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  • ‘Vayan y hagan discípulos, bautizándolos’
    La Atalaya 2006 | 1 de abril
    • ‘Vayan y hagan discípulos, bautizándolos’

      “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos [...], enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (MATEO 28:19, 20.)

      1. ¿Qué decisión tomó la nación de Israel al pie del monte Sinaí?

      HACE unos tres mil quinientos años, una nación entera hizo un voto a Dios. Congregados al pie del monte Sinaí, los israelitas prometieron abiertamente: “Todo lo que Jehová ha hablado estamos dispuestos a hacerlo”. A partir de ese momento, Israel se convirtió en un pueblo dedicado a Dios, su “propiedad especial” (Éxodo 19:5, 8; 24:3). Como tal, ansiaba recibir la protección divina y vivir generación tras generación en una tierra que “mana[ba] leche y miel” (Levítico 20:24).

      2. ¿Qué relación con Dios puede tener la gente hoy día?

      2 Sin embargo, como reconoció el salmista Asaf, los israelitas “no guardaron el pacto de Dios, y en su ley rehusaron andar” (Salmo 78:10). Como no cumplieron el voto que sus antepasados habían hecho a Jehová, con el tiempo perdieron la relación exclusiva que tenían con él (Eclesiastés 5:4; Mateo 23:37, 38). Por esa razón, Dios “dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre” (Hechos 15:14). Y en estos últimos días está juntando “una gran muchedumbre, que ningún hombre [puede] contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas”, cuyos miembros reconocen gozosamente: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero” (Revelación [Apocalipsis] 7:9, 10).

      3. ¿Qué pasos tenemos que dar para disfrutar de una relación personal con Dios?

      3 Para figurar entre los que disfrutan de esa preciada relación con Jehová Dios, tenemos que dedicarnos a él y simbolizarlo públicamente mediante el bautismo en agua. Esto lo hacemos en conformidad con el mandato directo que dio Jesús a sus discípulos: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20). Los israelitas escucharon la lectura del “libro del pacto” (Éxodo 24:3, 7, 8). Gracias a ello, entendieron bien las obligaciones que contrajeron con Jehová. Del mismo modo, antes de dar el paso del bautismo hoy día, hay que tener conocimiento exacto de la voluntad de Dios según se expone en su Palabra, la Biblia.

      4. ¿Qué hay que hacer a fin de llenar los requisitos para el bautismo? (Incluya el recuadro de arriba.)

      4 Es obvio que Jesús deseaba que sus discípulos tuvieran una fe sólida antes de bautizarse, pues no solo ordenó a sus seguidores que fueran e hicieran discípulos, sino también que les enseñaran ‘a observar todas las cosas que él había mandado’ (Mateo 7:24, 25; Efesios 3:17-19). Por esa razón, quienes satisfacen los requisitos para el bautismo por lo general llevan varios meses o hasta uno o dos años estudiando la Biblia; así, su decisión no es irreflexiva ni precipitada. Además, al momento del bautismo responden afirmativamente a dos preguntas clave. Puesto que Jesús recalcó la importancia de que ‘nuestro Sí sea Sí, y nuestro No, No’, será beneficioso para todos examinar con detenimiento lo que encierran esas dos preguntas (Mateo 5:37).

      Arrepentimiento y dedicación

      5. ¿Qué dos pasos esenciales destaca la primera pregunta que se hace a los candidatos al bautismo?

      5 La primera pregunta que se hace a los candidatos al bautismo es si se han arrepentido de su modo de vivir anterior y han dedicado su vida a Jehová para hacer la voluntad de él. Dicha pregunta destaca dos pasos de vital importancia que han de tomarse antes del bautismo, a saber, arrepentimiento y dedicación.

      6, 7. a) ¿Por qué es necesario que todo candidato al bautismo se arrepienta? b) ¿Qué cambios tenemos que hacer después de arrepentirnos?

      6 ¿Por qué debe uno arrepentirse antes de bautizarse? El apóstol Pablo explica: “Todos nosotros en un tiempo nos comportamos en armonía con los deseos de nuestra carne” (Efesios 2:3). Antes de que conociéramos con exactitud la voluntad de Dios, vivíamos en armonía con el mundo, siguiendo sus normas y valores, y nuestra vida la controlaba el dios de este sistema, Satanás (2 Corintios 4:4). Pero cuando aprendimos cuál era la voluntad divina, tomamos la determinación de vivir “ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios” (1 Pedro 4:2).

