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  • Jehová humilla a una ciudad arrogante
    Las profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
    • “Descanso de tu dolor”

      17, 18. ¿Cómo beneficiará a Israel la derrota de Babilonia?

      17 La caída de Babilonia supondrá un alivio para Israel. Significará liberación del cautiverio y la oportunidad de regresar a la Tierra Prometida. Por lo tanto, Isaías pasa a decir: “Jehová mostrará misericordia a Jacob, y con certeza todavía escogerá a Israel; y realmente les dará descanso sobre su suelo, y el residente forastero tiene que unirse a ellos, y tienen que adherirse a la casa de Jacob. Y los pueblos realmente los tomarán y los llevarán a su propio lugar, y la casa de Israel tiene que tomarlos para sí como posesión sobre el suelo de Jehová, como siervos y como siervas; y tienen que llegar a ser los apresadores de aquellos que los tenían cautivos, y tienen que tener en sujeción a aquellos que los obligaban a trabajar” (Isaías 14:1, 2). En este pasaje, “Jacob” hace referencia a Israel en conjunto, a las doce tribus. Jehová mostrará misericordia a “Jacob” permitiendo el regreso de la nación. Con ella irán miles de extranjeros, muchos de los cuales servirán a Israel como esclavos del templo. Algunos israelitas incluso tendrán autoridad sobre sus antiguos captores.c

      18 La angustia de vivir en el exilio habrá desaparecido. En su lugar, Jehová dará a su pueblo “descanso de [su] dolor y de [su] agitación y de la dura esclavitud en la que [fue] hecho esclavo” (Isaías 14:3). Una vez liberado de las cadenas literales de la esclavitud, Israel ya no padecerá el dolor ni la agitación de vivir entre quienes adoran a dioses falsos (Esdras 3:1; Isaías 32:18). El libro Lands and Peoples of the Bible (Tierras y pueblos de la Biblia) dice al respecto: “Las características de los babilonios se vieron reflejadas en sus dioses, incluso sus peores defectos. Eran cobardes, borrachos y necios”. Escapar de un ambiente religioso tan degenerado constituiría un auténtico alivio.

      19. ¿Qué se requiere para que Israel obtenga el perdón de Jehová, y qué aprendemos de ello?

      19 Sin embargo, la misericordia de Jehová no es incondicional. El pueblo debe mostrar que siente remordimiento por su maldad, la cual ocasionó el severo castigo divino (Jeremías 3:25). Si confiesan sus pecados de manera franca y sentida, Jehová los perdonará (véase Nehemías 9:6-37; Daniel 9:5). El mismo principio es aplicable actualmente. “No hay hombre que no peque”, así que todos necesitamos que Jehová se apiade de nosotros (2 Crónicas 6:36). Puesto que es un Dios misericordioso, nos anima a confesarle los pecados, arrepentirnos y dejar de practicar el mal para que seamos sanados (Deuteronomio 4:31; Isaías 1:18; Santiago 5:16). Dar tales pasos no solo nos ayuda a recobrar su favor, sino que también nos consuela (Salmo 51:1; Proverbios 28:13; 2 Corintios 2:7).

      Un “dicho proverbial” contra Babilonia

      20, 21. ¿Cómo se regocijan los vecinos de Babilonia cuando esta cae?

      20 Más de cien años antes de que Babilonia sea la potencia mundial preeminente, Isaías predice cómo reaccionará el mundo ante su caída. Proféticamente, ordena a cada uno de los israelitas liberados de Babilonia: “Tienes que levantar este dicho proverbial contra el rey de Babilonia y decir: ‘¡Cómo ha cesado el que obligaba a otros a trabajar, cómo ha cesado la opresión! Jehová ha quebrado la vara de los inicuos, el bastón de los que gobernaban, el que golpeaba a los pueblos en furor con un golpe incesantemente, el que sojuzgaba a las naciones en consumada cólera con una persecución sin restricción’” (Isaías 14:4-6). Babilonia se ha ganado a pulso la reputación de conquistadora, de opresora que convierte a la gente libre en esclavos. Por tanto, resulta muy adecuado que su caída se celebre con un “dicho proverbial” dirigido principalmente contra la dinastía babilónica, una dinastía que, iniciándose en Nabucodonosor y terminando en Nabonido y Belsasar, ha presidido los días de gloria de la gran ciudad.

