BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Cómo identificar al único Dios verdadero
    ¡Despertad! 1999 | 8 de febrero
    • Lo identifica un nombre

      Sería lógico que un dios personal requiriera un nombre propio para distinguirse de las demás deidades, preferiblemente uno elegido por él mismo, y no inventado por sus fieles.

      Tocante a esto, es sorprendente que en la mayoría de las religiones tradicionales los dioses reciben nombres propios, pero el judaísmo y muchas de las principales iglesias de la cristiandad no identifican con un nombre personal al dios que adoran, sino que recurren a títulos como Señor, Dios, Todopoderoso y Padre.

      En la revista Theology, David Clines dice lo siguiente: “Entre los siglos V y II a.C., Dios sufrió un trágico accidente: perdió el nombre. O más exactamente, los judíos dejaron de usar su nombre personal, Yavé, y comenzaron a referirse a él con perífrasis: Dios, el Señor, el Nombre, el Santo, la Presencia e incluso el Lugar. Hasta donde aparecía Yavé en el texto bíblico, los lectores pronunciaban Adonái. La destrucción definitiva del templo acabó con las pocas ceremonias litúrgicas que utilizaban el nombre, con lo que se olvidó hasta su pronunciación”. No obstante, no es posible establecer con certeza cuándo dejaron los judíos ortodoxos de pronunciarlo en voz alta y pasaron a sustituirlo por las palabras hebreas que significan Dios y Señor Soberano.

      Parece, pues, que el primer paso para identificar al “único Dios verdadero” es llegar a conocerlo por nombre. No es una búsqueda difícil, pues el nombre del Creador, el Dios todopoderoso, aparece con toda claridad en el Salmo 82:19 (Sl 83:18, NM): “Conozcan que te es propio el nombre de Señor, o de Jehová, y que sólo tú eres el Altísimo en toda la tierra” (Sagrada Biblia, Torres Amat).

  • Cómo identificar al único Dios verdadero
    ¡Despertad! 1999 | 8 de febrero
    • ¿Tiene alguna importancia?

      Hay quienes afirman que da igual dirigirse al Todopoderoso con un nombre propio o no, y que les basta con referirse a él como Padre o sencillamente como Dios. Pero, en vez de nombres, estos dos términos son títulos, y carecen de un carácter personal y distintivo. En tiempos bíblicos, el vocablo Dios (hebreo, ʼElo·hím) se aplicaba a cualquier deidad, hasta a Dagón, dios pagano de los filisteos (Jueces 16:23, 24). Por consiguiente, si un hebreo hubiese dicho que adoraba a Dios, el filisteo que lo oyese no habría identificado al Dios verdadero del que hablaba.

      Es interesante este comentario de la obra The Imperial Bible-Dictionary (1874): “[Jehová] es siempre un nombre propio, que denota en exclusiva al Dios personal, mientras que Elohím participa más del carácter de nombre común, que denota por lo general, pero no necesaria ni uniformemente, al Supremo. [...] Un hebreo puede hablar de el Elohím, el Dios verdadero, en oposición a los dioses falsos; pero nunca dice el Jehová, pues Jehová es el nombre exclusivo del Dios verdadero. Dice muchas veces Dios mío [...], pero nunca Jehová mío, pues cuando dice Dios mío se refiere a Jehová. Habla del Dios de Israel, pero nunca del Jehová de Israel, pues no hay otro Jehová. Habla del Dios vivo, pero no del Jehová vivo, pues a Jehová solo lo puede concebir vivo”.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir