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Declaran las buenas nuevas sin aflojar el paso (1942 - 1975)Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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La humanidad se hundió más y más en el cenagal de la inmoralidad sexual. Mediante La Atalaya, otras publicaciones y programas de asambleas, se fortaleció al pueblo de Jehová para que ‘estuviera firme en la fe’ durante aquella turbulenta década. (1 Cor. 16:13.)
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Declaran las buenas nuevas sin aflojar el paso (1942 - 1975)Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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La revolución sexual de los años sesenta afectó también a los testigos de Jehová. De hecho, durante aquellos años varios miles de ellos —una parte pequeña de la cantidad total— tuvieron que ser expulsados, en la mayoría de los casos, por inmoralidad sexual. Por eso, con buena razón el pueblo de Jehová recibió consejo directo en una serie de asambleas de distrito celebradas en 1964. Lyle Reusch, superintendente viajante natural de Saskatchewan (Canadá), recuerda el discurso “Manteniendo pura y casta la organización de siervos públicos”. Reusch dijo: “En un discurso sencillo y con un lenguaje franco y preciso se explicó con claridad todo lo relativo a las cuestiones morales”.
En español la información del discurso se publicó en La Atalaya del 15 de mayo de 1965. Entre otras cosas, dijo: “Muchachas, no se hagan ustedes una toalla sucia para uso público, disponible para las manos sucias de cualquier tratante con rameras, cualquier ‘perro’ simbólico”. (Compárese con Revelación 22:15.)
Aquel consejo franco tenía el fin de ayudar a los testigos de Jehová como pueblo a mantenerse en una condición moral limpia, listos para seguir proclamando el mensaje del Reino. (Compárese con Romanos 2:21-23.)
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