      7 Este nuevo modo de vivir produce muchos beneficios. Ante todo, nos abre la puerta a una inestimable relación con Jehová, la cual David comparó a una invitación para entrar en la “tienda” y la “santa montaña” de Dios; un auténtico privilegio, sin duda (Salmo 15:1). Lógicamente, Jehová no invitaría a cualquiera, sino solo a quien esté “andando exento de falta y practicando la justicia y hablando la verdad en su corazón” (Salmo 15:2). Dependiendo de cuáles fueran nuestras circunstancias antes de aprender la verdad, tal vez tengamos que hacer ciertos cambios en nuestro comportamiento y personalidad para satisfacer dichos requisitos (1 Corintios 6:9-11; Colosenses 3:5-10). Lo que nos motivará a hacer tales cambios es el arrepentimiento, es decir, un pesar profundo por la vida que llevábamos y una firme determinación de complacer a Jehová. El arrepentimiento nos mueve a darle un giro radical a nuestra vida, abandonando el proceder egoísta y mundano y actuando de una manera que agrade a Dios (Hechos 3:19).

      8. ¿De qué manera hacemos nuestra dedicación, y qué relación guarda esta con el bautismo?

      8 El segundo aspecto de la primera pregunta del bautismo es si los candidatos se han dedicado a Jehová para hacer la voluntad de él. La dedicación es un paso básico que hay que tomar antes del bautismo. Se hace por medio de una oración que le dirigimos a Jehová expresándole el deseo de entregarle nuestra vida mediante Cristo (Romanos 14:7, 8; 2 Corintios 5:15). Jehová se convierte así en nuestro Amo y Señor, y nosotros, al igual que Jesús, nos complacemos en efectuar Su voluntad (Salmo 40:8; Efesios 6:6). Hacemos esta promesa solemne a Jehová una sola vez, y puesto que se trata de un acto privado, la declaración pública el día del bautismo sirve para informar a todo el mundo de que nos hemos dedicado con solemnidad a nuestro Padre celestial (Romanos 10:10).

      9, 10. a) ¿Qué exige de nosotros hacer la voluntad de Dios? b) ¿De qué manera hasta los agentes nazis reconocieron que estamos dedicados a Jehová?

      9 ¿Qué implica seguir el modelo de Jesús tocante a hacer la voluntad de Dios? Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo” (Mateo 16:24). Él enumeró aquí tres cosas indispensables. La primera es ‘repudiarse’ a sí mismo; en otras palabras, decir no a las inclinaciones imperfectas y egoístas, y sí a los consejos y la guía de Dios. La segunda es ‘tomar nuestro madero de tormento’. En tiempos de Jesús, un madero de tormento era símbolo de vergüenza y sufrimiento. Como cristianos, estamos dispuestos a aceptar nuestra cuota de sufrimiento por causa de las buenas nuevas (2 Timoteo 1:8). Pese a las burlas o las críticas del mundo, ‘despreciamos la vergüenza’ como lo hizo Cristo, y somos felices sabiendo que agradamos a Dios (Hebreos 12:2). Y por último, debemos seguir a Jesús “de continuo” (Salmo 73:26; 119:44; 145:2).

      10 Curiosamente, hasta algunos opositores reconocen que nos hemos dedicado a Jehová Dios para servirle sin reservas. Por ejemplo, en el campo de concentración de Buchenwald, en la Alemania nazi, se exigía que los Testigos que se negaban a abandonar su fe firmaran la siguiente declaración: “Sigo siendo un Estudiante de la Biblia dedicado y no quebrantaré nunca el juramento que he hecho a Jehová”. ¡Qué bien expresan estas palabras la actitud de todos los siervos fieles y dedicados de Dios! (Hechos 5:32.)

      Identificados como testigos de Jehová

      11. ¿De qué privilegio disfrutan quienes se bautizan?

      11 La segunda pregunta que se formula a los candidatos es, primero que nada, si comprenden que su bautismo sirve para identificarlos como testigos de Jehová. Luego que son sumergidos en agua, llegan a ser ministros ordenados que portan el nombre de Jehová, lo que constituye un inmenso privilegio y una seria responsabilidad. Asimismo, el bautismo les permite aspirar a la salvación eterna, siempre y cuando se mantengan fieles a Jehová (Mateo 24:13).

      12. ¿Qué obligación implica portar el nombre de Jehová?

