 680 kilómetros, en su mayor parte por carreteras de grava estrechas y accidentadas. Nos dirigimos a la siguiente congregación, en la ciudad de Reydarfjördur, en la costa oriental. No ha pasado media hora y ya divisamos el Hekla, el volcán islándico más famoso. Ha entrado en erupción cuatro veces en lo que va de siglo.
En 1973 se produjo una espectacular erupción en las islas Vestmannaeyjar. Sus 5.300 habitantes fueron evacuados a tierra firme en cuestión de horas. Una vez que se reconstruyó la ciudad, la mayoría de la población fue regresando poco a poco. En la actualidad viven allí dos Testigos, que predican las buenas nuevas en esta pequeña comunidad. Después de conducir otras dos horas, se nos regala la vista con el hermoso panorama del glaciar de Vatna, cuya extensión de 8.300 kilómetros cuadrados lo convierte con diferencia en el mayor glaciar de Islandia. En el camino también dejamos atrás muchas hermosas cascadas y ríos.
Tras diez horas de carretera, llegamos a nuestro destino. En Reydarfjördur nos reunimos con los doce publicadores de la congregación más joven de Islandia. En esta zona no vivía ningún Testigo hasta que a finales de 1988 se abrió el hogar misional. Kjell e Iiris, una pareja de misioneros suecos que sirven en Islandia desde 1963, están asignados a predicar a las 15.000 personas de esta zona rural. Muchas viven en las aldeas pesqueras que se extienden a lo largo de unos 500 kilómetros de costa.
Kjell relata: “No hay duda de que Jehová ha bendecido ricamente la obra del Reino en esta parte de Islandia. El 1 de enero de 1993 se formó una congregación, y estamos dirigiendo muchos buenos estudios bíblicos con personas que progresan adecuadamente. Aunque los medios de transporte han cambiado desde la época en que el hermano Lindal iba a caballo, no es fácil conducir por los puertos de montaña cuando las carreteras están heladas en los oscuros meses invernales, aun yendo en un todoterreno con tracción en las cuatro ruedas. En cierta ocasión el vehículo patinó, se salió de la carretera helada y dio dos o tres vueltas de campana por una pendiente. Gracias a Dios salimos ilesos”.
Después de treinta años en Islandia, Iiris dice: “A lo largo de los años han venido muchos hermanos extranjeros a ayudar. Aunque la mayoría ha tenido que irse por diversas razones, ciertamente han contribuido mucho a la obra de plantar y regar. Estamos contentos de habernos podido quedar, pues ahora tenemos el privilegio de ver la recogida de la cosecha. Jehová también acelera su obra en este país”.
Gran parte del aumento se ha debido a que los nuevos dan testimonio a sus compañeros de trabajo. Atli aprendió la verdad con los misioneros y se puso a hablar a los empleados de la empresa de construcción donde trabajaba. Dos de sus compañeros ya predican y uno de ellos se bautizó con su esposa en agosto de 1992. Un tercer compañero también ha estudiado con los Testigos.
Seguimos la ruta norte
Abandonamos Reydarfjördur con dirección al oeste. La siguiente congregación está a 300 kilómetros, en la ciudad de Akureyri. A principios de los años cincuenta se asignaron predicadores especiales de tiempo completo para que trabajaran allí. Desde el principio la obra se topó con la intensa oposición de algunos clérigos. Publicaron artículos en el periódico local para prevenir a la gente contra los testigos de Jehová. Muchas personas de la localidad practicaban el espiritismo. No obstante, gracias al aguante y la paciencia de varios precursores y misioneros, hoy hay una congregación de 35 publicadores llena de celo y amor.
Fridrik, uno de los ancianos de la congregación, era pescador. Cuando asistió a la asamblea de distrito de 1982, se convenció de que estaba aprendiendo la verdad. Regresó a Akureyri resuelto a dar testimonio a su familia, amistades y compañeros de trabajo. Fridrik hizo planes de dejar la pesca y así tener más tiempo para la congregación. Le dijo a su compañera, Helga, que no podían seguir viviendo juntos hasta que se casaran, pues iba a hacerse testigo de Jehová. También quería que ella estudiara la Biblia, ya que no iba a ‘casarse con una incrédula’. (1 Corintios 7:39.) Recibió la grata sorpresa de que Helga comenzara a estudiar. Se casaron en abril de 1983 y se bautizaron poco después. Con el tiempo también aceptaron la verdad la madre y la hermana de Fridrik.
La última parada es Akranes, a 350 kilómetros de Akureyri, después de pasar tres cordilleras y atravesar muchos valles hermosos. En esta región la carretera está pavimentada, de forma que se conduce mucho mejor que en las accidentadas y angostas carreteras de grava por las que viajamos durante la mayor parte del itinerario. En Akranes tenemos la congregación más pequeña de Islandia: cinco publicadores, de los cuales dos sirven de ancianos. La congregación está formada por dos familias que respondieron a la llamada de Macedonia, dejaron una de las congregaciones más grandes de Reykiavik y se afincaron en esta pequeña población para servir donde había más necesidad. (Hechos 16:9, 10.) Llevan más de dos años predicando con paciencia las buenas nuevas en este territorio, con la confianza de que Jehová hará crecer la obra. (1 Corintios 3:6).
Buenas perspectivas de aumento
Valiéndose de invernaderos que se calientan con energía geotérmica y que tienen iluminación artificial, los agricultores islandeses han logrado producir una gran variedad de frutas, verduras y otras plantas. De igual modo, los Testigos, equipados con la verdad espiritual, el calor de la persuasión amable y la bendición del espíritu de Jehová, han obtenido maravillosos resultados en el campo islándico.
Este año asistieron a la Conmemoración de la muerte de Cristo 542 personas y se están dando casi 200 estudios bíblicos en los hogares. Además, la buena respuesta que ha habido a la invitación a servir en territorios no asignados nos da razón para confiar en que todas las personas semejantes a ovejas que hay en esta isla oirán la voz del Pastor Excelente, Jesucristo. (Juan 10:14-16.) ¡Qué resultado tan gozoso para los fieles proclamadores del Reino que han tenido tanta paciencia y aguante al predicar las buenas nuevas en la tierra del hielo y el fuego durante los pasados sesenta y cuatro años!
[Mapas en la página 24]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Akureyri
Akranes
Keflavík
Selfoss
Vestmannaeyjar
Reydarfjördur
Hekla
Geysir
GLACIAR DE VATNA
REYKIAVIK
[Reconocimiento]
Elaborado a partir de un mapa de Jean-Pierre Biard