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ProsélitoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Activos en hacer prosélitos. Como resultado del exilio en Babilonia, el judaísmo se difundió extensamente. Los judíos de la Diáspora entraron en contacto con paganos de muchas naciones. El que se fundaran sinagogas y se dispusiera de las Escrituras Hebreas en lengua griega facilitó el que personas de todo el mundo romano conocieran la religión judía. Escritores antiguos, como Horacio y Séneca, testificaron que un gran número de personas de diversos países se unieron a los judíos y así se hicieron prosélitos. Josefo informó que los judíos que vivían en Antioquía de Siria “convirtieron a muchos griegos a su religión, y éstos fueron en adelante miembros de su comunidad”. (La Guerra de los Judíos, libro VII, cap. III, sec. 3.) La obra The Interpreter’s Dictionary of the Bible dice que “los judíos de Roma mostraban un espíritu de proselitismo tan intenso, que se les acusaba de intentar infestar a los romanos con su culto, de modo que en el año 139 a.C. el gobierno expulsó de la ciudad a los principales propagandistas” (edición de G. A. Buttrick, 1962, vol. 3, pág. 925). Por supuesto, puede que esta acusación haya sido infundada o exagerada, impulsada quizás por la política o por algún prejuicio racial o religioso. Sin embargo, Jesús mismo dijo que los escribas y fariseos hipócritas “atraviesan mar y tierra seca para hacer un solo prosélito, y cuando este llega a serlo, lo hacen merecedor del Gehena dos veces más que ustedes”. (Mt 23:15.)
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ProsélitoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Prosélitos a la fuerza. No todos los prosélitos judíos se convirtieron por medios pacíficos. El historiador Josefo informó que cuando Juan Hircano I conquistó a los idumeos, cerca del año 125 a. E.C., dijo al pueblo que si deseaban permanecer en su país, tenían que someterse a la circuncisión, y de esta manera los obligó a hacerse prosélitos. (Antigüedades Judías, libro XIII, cap. IX, sec. 1.) Aristóbulo, el hijo de Juan Hircano, hizo lo mismo con los itureos (libro XIII, cap. XI, sec. 3). Más tarde, judíos al mando de Alejandro Janeo destruyeron Pela (Pella) porque sus habitantes rehusaron hacerse prosélitos (libro XIII, cap. XV, sec. 4). Sin duda lo que les movía a hacer prosélitos eran razones políticas, más bien que el celo misionero.
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