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Todos tenemos un lugar en la congregación de JehováLa Atalaya (estudio) 2020 | agosto
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Todos tenemos un lugar en la congregación de Jehová
“Así como el cuerpo es uno pero tiene muchos miembros, y todos los miembros de ese cuerpo, aunque son muchos, forman un solo cuerpo, así también es el Cristo” (1 COR. 12:12).
CANCIÓN 101 Sirvamos a Dios en unidad
AVANCEa
1. ¿Qué honor tenemos?
ES UN gran honor formar parte de la congregación de Jehová. Todos disfrutamos de paz y felicidad en nuestro paraíso espiritual. Pero ¿qué lugar ocupa cada uno de nosotros en la congregación?
2. ¿Qué ejemplo utilizó el apóstol Pablo en varias de sus cartas inspiradas?
2 En varias de sus cartas inspiradas, el apóstol Pablo utilizó un ejemplo que nos enseña mucho sobre ese tema. Dijo que la congregación es como el cuerpo humano y los que la componen son como las partes de ese cuerpo (Rom. 12:4-8; 1 Cor. 12:12-27; Efes. 4:16).
3. ¿Qué tres lecciones analizaremos en este artículo?
3 En este artículo, analizaremos tres lecciones importantes que aprendemos del ejemplo que puso Pablo. Primero, veremos que cada uno de nosotros tiene un lugar en la congregación de Jehová.b Segundo, analizaremos lo que podemos hacer si nos cuesta ver cuál es nuestro lugar en la congregación. Y, tercero, veremos por qué debemos estar concentrados en hacer lo que Jehová nos haya encargado.
CADA UNO TIENE UN LUGAR EN LA CONGREGACIÓN DE JEHOVÁ
4. ¿Qué nos enseñan las palabras que leemos en Romanos 12:4, 5?
4 La primera lección que aprendemos del ejemplo que puso Pablo es que cada uno ocupa un lugar importante en la familia de Jehová. Pablo empezó su ejemplo diciendo: “Tal como en un solo cuerpo hay muchos miembros pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en unión con Cristo, pero individualmente somos miembros que nos pertenecemos unos a otros” (Rom. 12:4, 5). Lo que Pablo quiso decir es que cada uno tiene una función diferente en la congregación, pero todos somos valiosos.
Cada uno tiene una función diferente en la congregación, pero todos somos valiosos. (Vea los párrafos 5 a 12).c
5. ¿Qué “regalos” le ha dado Jehová a la congregación?
5 Cuando pensamos en los que tienen un lugar en la congregación, quizás de inmediato pensemos en los que la dirigen (1 Tes. 5:12; Heb. 13:17). Es verdad que mediante Cristo Jehová le ha dado a la congregación “hombres como regalos” (Efes. 4:8). Estos incluyen a los miembros del Cuerpo Gobernante y sus ayudantes, los miembros de los Comités de Sucursal, los superintendentes de circuito, los instructores de escuelas, los ancianos de congregación y los siervos ministeriales. A todos estos hermanos se les ha nombrado por espíritu santo para que atiendan a las valiosas ovejas de Jehová y fortalezcan a la congregación (1 Ped. 5:2, 3).
6. Según 1 Tesalonicenses 2:6-8, ¿qué se esfuerzan por hacer los hermanos que están nombrados por espíritu santo?
6 A los hermanos se les nombra por espíritu santo para que atiendan distintas responsabilidades. Tal como las manos, los pies y otras partes del cuerpo realizan funciones que benefician al cuerpo entero, los hermanos nombrados realizan funciones que benefician a toda la congregación. En vez de buscar las alabanzas de los demás, se esfuerzan por animar y fortalecer a sus hermanos (lea 1 Tesalonicenses 2:6-8). Le damos gracias a Jehová por tener en la congregación a estos hermanos maduros que ponen los intereses de los demás por delante de los suyos.
7. ¿Qué bendiciones disfrutan los precursores y los misioneros?
