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¿Lo conoce Dios a usted realmente?La Atalaya 1993 | 1 de octubre
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¿Lo conoce Dios a usted realmente?
“Oh Jehová, [...] te has familiarizado hasta con todos mis caminos.” (SALMO 139:1, 3.)
1. ¿Cuántas personas creen que ‘otros no comprenden’ las inquietudes, los problemas y las presiones que afrontan?
¿HAY alguien que en realidad comprenda las inquietudes, las presiones y los problemas que usted afronta? Por toda la Tierra hay millones de personas, jóvenes y ancianos, que no tienen familia ni parientes a quienes les importe lo que les ocurra. Incluso hay muchas esposas —y también esposos— que creen que su cónyuge no comprende exactamente las presiones que las agobian. En ocasiones se sienten frustradas, y se quejan: “Pero es que no comprendes”. Y muchos jóvenes han llegado a la misma conclusión de que nadie los comprende. No obstante, la vida de algunas de esas personas que anhelaban que se les comprendiera mejor ha cobrado mucho significado. ¿Cómo ha sido eso posible?
2. ¿Qué puede ayudar a los adoradores de Jehová a llevar una vida muy satisfactoria?
2 Lo han logrado porque, prescindiendo de si sus compañeros humanos comprenden plenamente sus sentimientos o no, confían en que Dios sí entiende lo que están sufriendo y en que, como siervos de él, no tienen que hacer frente a sus problemas solos. (Salmo 46:1.) Además, la Palabra de Dios, junto con la ayuda de ancianos cristianos discernidores, les permite ver más allá de sus dificultades personales. Las Escrituras les ayudan a comprender que su fiel servicio es precioso a la vista de Dios, y que hay un futuro seguro para los que cifran su esperanza en él y en las provisiones que ha hecho mediante Jesucristo. (Proverbios 27:11; 2 Corintios 4:17, 18.)
3, 4. a) ¿Cómo puede ayudarnos a servir a Dios con gozo el comprender que “Jehová es Dios” y que él nos “ha hecho”? b) ¿Por qué confiamos plenamente en el cuidado amoroso de Jehová?
3 Puede que recuerde Salmo 100:2, que dice: “Sirvan a Jehová con regocijo. Entren delante de él con un clamor gozoso”. ¿Cuántas personas realmente adoran a Jehová de esa manera? El Sl 100 versículo 3 nos da buenas razones para hacerlo, al recordarnos: “Sepan que Jehová es Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos. Somos su pueblo, y las ovejas de su apacentamiento”. En el texto hebreo se le llama ʼElo·hím, denotando así su gran majestuosidad, dignidad y excelencia. Es el único Dios verdadero. (Deuteronomio 4:39; 7:9; Juan 17:3.) Sus siervos no llegan a conocer su Divinidad simplemente como una verdad que se les ha enseñado, sino como algo que experimentan y de lo cual dan prueba mediante obediencia, confianza y devoción. (1 Crónicas 28:9; Romanos 1:20.)
4 Dado que Jehová es el Dios vivo y puede ver hasta nuestro corazón, no hay nada oculto a sus ojos. Está completamente al tanto de lo que sucede en nuestra vida. Comprende las causas de las dificultades que afrontamos, así como los trastornos mentales y emocionales que pudieran producir. Como Creador, nos conoce mejor que nosotros mismos. También sabe cómo ayudarnos a encarar nuestra situación y proveernos alivio duradero. Si confiamos en él con todo el corazón, nos ayudará amorosamente, como lo hace un pastor que carga a un cordero en su seno. (Proverbios 3:5, 6; Isaías 40:10, 11.) Un estudio del Salmo 139 puede fortalecer esa confianza en gran manera.
Aquel que ve todos nuestros caminos
5. ¿Qué se quiere decir con que Jehová nos ‘escudriña completamente’, y por qué es deseable que lo haga?
5 El salmista David escribió con profundo agradecimiento: “Oh Jehová, tú me has escudriñado completamente, y me conoces”. (Salmo 139:1.) David confiaba en que Jehová no lo conocía superficialmente. Dios no veía a David como lo veían los hombres, que solo se fijaban en su estatura física, su elocuencia o su talento para tocar el arpa. (1 Samuel 16:7, 18.) Jehová había “escudriñado completamente” lo más recóndito de su ser, y lo había hecho debido a su interés amoroso por el bienestar espiritual de David. Si usted es un siervo devoto de Jehová, él lo conoce tan bien como conoció a David. Ese hecho hace que sintamos gratitud y temor reverente, ¿no es cierto?
6. ¿Cómo muestra Salmo 139:2, 3 que Jehová conoce todo lo que hacemos, incluso nuestros pensamientos?
