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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1986 | 15 de julio
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Esta ilustración se registra en Lucas 12:16-21. El hombre rico de dicha ilustración no estaba satisfecho con la cantidad de bienes que poseía. Él seguía concentrando la atención en su negocio para aumentar sus riquezas. Jesús concluyó la ilustración diciendo: “Pero Dios le dijo [al hombre rico]: ‘Irrazonable, esta noche exigen de ti tu alma. Entonces, ¿quién ha de tener las cosas que almacenaste?’. Así pasa con el hombre que atesora para sí, pero no es rico para con Dios”.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1986 | 15 de julio
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Sin embargo, hacemos bien en no permitir que detalles técnicos de la gramática ofusquen la clara admonición que Jesús dio acerca del materialismo. Su propósito no era detallar cómo el hombre rico moriría. El punto era que de algún modo aquel hombre iba a perder su alma, o vida, esa misma noche. Pero, ¿cómo estaba su relación con Dios? De igual manera, cualquiera de nosotros podría llegar a estar absorto en mejorar su situación económica y no llegar a ser rico para con Dios. El mundo de los negocios fomenta un espíritu de ‘siempre querer más’. Hasta personas cuyas empresas dan ganancias considerables que ascienden a millones de dólares, pesos o pesetas a consecuencia de sus ventas, tal vez estén tentados a ambicionar más... más empleados, más ventas, más ganancias, más lujos, más dinero en el banco. La pregunta de Jesús es tan válida hoy día como lo fue cuando la planteó: “Entonces, ¿quién ha de tener las cosas que almacenaste?”. (Lucas 12:20.)
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