7 Puede que en nuestra congregación haya misioneros, precursores especiales o precursores regulares. De hecho, en todo el mundo hay hermanos y hermanas que se dedican a predicar y hacer discípulos a tiempo completo. De este modo han ayudado a muchos a hacerse discípulos de Cristo Jesús. Aunque por lo general estos hermanos tienen poco en sentido material, Jehová les ha regalado una vida llena de bendiciones (Mar. 10:29, 30). ¿Verdad que nos sentimos agradecidos de tener a estos queridos hermanos en la congregación?
8. ¿Por qué es valioso para Jehová cada publicador?
8 Entonces, ¿son los hermanos nombrados y los siervos de tiempo completo los únicos que tienen un lugar en la congregación? Por supuesto que no. Cada publicador es importante para Jehová y para la congregación (Rom. 10:15; 1 Cor. 3:6-9). Esto es así porque uno de los objetivos más importantes de la congregación es hacer discípulos de Cristo (Mat. 28:19, 20; 1 Tim. 2:4). Todos los publicadores de la congregación, bautizados o no, se esfuerzan por que esta obra sea lo más importante en su vida (Mat. 24:14).
9. ¿Por qué valoramos a nuestras hermanas?
9 ¿Qué podemos decir de las hermanas? Jehová les da un lugar importante en la congregación. Él valora a las esposas, madres, viudas y hermanas solteras que le sirven con lealtad. La Biblia destaca el buen ejemplo de muchas mujeres que agradaron a Dios por su sabiduría, fe, entusiasmo, valor, generosidad y buenas obras (Luc. 8:2, 3; Hech. 16:14, 15; Rom. 16:3, 6; Filip. 4:3; Heb. 11:11, 31, 35). En las congregaciones, hay hermanas que demuestran estas hermosas cualidades. Qué agradecidos le estamos a Jehová por tenerlas con nosotros.
10. ¿Por qué valoramos a los hermanos mayores?
10 También contamos con la bendición de tener a muchos hermanos mayores. Algunos llevan toda su vida sirviendo a Jehová con lealtad. Otros quizás hayan conocido la verdad en años recientes. En cualquier caso, puede que estén luchando con los achaques de la edad y que ya no puedan hacer tanto en la congregación y en el ministerio. Aun así, hacen todo lo posible en la predicación y usan sus energías para animar y capacitar a otros. ¡Y cuánto nos enseña su experiencia! Sin duda, son hermosos para Jehová y para nosotros (Prov. 16:31).
11, 12. ¿Cómo lo anima a usted el ejemplo de los jóvenes de su congregación?
11 Pensemos también en los jóvenes. No es fácil para ellos crecer en este mundo dominado por el Diablo y sus ideas satánicas (1 Juan 5:19). Pero cuánto nos anima verlos comentar en las reuniones y predicar, y saber que defienden con valor su fe en otras ocasiones. Jóvenes, ustedes ocupan un lugar importante en la congregación de Jehová (Sal. 8:2).
12 Ahora bien, a algunos de nuestros hermanos y hermanas se les hace difícil creer que son útiles en la congregación. ¿Qué puede ayudarnos a ver que cada uno de nosotros tiene un lugar en ella? Veamos.
CÓMO VER CUÁL ES NUESTRO LUGAR EN LA CONGREGACIÓN
13, 14. ¿Por qué podrían pensar algunos que no son útiles en la congregación?
13 La segunda lección del ejemplo que puso Pablo nos hace pensar en un problema que tienen muchos hoy día, y es que les cuesta creer que son útiles en la congregación. Pablo escribió: “Si el pie dijera ‘Como no soy mano, no soy parte del cuerpo’, no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. Y, si la oreja dijera ‘Como no soy ojo, no soy parte del cuerpo’, no por eso dejaría de ser parte del cuerpo” (1 Cor. 12:15, 16). ¿Qué aprendemos de estas palabras?