6 Todas las actividades de David estaban manifiestas a la vista de Jehová, y David lo sabía. “Tú mismo has llegado a conocer mi sentarme y mi levantarme —escribió el salmista—. Has considerado mi pensamiento desde lejos. Mi viajar y mi yacer tendido has medido, y te has familiarizado hasta con todos mis caminos.” (Salmo 139:2, 3.) El que Jehová esté en los cielos, muy lejos de la Tierra, no impedía que supiera lo que David hacía y pensaba. ‘Medía’, es decir, examinaba con cuidado, las actividades de David, tanto durante el día como por la noche, para determinar su naturaleza.
7. a) Basándose en incidentes de la vida de David, mencione algunos aspectos de nuestra vida de los que Dios está al tanto. b) ¿Cómo debe afectarnos el saber este hecho?
7 Cuando el amor a Dios y la confianza en Su poder para libertar a sus siervos impulsaron al joven David a ofrecerse para luchar contra el gigante filisteo, Goliat, Jehová conocía ese hecho. (1 Samuel 17:32-37, 45-47.) Después, cuando la hostilidad de algunos hombres causó dolor fuerte al corazón de David, y la presión llegó a ser tan grande que cedió a las lágrimas durante la noche, se consoló al saber que Jehová oía su súplica. (Salmo 6:6, 9; 55:2-5, 22.) Asimismo, cuando el corazón de David, lleno de gratitud, lo movió a meditar en Jehová durante una noche de insomnio, Jehová estaba muy al tanto de ello. (Salmo 63:6; compárese con Filipenses 4:8, 9.) Jehová también supo lo que ocurrió al atardecer de cierto día en que David observó a la esposa de su prójimo bañándose, y vio lo que sucedió cuando David permitió por un corto período que el deseo pecaminoso excluyera a Dios de sus pensamientos. (2 Samuel 11:2-4.) Luego, cuando el profeta Natán fue enviado para exponer delante de David la gravedad de su pecado, Jehová no solo oyó las palabras que salieron de la boca de David, sino que también percibió que procedían de un corazón arrepentido. (2 Samuel 12:1-14; Salmo 51:1, 17.) ¿No deberían estos hechos impulsarnos a pensar seriamente en cuanto a los lugares adonde vamos, lo que hacemos y lo que hay en nuestro corazón?
8. a) ¿En qué sentido afectan ‘las palabras en nuestra lengua’ nuestra relación con Dios? b) ¿Cómo pueden superarse las debilidades en el uso de la lengua? (Mateo 15:18; Lucas 6:45.)
8 Puesto que Dios sabe todo lo que hacemos, no debe sorprendernos que esté al tanto de cómo utilizamos incluso un miembro tan pequeño del cuerpo como es la lengua. El rey David reconoció esto y escribió: “Pues no hay una sola palabra en mi lengua, cuando, ¡mira!, oh Jehová, tú ya lo sabes todo”. (Salmo 139:4.) David sabía muy bien que Jehová recibiría como huéspedes en su tienda a las personas que no lanzaran calumnias contra otros y que no utilizaran la lengua para esparcir chismes sabrosos que pudieran difamar a un amigo íntimo. Aquellos a quienes Jehová favorecería serían personas que hablaran la verdad incluso en el corazón. (Salmo 15:1-3; Proverbios 6:16-19.) Nadie puede dominar la lengua a la perfección, pero David no se rindió ni dijo que no podía hacer nada para mejorar al respecto. Pasó mucho tiempo componiendo y cantando salmos de alabanza a Jehová. También reconoció abiertamente que necesitaba ayuda, y pidió a Dios que se la diera. (Salmo 19:12-14.) ¿Necesitamos orar también para que él nos ayude a usar la lengua de manera apropiada?
9. a) ¿Cómo muestra Salmo 139:5 lo bien que Dios conoce nuestra situación? b) ¿En qué nos ayuda a confiar esto?
9 Jehová no nos ve a nosotros ni nuestra situación desde una perspectiva estrecha. Ve el cuadro completo. Usando una ciudad sitiada como ejemplo, David escribió: “Detrás y delante, me has sitiado”. En el caso de David, Dios no era un enemigo que estaba al asedio; era, más bien, un guardián vigilante. “Pones tu mano sobre mí”, añadió David, refiriéndose al control y la protección de Dios para el beneficio duradero de aquellos que lo aman. “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí. Tan alto es, que yo no puedo alcanzarlo”, reconoció David. (Salmo 139:5, 6.) El conocimiento que Dios tiene de sus siervos es tan completo y pormenorizado, que no somos capaces de comprenderlo cabalmente. Pero sabemos lo suficiente como para confiar en que Jehová nos entiende de verdad y que la ayuda que da es la mejor. (Isaías 48:17, 18.)
