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¿Hay esperanza para los pobres?¡Despertad! 2007 | mayo
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Dios se interesa por los pobres
A Jehová Dios, el Creador del hombre, le disgusta esta situación. Él siente compasión por los más necesitados. Como muestra la Biblia, “de seguro no se olvidará del clamor de los afligidos” (Salmo 9:12). En efecto, Jehová es un Dios que se interesa por los pobres.
Dirigiéndose a él, el salmista dijo: “A ti el desdichado, el huérfano de padre, se encomienda. Tú mismo has llegado a ser su ayudador” (Salmo 10:14). En este versículo bíblico se alude al afligido de forma individual, lo que indica que Dios se interesa por cada persona y sus necesidades particulares.a Para él, todo ser humano tiene mucho valor y merece atención personal. Por eso, invita a gente de todo nivel económico a aprender de él y ser sus amigos.
Observando el ejemplo de Dios, las personas aprenden a mostrar compasión y a ponerse en el lugar de los demás. Ese es el caso de los testigos de Jehová, quienes se consideran parte de una gran familia espiritual. Entre ellos florece el verdadero amor cristiano, pues se valoran unos a otros. El Señor Jesucristo dijo a sus discípulos: “Todos ustedes son hermanos” (Mateo 23:8). De modo que todos los que practican la adoración verdadera componen una hermandad en la cual no se discrimina a nadie por su situación económica. Más bien, se cuidan unos a otros y se animan cuando atraviesan tiempos difíciles.
Además, en su Palabra, Dios ofrece principios que permiten minimizar las consecuencias de la pobreza. Por ejemplo, nos exhorta a que no contaminemos el cuerpo —con tabaco u otras sustancias— y a que no abusemos del alcohol (Proverbios 20:1; 2 Corintios 7:1). La persona que sigue estos principios no malgasta el dinero en tales vicios. Asimismo, se ahorra los gastos médicos que provocan las enfermedades relacionadas con la adicción al tabaco y al alcohol. Las Santas Escrituras también nos enseñan a rechazar el materialismo y la avaricia (Marcos 4:19; Efesios 5:3). Quienes obedecen la Palabra de Dios en estas cuestiones tampoco despilfarran su dinero en el juego.
Así pues, la Biblia suministra principios para el diario vivir que resultan prácticos, incluso si uno se encuentra en la miseria. Veamos el siguiente caso.
En un país con mucho desempleo, una mujer se arriesgó a perder su trabajo en una fábrica al solicitar tiempo para ir a sus reuniones cristianas. Su jefe podía haberla despedido sin contemplaciones. Sin embargo, para sorpresa de ella y de los demás empleados, le concedió lo que le pedía. No solo eso: le dijo que quería que continuara en su fábrica y la alabó por ser “una trabajadora ejemplar”. ¿Por qué reaccionó así el jefe?
Porque esta empleada, que era testigo de Jehová, aplicaba los principios bíblicos en su vida. Como quería comportarse “honradamente en todas las cosas”, no mentía ni robaba, y así se había ganado una buena reputación (Hebreos 13:18). Además, siguiendo el principio inspirado de Colosenses 3:22, 23, obedecía a su jefe y llevaba a cabo su trabajo “de toda alma”, es decir, se esforzaba por realizar sus tareas diligentemente y sin perder el tiempo.
Claro, en el actual sistema económico impera el egoísmo y lo más importante son los beneficios. Así que es posible que a algunos, pese a respetar profundamente los principios bíblicos, les cueste trabajo conseguir alimento, ropa y vivienda. Con todo, tienen una conciencia limpia ante su Creador y, además, aguardan con confianza tiempos mejores, pues Jehová es “el Dios que da esperanza” (Romanos 15:13).
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¿Hay esperanza para los pobres?¡Despertad! 2007 | mayo
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a Otros dos versículos donde se destaca que Dios se interesa por cada persona afligida son Salmo 35:10 y Salmo 113:7.
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