14 Si nos comparamos con otros hermanos de la congregación, tal vez no logremos ver lo que valemos. Algunos hermanos son excelentes maestros, organizadores o pastores. Y quizás pensemos que no somos tan buenos como ellos. Esto muestra que somos humildes y modestos (Filip. 2:3). Pero cuidado. Si nos pasamos la vida comparándonos con los que destacan por sus habilidades, nos desanimaremos. Como indicó Pablo, puede que hasta lleguemos a pensar que no aportamos nada a la congregación. ¿Qué puede ayudarnos a luchar contra esos sentimientos?
15. De acuerdo con 1 Corintios 12:4-11, ¿qué debemos reconocer sobre cualquier habilidad que tengamos?
15 Pensemos en esto: a algunos cristianos del siglo primero Jehová les dio dones milagrosos del espíritu santo, pero no todos tenían los mismos dones (lea 1 Corintios 12:4-11). Aunque a cada cristiano Jehová le concedió distintos dones y talentos, todos ellos eran valiosos. Es cierto que hoy no tenemos los dones milagrosos del espíritu santo, pero el principio no ha cambiado. Puede que no todos tengamos las mismas habilidades, pero todos somos valiosos para Jehová.
16. ¿Qué consejo del apóstol Pablo debemos seguir?
16 En vez de compararnos con otros cristianos, sigamos el consejo del apóstol Pablo: “Que cada uno examine sus propias acciones, y entonces tendrá razones para alegrarse por lo que él mismo ha hecho, sin compararse con otra persona” (Gál. 6:4).
17. ¿Cómo nos beneficiará seguir el consejo de Pablo?
17 Si seguimos el consejo de Pablo y examinamos nuestras propias acciones, puede que empecemos a ver que tenemos talentos que otros no tienen. Por ejemplo, quizás un anciano no sea muy buen maestro cuando está en la plataforma, pero sí en la obra de hacer discípulos. O puede que no sea tan organizado como otros ancianos de su congregación, pero que se le conozca por ser un pastor amoroso a quien los hermanos acuden para pedirle consejos de la Biblia. O tal vez tenga la reputación de ser hospitalario (Heb. 13:2, 16). Cuando tengamos claro cuáles son nuestros puntos fuertes, veremos que tenemos razones para alegrarnos por lo que aportamos a la congregación. Y, además, será menos probable que envidiemos a los hermanos que tienen talentos distintos a los nuestros.
18. ¿Cómo podemos ser mejores maestros?
18 Sin importar el lugar que ocupemos en la congregación, todos debemos ponernos la meta de mejorar en nuestro servicio y ser mejores maestros. Con ese fin, Jehová nos capacita mediante su organización. Por ejemplo, en la reunión de entre semana se nos enseña cómo ser más hábiles en el ministerio. ¿Estamos aprovechando al máximo esta capacitación?
19. ¿Cómo podemos alcanzar la meta de asistir a la Escuela para Evangelizadores del Reino?
19 Otro excelente programa de capacitación es el de la Escuela para Evangelizadores del Reino, que está disponible para hermanos y hermanas que están en el ministerio de tiempo completo y tienen entre 23 y 65 años. ¿Nos parece que es una meta inalcanzable? En vez de hacer una lista con las razones por las que no podemos asistir, hagamos una con los motivos por los que sí deseamos asistir. Luego tracemos un plan que nos ayude a llenar los requisitos. Con la ayuda de Jehová y con nuestro esfuerzo, lo que parecía imposible puede hacerse realidad.
USEMOS NUESTROS TALENTOS PARA ANIMAR A LA CONGREGACIÓN
20. ¿Qué aprendemos de Romanos 12:6-8?
20 La tercera lección que aprendemos del ejemplo que puso Pablo se encuentra en Romanos 12:6-8 (léalo). Aquí, Pablo vuelve a decir que todos en la congregación tenemos distintos talentos. Pero ahora recalca que cada uno debe utilizar los que tenga para animar y fortalecer a la congregación.
21, 22. ¿Qué aprendemos de lo que les pasó a Robert y Felice?