      21 ¡Qué distinto será cuando caiga! “Toda la tierra ha entrado en descanso, ha quedado libre de disturbio. La gente se ha puesto alegre con clamores gozosos. Hasta los enebros se han regocijado también a causa de ti, los cedros del Líbano, diciendo: ‘Desde que has yacido, no sube contra nosotros ningún cortador de leña’.” (Isaías 14:7, 8.) Los gobernantes de Babilonia consideraban a los reyes de las naciones circundantes como árboles que podían cortarse y utilizarse para sus propios fines. Pues bien, esos días terminaron. El leñador babilonio ha talado su último árbol.

      22. ¿Cómo afecta al Seol, en sentido poético, la caída de la dinastía babilónica?

      22 Tan asombrosa es la caída que el propio sepulcro se estremece: “Aun el Seol debajo se ha agitado a causa de ti a fin de venir a tu encuentro a tu llegada. A causa de ti ha despertado a los que están impotentes en la muerte, a todos los caudillos de la tierra semejantes a cabras. Ha hecho que todos los reyes de las naciones se levanten de sus tronos. Todos ellos se expresan y te dicen: ‘¿A ti mismo también se te ha hecho débil como nosotros? ¿A nosotros se te ha hecho comparable? Al Seol ha sido bajado tu orgullo, el estruendo de tus instrumentos de cuerda. Debajo de ti, las cresas están extendidas como lecho; y gusanos son tu cubierta’” (Isaías 14:9-11). Se trata, desde luego, de una impactante imagen poética. Es como si la sepultura común de la humanidad despertara a todos aquellos reyes que han precedido en la muerte a la dinastía babilónica para que reciban a la recién llegada. Se mofan de la impotente Babilonia, que yace en un lecho de cresas, no en un diván costoso, y está cubierta de gusanos, no de lujosas prendas de lino.

      “Como un cadáver pisoteado”

      23, 24. ¿A qué extremo llega la arrogancia de los reyes de Babilonia?

      23 Isaías prosigue con su dicho proverbial: “¡Oh, cómo has caído del cielo, tú, el resplandeciente, hijo del alba! ¡Cómo has sido cortado a tierra, tú que estabas incapacitando a las naciones!” (Isaías 14:12). El orgullo egoísta impulsa a los monarcas de Babilonia a ensalzarse por encima de los reyes vecinos. Ejercen su poder y autoridad con arrogancia, como una estrella que brilla con intensidad en el cielo del amanecer. La conquista de Jerusalén por parte de Nabucodonosor, una hazaña que Asiria no pudo lograr, constituye un especial motivo de orgullo. La declaración proverbial pone en labios de la orgullosa dinastía babilónica las siguientes palabras: “A los cielos subiré. Por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré sobre la montaña de reunión, en las partes más remotas del norte. Subiré por encima de los lugares altos de las nubes; me haré parecer al Altísimo” (Isaías 14:13, 14). ¿Podría haber mayor desvergüenza?

      24 En la Biblia, a los reyes del linaje de David se les asemeja a estrellas (Números 24:17). De David en adelante, aquellas “estrellas” gobernaron desde el monte Sión. Una vez que Salomón construyó el templo de Jehová en Jerusalén, el nombre Sión pasó a designar a la entera ciudad. Bajo el pacto de la Ley, todo varón israelita estaba obligado a viajar a Sión tres veces al año, por lo que se convirtió en “la montaña de reunión”. Con su determinación de subyugar a los reyes de Judá y luego desarraigarlos de aquella montaña, Nabucodonosor manifiesta su intención de elevarse por encima de tales “estrellas”. En vez de atribuir el mérito de su victoria sobre ellas a Jehová, en realidad se coloca con arrogancia en el lugar de este.

      25, 26. ¿Qué vergonzoso final tiene la dinastía babilónica?

      25 A la orgullosa dinastía babilónica le espera un serio revés. Babilonia no se alzará, ni mucho menos, por encima de las estrellas de Dios. Jehová declara algo muy distinto: “Al Seol se te hará bajar, a las partes más remotas del hoyo. Los que te ven fijarán su mirada aun en ti; harán un examen minucioso hasta de ti, y dirán: ‘¿Es este el hombre que estuvo agitando la tierra, que estuvo haciendo mecerse los reinos, que hizo que la tierra productiva fuera como el desierto y que derribó sus mismísimas ciudades, que no abrió el camino hacia casa siquiera a sus prisioneros?’” (Isaías 14:15-17). La ambiciosa dinastía bajará al Hades (Seol), tal como cualquier ser humano.

