-
Espere en JehováLa Atalaya 1986 | 15 de octubre
-
-
Nuestro misericordioso Refugio
Lea Salmos 46 a 51. Jehová, nuestro Refugio, hará que cesen las guerras. (Salmo 46.) Él es “Rey sobre toda la tierra”; también, este Protector invencible es nuestro Dios para siempre. (Salmos 47, 48.) Los oprimidos deben esperar en Jehová, pero todo el que ‘ofrece acción de gracias como su sacrificio’ ‘verá la salvación por Dios’. (Salmos 49, 50.) Si erramos pero nos arrepentimos, como se arrepintió David del pecado que cometió con Bat-seba, Dios nos librará de culpa por derramamiento de sangre porque a ‘un corazón quebrantado y aplastado, él no lo despreciará’. (Salmo 51.)
◆ 46:2—¿Cómo pudiera ser que “la tierra sufra cambio”?
Aun si las montañas desaparecieran en el mar debido a un cataclismo natural de la tierra, los que confían en Dios no tendrán que temer. Prescindiendo de lo que ocurra, pueden tener confianza firme en Jehová como su Refugio.
-
-
Espere en JehováLa Atalaya 1986 | 15 de octubre
-
-
Lección para nuestro día: El Salmo 46 encajaría con el tiempo en que Jerusalén estaba siendo amenazada por los asirios. Dado que sabía que ‘Dios es un refugio, una ayuda que podía hallarse prontamente durante angustias’, el rey Ezequías oró a Jehová, y la ciudad fue librada milagrosamente. (2 Reyes, capítulo 19.) Cuando nos hallemos en angustia, nosotros también debemos hacer de Dios nuestro Refugio. ¿Cómo? Confiando en él, adhiriéndonos a su Palabra y apegándonos a su organización.
-