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¿Quién es Jehová?La Atalaya 1993 | 15 de julio
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¿Quién es Jehová?
“¿QUIÉN es Jehová?”, preguntó el altivo Faraón, rey de Egipto, hace tres mil quinientos años. Guiado evidentemente por su soberbia, añadió: “No conozco a Jehová en absoluto”. Dos hombres que estaban de pie ante él sabían quién era Jehová. Eran los hermanos Moisés y Aarón, de la tribu israelita de Leví. Jehová los había mandado para que pidieran que el monarca de Egipto dejara ir a los israelitas al desierto para celebrar una fiesta religiosa. (Éxodo 5:1, 2.)
Faraón no quería una respuesta a su pregunta. Bajo su autoridad los sacerdotes promovían la adoración de centenares de divinidades falsas. ¡El propio Faraón era considerado un dios! Según la mitología egipcia, era el hijo del dios Sol Ra y la encarnación del dios Horus, representado con cabeza de halcón. Al dirigirse a Faraón se le daba el tratamiento de “el dios poderoso” y “el eterno”. Por eso no es de extrañar que preguntara desdeñosamente: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz?”.
No era preciso que Moisés y Aarón contestaran esa pregunta. Faraón sabía que Jehová era el Dios de los israelitas, que entonces vivían como esclavos en Egipto. Pero muy pronto Faraón y todo Egipto aprenderían que Jehová es el Dios verdadero. Del mismo modo hoy, Jehová dará a conocer su nombre y su Divinidad a todos los habitantes de la Tierra. (Ezequiel 36:23.) Por consiguiente, podemos sacar provecho de examinar cómo Jehová Dios enalteció su nombre en el Egipto antiguo.
Superior a las deidades egipcias
Cuando Faraón preguntó en tono desafiante quién era Jehová, no se imaginó lo que le sobrevendría. Jehová respondió personalmente mandando diez plagas sobre Egipto. Tales azotes fueron un golpe no solo a la nación, sino también a sus deidades.
Las plagas demostraron la superioridad de Jehová sobre las deidades egipcias. (Éxodo 12:12; Números 33:4.) ¡Imagínese el clamor de la gente cuando Jehová convirtió el Nilo y todas las aguas de Egipto en sangre! Por este milagro Faraón y su pueblo aprendieron que Jehová era superior al dios Nilo, Hapi. La muerte de los peces del Nilo fue también un golpe a la religión egipcia, en la que ciertos géneros de peces eran objeto de culto. (Éxodo 7:19-21.)
Inmediatamente después Jehová envió una plaga de ranas sobre Egipto, causando afrenta a la diosa rana, Heqt. (Éxodo 8:5-14.) La tercera plaga desconcertó a los sacerdotes practicantes de magia, que no consiguieron duplicar el milagro de Jehová de convertir el polvo en jejenes. “¡Es el dedo de Dios!”, exclamaron. (Éxodo 8:16-19.) El dios egipcio Thot, a quien se le atribuye la invención de las artes mágicas, fue incapaz de ayudar a estos charlatanes.
Faraón estaba aprendiendo quién era Jehová. Jehová era el Dios capaz de anunciar su propósito por medio de Moisés y ejecutarlo después descargando plagas milagrosas sobre los egipcios. Además, Jehová podía enviar los azotes y hacerlos cesar a voluntad. Pero a pesar de aprender esto, Faraón no accedió a someterse a Jehová. Por el contrario, el altanero monarca de Egipto siguió oponiéndose a Jehová con obstinación.
Durante la cuarta plaga, los tábanos asolaron la tierra, invadieron las casas y probablemente inundaron el aire, venerado en la figura del dios Shu o de la diosa Isis, reina del cielo. El término hebreo para designar a este insecto se ha traducido “tábano”, “mosca de perro” o “escarabajo”. (Traducción del Nuevo Mundo; Septuaginta; Young [en inglés].) Si se trató del escarabajo pelotero, quiere decir que los egipcios fueron plagados por insectos considerados sagrados, y no podían evitar aplastarlos al caminar. De todos modos, esta plaga le enseñó a Faraón algo nuevo acerca de Jehová. Aunque las divinidades de Egipto no podían defender de los tábanos a sus adoradores, Jehová sí podía proteger a su pueblo. Esta y las siguientes plagas afligieron a los egipcios, mas no a los israelitas. (Éxodo 8:20-24.)
