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“¡Ahí es donde quiero empezar!”Anuario de los testigos de Jehová 2016
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La predicación en Java
Frank Rice llegó en 1931 a Yakarta, una ciudad grande y bulliciosa en la isla de Java. Sin perder un segundo, alquiló una habitación y la abarrotó de cajas de publicaciones. La dueña de la casa se quedó boquiabierta al ver semejante espectáculo.
Frank Rice y Clem Deschamp en Yakarta
“Al principio, me sentía perdido y echaba de menos mi hogar —contó Frank—. La gente se paseaba vestida con trajes blancos de algodón y sombreros de explorador, mientras yo me achicharraba de calor con la ropa que traje de Australia. Para colmo, no hablaba nada de holandés ni de indonesio. Después de orar a Jehová para que me guiara, pensé que tenía que haber personas que hablaran inglés en la zona de negocios. Empecé a predicar allí y, sorprendentemente, me fue de maravilla”.
Como la mayoría de la gente hablaba holandés, Frank estudió mucho para lograr un conocimiento básico del idioma y pronto comenzó a predicar de casa en casa. También se puso a estudiar indonesio y con el tiempo consiguió dominarlo. “El problema era que no tenía publicaciones en indonesio —dijo Frank—. Pero entonces Jehová permitió que encontrara un maestro que se interesó por la verdad y accedió a traducir el folleto ¿Dónde están los muertos? Con el tiempo, se tradujeron otros folletos, lo que ayudó a muchas más personas de habla indonesia a interesarse en el mensaje”.
En noviembre de 1931, llegaron a Yakarta dos precursores australianos, Clem Deschamp, de 25 años y Bill Hunter, de 19. Clem y Bill trajeron una de las primeras casas rodantes que se vieron en Indonesia, que les sirvió de hogar. Después de aprender unas pocas frases en holandés, emprendieron una gira de predicación por las ciudades más grandes de Java.
Charles Harris con su bicicleta y su casa rodante
Siguiéndoles los pasos desde Australia, vino Charles Harris, otro precursor incansable. Charles llegó en 1935 y predicó en la mayor parte del territorio de Java, usando para desplazarse una casa rodante y una bicicleta. Algunos años llegó a distribuir unas 17.000 publicaciones en árabe, chino, holandés, inglés e indonesio.
La cantidad de publicaciones que Charles distribuía llamó la atención de algunas personas. Por ejemplo, un funcionario de Yakarta le preguntó a Clem Deschamp:
—¿A cuánta gente tienen trabajando en Java Oriental?
—Solo a uno —contestó el hermano Deschamp.
—¿Espera que le crea? —respondió bruscamente el funcionario—. Deben tener a un ejército de trabajadores allí, a juzgar por el número de publicaciones distribuidas por todas partes.
Estos primeros precursores se mantuvieron muy activos para llegar a la mayor cantidad de personas posible. “Recorrimos la isla de punta a punta, y pocas veces volvimos a conversar con la misma persona”, contó Bill Hunter. Durante esos años, se sembraron muchísimas semillas espirituales que más tarde dieron lugar a una rica cosecha (Ecl. 11:6; 1 Cor. 3:6).
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