      26 ¿Qué será, pues, de la nación que conquistó reinos, arrasó campos de labor y derribó un sinnúmero de ciudades? ¿Qué será de la potencia mundial que hizo cautivos y nunca les permitió volver a su tierra? La dinastía babilónica ni siquiera tendrá un entierro digno. Dice Jehová: “Todos los otros reyes de las naciones, sí, todos ellos, han yacido en gloria, cada uno en su propia casa. Pero en cuanto a ti, tú has sido arrojado sin sepultura para ti, como un brote detestado, vestido de muertos atravesados por la espada que bajan a las piedras de un hoyo, como un cadáver pisoteado. No llegarás a unirte con ellos en un sepulcro, porque arruinaste tu propia tierra, mataste a tu propio pueblo. Hasta tiempo indefinido la prole de los malhechores no será nombrada” (Isaías 14:18-20). En el mundo antiguo, ser privado de un entierro honorable era una vergüenza para un rey. Por tanto, ¿qué puede decirse de la dinastía real de Babilonia? Es verdad que sus reyes probablemente reciben sepultura con honores, pero la dinastía imperial de descendientes de Nabucodonosor queda repudiada “como un brote detestado”. Es como si la arrojaran en una tumba anónima, como un simple soldado de a pie caído en combate. ¡Qué humillación!

      27. ¿En qué sentido sufrirán por el error de sus antepasados las generaciones futuras de babilonios?

      27 El dicho proverbial concluye con las últimas órdenes para los medos y persas conquistadores: “Preparen ustedes un tajo para los propios hijos de él a causa del error de los antepasados de ellos, para que no se levanten y realmente tomen posesión de la tierra y llenen de ciudades la haz de la tierra productiva” (Isaías 14:21). Babilonia caerá para siempre, y su dinastía gobernante será desarraigada. No resurgirá nunca. Las generaciones futuras de babilonios sufrirán a causa del “error de [sus] antepasados”.

      28. ¿Cuál fue la causa del pecado de los reyes de Babilonia, y qué aprendemos de ello?

      28 La sentencia que se pronuncia contra la dinastía babilónica encierra una valiosa lección para nosotros. La causa del pecado de aquellos reyes fue su desmesurada ambición (Daniel 5:23). Sedientos de poder, querían dominar a otros seres humanos (Isaías 47:5, 6). Y ansiaban recibir gloria de los hombres, algo que en justicia solo corresponde a Dios (Revelación [Apocalipsis] 4:11). Sirva esto de advertencia a cuantos tienen autoridad, incluso en la congregación cristiana. La ambición y el orgullo egoísta son características que Jehová no tolerará, ni a individuos ni a naciones.

      29. ¿De qué fue reflejo el orgullo y la ambición de los gobernantes babilonios?

      29 El orgullo de los gobernantes babilonios fue reflejo del espíritu del “dios de este sistema de cosas”, Satanás el Diablo (2 Corintios 4:4). Él también está sediento de poder y anhela ensalzarse por encima de Jehová Dios. Igual que sucedió con el rey de Babilonia y los pueblos a los que subyugó, la ambición impía de Satanás ha acarreado miseria y sufrimiento a toda la humanidad.

      30. ¿Qué otra Babilonia se menciona en la Biblia, y qué disposición ha demostrado?

      30 Por otra parte, el libro de Revelación habla de una segunda Babilonia: “Babilonia la Grande” (Revelación 18:2). Esta organización, el imperio mundial de la religión falsa, también ha manifestado una disposición orgullosa, opresiva y cruel. Por consiguiente, cuando llegue el momento que Dios ha estipulado, ella también deberá enfrentarse a un “día de Jehová” y sufrir destrucción (Isaías 13:6). Desde 1919 ha resonado este mensaje por toda la Tierra: “¡Babilonia la Grande ha caído!” (Revelación 14:8). Esta sufrió una caída cuando no pudo retener cautivo al pueblo de Dios, y pronto será destruida por completo. Acerca de la antigua Babilonia, Jehová ordenó: “Páguenle conforme a su actividad. Conforme a todo lo que ha hecho, háganle a ella. Porque es contra Jehová contra quien ha obrado presuntuosamente, contra el Santo de Israel” (Jeremías 50:29; Santiago 2:13). Babilonia la Grande recibirá una sentencia similar.

