-
JardínPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
-
-
Getsemaní. El jardín de Getsemaní, situado en el monte de los Olivos, al otro lado del valle de Cedrón enfrente de Jerusalén, era un lugar que Jesucristo frecuentaba para estar a solas con sus discípulos. Jesucristo se retiró a este jardín con sus discípulos después de comer su última Pascua e instituir la Cena del Señor, y, apartándose un poco de ellos, oró intensamente a Dios y un ángel le ministró. El traidor Judas conocía la costumbre de Jesús, así que condujo a una chusma a Getsemaní, donde traicionó a su maestro con un beso. (Mt 26:36, 46-49; Lu 22:39-48; Jn 18:1, 2.)
Sepulturas. A veces los jardines se usaban como sepulturas. A Manasés y a su hijo Amón se les enterró en el jardín de Uzá (2Re 21:18, 25, 26), y también enterraron a Jesús en un jardín, en una tumba conmemorativa nueva. (Jn 19:41, 42.) Los israelitas imitaron la costumbre de hacer sacrificios a los dioses paganos en estos jardines, sentándose entre las sepulturas y comiendo cosas asquerosas, según los preceptos de la religión falsa, lo que les acarreó el juicio adverso de Jehová. (Isa 65:2-5; 66:16, 17.)
-
-
JardínPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
-
-
El rey Acab dijo que deseaba la viña de Nabot para que le sirviera de huerta de legumbres. (1Re 21:2.)
Tales jardines semejantes a parques solían hallarse extramuros, excepto aquellos que pertenecían a reyes o a hombres muy ricos. El jardín del Rey, situado cerca del lugar por donde Sedequías y sus hombres intentaron escapar de Jerusalén durante el sitio caldeo, probablemente estaba situado junto a la parte exterior del muro sudoriental de aquella ciudad. (2Re 25:4; Ne 3:15.) Josefo hace referencia también a una aldea llamada Etam, que sitúa entre 13 y 16 Km. de Jerusalén, “agradable y magnífica por sus jardines y sus riachos”, a la que acostumbraba a ir Salomón en su carro. (Antigüedades Judías, libro VIII, cap. VII, sec. 3.) El jardín en el que el rey Asuero celebró un gran banquete de siete días en Susa durante el tercer año de su reinado debió ser de tamaño considerable y muy hermoso. (Est 1:1-5.)
-