La quinta plaga consistió en herir con peste el ganado de Egipto. Este golpe fue una afrenta para Hator, Apis y Nut, diosa del cielo representada en forma de vaca. (Éxodo 9:1-7.) La sexta plaga causó diviesos en hombre y bestia, humillando a los dioses Thot, Isis y Ptah, a quienes se les atribuían equivocadamente poderes curativos. (Éxodo 9:8-11.)
La séptima plaga fue una formidable granizada, con fuego mezclado entre el granizo. Esta calamidad deshonró al dios Reshpu, presunto señor del relámpago, y a Thot, de quien se decía que regulaba la lluvia y el trueno. (Éxodo 9:22-26.) El octavo azote, la plaga de langostas, mostró la superioridad de Jehová sobre Min, dios de la fertilidad y supuesto protector de las cosechas. (Éxodo 10:12-15.) La novena plaga, consistente en tres días de oscuridad en Egipto, causó afrenta a divinidades egipcias tales como los dioses solares Ra y Horus. (Éxodo 10:21-23.)
A pesar de haber sufrido nueve plagas devastadoras, Faraón se obstinó en no dejar partir a los israelitas. La dureza de su corazón le costó caro a Egipto cuando Dios mandó la décima y última plaga: la muerte del primogénito de hombre y bestia. Hasta el primogénito de Faraón pereció, aunque era considerado un dios. De este modo, Jehová ‘ejecutó juicio en todos los dioses de Egipto’. (Éxodo 12:12, 29.)
Entonces Faraón llamó a Moisés y Aarón, y dijo: “Levántense, salgan de en medio de mi pueblo, tanto ustedes como los demás hijos de Israel, y vayan, sirvan a Jehová, tal como han declarado. Llévense sus rebaños así como también sus vacadas, tal como han declarado, y váyanse. También, tienen que bendecirme además”. (Éxodo 12:31, 32.)
Protector de Su pueblo
Poco después que partieron los israelitas, Faraón pensó que estaban perdidos en el desierto. Entonces, él y sus siervos preguntaron: “¿Qué es esto que hemos hecho, de haber enviado a Israel de servirnos como esclavo?”. (Éxodo 14:3-5.) La pérdida de la nación esclava lesionaría severamente la economía de Egipto.
Faraón reunió a su ejército y siguió a Israel hasta Pihahirot. (Éxodo 14:6-9.) Desde el punto de vista militar, la situación parecía favorecer a los egipcios, pues los israelitas se hallaban atrapados entre el mar y las montañas. Pero Jehová tomó acción para protegerlos colocando una nube entre ellos y los egipcios. Del lado egipcio ‘resultó haber una nube junto con oscuridad’, que impedía el ataque. Del otro lado, la nube brillaba, “alumbrando la noche” para Israel. (Éxodo 14:10-20.)
Los egipcios estaban decididos a saquear y destruir, pero la nube se lo impedía. (Éxodo 15:9.) Cuando la nube se levantó, ¡he aquí algo prodigioso! ¡Las aguas del mar Rojo se habían partido y los israelitas estaban cruzando a la otra orilla por tierra seca! Faraón y sus ejércitos penetraron con estruendo en el lecho del mar, resueltos a capturar y despojar a sus antiguos esclavos. No obstante, el arrogante monarca de Egipto no contó con el Dios de los hebreos. Jehová conturbó a los egipcios y quitó las ruedas de sus carros. (Éxodo 14:21-25a.)
“[¡]Huyamos de todo contacto con Israel[!] —gritaron los hombres fuertes de Egipto—, porque Jehová ciertamente pelea por ellos contra los egipcios.” Faraón y sus hombres comprendieron esto demasiado tarde. Indemne en la otra orilla, Moisés extendió la mano al mar, y las aguas volvieron a su estado normal ahogando a Faraón y sus ejércitos. (Éxodo 14:25b-28.)