      31. ¿Qué le ocurrirá pronto a Babilonia la Grande?

      31 Por lo tanto, la declaración final de esta profecía no solo es aplicable a la Babilonia de la antigüedad, sino también a Babilonia la Grande: “Ciertamente me levantaré contra ellos [...]. Y ciertamente cortaré de Babilonia nombre y resto y descendencia y posteridad [...]. Y ciertamente la haré posesión de puercos espines y estanques de agua llenos de cañas, y ciertamente la barreré con la escoba de la aniquilación” (Isaías 14:22, 23). Las desoladas ruinas de la antigua Babilonia son una muestra de lo que Dios pronto hará con Babilonia la Grande. ¡Qué consuelo para los amantes de la adoración verdadera! Y también es un estímulo para impedir a toda costa que aniden en nosotros las características satánicas del orgullo, la arrogancia o la crueldad.

  • Jehová humilla a una ciudad arrogante
    Las profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
    • [Ilustraciones de la página 186]

      Lo mismo que la Babilonia antigua, Babilonia la Grande se convertirá en un montón de ruinas

  • El consejo de Jehová contra las naciones
    Las profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
    • 1. ¿Qué sentencia contra Asiria escribe Isaías?

      AUNQUE Jehová puede valerse de las naciones para disciplinar a su pueblo por su maldad, de ningún modo excusa la crueldad gratuita, el orgullo y la animosidad de estas hacia la adoración verdadera. De ahí que, con mucha antelación, inspire a Isaías a escribir “la declaración formal contra Babilonia” (Isaías 13:1). No obstante, Babilonia es una amenaza aún futura. En tiempos de Isaías, la nación que oprime al pueblo en pacto con Dios es Asiria, la cual destruye el norteño reino de Israel y asola gran parte de Judá. Pero el triunfo asirio es limitado. Isaías escribe: “Jehová de los ejércitos ha jurado, y dicho: ‘De seguro tal como he calculado, así tiene que suceder [...] a fin de quebrar al asirio en mi tierra, y para que lo pisotee en mis propias montañas; y para que su yugo realmente se aparte de sobre ellos, y para que su mismísima carga se aparte de sobre el hombro de ellos’” (Isaías 14:24, 25). No mucho después de que Isaías pronuncia esta profecía, se hace desaparecer la amenaza asiria contra Judá.

      2, 3. a) ¿Contra quiénes extendió Jehová su mano en la antigüedad? b) ¿Qué significa el hecho de que Jehová extienda su mano contra “todas las naciones”?

      2 Pero ¿y las demás naciones enemigas del pueblo con el que Dios estableció su pacto? Contra ellas también se dictará sentencia. Isaías declara: “Este es el consejo que está aconsejado contra toda la tierra, y esta es la mano que está extendida contra todas las naciones. Porque Jehová de los ejércitos mismo ha aconsejado, y ¿quién puede desbaratarlo? Y su mano es la que está extendida, y ¿quién puede volverla atrás?” (Isaías 14:26, 27). “El consejo” de Jehová es más que una simple recomendación. Es su firme determinación, su decreto (Jeremías 49:20, 30). “La mano” de Dios es su poder en acción. En los versículos finales del capítulo 14 de Isaías y en los Isa capítulos 15 a 19, Jehová dirige su consejo contra Filistea, Moab, Damasco, Etiopía y Egipto.

      3 Pero Isaías dice que la mano de Jehová está extendida contra “todas las naciones”. Así, aunque estas profecías se cumplen inicialmente en la antigüedad, también lo hacen en líneas generales en “el tiempo del fin”, cuando Jehová extiende su mano contra todos los reinos de la Tierra (Daniel 2:44; 12:9; Romanos 15:4; Revelación [Apocalipsis] 19:11, 19-21). Con mucha antelación y plena confianza, el Dios todopoderoso, Jehová, revela su consejo. Nadie puede volver atrás Su mano extendida (Salmo 33:11; Isaías 46:10).