      12 Portar el nombre del Dios Altísimo, Jehová, es todo un honor. El profeta Miqueas dijo: “Todos los pueblos, por su parte, andarán cada cual en el nombre de su dios; pero nosotros, por nuestra parte, andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre” (Miqueas 4:5). Pero ese honor implica una obligación: la de vivir de tal forma que ensalcemos el nombre que llevamos. Como les recordó Pablo a los cristianos de Roma, si uno no practica lo que predica, el nombre de Dios es “blasfemado”, o desacreditado (Romanos 2:21-24).

      13. ¿Por qué tenemos los siervos dedicados de Jehová la obligación de dar testimonio acerca de él?

      13 Cuando una persona se hace testigo de Jehová, también contrae la obligación de dar testimonio acerca de su Dios. Jehová invitó al pueblo dedicado de Israel a ser su testigo y dar fe de su eterna divinidad (Isaías 43:10-12, 21). Pero el pueblo no lo hizo y, finalmente, perdió por completo el favor divino. En nuestros días, los cristianos verdaderos nos sentimos orgullosos del privilegio que tenemos de dar testimonio acerca de Jehová. Nuestra motivación es el amor que le tenemos y el ardiente deseo de que su nombre sea santificado. ¿Cómo podríamos quedarnos callados sabiendo la verdad sobre nuestro Padre celestial y su propósito? Hacemos nuestros los sentimientos del apóstol Pablo, quien dijo: “Necesidad me está impuesta. Realmente, ¡ay de mí si no declarara las buenas nuevas!” (1 Corintios 9:16).

      14, 15. a) ¿Qué papel desempeña la organización de Jehová en nuestro crecimiento espiritual? b) ¿De qué ayudas disponemos para mantener nuestra espiritualidad?

      14 La segunda pregunta también les recuerda a los candidatos el deber que tienen de cooperar con la organización que el espíritu de Jehová dirige. No estamos solos en nuestro servicio a Dios y precisamos la ayuda, el apoyo y el ánimo de “toda la asociación de hermanos” (1 Pedro 2:17; 1 Corintios 12:12, 13). La organización de Dios desempeña un papel decisivo en nuestro crecimiento espiritual. Esta suministra un caudal de publicaciones bíblicas para que aumentemos en conocimiento exacto, actuemos sabiamente ante las dificultades y desarrollemos una relación estrecha con Dios. Como una madre que vela por que su hijo esté bien alimentado y atendido, “el esclavo fiel y discreto” proporciona para nuestro adelantamiento una abundancia de alimento espiritual al tiempo oportuno (Mateo 24:45-47; 1 Tesalonicenses 2:7, 8).

      15 Las reuniones semanales nos imparten la enseñanza y el ánimo que necesitamos para seguir siendo fieles testigos de Jehová (Hebreos 10:24, 25). La Escuela del Ministerio Teocrático nos enseña a hablar en público, mientras que la Reunión de Servicio nos capacita para presentar el mensaje con eficacia. Tanto en las reuniones como a través del estudio personal de las publicaciones bíblicas, vemos prueba de que el espíritu de Jehová dirige a su organización. Dios se vale de estas ayudas constantes para prevenirnos contra los peligros, facultarnos para ser ministros eficaces y mantenernos despiertos en sentido espiritual (Salmo 19:7, 8, 11; 1 Tesalonicenses 5:6, 11; 1 Timoteo 4:13).

      El motivo tras la decisión

      16. ¿Qué nos motiva a dedicarnos a Jehová?

      16 Como vemos, las dos preguntas que se les formulan a los candidatos les recuerdan el significado del bautismo y las obligaciones que lo acompañan. Ahora bien, ¿qué nos motiva a bautizarnos? No nos convertimos en discípulos bautizados porque alguien nos obligue, sino porque Jehová nos ‘atrae’ (Juan 6:44). Puesto que “Dios es amor”, él rige el universo por amor, no por la fuerza (1 Juan 4:8). Jehová nos atrae con sus bondadosas cualidades y su forma de tratarnos. Entregó a su Hijo unigénito por nosotros y nos ofrece el mejor futuro posible (Juan 3:16). Nosotros, por nuestra parte, nos sentimos impulsados a ofrecerle, o dedicarle, nuestra vida (Proverbios 3:9; 2 Corintios 5:14, 15).

      17. ¿A qué no nos hemos dedicado?

