Uno de ellos le habló a un compañero de pesca sobre el Reino de Dios. Rápido, el hombre vio la diferencia entre las doctrinas de su iglesia y lo que enseña la Biblia. Su esposa y sus cuatro hijos también mostraron interés. Todos comenzaron a estudiar la Biblia y progresaron sin demora. De los seis, ya cuatro están bautizados, y dos de los hijos adelantan hacia la misma meta.

Los miembros de una congregación fueron en una barca a predicar a una pequeña isla. Como el servicio de transporte en barca es tan irregular, los nativos llaman a la isla kadamakudi (“sal-si-puedes”). Los Testigos conocieron allí a Johny y a su esposa, Rani. Aunque católicos de nacimiento, ambos asistían a un centro de meditación, al que donaban todo el dinero que podían. Debido al gran interés que Johny mostró por el mensaje de la verdad bíblica, se inició un estudio con él. Empezó a contar a otros sobre su nueva fe y logró dejar el vicio del cigarrillo y el alcohol.

Como su trabajo estaba en conflicto con las Escrituras, tuvo que dejarlo. Al principio, la familia pasó por estrecheces; pero Johny pronto encontró la forma de ganarse el sustento capturando y vendiendo cangrejos. Él se bautizó en septiembre de 2006, y su esposa y sus dos hijos hicieron lo mismo un año después. La esperanza de vivir eternamente en un paraíso les ha cambiado por completo su forma de ver la vida (Salmo 97:1; 1 Juan 2:17).

Johny y su esposa, Rani