      “Una culebra abrasadora volante” contra Filistea

      4. Mencione algunos detalles de la declaración formal de Jehová contra Filistea.

      4 Primero les llega el turno a los filisteos. “El año en que murió el rey Acaz ocurrió esta declaración formal: ‘No te regocijes, oh Filistea, ninguno de ti, simplemente porque ha sido quebrado el bastón del que te golpeaba. Porque de la raíz de la serpiente saldrá una culebra venenosa, y su fruto será una culebra abrasadora volante’.” (Isaías 14:28, 29.)

      5, 6. a) ¿En qué sentido fue Uzías como una serpiente para los filisteos? b) ¿Qué resulta ser Ezequías para Filistea?

      5 El rey Uzías tuvo la fuerza suficiente para contener la amenaza que suponían los filisteos (2 Crónicas 26:6-8). A los ojos de estos, él fue como una serpiente, alguien cuyo bastón no cesó de golpear a aquel vecino hostil. Al morir Uzías, ‘su bastón fue quebrado’. Le sucedió el fiel Jotán, pero “el pueblo todavía estaba actuando ruinosamente”. Con el siguiente rey, Acaz, el panorama cambió. Los filisteos efectuaron victoriosas incursiones en Judá (2 Crónicas 27:2; 28:17, 18). Pero las circunstancias cambian de nuevo. El rey Acaz muere en 746 a.E.C., y el joven Ezequías sube al trono. Los filisteos están muy equivocados si creen que la situación seguirá favoreciéndolos. Ezequías resulta ser un temible adversario. Este rey, descendiente de Uzías (el “fruto” de su “raíz”), es como “una culebra abrasadora volante”: se lanza rápido al ataque, golpea con la velocidad del relámpago y produce un efecto abrasador, como si inyectara veneno a sus víctimas.

      6 Sin duda, una descripción atinada del nuevo rey. “Fue [Ezequías] quien derribó a los filisteos aun hasta Gaza, y también sus territorios, desde la torre de los atalayas aun hasta la ciudad fortificada.” (2 Reyes 18:8.) Según los anales del rey asirio Senaquerib, los filisteos se convierten en súbditos de Ezequías. “Los de condición humilde” —el debilitado reino de Judá— llegan a tener seguridad y prosperidad, mientras que Filistea padece hambre (léase Isaías 14:30, 31).

      7. ¿Qué declaración de su fe debe hacer Ezequías a los embajadores que se hallan en Jerusalén?

      7 Parece que ciertos embajadores han venido a Judá, tal vez con el objetivo de formar una alianza contra Asiria. ¿Qué se les debe decir? “¿Qué dirá cualquiera en respuesta a los mensajeros de la nación?” ¿Ha de buscar Ezequías protección en alianzas con extranjeros? No. He aquí lo que debe responder a los mensajeros: “Jehová mismo ha colocado el fundamento de Sión, y en ella se refugiarán los afligidos de su pueblo” (Isaías 14:32). El rey debe tener plena confianza en Jehová. El fundamento de Sión es firme. La ciudad perdurará y será un refugio seguro contra la amenaza asiria (Salmo 46:1-7).

      8. a) ¿En qué se han parecido a Filistea algunas naciones? b) Como en el pasado, ¿qué ha hecho Jehová hoy para apoyar a su pueblo?

      8 Como la antigua Filistea, algunas naciones actuales se oponen enconadamente a quienes adoran a Dios. Han confinado a muchos testigos cristianos de Jehová en prisiones y campos de concentración. Los han proscrito. A algunos les han dado muerte. Los opositores continuamente “hacen ataques agudos contra el alma del justo” (Salmo 94:21). Quizá, a los ojos de sus adversarios, quienes componen este grupo cristiano sean “de condición humilde” y “pobres”. Pero, con el apoyo de Jehová, tienen abundancia espiritual mientras sus enemigos padecen hambre (Isaías 65:13, 14; Amós 8:11). Cuando Jehová extienda su mano contra los filisteos modernos, estas personas “de condición humilde” estarán a salvo. ¿Dónde? Junto a “la casa de Dios”, de la que Jesús es la sólida piedra angular de fundamento (Efesios 2:19, 20). Además, los protegerá la “Jerusalén celestial”, el Reino celestial de Jehová, cuyo Rey es Jesucristo (Hebreos 12:22; Revelación 14:1).

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