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Los misioneros fomentan el aumento mundialLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Lois Dyer, que llegó a Japón en 1950, recuerda el consejo que le dio el hermano Knorr: “[Hágalo] lo mejor que pueda, y, aunque cometa errores, ¡haga algo!”. La hermana siguió el consejo, y lo mismo hicieron muchos más. Durante los siguientes cuarenta y dos años los misioneros enviados a Japón vieron aumentar la cifra de proclamadores del Reino en el país de unos pocos a más de 170.000, y el crecimiento ha continuado. ¡Qué recompensa tan espléndida por buscar la guía de Jehová y hacer el esfuerzo de aprender un idioma!
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Los misioneros fomentan el aumento mundialLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Japón y Vietnam. Pero en ninguno de estos países había testigos de Jehová que informaran su actividad cuando llegaron los primeros misioneros graduados de la Escuela de Galaad. Donde les fue posible, los misioneros cubrieron sistemáticamente el país, concentrándose primero en las ciudades principales. No se limitaron a dejar publicaciones y seguir su camino, como habían hecho los repartidores del pasado. Con paciencia, volvieron a visitar a los que los escuchaban con interés, condujeron estudios bíblicos con ellos y los capacitaron para el ministerio del campo.
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