Dios puede ayudarnos dondequiera que estemos
10. ¿Qué verdad animadora nos comunica la descripción vívida de Salmo 139:7-12?
10 El salmista analiza a continuación el cuidado amoroso de Jehová desde otro punto de vista, y dice: “¿Adónde puedo irme de tu espíritu, y adónde puedo huir de tu rostro?”. No tenía ningún deseo de intentar alejarse de Jehová; más bien, se daba cuenta de que dondequiera que estuviera, Jehová lo sabría y podría ayudarlo con su espíritu santo. “Si ascendiera al cielo —continuó—, allí estarías; y si tendiera mi lecho en el Seol, ¡mira!, tú estarías allí. Si tomara las alas del alba, para poder residir en el mar más remoto, allí, también, tu propia mano me guiaría y tu diestra me asiría. Y si yo dijera: ‘¡De seguro la oscuridad misma prestamente se apoderará de mí!’, entonces la noche sería luz en torno a mí. Aun la oscuridad misma no resultaría demasiado oscura para ti, sino que la noche misma brillaría tal como lo hace el día; lo mismo daría que la oscuridad fuera luz.” (Salmo 139:7-12.) No hay circunstancia que tengamos que afrontar ni lugar al que podamos ir que esté oculto de la vista de Jehová o más allá del alcance de su espíritu de modo que este no pueda ayudarnos.
11, 12. a) ¿Cómo se demostró en el caso de Jonás la capacidad de Dios de ver y ayudar, aunque a Jonás se le olvidó ese hecho por un momento? b) ¿Cómo debería beneficiarnos la experiencia de Jonás?
11 Hubo un momento en que al profeta Jonás se le olvidó ese hecho. Jehová lo había asignado a predicar a los habitantes de Nínive. Por alguna razón pensó que no podía cumplir con esa asignación. Es posible que la reputación cruel de los asirios le hiciera sentir temor de servir en Nínive. De modo que trató de ocultarse. En el puerto de Jope consiguió un pasaje en una nave que se dirigía a Tarsis (que por lo general se relaciona con España, a más de 3.500 kilómetros al oeste de Nínive). No obstante, Jehová lo vio embarcar y dormirse en la cala. Dios también sabía dónde se encontraba cuando más tarde fue arrojado al mar, y lo oyó cuando, estando en el vientre del gran pez, prometió pagar sus votos. Una vez que se le devolvió a tierra seca, Jonás recibió otra oportunidad de cumplir con su asignación. (Jonás 1:3, 17; 2:1–3:4.)
12 Cuánto mejor hubiera sido que desde el principio Jonás hubiera confiado en que el espíritu de Jehová le ayudaría a cumplir con su asignación. Sin embargo, después Jonás escribió humildemente su experiencia, que desde entonces ha ayudado a muchos a confiar en Jehová de un modo que el propio Jonás encontró muy difícil de hacer. (Romanos 15:4.)
13. a) ¿Qué asignaciones cumplió fielmente Elías antes de huir de la reina Jezabel? b) ¿Cómo ayudó Jehová a Elías incluso cuando trató de esconderse fuera del territorio de Israel?
13 La experiencia de Elías es algo diferente. Había proclamado fielmente el decreto de Jehová de que Israel sufriría una sequía como castigo por sus pecados. (1 Reyes 16:30-33; 17:1.) Había defendido con denuedo la adoración verdadera en la prueba entre Jehová y Baal en el monte Carmelo, y había ejecutado a 450 profetas de Baal en el valle torrencial de Cisón. Sin embargo, cuando la reina Jezabel se enfureció y juró matar a Elías, este huyó del país. (1 Reyes 18:18-40; 19:1-4.) ¿Estaba Jehová allí para ayudarle en ese momento difícil? Claro que sí. Si Elías hubiera subido una montaña tan alta que llegara hasta el cielo, o se hubiera escondido en una cueva muy profunda en la tierra como si estuviera en el Seol, o hubiera huido a una isla remota a la velocidad de la luz del alba que se extiende por toda la Tierra, la mano de Jehová hubiera estado allí para fortalecerlo y guiarlo. (Compárese con Romanos 8:38, 39.) Y Jehová, en realidad, fortaleció a Elías, no solo con alimento para su viaje, sino también con las maravillosas demostraciones de su fuerza activa. Fortalecido así, Elías emprendió su siguiente asignación profética. (1 Reyes 19:5-18.)
