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“De las montañas extraerás cobre”La Atalaya 2013 | 1 de diciembre
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Un equipo de arqueólogos exploraba los desfiladeros y cuevas del desierto de Judea cuando, de pronto, vieron una cueva en lo alto de un acantilado. ¿Encontrarían algo valioso, quizás objetos antiguos o manuscritos como los Rollos del mar Muerto? El equipo descubrió algo muchísimo más preciado de lo que se imaginaba: el tesoro de Nahal Mishmar.
LA COLECCIÓN, descubierta en marzo de 1961, contenía más de cuatrocientos objetos, la mayoría de cobre. Estaba escondida en una enorme grieta, envuelta en una estera de caña. Había coronas, cetros, herramientas, armas y otros artículos. El hallazgo es de especial interés para los lectores de la Biblia, pues Génesis 4:22 habla de Tubal-caín, “forjador de toda clase de herramienta de cobre y de hierro”.
Aunque hay muchas interrogantes sobre el origen y la historia del tesoro de Nahal Mishmar, su descubrimiento demuestra que ya desde épocas muy antiguas se practicaba la extracción, el fundido y el vaciado de cobre en tierras bíblicas.
YACIMIENTOS DE COBRE EN LA TIERRA PROMETIDA
Cuando los israelitas se preparaban para entrar en la Tierra Prometida, Moisés les dijo: “De [sus] montañas extraerás cobre” (Deuteronomio 8:7-9). Los arqueólogos han descubierto varias minas y fundiciones en Israel y Jordania, como las de Timna, Khirbat en-Nahas y Feinan. ¿Qué revelan estos sitios?
En Feinan y Timna, el terreno está salpicado de minas poco profundas, de donde los mineros extrajeron cobre por lo menos durante dos mil años. Incluso hoy día, los visitantes pueden ver rocas moteadas de verde —señal de que contienen cobre— esparcidas por doquier. En un principio, los mineros extrajeron cobre de las vetas más superficiales con herramientas de piedra. Pero al agotarse este cobre, cavaron pozos y túneles más profundos usando herramientas de metal. El libro bíblico de Job describe las labores de minería (Job 28:2-11). Se trataba de un trabajo muy duro. Tanto es así que entre los siglos III y V las autoridades romanas sentenciaban a los peores criminales a trabajar en las minas de cobre de Feinan.
Las enormes pilas de escoria localizadas en Khirbat en-Nahas (que significa “ruinas de cobre”) son señal de que allí se practicaba la fundición a gran escala. Los arqueólogos creen que la roca se traía de las minas cercanas, como Feinan y Timna. El cobre se separaba de la roca en hornos de carbón que se calentaban con sopladores hasta alcanzar 1.200 °C (2.200 °F), temperatura que se mantenía entre ocho y diez horas. Por lo general se necesitaban 5 kilos (11 libras) de roca para producir 1 kilo (2,2 libras) de lingotes de cobre, que se usaban para fabricar diversos objetos.
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“De las montañas extraerás cobre”La Atalaya 2013 | 1 de diciembre
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A los arqueólogos e historiadores les quedan muchas preguntas por contestar sobre los objetos de cobre de tiempos bíblicos y, en particular, sobre el misterioso tesoro de Nahal Mishmar.
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