      17 No nos dedicamos a una causa o a una obra, sino al propio Jehová. Las tareas que Dios asigna a sus siervos cambian, pero la dedicación de ellos a él sigue siendo la misma. Por ejemplo, a Abrahán le pidió que hiciera algo muy diferente de lo que le mandó a Jeremías (Génesis 13:17, 18; Jeremías 1:6, 7). Sin embargo, ambos efectuaron las tareas específicas que se les encomendaron porque amaban a Dios y deseaban hacer fielmente su voluntad. Durante este tiempo del fin, los seguidores bautizados de Cristo nos esforzamos por cumplir el mandato que él dio de predicar las buenas nuevas del Reino y hacer discípulos (Mateo 24:14; 28:19, 20). Ejecutar esta obra con toda el alma es una manera apropiada de demostrar que amamos a nuestro Padre celestial y que en verdad estamos dedicados a él (1 Juan 5:3).

      18, 19. a) ¿Qué declaración pública hacemos mediante el bautismo? b) ¿Qué examinaremos en el siguiente artículo?

      18 Sin lugar a dudas, el bautismo nos abre las puertas a muchas bendiciones, pero no es un paso que deba darse a la ligera (Lucas 14:26-33). El bautismo hace manifiesta una determinación que hemos tomado, la cual tiene prioridad sobre toda otra obligación (Lucas 9:62). Cuando nos bautizamos, en realidad estamos haciendo la siguiente declaración pública: “Este Dios es nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre. Él mismo nos guiará hasta que muramos” (Salmo 48:14).

      19 El artículo que sigue examinará otras preguntas relacionadas con el tema del bautismo: ¿Hay razones válidas para que una persona no se bautice? ¿Es la edad un factor que deba tenerse en cuenta? ¿Cómo podemos contribuir todos a la dignidad de la ocasión?

  • Cómo llenar los requisitos para el bautismo cristiano
    La Atalaya 2006 | 1 de abril
    • Cómo llenar los requisitos para el bautismo cristiano

      “¿Qué impide que yo sea bautizado?” (HECHOS 8:36.)

      1, 2. ¿Qué hizo Felipe para entablar conversación con un funcionario etíope, y cómo sabemos que este hombre tenía inclinación por las cosas espirituales?

      UNO o dos años después de la muerte de Jesús, un funcionario público viajaba rumbo al sur por el camino que va de Jerusalén a Gaza. Le esperaba un agotador viaje de unos 1.500 kilómetros [1.000 millas] en coche de caballos. Tal era la fe de este hombre piadoso, que había subido desde Etiopía hasta Jerusalén para adorar a Jehová y aprovechaba ahora el largo viaje de regreso a casa para leer la Palabra de Dios. Jehová se fijó en este hombre sincero y, mediante un ángel, mandó al discípulo Felipe que le predicara (Hechos 8:26-28).

      2 A Felipe no le costó trabajo entablar conversación con el funcionario etíope porque este iba leyendo en voz alta, como era costumbre por entonces. Oyendo que leía el rollo de Isaías, le bastó una simple pregunta para despertar su interés: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. Esto dio lugar a un análisis de Isaías 53:7, 8, tras lo cual, Felipe “le declaró las buenas nuevas acerca de Jesús” (Hechos 8:29-35).

      3, 4. a) ¿Por qué bautizó Felipe al etíope sin demora? b) ¿Qué preguntas examinaremos a continuación?

      3 El etíope comprendió enseguida el papel que Jesús desempeñaba en el propósito de Dios y la necesidad de bautizarse como discípulo de Cristo. “¿Qué impide que yo sea bautizado?”, preguntó al llegar a un lugar donde había suficiente agua. Por supuesto, aquellas eran circunstancias especiales. Se trataba de un hombre de fe que ya adoraba a Dios como prosélito judío; probablemente no volviera a presentársele la oportunidad de bautizarse en mucho tiempo y, lo que es más importante, entendía lo que Dios quería de él y deseaba obedecerle de toda alma. Felipe accedió gustoso a su petición, y el etíope, ya bautizado, “siguió su camino regocijándose”. Seguro que se convirtió en un entusiasta predicador de las buenas nuevas en su país (Hechos 8:36-39).

      4 Aunque la dedicación y el bautismo no son pasos que deban tomarse a la ligera o con precipitación, el ejemplo del funcionario etíope demuestra que ha habido casos de personas que se han bautizado al poco tiempo de haber escuchado la verdad de la Palabra de Dios.a Por lo tanto, conviene examinar las siguientes preguntas: ¿Qué preparación requiere el bautismo? ¿Cuánto influye la edad? ¿Hasta qué grado debe haber progresado espiritualmente la persona antes de bautizarse? Y sobre todo, ¿por qué manda Jehová a sus siervos dar este paso?