14. a) ¿Por qué es incorrecto decir que Dios es omnipresente? b) ¿En qué circunstancias ha sostenido amorosamente Jehová a sus siervos en tiempos modernos? c) ¿Cómo puede explicarse que aun si fuéramos al Seol, Dios estaría allí?
14 Las palabras proféticas de Salmo 139:7-12 no significan que Dios sea omnipresente, que esté en persona en todos los lugares a todo tiempo. Las Escrituras muestran con claridad que no es así. (Deuteronomio 26:15; Hebreos 9:24.) Sin embargo, sus siervos nunca están fuera de su alcance. Esto es cierto en el caso de aquellos cuyas asignaciones teocráticas los han llevado a lugares distantes. Fue cierto en el caso de los Testigos leales en los campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial, y en el de los misioneros que estuvieron incomunicados en China a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta. Fue cierto en el caso de nuestros queridos hermanos de un país centroafricano que tuvieron que huir en varias ocasiones de sus aldeas e incluso del país. De ser necesario, Jehová puede alargar la mano al Seol, la sepultura común, y devolver la vida a sus siervos fieles mediante una resurrección. (Job 14:13-15; Lucas 20:37, 38.)
Aquel que nos comprende de verdad
15. a) ¿Desde cuándo empieza Jehová a observar nuestro desarrollo? b) ¿Hasta qué grado nos conoce Dios, según se indica por lo que dice el salmista en cuanto a los riñones?
15 El salmista inspirado dirige nuestra atención al hecho de que Dios nos conocía aun antes de que naciéramos, al decir: “Porque tú mismo produjiste mis riñones; me tuviste cubierto en resguardo en el vientre de mi madre. Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho. Tus obras son maravillosas, como muy bien percibe mi alma”. (Salmo 139:13, 14.) La combinación de los genes que nuestros padres aportan en el momento de la concepción produce el código que influye profundamente en nuestra potencialidad física y mental. Dios comprende esa potencialidad. En este salmo se alude específicamente a los riñones, que muchas veces se mencionan en las Escrituras como representación de los aspectos más íntimos de la personalidad.a (Salmo 7:9; Jeremías 17:10.) Jehová conocía estos detalles nuestros aun antes de que naciéramos. Él también es quien creó con interés amoroso el cuerpo humano de tal manera que una célula fecundada en la matriz de la madre pueda producir una estructura protectora que envuelva el embrión y lo proteja mientras se desarrolla.
16. a) ¿Cómo destaca Salmo 139:15, 16 el poder penetrante de la visión de Dios? b) ¿Por qué debe animarnos este hecho?
16 Luego, recalcando el poder penetrante de la visión de Dios, el salmista agrega: “Mis huesos no estuvieron escondidos de ti cuando fui hecho en secreto, cuando fui tejido en las partes más bajas de la tierra [debe haberse referido poéticamente a la matriz de su madre, pero haciendo alusión al hecho de que Adán fue creado del polvo]. Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas [las partes corporales] y todavía no había una [parte corporal definida] entre ellas”. (Salmo 139:15, 16.) No cabe ninguna duda de que, nos comprendan o no nuestros compañeros humanos, Jehová sí nos comprende. ¿Cómo debe afectarnos este hecho?
17. ¿Qué nos sentimos impulsados a hacer cuando vemos las obras de Dios como algo maravilloso?
17 El escritor del Salmo 139 reconoció que las obras de Dios de las que estaba escribiendo eran maravillosas. ¿Concuerda usted con él? Cuando algo es maravilloso, las personas reflexionan profundamente sobre ello y quedan extasiadas. Es muy probable que usted reaccione así cuando contempla las obras creativas de Jehová. (Compárese con Salmo 8:3, 4, 9.) ¿Es esa su reacción cuando piensa en lo que él ha hecho al establecer el Reino Mesiánico, lo que está logrando al hacer que se prediquen las buenas nuevas en toda la Tierra y cómo su Palabra transforma las personalidades humanas? (Compárese con 1 Pedro 1:10-12.)
18. ¿Cómo nos afectará el reconocer que las obras de Dios son inspiradores de temor?
18 ¿Concuerda usted en que el contemplar las obras de Dios es inspirador de temor, produce un temor saludable que motiva profundamente y tiene un efecto muy grande en su personalidad y su modo de vivir? (Compárese con Salmo 66:5.) Si así es, el corazón lo impulsará a elogiar a Jehová, a alabarlo y a crear oportunidades para hablar a otros de su propósito y de las maravillas que les esperan a los que lo aman. (Salmo 145:1-3.)
