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Jóvenes, ¡alaben a Jehová!La Atalaya 2005 | 15 de junio
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Supongamos que un buen amigo tuyo poseyera una habilidad sorprendente —tal vez para los deportes, el arte o la música—. ¿Les hablarías de él a tu familia y a otros amigos? Claro que lo harías. Pues bien, conocer todo cuanto Jehová ha hecho puede producir en nosotros el mismo efecto. Por ejemplo, Salmo 19:1, 2 dice que los cielos estrellados “hace[n] salir burbujeando el habla”. En cuanto a nosotros, cuando reflexionamos en los impresionantes logros de nuestro Dios, Jehová, difícilmente podemos contenernos de hablar acerca de él.
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Jóvenes, ¡alaben a Jehová!La Atalaya 2005 | 15 de junio
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Existe otro motivo más para alabar a Jehová. Recuerda el ejemplo que pusimos sobre tu talentoso amigo. Si escucharas a otras personas diciendo falsedades sobre él y difamándolo, ¿no te sentirías aún más determinado a defenderlo? Pues a Jehová también se le difama mucho en este mundo (Juan 8:44; Revelación 12:9). Por lo tanto, quienes lo amamos nos sentimos impulsados a decir la verdad sobre él, a poner las cosas en su sitio. ¿Quisieras tú también expresar tu amor y gratitud a Jehová, y demostrar que prefieres someterte a él y no a su principal enemigo, Satanás? Puedes lograr todo esto alabando a Jehová.
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