Lecciones aprendidas por experiencia
Entonces, ¿quién es Jehová? El orgulloso Faraón recibió respuesta a tal pregunta. Lo que sucedió en Egipto demostró que Jehová es el único y verdadero Dios, totalmente diferente de los ‘dioses de las naciones, que nada valen’. (Salmo 96:4, 5.) Jehová ‘hizo los cielos y la tierra’ por su impresionante poder. Además, es el Gran Libertador, que ‘sacó a su pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales, con milagros, con mano fuerte y con gran aterramiento’. (Jeremías 32:17-21.) ¡Qué bien probó aquello que Jehová puede proteger a su pueblo!
Faraón aprendió estas lecciones por amarga experiencia. En efecto, la última lección que aprendió le costó la vida. (Salmo 136:1, 15.) Habría sido mucho mejor que hubiera mostrado humildad cuando preguntó: “¿Quién es Jehová?”. Entonces aquel monarca pudiera haber actuado en consonancia con la respuesta recibida. Felizmente, hoy día muchas personas humildes están aprendiendo quién es Jehová. ¿Y qué clase de personalidad tiene Él? ¿Qué pide de nosotros? Esperamos que el siguiente artículo acreciente su aprecio por el Único cuyo nombre es Jehová. (Salmo 83:18.)
[Reconocimiento en la página 3]
Pictorial Archive (Near Eastern History) Est.
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Jehová, el Dios vivo y verdaderoLa Atalaya 1993 | 15 de julio
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Jehová, el Dios vivo y verdadero
FUE en tono desafiante y despectivo como el Faraón de Egipto preguntó: “¿Quién es Jehová?”. (Éxodo 5:2.) Como se mostró en el artículo anterior, tal actitud resultó en plagas y muerte para los egipcios, incluso en una tumba acuosa para Faraón y sus fuerzas militares.
Jehová Dios demostró su supremacía sobre las deidades falsas del antiguo Egipto. Pero aún queda mucho más por aprender de él. ¿Cuáles son algunas facetas de su personalidad? ¿Y qué exige él de nosotros?
Su nombre y su fama
Al presentar sus peticiones al Faraón de Egipto, Moisés no dijo: ‘El Señor dice esto y lo otro’, pues Faraón y los demás egipcios tenían a sus muchos dioses falsos por señores. Moisés empleó el nombre divino, Jehová, que él personalmente había oído pronunciar desde el cielo cuando se hallaba frente a la zarza ardiente en la tierra de Madián. Dice el relato inspirado:
“Dios siguió hablando a Moisés y diciéndole: ‘Yo soy Jehová. [...] Yo, sí, yo, he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes los egipcios tienen esclavizados, y me acuerdo de mi pacto. Por lo tanto, di a los hijos de Israel: “Yo soy Jehová, y ciertamente los sacaré de debajo de las cargas de los egipcios y los libraré de ser sus esclavos, y verdaderamente los reclamaré con brazo extendido y con grandes juicios. Y ciertamente los tomaré a ustedes como pueblo para mí, y verdaderamente resultaré ser Dios para ustedes; y ustedes ciertamente sabrán que yo soy Jehová su Dios que los está sacando de debajo de las cargas de Egipto. Y ciertamente los introduciré en la tierra [de Canaán] acerca de la cual alcé mi mano en juramento para darla a [tus antepasados,] Abrahán, Isaac y Jacob; y verdaderamente la daré a ustedes como cosa que han de poseer. Yo soy Jehová”’.” (Éxodo 6:1-8.)
Eso fue exactamente lo que Jehová hizo. Libertó a los israelitas de la esclavitud egipcia y les permitió ocupar la tierra de Canaán. Dios hizo que todo se realizara conforme a su promesa. ¡Qué apropiado!, pues su nombre, Jehová, significa “Él Causa [o Hace] que Llegue a Ser”. La Biblia designa a Jehová por títulos como “Dios”, “Señor Soberano”, “Creador”, “Padre”, “el Todopoderoso” y “el Altísimo”. Sin embargo, su nombre Jehová lo identifica como el Dios verdadero que progresivamente lleva a cabo sus grandiosos propósitos. (Isaías 42:8.)