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“Escudríñame completamente, oh Dios”La Atalaya 1993 | 1 de octubre
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“Escudríñame completamente, oh Dios”
“Escudríñame completamente, oh Dios, y conoce mi corazón [...]. Guíame en el camino de tiempo indefinido.” (SALMO 139:23, 24.)
1. ¿Cómo trata Jehová a sus siervos?
A TODOS nos gusta que se nos trate con comprensión, que se tomen en cuenta nuestras circunstancias, que se nos ayude cuando cometemos errores y que no se exija de nosotros más de lo que podemos dar. Así es como Jehová Dios trata a sus siervos. Salmo 103:14 dice: “Él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo”. Jesucristo, que refleja perfectamente a su Padre, hace esta amable invitación: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo [es decir: “Pónganse debajo de mi yugo conmigo”, nota] y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera”. (Mateo 11:28-30.)
2. Contraste la opinión de Jehová con la del hombre sobre a) Jesucristo y b) los seguidores de Cristo.
2 La opinión que Jehová tiene de sus siervos suele diferir mucho de la que tiene el hombre. Él ve los asuntos desde un punto de vista diferente y toma en cuenta aspectos que otros tal vez desconozcan por completo. Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, fue “despreciado y fue evitado por los hombres”. Los que no pusieron fe en él como el Mesías ‘lo consideraron como de ninguna importancia’. (Isaías 53:3; Lucas 23:18-21.) No obstante, a los ojos de Dios, él era su “Hijo, el amado”, a quien el Padre dijo: “Yo te he aprobado”. (Lucas 3:22; 1 Pedro 2:4.) Algunos seguidores de Jesucristo son despreciados porque son pobres en sentido material y aguantan muchas tribulaciones. Sin embargo, Jehová y su Hijo pueden considerarlos ricos. (Romanos 8:35-39; Revelación 2:9.) ¿A qué se debe tal diferencia de opinión?
3. a) ¿Por qué suele diferir mucho la opinión que tiene Jehová de las personas de la que tiene el hombre? b) ¿Por qué es muy importante que examinemos la clase de personas que somos en nuestro interior?
3 Jeremías 11:20 contesta: “Jehová [...] está examinando los riñones y el corazón”. Él ve lo que somos en nuestro interior, incluso los aspectos de nuestra personalidad que están ocultos a los ojos de los demás. Al examinarnos, se interesa principalmente en las cualidades y condiciones que son fundamentales para nuestra buena relación con él, las que nos benefician de manera más duradera. El saber esto es alentador, pero también induce a la reflexión. Dado que Jehová ve lo que somos en nuestro interior, es importante que examinemos lo que somos por dentro si hemos de ser la clase de personas que él desea en su nuevo mundo. Su Palabra nos ayuda a hacer dicho examen. (Hebreos 4:12, 13.)
Qué preciosos son los pensamientos de Dios
4. a) ¿Qué impulsó al salmista a decir que consideraba preciosos los pensamientos de Dios? b) ¿Por qué deberían ser preciosos para nosotros?
4 Después de haber meditado en el conocimiento absoluto que Dios tiene de sus siervos y en su extraordinaria habilidad para proveerles la ayuda necesaria, el salmista David escribió: “Así es que, para mí, ¡cuán preciosos son tus pensamientos!”. (Salmo 139:17a.) Esos pensamientos, revelados en su Palabra escrita, son mucho más sublimes que las ideas del hombre, prescindiendo de lo brillantes que estas parezcan ser. (Isaías 55:8, 9.) Los pensamientos de Dios nos ayudan a concentrarnos en las cosas que de verdad tienen importancia en la vida y a servirle con celo. (Filipenses 1:9-11.) Nos enseñan a ver los asuntos como él los ve y nos ayudan a ser sinceros con nosotros mismos y a reconocer la clase de persona que realmente somos en el corazón. ¿Está usted dispuesto a hacer esto?
5. a) ¿Qué tenemos que guardar “más que todo lo demás” según nos insta la Palabra de Dios? b) ¿Cómo puede beneficiarnos el relato bíblico de Caín? c) Aunque no estamos bajo la Ley de Moisés, ¿cómo nos ayuda esta a entender lo que agrada a Jehová?
5 Los seres humanos suelen conceder mucha importancia a la apariencia exterior, pero las Escrituras nos aconsejan: “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón”. (Proverbios 4:23.) La Biblia nos ayuda a seguir este consejo tanto mediante preceptos como mediante ejemplos. Nos cuenta que Caín ofreció sacrificios a Dios sin el motivo apropiado, mientras que su corazón ardía de resentimiento y luego de odio hacia su hermano Abel, y nos insta a no ser como él. (Génesis 4:3-5; 1 Juan 3:11, 12.) En la Biblia se conserva el requisito de obediencia que se encontraba en la Ley de Moisés. Sin embargo, en ella también se recalca que el requisito principal de la Ley es que los adoradores de Jehová lo amen con todo el corazón, la mente, el alma y las fuerzas; y dice que el segundo mandamiento más importante es amar al prójimo como a uno mismo. (Deuteronomio 5:32, 33; Marcos 12:28-31.)
