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¿Qué significa conocer al Dios verdadero?¿Habrá algún día un mundo sin guerra?
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Una importante enseñanza de la Biblia, que casi se perdió a causa de la tradición, es que se puede entablar con Dios, nuestro Padre celestial y Creador, una relación tan íntima que nos permita dirigirnos a él por nombre. ¿Quién se niega a utilizar el nombre de un amigo querido o hasta rehúsa mencionarlo si se lo preguntan? Solo a los enemigos se les suele tener tanto desprecio que se opta por ni siquiera pronunciar su nombre a fin de no honrarlos. El salmista de la antigüedad expresa con gran belleza la relación especial que existía entre el antiguo Israel y su Dios, gracias a la cual lo conocían por nombre: “Porque tiene puesto en Mí su amor, Yo le libraré. Le colocaré bien alto, porque ha conocido Mi Nombre”. (Salmo 91:14.)
¿Debemos emplear el nombre divino?
4, 5. ¿Qué significa el nombre de Dios?
4 En lo que a la Biblia se refiere, nunca se ha cuestionado cuál es el nombre del Dios verdadero. En una conversación que Dios mantuvo con Moisés, en la cual le explicó que mediante él liberaría del yugo egipcio a la nación de Israel, Moisés planteó una pregunta lógica: “He aquí que yo iré a los hijos de Israel y les diré: ‘El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros’. Y cuando me pregunten ‘¿cuál es su nombre?’, ¿qué les diré?” Dios le respondió: “Así dirás a los hijos de Israel: El Eterno [Hebreo: יהוה = YHWH = Yahweh, o, desde el siglo XIII: Jehovah (Jehová)], Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre y éste es mi memorial para todas las generaciones”. (Éxodo 3:13, 15, HM, cursivas nuestras.)
5 Este nombre tiene mucho significado para el que habla hebreo. Se deriva de la raíz básica הוה, h·w·h, “llegar a ser”. Además, el nombre está en la forma causativa, llamada Hif·ʽíl en la gramática hebrea. En vista de todo lo anterior, su sentido básico, no alude a la existencia eterna de Dios, sino a que él causa o hace que las cosas lleguen a ser o acontezcan. Esto es cierto sobre todo, de manera singular, en lo que se refiere a sus propósitos. Puesto que se propuso liberar del yugo egipcio a su nación elegida, causó o hizo que así fuera. Nada puede impedir la realización de su voluntad expresa. Jehová es el Dios que hace que sus propósitos se cumplan. Así, causa o hace que él mismo llegue a ser el Cumplidor de sus promesas. También sucedió así con su propósito de librar a su pueblo del cautiverio en Babilonia. Lo mismo ocurre con su propósito de traer condiciones paradisíacas a la Tierra. Su propio nombre da significado a estas promesas y las garantiza. (Isaías 41:21-24; 43:10-13; 46:9, 10.)
6-9. a) ¿Por qué sabemos que Dios no prohíbe emplear su nombre? b) ¿De qué manera y en qué tiempo pasó al judaísmo la prohibición de usar el nombre de Dios?
6 Pero ¿no prohíben los Diez Mandamientos pronunciar el nombre divino? ¡En absoluto! Aunque es frecuente interpretar así el tercer mandamiento, fíjese en lo que comenta la Encyclopaedia Judaica: “Se evitó la pronunciación del nombre YHWH [...] debido a malentender el Tercer Mandamiento (Éx. 20:7; Deut. 5:11), como si dijera ‘No tomarás el nombre de YHWH tu Dios en vano’, cuando en realidad significa ‘No perjurarás por el nombre de YHWH tu Dios.’”5 Observe que el texto no prohíbe ‘tomar’ o pronunciar el nombre divino. No obstante, aun si se refiriera a tomar “en vano” el nombre de Dios, note la definición del lexicón hebreo de Koehler y Baumgartner respecto al término hebreo traducido por “en vano” (hebreo lasch·scháwʼ]: “Decir un nombre sin razón [...] utilizar mal un nombre”.6 Por tanto, el mandamiento no prohíbe emplear el nombre divino, sino utilizarlo mal.
7 Pero, ¿qué hay de la alegación de que el nombre divino es “demasiado santo para pronunciarlo”? Si Dios lo considerara tan santo que el hombre no debiera pronunciarlo, ¿no sería lógico que ni siquiera lo hubiera revelado? El simple hecho de que en el texto original de las Escrituras Hebreas aparezca el nombre propio de Dios más de 6.800 veces muestra que él desea que el hombre lo conozca y emplee. Lejos de limitar el uso de su nombre para evitar la falta de respeto, en repetidas ocasiones Dios anima a su pueblo a utilizarlo y a difundirlo, y hasta le ordena hacerlo. Este proceder indicaría que tenían una relación íntima con él y lo amaban. (Salmo 91:14.) El profeta Isaías dejó clara la voluntad divina al respecto cuando dijo: “Agradeced al Eterno [hebreo, יהוה = YHWH = Jehová], proclamad Su Nombre, declarad Sus obras entre los pueblos, decid que Su Nombre es exaltado”. (Isaías 12:4. Véase también Miqueas 4:5; Malaquías 3:16; Salmo 79:6, DK; Sl 105:1; Proverbios 18:10.)