21 Veamos lo que le pasó a un anciano a quien llamaremos Robert. Tras haber servido en el extranjero, lo asignaron al Betel de su país. Aunque le aseguraron que el cambio no era porque hubiera hecho algo mal, dijo: “Por meses, estuve muy negativo, sentía que era un fracaso. Hubo momentos en los que me dieron ganas de irme de Betel”. ¿Cómo recuperó la alegría? Un anciano le recordó que lo que Jehová nos ha enseñado en asignaciones anteriores nos ayuda a ser más útiles en la que tenemos ahora. Robert entendió que debía dejar atrás el pasado y centrarse en lo que podía hacer en el presente.
22 Algo parecido le ocurrió al hermano Felice Epíscopo. Él y su esposa se graduaron de Galaad en 1956 y sirvieron en la obra de circuito en Bolivia. En 1964 tuvieron un hijo. Felice contó: “Se nos hizo difícil dejar nuestra querida asignación. Debo admitir que desperdicié un año lamentándome. Pero, con la ayuda de Jehová, cambié de actitud y me centré en mi nuevo papel de padre”. ¿Nos sentimos como Robert o Felice? ¿Estamos desanimados porque ya no tenemos las responsabilidades de servicio que teníamos antes? Si es así, nos sentiremos más felices si nos concentramos en lo que podemos hacer ahora para servir a Jehová y a nuestros hermanos. Mantengámonos ocupados y utilicemos nuestros talentos para ayudar a otros. Y nos sentiremos felices al animar a la congregación.
23. a) ¿Para qué debemos sacar tiempo? b) ¿Qué analizaremos en el siguiente artículo?
23 Para Jehová, cada uno de sus siervos es muy valioso. Él desea que nos sintamos parte de su familia. Si sacamos tiempo para meditar en lo que podemos hacer para animar a nuestros hermanos y nos esforzamos por alcanzar ese objetivo, es más probable que veamos cuál es nuestro lugar en la congregación.
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Todos tenemos un lugar en la congregación de JehováLa Atalaya (estudio) 2020 | agosto
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b IDEA IMPORTANTE: Cuando hablamos del lugar que ocupamos en la congregación de Jehová, nos referimos a lo que cada uno de nosotros puede hacer para fortalecer a la congregación. Esto no depende de nuestra raza, etnia, posición económica o social, cultura o nivel educativo.
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Respetemos el lugar de los demás en la congregación de JehováLa Atalaya (estudio) 2020 | agosto
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ARTÍCULO DE ESTUDIO 35
Respetemos el lugar de los demás en la congregación de Jehová
“El ojo no puede decirle a la mano ‘No te necesito’ ni la cabeza puede decirles a los pies ‘No los necesito’” (1 COR. 12:21).
CANCIÓN 124 Siempre fieles y leales
AVANCEa
1. ¿Qué le da Jehová a cada uno de sus siervos fieles?
CON amor, Jehová le da un lugar en su congregación a cada uno de sus siervos fieles. Aunque tenemos diferentes funciones, todos somos valiosos y todos nos necesitamos unos a otros. El apóstol Pablo nos ayuda a comprender esta importante lección. ¿De qué manera?
2. Según Efesios 4:16, ¿por qué debemos valorarnos y cooperar unos con otros?
2 Como indica el texto temático de este artículo, Pablo destacó que no podemos mirar a otro siervo de Jehová y pensar “No te necesito” (1 Cor. 12:21). Para que haya paz en la congregación, debemos valorarnos y cooperar unos con otros (lea Efesios 4:16). Cuando hay unidad, los hermanos se fortalecen y se sienten queridos.
3. ¿Qué analizaremos en este artículo?
3 ¿En qué campos podemos demostrar que respetamos a nuestros hermanos? En este artículo, primero veremos cómo pueden los ancianos respetar a los demás ancianos. Luego, analizaremos cómo podemos todos mostrar que valoramos a nuestros hermanos y hermanas que no están casados. Y, por último, veremos cómo podemos demostrar que apreciamos a quienes no hablan bien nuestro idioma.