6. ¿Qué preguntas debemos plantearnos al hacer aplicación de Proverbios 3:1?
6 En Proverbios 3:1 no solo se nos insta a obedecer los mandamientos de Dios, sino también a cerciorarnos de que dicha obediencia sea una expresión de lo que en realidad tenemos en el corazón. Debemos preguntarnos individualmente: ‘¿Es eso cierto de mi obediencia a los requisitos de Dios?’. Si notamos que nuestro motivo o modo de pensar es deficiente en algunos asuntos —y nadie puede decir que es perfecto— entonces tenemos que preguntarnos: ‘¿Qué estoy haciendo para mejorar a este respecto?’. (Proverbios 20:9; 1 Juan 1:8.)
7. a) ¿Cómo puede ayudarnos a guardar el corazón la censura de los fariseos que hizo Jesús en Mateo 15:3-9? b) ¿Qué situaciones pudieran exigir que tomáramos medidas drásticas para disciplinar la mente y el corazón?
7 Cuando los fariseos judíos fomentaron con astucia una costumbre con el motivo de obtener beneficios personales fingiendo que honraban a Dios, Jesús denunció su hipocresía y mostró que su adoración era en vano. (Mateo 15:3-9.) Jesús también advirtió que para agradar a Dios, que ve el corazón, no basta con llevar una vida aparentemente moral, pero a la vez entregarse de continuo a pensamientos inmorales en busca de placer. Es posible que tengamos que tomar medidas drásticas para disciplinar la mente y el corazón. (Proverbios 23:12; Mateo 5:27-29.) Esa disciplina también es necesaria si empezamos a imitar al mundo y permitimos que nos moldee según sus normas, a causa de nuestro empleo, metas académicas o selección de entretenimiento. Nunca olvidemos que el discípulo Santiago llama “adúlteras” a quienes afirman pertenecer a Dios pero que quieren ser amigos del mundo. ¿Por qué? Porque “el mundo entero yace en el poder del inicuo”. (Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-17; 5:19.)
8. ¿Qué tenemos que hacer para beneficiarnos plenamente de los pensamientos preciosos de Dios?
8 Para beneficiarnos plenamente de los pensamientos de Dios sobre estos y otros asuntos, tenemos que apartar tiempo para leerlos y oírlos. Además, hay que estudiarlos, hablar de ellos y meditar sobre ellos. Muchos lectores de La Atalaya asisten con regularidad a las reuniones de congregación de los testigos de Jehová, donde se estudia la Biblia. Compran tiempo de otras actividades a fin de estar presentes. (Efesios 5:15-17.) Y lo que reciben en cambio es mucho más valioso que las riquezas materiales. ¿No opina usted lo mismo?
9. ¿Por qué algunos de los que asisten a las reuniones cristianas progresan más rápido que otros?
9 Sin embargo, algunos de los que asisten a estas reuniones progresan en sentido espiritual más rápido que otros. Ponen en práctica la verdad más plenamente. ¿A qué se debe? Un factor importante es la diligencia en el estudio personal. Comprenden que no vivimos solo de pan, y que alimentarse espiritualmente todos los días es tan importante como tomar alimento físico con regularidad. (Mateo 4:4; Hebreos 5:14.) De modo que todos los días procuran apartar por lo menos un rato para leer la Biblia o las publicaciones que la explican. Se preparan para las reuniones de congregación, estudiando la información de antemano y buscando las citas bíblicas. No solo leen la materia de estudio, sino que meditan en ella. Su programa de estudio incluye reflexionar en el efecto que debe tener en su vida lo que están aprendiendo. Al aumentar su espiritualidad, llegan a sentirse como el salmista, que escribió: “¡Cómo amo tu ley, sí! [...] Tus recordatorios son maravillosos”. (Salmo 1:1-3; 119:97, 129.)
10. a) ¿Por cuánto tiempo es provechoso seguir estudiando la Palabra de Dios? b) ¿Cómo lo muestran las Escrituras?
