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InciensoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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En el extremo occidental del compartimiento Santo del tabernáculo, al lado de la cortina que lo separaba del Santísimo, estaba situado el “altar del incienso”. (Éx 30:1; 37:25; 40:5, 26, 27.) También había un altar de incienso similar en el templo de Salomón. (1Cr 28:18; 2Cr 2:4.) Sobre esos altares se quemaba el incienso sagrado todas las mañanas y todas las tardes. (Éx 30:7, 8; 2Cr 13:11.) Una vez al año, en el Día de Expiación, se llevaban brasas del altar en un incensario o braserillo, junto con dos puñados de incienso, dentro del Santísimo, donde se hacía humear el incienso delante del propiciatorio del arca del testimonio. (Le 16:12, 13.)
El sumo sacerdote Aarón fue el primero en ofrecer el incienso sobre el altar. (Éx 30:7.) Sin embargo, su hijo Eleazar recibió la superintendencia del incienso y otros utensilios del tabernáculo. (Nú 4:16.)
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