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Residente forasteroPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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otras veces se refiere a un poblador de la tierra de Palestina que estaba satisfecho con vivir entre los israelitas y obedecer sus leyes fundamentales, pero que no aceptaba plenamente la adoración de Jehová.
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Residente forasteroPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Poblador. El poblador era alguien que habitaba una tierra o país que no era el suyo. La palabra hebrea para poblador (toh·scháv) viene del verbo raíz ya·scháv, que significa “morar”. (Gé 20:15.) Algunos de los pobladores de Israel debieron hacerse prosélitos; otros, en cambio, se contentaron con morar con los israelitas y obedecer las leyes fundamentales del país, pero sin hacerse adoradores de Jehová como los prosélitos circuncisos. El poblador se distinguía del extranjero en que este era por lo general un transeúnte al que simplemente se le extendía la hospitalidad que en el Oriente solía brindarse a los huéspedes.
El poblador incircunciso que moraba en la tierra no comía la Pascua ni nada que fuera santo. (Éx 12:45; Le 22:10.) Al igual que los residentes forasteros y los pobres, recibía beneficios durante el año sabático y el año de Jubileo, cuando se le permitía participar del producto de la tierra. (Le 25:6, 12.) Los israelitas podían comprar al poblador o a su descendencia como esclavos y pasarlos como herencia permanente sin derecho de recompra o de liberación en el Jubileo. (Le 25:45, 46.) Por otra parte, un israelita quizás se vendiera a sí mismo como esclavo a un poblador o a la familia de este, pero en todo momento mantenía el derecho de recompra y de ser liberado en el séptimo año de su servicio o en el Jubileo. (Le 25:47-54; Éx 21:2; Dt 15:12.)
Aunque solo los israelitas naturales tenían una posesión hereditaria en la tierra, Jehová era su verdadero dueño, y podía colocarlos o sacarlos de ella según cuadrase con su propósito. Dios dijo respecto a la venta de la tierra: “Así es que la tierra no debe venderse en perpetuidad, porque la tierra es mía. Pues ustedes son residentes forasteros y pobladores desde mi punto de vista”. (Le 25:23.)
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