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Milán y Turín, encantadores destinos turísticos¡Despertad! 2001 | 22 de julio
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Turín, otra joya italiana
Turín, con 1.000.000 de habitantes, está emplazada en el punto más angosto del valle del Po, al pie de los Alpes occidentales, y a menos de 100 kilómetros de la frontera francesa. La rodea un hermoso “anfiteatro” de montañas alpinas que se extienden hasta donde alcanza la vista. Casi la mitad de la provincia de Turín está constituida por montañas, bosques y valles. En menos de una hora en automóvil desde la capital se llega a los centros turísticos de montaña, y en apenas dos, a las playas de Liguria.
La historia de Turín se remonta a la época prerromana. En sus orígenes no era más que un asentamiento de un pueblo llamado los taurini, que más tarde se convirtió en colonia romana, de la que se conservan vestigios en la zona histórica. Aunque la Edad Media también dejó su impronta, la mayor parte de la arquitectura de la ciudad data de los siglos XVII y XVIII, con preponderancia del estilo barroco en el centro urbano.
Turín acoge en su Museo Egipcio —uno de los mejores del mundo— una amplia colección de objetos de la antigua civilización del Nilo; tan excepcional que solo la supera la de El Cairo.
Dedique unas horas a admirar el centro histórico y artístico, el Palacio Madama, el Palacio Real y la Mole Antonelliana, de casi 170 metros de altura, que hasta hace poco figuró entre los edificios de ladrillo más altos del Viejo Continente. Dado que es una de las construcciones más conocidas de la ciudad, se dice que es el equivalente turinés de la torre Eiffel de París. También puede ver el parque del Valentino, con su jardín botánico, extensiones de césped, paseos y fuentes, así como un pintoresco burgo medieval que reconstruye con fidelidad un pueblo piamontés del siglo XV.
Este municipio es también otro importante centro manufacturero del país. Allí tiene su sede la empresa automovilística FIAT (Fabbrica Italiana Automobili Torino). Si le interesan los coches de época, el Museo dell’Automobile, a unos tres kilómetros de la ciudad, exhibe 150 modelos antiguos y clásicos de marcas como Bugatti, Maserati y Lancia. Es patente que medio Turín vive de algún modo de la industria del automóvil.
La presencia de los testigos de Jehová en Turín y Milán
Por siglos, los valles de las cercanías de Turín han amparado a buen número de valdenses que descienden de los predicadores evangélicos itinerantes de igual nombre. No es de extrañar que Charles Taze Russell, quien presidía la obra de los Estudiantes de la Biblia (designación que recibían entonces los testigos de Jehová), se encontrara con un pastor valdense de la zona, Daniele Rivoir, durante un viaje que realizó por Europa en 1891. De hecho, le encargó que tradujera al italiano varias publicaciones cristianas. En 1903 se fundó el primer grupo de Estudiantes de la Biblia de la región. Cuando Russell regresó a Italia en 1912, ya había un grupo de 40 personas que celebraban reuniones cristianas periódicas en Pinerolo, cerca de Turín. Asimismo, fue en Pinerolo donde tuvo lugar, en el año 1925, su primera asamblea italiana.
Por consiguiente, la presencia de los Estudiantes de la Biblia en Turín se constata por vez primera en la década de 1920. Los primeros misioneros de los Testigos de Jehová llegaron a Italia en 1946, y contribuyeron a que se pusiera un cimiento más sólido a la obra cristiana. A finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta se formaron las primeras congregaciones de la ciudad. En la actualidad hay ya unos trece mil Testigos en Turín y su provincia.
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Milán y Turín, encantadores destinos turísticos¡Despertad! 2001 | 22 de julio
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[Ilustración de la página 26]
Puente levadizo del burgo medieval de Turín
[Ilustración de la página 26]
Turín: Mole Antonelliana; su aguja se eleva a casi 170 metros
[Ilustración de la página 26]
El río Po a su paso por Turín
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