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JapónAnuario de los testigos de Jehová 1998
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En cuanto a “los del 49”, los Testigos ungidos Don y Mabel Haslett dieron un ejemplo maravilloso en el campo, aunque se hallaban entrados en años. Cuando Don murió, en 1966, los seis hermanos que introdujeron el ataúd en el Salón del Reino para el funeral eran jóvenes a quienes él había llevado a la verdad, y que entonces formaban parte de los diecinueve miembros que componían la familia Betel de Japón, en Tokio.
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JapónAnuario de los testigos de Jehová 1998
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Mabel sobrevivió a Don ocho años. Cuando tenía más de 70 años se le desarrolló cáncer de colon. En uno de los principales hospitales de Tokio, en Toranomon, accedieron amablemente a operarle sin sangre, con la condición de que ingresara en el hospital con dos semanas de antelación. El primer día que pasó allí, un médico joven la visitó en su cama, curioso por saber la razón de que no aceptase la sangre. La visita derivó en varias buenas conversaciones bíblicas todos los días anteriores a la operación. Dada la gravedad del caso, participaron cuatro médicos. Cuando Mabel recuperó el conocimiento, exclamó: “¡Ese maldito Adán!”. Sin duda un comentario adecuado. Mabel estuvo en la unidad de cuidados intensivos solo un día, mientras que otros cuatro pacientes a los que se había practicado la misma intervención, pero con transfusiones de sangre, pasaron allí varios días. ¿Y qué fue del joven médico? Más tarde dijo a Mabel: ‘Usted no lo sabía, pero en el quirófano hubo cinco médicos. Estuve allí también para cerciorarme de que no le pusieran sangre’. El doctor Tominaga prosiguió con su estudio de la Biblia en Yokohama. Hoy día, él, su padre y sus respectivas esposas son miembros activos de la congregación. ¡Qué fantástico fruto de la estancia en el hospital!
Mabel continuó su servicio misional en el hogar misional de Tokio Mita. Cuando tenía 78 años, reapareció el cáncer y estuvo confinada en cama. No obstante, una tarde, cuando los misioneros regresaron a casa y le contaron las magníficas experiencias que habían tenido en la campaña de distribución de Noticias del Reino, Mabel insistió en que la vistieran y la llevaran a distribuir el tratado. Solo tuvo fuerzas para visitar tres casas cercanas, las mismas tres en las que había dado testimonio por primera vez cuando llegó a Japón. Varias semanas después terminó su carrera terrestre y pasó a su asignación celestial (compárese con Lucas 22:28, 29).
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