Si leyéramos la Biblia en las lenguas originales, encontraríamos el nombre de Dios miles de veces. En hebreo se lo representa con cuatro consonantes que se leen de derecha a izquierda, a saber, Yod He Waw He (יהוה), conocidas como el Tetragrámaton. Las personas de habla hebrea suplían los sonidos vocálicos, pero en la actualidad nadie sabe con certeza qué vocales usaron. Aunque algunas personas prefieren la grafía Yavé (o Yahveh), la forma Jehová es frecuente e identifica apropiadamente a nuestro Creador.
El empleo del nombre Jehová también distingue a Dios de aquel a quien Salmo 110:1 llama “mi Señor”. Una manera como se ha traducido este salmo es: “Dice el SEÑOR [hebreo, יהוה] a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”. (La Biblia de las Américas.) Reconociendo que el nombre de Dios aparece en el texto hebreo, la Traducción del Nuevo Mundo dice así: “La expresión de Jehová a mi Señor es: ‘Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies’”. Estas palabras de Jehová Dios aluden proféticamente a Jesucristo, a quien el escritor llamó “mi Señor”.
Jehová se hizo un nombre en los días de Faraón. Mediante Moisés, Dios dijo a aquel monarca duro de corazón: “En esta ocasión voy a enviar todos mis golpes contra tu corazón y sobre tus siervos y sobre tu pueblo, a fin de que sepas que no hay ninguno como yo en toda la tierra. Porque ya podría haber alargado mi mano para herirte a ti y a tu pueblo con peste y para que fueras raído de la tierra. Pero, en realidad, por esta causa te he mantenido en existencia, a fin de mostrarte mi poder y para que mi nombre sea declarado en toda la tierra”. (Éxodo 9:14-16.)
Rahab, una habitante de Jericó, dijo lo siguiente a dos espías hebreos con relación al éxodo de Israel de la tierra de Egipto y el derrocamiento de ciertos reyes cananeos: “Yo de veras sé que Jehová ciertamente les dará [a ustedes los israelitas] el país, y que el terror a ustedes ha caído sobre nosotros, y que todos los habitantes del país han quedado desalentados a causa de ustedes. Porque hemos oído cómo Jehová secó las aguas del mar Rojo de delante de ustedes cuando salieron de Egipto, y lo que ustedes hicieron a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a saber, Sehón y Og, a quienes dieron por entero a la destrucción. Cuando llegamos a oírlo, entonces empezó a derretírsenos el corazón, y todavía no se ha levantado espíritu en persona alguna a causa de ustedes, porque Jehová su Dios es Dios en los cielos arriba y en la tierra abajo”. (Josué 2:9-11.) En verdad, la fama de Jehová se había esparcido.
Cualidades de Jehová
El salmista expresó el siguiente deseo sincero: “Que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra”. (Salmo 83:18.) Puesto que la soberanía de Jehová es universal, los perseguidos discípulos de Jesús podrían orar, diciendo: “Señor Soberano, tú eres Aquel que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas que hay en ellos”. (Hechos 4:24.) ¡Y qué alentador es saber que Jehová es el “Oidor de la oración”! (Salmo 65:2.)
El principal atributo de Jehová es el amor. De hecho, “Dios es amor”, es la misma personificación de esta cualidad. (1 Juan 4:8.) Además, “con él hay sabiduría y poderío”. Jehová es omnisciente y todopoderoso, pero nunca abusa de su poder. (Job 12:13; 37:23.) De igual manera, podemos estar seguros de que Jehová siempre nos tratará con justicia, porque “justicia y juicio son el lugar establecido de su trono”. (Salmo 97:2.) Si erramos pero nos arrepentimos, podemos consolarnos sabiendo que Jehová es “un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad”. (Éxodo 34:6.) No es de extrañar que podamos hallar gran felicidad al servir a Jehová. (Salmo 100:1-5.)