ANCIANOS, RESPETEN A SUS COMPAÑEROS ANCIANOS
4. ¿Qué consejo de Pablo que se encuentra en Romanos 12:10 deben seguir los ancianos?
4 A todos los ancianos se les nombra por el espíritu santo de Jehová, pero cada uno tiene sus talentos y sus puntos fuertes (1 Cor. 12:17, 18). Puede que algunos estén recién nombrados y no tengan mucha experiencia, mientras que otros no puedan hacer tanto por la edad o la mala salud. Pero ningún anciano debería mirar a alguno de sus compañeros y pensar “No te necesito”. Más bien, todos deben seguir el consejo de Pablo que se encuentra en Romanos 12:10 (léalo).
Los ancianos demuestran que respetan a los demás ancianos escuchándolos con atención. (Vea los párrafos 5 y 6).
5. ¿Cómo muestran los ancianos que respetan a sus compañeros, y por qué es tan necesario que lo hagan?
5 Los ancianos muestran que respetan a sus compañeros escuchándolos con atención. Esto es especialmente necesario cuando se reúnen para analizar asuntos importantes. ¿Por qué? Fijémonos en lo que dijo La Atalaya del 1 de octubre de 1988: “Los ancianos reconocerán que Cristo puede dirigir por espíritu santo la mente de cualquier anciano del cuerpo de ancianos para suministrar el principio bíblico necesario para tratar con cualquier situación o tomar cualquier decisión importante. (Hechos 15:6-15.) Ningún anciano monopoliza el espíritu dentro del cuerpo [de ancianos]”.
6. a) ¿Qué ayudará a los ancianos a trabajar en unidad? b) ¿Cómo se beneficia la congregación?
6 Si un anciano respeta a sus compañeros, no tratará de ser siempre el primero en dar su opinión en las reuniones de ancianos. No dominará la conversación ni creerá que siempre tiene razón. Al contrario, dirá lo que piensa con humildad y modestia, y escuchará con atención a los demás. Por encima de todo, estará dispuesto a analizar los principios bíblicos y a seguir la guía del “esclavo fiel y prudente” (Mat. 24:45-47). Cuando los ancianos tratan los asuntos con amor y respeto, el espíritu santo de Dios está con ellos y los ayuda a tomar decisiones que fortalecen a la congregación (Sant. 3:17, 18).
RESPETEMOS A LOS HERMANOS QUE NO ESTÁN CASADOS
7. ¿Qué opinaba Jesús de la soltería?
7 En nuestras congregaciones, no solo hay matrimonios y familias con hijos, sino también muchos hermanos y hermanas que no están casados. ¿Cómo deberíamos ver a estos hermanos solteros? Repasemos lo que Jesús opinaba de la soltería. Cuando estuvo en la Tierra, permaneció sin casarse y dedicó todo su tiempo y atención a su ministerio. Nunca enseñó que fuera obligatorio para los cristianos casarse o permanecer solteros. Pero sí dijo que algunos cristianos decidirían no casarse (Mat. 19:11, 12).b Él respetaba a quienes no estaban casados y no pensaba que fueran inferiores o que les faltara algo en su vida.
8. Según dijo Pablo en 1 Corintios 7:7-9, ¿en qué debían pensar los cristianos?
8 Igual que Jesús, el apóstol Pablo fue un ministro de Dios soltero. Nunca enseñó que estuviera mal casarse. Sabía que esto era una cuestión personal. Aun así, animó a los cristianos a pensar en si podían servir a Jehová sin casarse (lea 1 Corintios 7:7-9). Sin duda, Pablo no menospreció a los solteros. De hecho, escogió al joven Timoteo, que no estaba casado, para que atendiera responsabilidades de peso (Filip. 2:19-22).c Por lo tanto, estaría mal pensar que un hermano está mejor o peor capacitado solo porque está o no está casado (1 Cor. 7:32-35, 38).