      Acuerdo solemne

      5, 6. a) ¿Cómo respondió al amor de Jehová su pueblo en la antigüedad? b) ¿De qué relación con Dios podemos disfrutar después del bautismo?

      5 Tras liberar a los israelitas de Egipto, Jehová prometió convertirlos en su “propiedad especial”, amarlos y protegerlos, y constituirlos en “una nación santa” si ellos, por su parte, respondían a su amor de una manera concreta. Ante esto, el pueblo acordó obedecer “todo lo que Jehová ha[bía] hablado” y entró en un pacto con él (Éxodo 19:4-9). En el siglo primero, Jesús ordenó a sus seguidores que hicieran discípulos en todas las naciones, y aquellos que acogieron su doctrina se bautizaron. Tener una buena relación con Dios dependía de que ejercieran fe en Jesucristo y se bautizaran (Mateo 28:19, 20; Hechos 2:38, 41).

      6 Estos pasajes de las Escrituras demuestran que Jehová bendice a quienes hacen un acuerdo solemne para servirle y lo cumplen. Para los cristianos, la dedicación y el bautismo son pasos esenciales para obtener la bendición de Jehová. Estamos decididos a andar en sus sendas y buscar su guía (Salmo 48:14). Jehová, a su vez, nos toma de la mano, por así decirlo, y nos conduce por el camino en que debemos ir (Salmo 73:23; Isaías 30:21; 41:10, 13).

      7. ¿Por qué tiene que ser una decisión personal la dedicación y el bautismo?

      7 Es el amor a Jehová y el deseo de servirle lo que debe movernos a dar estos pasos. Nadie debería bautizarse sencillamente porque otros le digan que lleva mucho tiempo estudiando la Biblia o por imitar a sus amigos. Claro está, los padres y otros cristianos maduros pueden animar a una persona a pensar en la dedicación y el bautismo. El apóstol Pedro exhortó a ‘bautizarse’ a los que lo escucharon en el día de Pentecostés (Hechos 2:38). Sin embargo, la dedicación es un asunto personal; nadie puede hacerla por uno. La decisión de efectuar la voluntad de Dios tiene que ser nuestra y de nadie más (Salmo 40:8).

      Preparación adecuada para el bautismo

      8, 9. a) ¿Por qué desaprueban las Escrituras el bautismo de bebés? b) ¿Cuánta madurez espiritual debe evidenciar un joven antes de bautizarse?

      8 ¿Pueden los niños dedicarse a Dios de manera consciente? Si bien las Escrituras no fijan una edad reglamentaria para el bautismo, es obvio que los bebés no pueden hacerse creyentes, ejercer fe ni dedicarse a Dios (Hechos 8:12). Con respecto a los cristianos del siglo primero, el historiador Augustus Neander afirmó en su libro General History of the Christian Religion and Church (Historia general de la religión y la Iglesia cristianas): “Al principio solo se administraba el bautismo a los adultos, pues los hombres estaban acostumbrados a ver el bautismo y la fe como dos cosas íntimamente ligadas”.

      9 En el caso de los jóvenes, algunos alcanzan cierto grado de madurez espiritual a una edad relativamente temprana, mientras que a otros les toma más tiempo. Como quiera que sea, antes de bautizarse, el joven —al igual que el adulto— debe tener una relación personal con Jehová, una sólida comprensión de las doctrinas elementales de la Biblia y un claro entendimiento de lo que implica la dedicación.

      10. ¿Qué pasos es preciso dar antes de la dedicación y el bautismo?

      10 Jesús ordenó a sus discípulos que enseñaran a los nuevos todas las cosas que él había mandado (Mateo 28:20). De modo que los nuevos necesitan, antes de nada, adquirir conocimiento exacto de la verdad, lo que a su vez, contribuye a que desarrollen fe en Jehová y en su Palabra (Romanos 10:17; 1 Timoteo 2:4; Hebreos 11:6). Luego, cuando la verdad de las Escrituras les toca el corazón, se sienten impulsados a arrepentirse y volverse de su anterior modo de vivir (Hechos 3:19). Y, finalmente, llegan al punto de querer dedicarse a Jehová y bautizarse, como Jesús ordenó.

      11. ¿Por qué es importante que prediquemos con regularidad antes de bautizarnos?