8 Si Jehová no hubiera deseado que el hombre pronunciara su nombre, podría haberlo prohibido explícitamente. Sin embargo, la Biblia no prohíbe en ningún pasaje su uso correcto ni su pronunciación. Los fieles de tiempos bíblicos lo utilizaban con frecuencia. (Génesis 12:8; Rut 2:4; 4:11, 14.) De hecho, Dios condenó reiteradamente a los que procuraban que Su pueblo olvidara Su santo nombre. (Jeremías 23:26, 27; Salmo 44:21, 22 [ Sl 44:20, 21, NM]).
9 Si era patente que la prohibición no estaba en la Biblia, ¿cómo pasó al pensamiento judío? Los comentarios del Dr. A. Cohen, rabí y autor del libro Everyman’s Talmud (El Talmud al alcance de todos), muestran que esa tradición tardó siglos en arraigarse. El Dr. Cohen escribe: “Parece ser que en tiempos bíblicos no tenían reparos en utilizarlo en el habla cotidiana. La adición de Jah o Jahu a los nombres propios, costumbre que mantuvieron los judíos aun después del exilio babilonio, muestra que no se prohibía el uso del Nombre de cuatro letras. A comienzos del período rabínico, sin embargo, la pronunciación del Nombre se limitó al oficio del Templo”. Concerniente a otros sucesos ocurridos durante este período, el autor señala: “En el oficio de la Sinagoga, el Nombre se pronunciaba Adonai en vez de JHVH, aunque una tradición dice que los sabios transmitían a sus discípulos la pronunciación original a intervalos de una o dos veces cada siete años. (Kiddushin 71a.) Hasta esta práctica se abandonó posteriormente, por lo que ya no se sabe con seguridad cómo pronunciar el nombre”.7 Tal fue la consecuencia del “mandamiento de hombres”. (Isaías 29:13; Deuteronomio 4:2; véase la pág. 9, párrafos 15, 16.)
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¿Qué significa conocer al Dios verdadero?¿Habrá algún día un mundo sin guerra?
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[Recuadro en las páginas 20 y 21]
EL NOMBRE DE DIOS EN LA BIBLIA: LO QUE DIJO DIOS
“Y Dios dijo también a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: El Eterno [Hebreo יהוה = YHWH = Jehová(h)], Dios de vuestros padres, [...] me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre y éste es mi memorial para todas las generaciones.” (Éxodo 3:15, HM, cursivas nuestras.)
“He aquí que vino Booz de Belén y les dijo a los segadores: ‘El Eterno [יהוה] sea con vosotros’. Y ellos le respondieron: ‘El Eterno [יהוה] te bendiga’.” (Rut 2:4.)
“Dad gracias al Señor [יהוה], proclamad Su nombre; dad a conocer entre los pueblos Sus obras; haced recordar que es enaltecido Su Nombre.”d (Y-sha-‘yá- [Isaías] 12:4, DK; Salmo 105:1, cursivas nuestras.)
“Luego daré nuevamente a los pueblos una lengua pura, para que todos puedan invocar (del mismo modo) el Nombre del Eterno [יהוה], para servirle con un solo consentimiento.” (Sofonías 3:9, cursivas nuestras.)
“Derrama antes Tu ira sobre las naciones que no Te conocen, y sobre los reinos que no invocan Tu nombre.” (Salmo 79:6, DK, cursivas nuestras.)
EL NOMBRE DE DIOS EN EL TALMUD: LO QUE DIJERON LOS HOMBRES
“Se dispuso que cada cual pudiera saludar a su prójimo con el nombre de Dios.” (Berajot 9:5.)
“Así solía decir [el sumo sacerdote en el Día de Expiación]: oh Dios [יהוה], te ofendió, transgredió, pecó delante de Ti tu pueblo, Israel. Oh Dios [יהוה], perdona [...]. Los sacerdotes y pueblo estaban en el atrio y cuando oían el Nombre que pronunciaba claramente el Sumo Sacerdote, se arrodillaban, se postraban con el rostro en tierra y decían: ‘bendito el nombre de la gloria de su reino por siempre y jamás’”. (Yoma 6:2.)
“En el templo se pronunciaba el nombre como está escrito, en la provincia con una sustitución.” (Sota 7:6.)
“En un principio el sumo sacerdote proclamaba el Nombre en voz alta, pero al multiplicarse los hombres disolutos lo proclamó en voz baja.” (El Talmud de Jerusalén, Yoma 40d.)
“[Entre] los que no tienen parte en la vida futura [está] [...] el que pronuncia el nombre de Dios con sus letras.” (Sanhedrin 10:1.)
“Todo el que pronuncie explícitamente el nombre es reo de ofensa capital.” (Pesikta 148a.)
[Nota a pie de página]
d La frase “proclamad Su nombre” (Hebreo, קראו בשמו) también puede traducirse “llamadlo por su nombre”. (Compárese con la Biblia de Ferrara, [1726]. La misma construcción hebrea se halla en Génesis 12:8, donde se traduce “[Abram] invocó el nombre del Señor” (DK).
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