9. ¿Qué podemos decir del matrimonio y de la soltería?
9 Ni Jesús ni Pablo enseñaron que fuera obligatorio casarse o permanecer soltero. Entonces, ¿qué podemos decir del matrimonio y de la soltería? La Atalaya del 1 de octubre de 2012 lo expresó muy bien: “En realidad, ambos estados pueden considerarse un regalo de Dios. [...] En cuanto a la soltería, Jehová no ve ese estado como una fuente de dolor y vergüenza”. Está claro que debemos respetar el lugar que ocupan los solteros en la congregación.
¿Qué debemos evitar por respeto a los hermanos solteros? (Vea el párrafo 10).
10. ¿Cómo podemos demostrar que respetamos a los hermanos solteros?
10 ¿Cómo podemos demostrar que respetamos los sentimientos y las circunstancias de los hermanos solteros? Debemos recordar que algunos cristianos son solteros por decisión personal. A otros les gustaría casarse, pero no han encontrado a la persona adecuada. Otros tal vez han enviudado. Sea cual sea el caso, no debemos preguntarles por qué no están casados ni ofrecerles ayuda para encontrar pareja. Claro, puede que algunos nos pidan ayuda. Pero, si no, antes de ofrecernos pensemos en cómo los haríamos sentir (1 Tes. 4:11; 1 Tim. 5:13). Veamos lo que han dicho algunos de ellos.
11, 12. ¿Cómo podríamos desanimar a los solteros sin querer?
11 Un superintendente de circuito soltero que atiende muy bien su asignación piensa que estar soltero tiene muchas ventajas. Pero dice que a veces se siente desanimado cuando algunos hermanos le preguntan por qué no se ha casado, aunque lo hagan con buena intención. Un hermano soltero que sirve en una sucursal cuenta: “A veces, me da la sensación de que algunos hermanos sienten lástima por los solteros, como si la soltería fuera una carga y no un regalo”.
12 Una hermana soltera que sirve en Betel explica: “Algunos hermanos dan por hecho que todos los solteros quieren casarse o que ven toda reunión social como una oportunidad para encontrar pareja. En una ocasión, me enviaron a hacer un trabajo a otra parte del país y llegué una noche que había reunión. La hermana con la que me iba a quedar me dijo que en su congregación había dos hermanos de mi edad. Me aseguró que no trataba de buscarme novio, pero tan pronto entramos en el Salón del Reino me agarró y me llevó hasta donde estaban los dos hermanos para presentármelos. ¡Qué vergüenza pasamos los tres!”.
13. ¿Qué animó a una hermana soltera?
13 Otra soltera que sirve en Betel dice: “Conozco precursores solteros de cierta edad que son equilibrados y abnegados, que están centrados y felices en su servicio, y que aportan mucho a su congregación. No se van a los extremos: no se sienten superiores por estar solteros ni inferiores por no estar casados ni tener hijos”. Qué bonito es estar en una congregación donde a uno se le respeta y valora, donde a nadie se le tiene lástima ni envidia y a nadie se le ignora ni se le pone en un pedestal. Todos se sienten queridos.
14. ¿Cómo demostramos que respetamos a los solteros?
14 Nuestros hermanos solteros agradecen que, en vez de juzgarlos por su situación, los valoremos por sus buenas cualidades. No sintamos lástima de ellos. Más bien, valoremos su fidelidad. Si lo hacemos, nunca se sentirán como si les estuviéramos diciendo “No te necesito” (1 Cor. 12:21). Al contrario, sabrán que los respetamos y que valoramos su lugar en la congregación.
RESPETEMOS A QUIENES NO HABLAN BIEN NUESTRO IDIOMA
15. ¿Qué cambios han hecho algunos publicadores para ampliar su ministerio?