10 Aunque hayamos estudiado la Palabra de Dios durante uno, cinco o cincuenta años, dicho estudio nunca se hace monótono si consideramos preciosos los pensamientos de Dios. Sin importar cuánto hayamos aprendido de las Escrituras, no lo sabemos todo. “Oh Dios, ¡hasta cuánto llega la gran suma de ellos! —dijo David—. Si yo tratara de contarlos, son más que hasta los granos de arena.” No somos capaces de contar los pensamientos de Dios. En caso de que los contáramos todo el día y nos quedáramos dormidos haciéndolo, aún habría mucho más en qué pensar al despertarnos por la mañana. Por ello David escribió: “He despertado, y sin embargo todavía estoy contigo”. (Salmo 139:17, 18.) Seguiremos aprendiendo acerca de Jehová y de sus caminos por toda la eternidad. Nunca llegaremos a saberlo todo. (Romanos 11:33.)
Odiemos lo que Jehová odia
11. ¿Por qué es importante que además de conocer los pensamientos de Dios, también sintamos como siente él?
11 No estudiamos la Palabra de Dios solo para llenar la cabeza de datos. Cuando dejamos que los pensamientos de Dios penetren en el corazón, empezamos a hacer nuestros los sentimientos de Dios. ¡Cuánta importancia tiene esto! ¿Qué pudiera suceder si no cultivamos tal modo de sentir? Pues, aunque seamos capaces de repetir lo que la Biblia dice, tal vez consideremos deseable lo que prohíbe o quizás pensemos que es una carga cumplir con lo que se requiere de nosotros. Es cierto que, aun odiando lo que es malo, tal vez tengamos una lucha a causa de la imperfección humana. (Romanos 7:15.) Ahora bien, si no nos esforzamos sinceramente por poner lo que somos en el interior en conformidad con lo que es correcto, ¿podemos esperar agradar a Jehová, “el examinador de los corazones”? (Proverbios 17:3.)
12. ¿Cuánta importancia tienen el amor y el odio piadosos?
12 El odio piadoso es una eficaz protección contra la comisión de males, tal como el amor piadoso hace que sea placentero practicar lo que es correcto. (1 Juan 5:3.) Las Escrituras nos instan reiteradamente a cultivar tanto el amor como el odio. “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo.” (Salmo 97:10.) “Aborrezcan lo que es inicuo; adhiéranse a lo que es bueno.” (Romanos 12:9.) ¿Estamos haciéndolo?
13. a) ¿Con qué oración de David respecto a la destrucción de los inicuos estamos en completo acuerdo? b) Según indica la oración de David, ¿quiénes eran los inicuos que pidió a Dios que destruyera?
13 Jehová ha dicho con claridad que su propósito es desarraigar de la Tierra a los inicuos y dar paso a una nueva tierra en la que la justicia habrá de morar. (Salmo 37:10, 11; 2 Pedro 3:13.) Los que aman la justicia anhelan ese tiempo. Están en completo acuerdo con el salmista David, que oró: “¡Oh, que tú, oh Dios, mataras al inicuo!, entonces hasta los hombres culpables de sangre ciertamente se apartarán de mí, los que dicen cosas acerca de ti conforme a su idea; han tomado tu nombre de manera indigna... tus adversarios”. (Salmo 139:19, 20.) David no anhelaba personalmente dar muerte a esos inicuos. Oró por que la retribución llegara de manos de Jehová. (Deuteronomio 32:35; Hebreos 10:30.) Estas no eran personas que simplemente hubieran ofendido a David de alguna manera. Habían representado mal a Dios tomando su nombre de manera indigna. (Éxodo 20:7.) Engañosamente afirmaban servirle, pero utilizaban su nombre para apoyar sus propios planes. David no amaba a los que escogían ser adversarios de Dios.
14. ¿Hay inicuos a quienes se les puede ayudar? Si así es, cómo?
14 Hay miles de millones de personas que no conocen a Jehová. Muchas de ellas no saben que practican cosas que la Palabra de Dios dice que son malas. Si persisten en ese derrotero, estarán entre las que perecerán en la gran tribulación. Ahora bien, Jehová no se deleita en la muerte de los inicuos, y tampoco deberíamos hacerlo nosotros. (Ezequiel 33:11.) Mientras haya tiempo, nos esforzaremos por ayudar a esas personas a aprender y seguir los caminos de Jehová. Pero ¿qué se puede decir de los que odian intensamente a Jehová?
15. a) ¿A quiénes consideraba el salmista como “verdaderos enemigos”? b) ¿Cómo podemos mostrar hoy que ‘odiamos’ a los que se sublevan contra Jehová?