Rey celestial incomparable
Jesucristo, el Hijo de Jehová, dijo: “Dios es un Espíritu”. (Juan 4:24.) Por consiguiente, Jehová es invisible a los ojos humanos. De hecho, dijo a Moisés: “No puedes ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y sin embargo vivir”. (Éxodo 33:20.) Este Rey celestial es tan glorioso que el hombre no resistiría verlo.
Aunque Jehová es invisible a nuestros ojos, su existencia como Dios Todopoderoso está ampliamente atestiguada. En realidad, “las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad”. (Romanos 1:20.) La Tierra —con su hierba, sus árboles, frutos, hortalizas y flores— da testimonio de la Divinidad de Jehová. A diferencia de los dioses-ídolos sin valor, Jehová da la lluvia y las épocas fructíferas. (Hechos 14:16, 17.) Observe las estrellas que brillan en el cielo nocturno. ¡Qué prueba más grandiosa de la Divinidad y aptitud para organizar de Jehová!
Jehová ha organizado también a sus santas e inteligentes criaturas espirituales en los cielos. Como una organización armoniosa, los ángeles efectúan la voluntad divina, tal como dice el salmista: “Bendigan a Jehová, oh ángeles suyos, poderosos en potencia, que llevan a cabo su palabra, mediante escuchar la voz de su palabra. Bendigan a Jehová, todos los ejércitos suyos, ministros suyos, que hacen su voluntad”. (Salmo 103:20, 21.) Ha organizado asimismo a su pueblo en la Tierra. Israel fue una nación bien organizada, y también lo fueron los primeros seguidores del Hijo de Dios. Hoy, igualmente, Jehová tiene una organización mundial compuesta de celosos Testigos que proclaman las buenas nuevas de que su Reino está cerca. (Mateo 24:14.)
Jehová es el Dios vivo y verdadero
Jehová ha demostrado su Divinidad de múltiples maneras. Humilló a los dioses falsos de Egipto e introdujo felizmente a los israelitas en la Tierra Prometida. La creación suministra abundantes pruebas de la Divinidad de Jehová. Sencillamente no se le puede comparar con los dioses-ídolos de la religión falsa, que no valen nada.
El profeta Jeremías mostró el enorme contraste que existe entre Jehová, el Dios vivo, y los ídolos inertes hechos por la mano del hombre. Este contraste se expresa muy bien en el Jer capítulo 10 del libro que lleva su nombre. Entre otras cosas, Jeremías escribió lo siguiente: “Jehová es en verdad Dios. Él es el Dios vivo y el Rey hasta tiempo indefinido”. (Jeremías 10:10.) El Dios vivo y verdadero, Jehová, creó todas las cosas. Liberó a los israelitas que languidecían en esclavitud en Egipto. No hay nada imposible para él.
Jehová, “el Rey de la eternidad”, contestará la oración: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”. (1 Timoteo 1:17; Mateo 6:9, 10.) El Reino Mesiánico celestial, que ya está en las manos de Jesucristo, pronto tomará medidas contra los malvados y destruirá a todos los enemigos de Jehová. (Daniel 7:13, 14.) El Reino también introducirá un nuevo mundo de bendiciones infinitas para la humanidad obediente. (2 Pedro 3:13.)
Hay mucho más que podemos aprender acerca de Jehová y sus propósitos. ¿Por qué no se resuelve a adquirir dicho conocimiento y a obrar en armonía con él? De hacerlo, tendrá el privilegio de disfrutar de vida eterna en el paraíso terrenal bajo el dominio del Reino. Vivirá en un tiempo en que las penas, el dolor e incluso la muerte habrán desaparecido y el conocimiento de Jehová llenará la Tierra. (Isaías 11:9; Revelación 21:1-4.) Ese puede ser su futuro si busca, encuentra y obra en armonía con las respuestas bíblicas a la pregunta: “¿Quién es Jehová?”.
[Reconocimiento en la página 7]
Pictorial Archive (Near Eastern History) Est.
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