15 En los últimos años, muchos publicadores se han propuesto aprender un idioma para ampliar su ministerio. Esto ha implicado hacer cambios. Se han mudado de una congregación en la que se habla su idioma a otra donde se necesita ayuda para predicar en otro idioma (Hech. 16:9). Esta es una decisión personal. Aunque les lleve años hablar bien el nuevo idioma, son de gran ayuda en la congregación. Con sus buenas cualidades y experiencia, fortalecen a los hermanos. ¿Verdad que valoramos sus esfuerzos?
16. ¿En qué deben basarse los ancianos al decidir si recomendarán a un hermano?
16 ¿Estaría bien que un cuerpo de ancianos no recomendara a un hermano para ser anciano o siervo ministerial solo porque todavía no habla bien el idioma de la congregación? No. La evaluación del hermano debe basarse en los requisitos bíblicos para los ancianos y los siervos ministeriales, y no en lo bien que habla el idioma (1 Tim. 3:1-10, 12, 13; Tito 1:5-9).
17. ¿Qué deben decidir las familias que se mudan a otro país?
17 Algunas familias se han mudado a otro país como refugiados o para buscar trabajo. Puede que los hijos vayan a la escuela en el idioma principal del nuevo país y que los padres también tengan que aprenderlo para encontrar empleo. Pero supongamos que hay una congregación o un grupo en su idioma materno. ¿A cuál deberían acudir? ¿A la de su idioma o a la del idioma del país?
18. De acuerdo con lo que dice Gálatas 6:5, ¿cómo demostramos que respetamos la decisión del cabeza de familia?
18 El cabeza de familia debe decidir a qué congregación asistirán. Para ello, debe tomar en cuenta lo que sea mejor para su familia (lea Gálatas 6:5). Como se trata de una cuestión personal, debemos respetar la decisión del cabeza de familia. Aceptemos lo que decida y recibamos con cariño a la familia en la congregación (Rom. 15:7).
19. ¿Qué debe hacer el cabeza de familia si sus hijos no entienden bien el idioma de la congregación?
19 Es posible que algunas familias estén en una congregación en la que se habla el idioma materno de los padres. Pero, si los hijos van a la escuela en el idioma del país, puede que no hablen bien el idioma de sus padres. Por eso, quizás les resulte difícil entender las reuniones y no progresen en sentido espiritual. En una situación como esta, el cabeza de familia debe orar y pensar en cómo ayudar a sus hijos para que estén más cerca de Jehová y de su pueblo. Hay dos opciones: o les enseñan a sus hijos a hablar bien el idioma materno, o se plantean mudarse a una congregación en un idioma que sus hijos entiendan bien. En cualquier caso, la congregación a la que decidan ir debe hacer que toda la familia se sienta respetada y valorada.
¿Cómo podemos demostrar que valoramos a quienes están aprendiendo un idioma? (Vea el párrafo 20).
20. ¿Cómo mostramos que respetamos a quienes están aprendiendo un idioma?
20 Por todas las razones que hemos visto, en muchas congregaciones hay hermanos que se esfuerzan por aprender un idioma. Quizás les cueste expresarse; pero, si no nos obsesionamos con sus limitaciones, veremos su amor a Jehová y su deseo de servirle. Eso hará que los respetemos y valoremos de corazón. No pensaremos que no los necesitamos simplemente porque no hablen bien nuestro idioma.
TODOS SOMOS VALIOSOS PARA JEHOVÁ
21, 22. ¿Por qué le damos muchas gracias a Jehová?
21 Le damos muchas gracias a Jehová por habernos dado a todos un lugar en su congregación. No importa si somos hombres o mujeres, si estamos solteros o casados, si somos jóvenes o mayores, o si hablamos mejor o peor un idioma: todos somos valiosos para Jehová y para los hermanos (Rom. 12:4, 5; Col. 3:10, 11).
22 Qué lecciones tan bonitas hemos aprendido del ejemplo que puso Pablo sobre el cuerpo humano. Si las ponemos en práctica, buscaremos incluso más maneras de demostrar que valoramos nuestro lugar y el de los demás en la congregación de Jehová.
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