15 El salmista dijo respecto a ellos: “¿No odio yo a los que te odian intensamente, oh Jehová, y no me dan asco los que se sublevan contra ti? De veras los odio con un odio completo. Han llegado a ser para mí verdaderos enemigos”. (Salmo 139:21, 22.) David aborrecía a esas personas porque odiaban intensamente a Jehová. Los apóstatas están entre los que odian a Jehová y se sublevan contra él. La apostasía es, en realidad, una rebelión contra Jehová. Algunos apóstatas dicen que conocen y sirven a Dios, pero rechazan las enseñanzas y los requisitos de su Palabra. Otros sostienen que creen en la Biblia, pero rechazan la organización de Jehová y procuran activamente estorbar su obra. Cuando escogen a propósito obrar con maldad después de haber conocido lo que es correcto y la maldad está tan arraigada en ellos que es parte inseparable de su modo de ser, entonces el cristiano tiene que odiar —en el sentido bíblico de la palabra— a los que se han apegado inseparablemente a la maldad. Los cristianos verdaderos sienten lo mismo que Jehová siente hacia los apóstatas; no les intrigan las ideas apóstatas. Al contrario, les “dan asco” los que se han convertido en enemigos de Dios, pero dejan que Jehová se encargue de ejecutar venganza. (Job 13:16; Romanos 12:19; 2 Juan 9, 10.)
Cuando Dios nos escudriña
16. a) ¿Por qué quería David que Jehová lo escudriñara completamente? b) ¿Qué debemos pedir a Dios que nos ayude a percibir en cuanto a nuestro corazón?
16 David no quería ser en nada como los inicuos. Muchas personas tratan de ocultar lo que son en su interior, pero David oró con humildad: “Escudríñame completamente, oh Dios, y conoce mi corazón. Examíname, y conoce mis pensamientos inquietantes, y ve si hay en mí algún camino doloroso, Y guíame en el camino de tiempo indefinido”. (Salmo 139:23, 24.) Cuando David mencionó su corazón, no se refería al corazón físico. En conformidad con el sentido figurado de esta palabra, hacía alusión a lo que era por dentro, al hombre interior. Nosotros también debemos desear que Dios escudriñe nuestro corazón y vea si tenemos deseos, inclinaciones, emociones, propósitos, pensamientos o motivos impropios. (Salmo 26:2.) Jehová nos invita: “Hijo mío, de veras dame tu corazón, y que esos ojos tuyos se complazcan en mis propios caminos”. (Proverbios 23:26.)
17. a) En vez de ocultar los pensamientos inquietantes, ¿qué debemos hacer? b) ¿Debería sorprendernos hallar inclinaciones impropias en el corazón, y qué debemos hacer al respecto?
17 Si hay ocultos en nosotros pensamientos inquietantes causados por deseos o motivos malos o debido a que hayamos tenido algún comportamiento impropio, debemos pedir a Jehová que nos ayude a corregir el asunto. En vez de usar la expresión “algún camino doloroso”, la versión judía La Biblia, de Editorial Sigal, dice “camino malo”; la versión en inglés, The New English Bible, dice “cualquier camino que te aflija [es decir, a ti, Dios]”. Es posible que nosotros mismos no comprendamos con claridad nuestros pensamientos inquietantes, y por lo tanto no sepamos cómo explicar nuestro problema a Dios, pero él entiende nuestra situación. (Romanos 8:26, 27.) No debería sorprendernos hallar inclinaciones malas en nuestro corazón; sin embargo, no debemos justificarlas. (Génesis 8:21.) Tenemos que buscar la ayuda de Dios para desarraigarlas. Si amamos de verdad a Jehová y sus caminos, podemos pedirle tal ayuda confiando en que él “es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas”. (1 Juan 3:19-21.)
18. a) ¿Cómo nos guía Jehová en el camino de tiempo indefinido? b) ¿Qué amoroso encomio recibiremos si persistimos en seguir la dirección de Jehová?
18 En conformidad con la oración del salmista de que Jehová lo guiaría en el camino de tiempo indefinido, Jehová de verdad guía a sus siervos humildes y obedientes. No solo los dirige en el camino que puede resultar en una larga vida debido a que no morirán prematuramente porque no son malhechores, sino en el camino que lleva a la vida eterna. Jehová subraya la necesidad que tenemos del valor expiatorio del sacrificio de Jesús. Mediante su Palabra y su organización nos provee instrucción esencial para poder hacer su voluntad. Nos recalca la importancia de responder a su ayuda para que lleguemos a ser por dentro la clase de persona que mostramos ser por fuera. (Salmo 86:11.) Nos anima con la perspectiva de vivir para siempre en salud perfecta en un justo nuevo mundo en el que le serviremos a él, el único Dios verdadero. Si seguimos respondiendo con lealtad a su dirección, él en realidad nos dirá lo que dijo a su Hijo: “Yo te he aprobado”. (Lucas 3:22; Juan 6:27; Santiago 1:12.)
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