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Crece la obra donde una vez floreció el cristianismo primitivoLa Atalaya 2005 | 15 de junio
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Los sordos “oyen” las buenas nuevas
Hay más de noventa mil sordos en Italia. A mediados de la década de 1970, los Testigos empezaron a enseñar las verdades bíblicas a estas personas. Al principio, algunos Testigos sordos enseñaban el lenguaje de señas italiano a sus hermanos en la fe que estaban dispuestos a ayudar en ese campo. Luego, más y más sordos mostraron interés en la Biblia. Actualmente, más de mil cuatrocientas personas que utilizan el lenguaje de señas italiano asisten a las reuniones cristianas. Hay 15 congregaciones y 52 grupos que celebran sus reuniones en este idioma.
Al principio, la predicación a los sordos dependió principalmente de la iniciativa de algunos Testigos. Pero en 1978, la sucursal de los testigos de Jehová de Italia empezó a organizar asambleas de distrito para los sordos. En mayo de ese año se anunció que habría sesiones para los sordos en la asamblea internacional que se avecinaba, la cual se llevaría a cabo en Milán. La primera asamblea de circuito para los sordos se celebró en el Salón de Asambleas de Milán en febrero de 1979.
Desde entonces, la sucursal ha prestado mucha atención a la nutrición espiritual de los sordos y ha animado a un número creciente de evangelizadores a mejorar sus aptitudes en este idioma. En 1995 se comenzó a enviar precursores especiales (evangelizadores de tiempo completo) a algunos grupos para preparar a Testigos sordos en el ministerio y enseñarles a organizar las reuniones cristianas. Tres Salones de Asambleas están equipados con modernos sistemas de video para que el programa se pueda ver mejor. También hay videocintas de publicaciones cristianas para suministrar el alimento espiritual a los sordos.
Algunas personas han observado que los Testigos cuidan bien de las necesidades espirituales de los sordos. La revista P@role & Segni, editada por el Ente Nazionale Sordi (una sociedad italiana de sordos), citó de una carta escrita por un monseñor católico: “El sordo sufre una discapacidad incómoda en el sentido de que necesita atención continua. Por ejemplo, llega a la iglesia solo y sin dificultad, pero requiere la ayuda de un intérprete para seguir todo lo que se lee, se dice o se canta durante los oficios religiosos”. La revista añade que el prelado “reconoce que, desafortunadamente, la iglesia aún no está preparada para atender estas discapacidades, y señala que muchos sordos reciben mejor atención en los Salones del Reino de los Testigos de Jehová que en la parroquia”.
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Crece la obra donde una vez floreció el cristianismo primitivoLa Atalaya 2005 | 15 de junio
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una congregación de lenguaje de señas italiano de Roma
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