Los testigos de Jehová creen que estas profecías se cumplen en la obra educativa que efectúan hoy en 232 países. Las personas imparciales que examinan las creencias, las normas de conducta y la organización de los Testigos a la luz de la Biblia, ven con claridad que todas ellas concuerdan con las de la congregación cristiana del siglo primero. Cuando los Testigos llaman a su fe “la verdad”, no lo hacen por presunción ni por algún sentimiento de superioridad, sino porque han estudiado exhaustivamente la Palabra de Dios, la Biblia, y se rigen por ella como único criterio por el que examinar la religión.

Los primeros cristianos se refirieron a su fe como “la verdad”. (1 Timoteo 3:15; 2 Pedro 2:2; 2 Juan 1.) Lo que para ellos era la verdad también debe serlo para nosotros hoy. Los testigos de Jehová le invitan a constatar personalmente este hecho por medio de un estudio de la Biblia. Esperamos que al hacerlo usted también experimente la felicidad, no solo de haber encontrado una religión superior a las demás, sino de haber encontrado la verdad.

El gozo reservado para los que encuentran la verdad

UN FINLANDÉS halló en el ático de su casa el libro El Plan Divino de las Edades y decidió echarle un vistazo. Después de un rato, comenzó a repetirse: ‘¡Esta es la verdad, esta es la verdad!’. Cuando bajó del ático, le dijo a su esposa: “He hallado la religión verdadera”.

Aunque la experiencia de este hombre es singular por la forma en que halló la verdad, muchos testigos de Jehová podrían decir que reaccionaron de manera parecida. Todos pueden relatar que sintieron una gran alegría cuando encontraron la verdad. Las experiencias que aparecen a continuación lo muestran claramente.

Las enseñanzas bíblicas verdaderas causan gozo

Margarita Königer creció en Munich (Alemania) durante la II Guerra Mundial. Las casas bombardeadas o incendiadas eran vistas frecuentes para ella. Su hermano había muerto en la guerra. Asistía a la Iglesia Católica y escuchaba las oraciones que se hacían a favor de los soldados alemanes y del führer, Hitler. Al terminar la guerra recibió una beca para ingresar en una universidad de Estados Unidos como parte del programa de intercambio estudiantil. Allí observó que la gente era amigable, y comenzó a preguntarse qué lleva al ser humano, que normalmente desea vivir en paz, a la desconfianza y al odio durante la guerra. Cuando regresó a Munich conoció a los testigos de Jehová y, al estudiar la Biblia con ellos, encontró las respuestas a sus interrogantes. Explica: “Me demostraron con la Biblia que en este asunto están implicadas fuerzas espirituales inicuas [...]. La Biblia las llama los ‘gobernantes mundiales’ e incluso dice que Satanás ‘está extraviando a toda la tierra habitada’. [...] Esta explicación me satisfizo mucho, pues conocía bien las acciones malvadas y diabólicas perpetradas por naciones e individuos”. (Efesios 6:12; Revelación [Apocalipsis] 12:9.)

Margarita continúa: “Me alegró mucho aprender de la provisión de Dios para resolver los problemas que hay en la Tierra. No, no los solucionará ninguna ideología o administración humana, como suponen los educadores mundanos. Por el contrario, la Biblia indica que un nuevo gobierno celestial se hará cargo de los asuntos del mundo. [...] Jesucristo enseñó a sus seguidores a orar: ‘Venga tu reino’. [...] Comencé a entender que este Reino es un gobierno verdadero, y que es el único medio para conseguir la verdadera paz mundial”. Margarita ha sido misionera por casi treinta años en cinco países de África; los últimos diecinueve años los ha dedicado a enseñar la verdad a las personas humildes de Ouagadougou (Burkina Faso).

La experiencia de Margarita no es única. Muchas personas han reaccionado de la misma manera cuando han visto que el clero de la cristiandad de ambas partes del conflicto le ora a Dios pidiendo la victoria. A las personas de corazón sincero les parece muy razonable la explicación bíblica de que Dios nada tiene que ver con las guerras del hombre, sino que estas son consecuencia de que ‘el mundo entero esté yaciendo en el poder del inicuo’. Los que buscan la verdad aprenden que los cristianos verdaderos no deben formar “parte del mundo”, sino mantenerse neutrales en sus conflictos. Cuando se dan cuenta de que los testigos de Jehová han adoptado esta postura, se convencen de que han encontrado la verdad. Su esperanza y regocijo aumentan a medida que adquieren una mayor comprensión de las razones por las que Dios ha permitido la maldad y de cómo traerá pronto a la Tierra condiciones de paz y justicia por medio de su Reino. (1 Juan 5:19; Juan 17:16; Mateo 6:9, 10.)

Los verdaderos principios de la Biblia causan gozo

Un ecuatoriano llamado Daniel Rosero pensaba que la vida no tenía ningún significado, así que se entregó a la bebida. En la iglesia había aprendido que lo único que le esperaba era la muerte y el fuego del infierno. Razonaba: “Si me voy a quemar, déjenme beber”. No proveía el sustento para sus siete hijos, y se pasaba la vida discutiendo con Delia, su esposa. Pero las cosas comenzaron a cambiar un domingo por la mañana, cuando los visitaron los testigos de Jehová y empezaron a estudiar la Biblia con ellos. La primera vez que Daniel asistió a una asamblea de circuito, se dio cuenta de que había encontrado la verdad. Relata: “Me quedé boquiabierto por la organización. Había muchísimas personas conviviendo en armonía. Se podía percibir el amor de todos. Nadie fumaba. Nadie decía groserías. [...] Recuerdo que me dije: ‘Esta es la verdad’. No fue el temor a la muerte ni al fin del mundo lo que me atrajo a la organización; fue su limpieza”.

Toda la familia Rosero se hizo testigo de Jehová. Su vida familiar y su situación económica mejoraron a medida que obedecieron los principios bíblicos. Delia Rosero dice: “Todo se lo debo a la verdad de la Biblia. ¿Qué hubiese sido de mis hijos sin la Palabra de Dios? Los siete están bautizados y son buenos muchachos. La verdad me ha dado una vida totalmente nueva y feliz”.

La experiencia de los Rosero tampoco es única. En la actualidad, muchas personas tienen dificultades. En parte porque han rechazado las normas morales bíblicas que las generaciones pasadas aún respetaban. La mayoría de las religiones han seguido esa tendencia en nombre de la tolerancia, o por creer que los cambios modernos han hecho anticuada la moral tradicional. De ahí que los Rosero, como tantos otros, anduvieran a tientas, sin la dirección que da la Biblia. Sin embargo, cuando las personas humildes llegan a conocer las normas de Dios sobre la moralidad y los deberes familiares, de inmediato ponen en práctica lo que aprenden. Sus experiencias dan testimonio de los beneficios que obtienen.