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    Anuario de los testigos de Jehová 1998
    • Qué sucedió en Okinawa

      La obra también progresaba en las islas de Okinawa. Estas islas, que tenían una población de 1.200.000 personas, quedaron bajo la administración estadounidense después de la II Guerra Mundial. Los habitantes de Okinawa son por naturaleza tranquilos, pacientes, afectuosos y amigables. Los hermanos de estas islas manifiestan, asimismo, aguante y entusiasmo por la verdad.

      Okinawa se asignó a la sucursal de Japón, y en 1953 Lloyd Barry, por entonces superintendente de la sucursal de Tokio, hizo su primera visita. Allí lo recibieron cuatro hermanos, todos ellos filipinos que trabajaban en la reconstrucción del país, e inmediatamente lo llevaron en automóvil a un centro correccional del ejército de Estados Unidos, donde estaban detenidos tres soldados. Aquellos jóvenes se habían puesto de parte de la verdad bíblica, pero no tenían mucho tacto y eran extremistas. Por ejemplo, no dejaban dormir al personal de las instalaciones, pues cantaban cánticos del Reino hasta muy entrada la noche. Se les ayudó a ser más equilibrados. (Haciendo un inciso, el capellán de la prisión comentó que, a su modo de ver, para el Reino de Cristo todavía faltaban mil años.) Tiempo después, uno de estos jóvenes sirvió en la familia Betel de Brooklyn; los tres llegaron a ser siervos responsables en la congregación cristiana. Durante aquella visita se celebró una reunión en un cobertizo prefabricado, donde se congregaron más de un centenar de isleños.

      A aquella reunión asistió Yoshi Higa, originaria de Okinawa, donde existe la costumbre de depositar los restos mortales en una cueva grande cuya entrada tiene forma de matriz, lo que indica que vuelven al lugar de donde proceden. Yoshi se había refugiado en una de esas cuevas durante la horrible batalla de Okinawa, en la II Guerra Mundial. Al mirar los restos humanos que había allí, se convenció de que los difuntos estaban realmente muertos. Cuando estudió la Biblia, enseguida aceptó la enseñanza sobre el estado de los muertos y la maravillosa esperanza de la resurrección.

      Yoshi llegó a ser la primera publicadora y la primera precursora de Okinawa. En la radio local tenían muchos deseos de emitir programas bíblicos, pero los clérigos de la cristiandad eran muy descuidados en facilitarlos. En cambio, la emisora vio que Yoshi estaba muy dispuesta a llenar ese vacío. Durante varios meses leyó artículos de la revista La Atalaya.

      Al poco tiempo fue posible organizar una asamblea de circuito para la docena de nuevos publicadores de las islas; Adrian Thompson y Lloyd Barry se turnaron para presentar en japonés las distintas secciones del programa. La obra creció rápidamente, y la cantidad de publicadores y precursores aumentó a pasos agigantados.

      Yoshi Higa emprendió el precursorado en mayo de 1954. A lo largo de los cuarenta y tres años que ha servido fielmente de precursora, ha ayudado a más de cincuenta personas a aprender la verdad, y muchas de sus primeras “cartas de recomendación” procedieron de la iglesia de Shuri (2 Cor. 3:1-3). Continúa siendo precursora en Ginowan.

      Otra Testigo muy entusiasta es Mitsuko Tomoyori, una hermana viuda que en 1957 comenzó a servir de precursora con su hija Masako en Shuri, la antigua capital de Okinawa. Todavía le brillan los ojos cuando narra historias de los pasados cuarenta años de precursorado y cuenta anécdotas sobre las muchas personas a las que ha ayudado a abrazar la verdad que lleva a vida eterna.

      En 1965, la Sociedad Watch Tower abrió una sucursal en Okinawa, de la cual fue superintendente Shinichi Tohara, un misionero hawaiano cuyos ascendientes eran de Okinawa. La sucursal continuó existiendo incluso después que se traspasó el control de las islas al gobierno japonés, en 1972. Cuando entró en vigor la administración mediante comités de sucursal, en febrero de 1976, se nombró para servir en el comité de Okinawa a Shinichi Tohara, al misionero australiano James Linton y a Chukichi Une, graduado de Galaad originario de Okinawa.

      Se necesita perseverancia

      Durante el año de servicio de 1976, se asignó a precursores especiales a otras islas que estaban bajo la sucursal de Okinawa, con el objeto de expandir la predicación de las buenas nuevas. En algunas islas la respuesta fue buena, pero en otras tomó muchos años vencer la tradición, la superstición y los fuertes lazos familiares. Los precursores especiales asignados a esas islas necesitaron mucha perseverancia. Pese a que había muchas casas vacías, con frecuencia les resultaba casi imposible encontrar alojamiento debido al recelo hacia los extraños. A veces, solo estaba disponible una casa en la que alguien se había suicidado, pero por causa de la superstición del lugar, no era posible utilizarla para celebrar las reuniones.

      Pese a todo, con mucha constancia, los precursores comenzaron a ver el fruto. En la isla de Tokuno Shima, una familia asistió al discurso público de la visita del superintendente de circuito. El padre era aficionado a un deporte de la isla: las peleas de toros, en las que se enfrenta un toro contra otro para determinar cuál embiste con más fuerza. Era propietario de un toro de primera clase adiestrado para las competiciones. Pero su interés en la Biblia se despertó gracias a su hija, con quien los testigos de Jehová habían hablado en Japón. La familia aceptó un estudio de la Biblia, y él, su esposa, su hija y tres de sus hijos se hicieron Testigos dedicados. También entraron en la verdad dos familias vecinas. Este grupo se convirtió en un hervidero de actividad. Actualmente hay en esta pequeña isla una congregación de 49 publicadores y dieciséis precursores.

      En la distante isla meridional de Ishigaki, a los publicadores les sorprendió que un famoso boxeador joven los buscara para pedirles un estudio de la Biblia. Había estudiado anteriormente en Yokohama, pero le había asustado afrontar la responsabilidad que señalaba la verdad bíblica. Con el fin de eludirla, había huido a Iriomote, una isla poco poblada donde estaba convencido de que no habría ningún testigo de Jehová. Sin embargo, enseguida se encontró unas publicaciones de la Sociedad Watch Tower, y se quedó atónito al darse cuenta de que los testigos de Jehová también habían predicado allí. Llegó a la conclusión de que no había manera de escapar de delante de Jehová (compárese con Jonás 1:3). Se valió de la dirección de un publicador, escrita en una de las publicaciones, para tratar de encontrar a los Testigos de la cercana isla de Ishigaki. En poco tiempo ya era un Testigo dedicado y un precursor entusiasta.

      Después de la visita de zona de Milton Henschel, en septiembre de 1980, Okinawa volvió a estar bajo la sucursal japonesa. Los matrimonios Tohara y Une siguieron en el servicio de tiempo completo en Okinawa, y el hermano y la hermana Linton regresaron a la obra de distrito en las islas mayores de Japón.

  • Japón
    Anuario de los testigos de Jehová 1998
    • Sucursal de Okinawa, 1979

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