      11 Otro paso importante para alcanzar la meta del bautismo es predicar las buenas nuevas del Reino, la principal obra que Jehová ha encargado a su pueblo en estos últimos días (Mateo 24:14). De modo que los publicadores no bautizados pueden disfrutar del privilegio de hablar a otras personas acerca de su fe, lo que los prepara también para participar con regularidad y entusiasmo en el ministerio del campo después de bautizarse (Romanos 10:9, 10, 14, 15).

      ¿Hay algo que le impida bautizarse?

      12. ¿Por qué es posible que algunos se muestren reacios a bautizarse?

      12 Es posible que algunos se muestren reacios a bautizarse porque no quieren aceptar las obligaciones que esto conlleva. Saben que para vivir de acuerdo con las normas de Jehová tienen que efectuar grandes cambios. O a lo mejor temen que no podrán satisfacer los requisitos divinos después del bautismo. Quizás hasta se pregunten: “¿Y si un día hago algo malo y me expulsan de la congregación?”.

      13. ¿Qué impidió que algunos contemporáneos de Jesús se hicieran seguidores de él?

      13 Algunos contemporáneos de Jesús permitieron que los intereses personales y los lazos familiares les impidieran hacerse sus discípulos. Cierto escriba le dijo que lo seguiría adondequiera que fuera, pero Jesús le respondió que muchas veces él no tenía siquiera donde pasar la noche. Otro hombre a quien Jesús invitó a seguirlo replicó que tenía que ir primero a “enterrar” a su padre; al parecer, prefirió quedarse en casa y esperar a que este falleciera en vez de seguir a Jesús y atender dicha obligación familiar cuando llegara el momento. Por último, un tercero le dijo que antes de ir con él debía ‘despedirse’ de su familia. Jesús dio a entender que tal indecisión equivalía a ‘mirar a las cosas que se dejan atrás’. Como vemos, parece que los indecisos siempre encuentran un pretexto para eludir sus deberes cristianos (Lucas 9:57-62).

      14. a) ¿Cómo respondieron Pedro, Andrés, Santiago y Juan a la invitación que les hizo Jesús de hacerse pescadores de hombres? b) ¿Por qué no debemos vacilar en aceptar el yugo de Jesús?

      14 Por otro lado, el ejemplo de Pedro, Andrés, Santiago y Juan presenta un marcado contraste. La Biblia dice que cuando Jesús los invitó a ir con él y hacerse pescadores de hombres, “abandonando en seguida las redes, le siguieron” (Mateo 4:19-22). Al no dilatarse en tomar esa decisión, experimentaron personalmente la veracidad de lo que Jesús afirmó después: “Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera” (Mateo 11:29, 30). Aunque es verdad que el bautismo impone un yugo de responsabilidad, Jesús nos asegura que se trata de un yugo suave y llevadero, que produce gran refrigerio.

      15. ¿Cómo demuestran los ejemplos de Moisés y Jeremías que podemos confiar en el apoyo divino?

      15 Por supuesto, los sentimientos de ineptitud son normales. Tanto Moisés como Jeremías se sintieron, en un principio, incapaces de ejecutar la comisión que Jehová les dio (Éxodo 3:11; Jeremías 1:6). ¿Cómo los tranquilizó Jehová? A Moisés le prometió: “Yo resultaré estar contigo”, y a Jeremías le dijo: “Yo estoy contigo para librarte” (Éxodo 3:12; Jeremías 1:8). Nosotros también podemos confiar en el apoyo divino. El amor a Dios y la confianza en él nos ayudarán a desterrar las dudas persistentes de si podremos o no vivir en armonía con nuestra dedicación. “No hay temor en el amor —escribió el apóstol Juan—, sino que el amor perfecto echa fuera el temor.” (1 Juan 4:18.) Puede que a un niño le dé miedo caminar solo, pero si va de la mano de su padre se siente seguro. De igual manera, si confiamos en Jehová de todo corazón, él promete que “hará derechas [nuestras] sendas” mientras caminemos a su lado (Proverbios 3:5, 6).

      Una ocasión digna

      16. ¿Por qué implica el bautismo la inmersión total en agua?

      16 Por lo general, antes del bautismo propiamente dicho se pronuncia un discurso bíblico que explica su importancia, tras lo cual se pide a los candidatos que hagan una declaración pública de su fe contestando a dos preguntas (Romanos 10:10; véase el recuadro de la página 22). A continuación, los candidatos son sumergidos en agua, siguiendo el modelo de Jesús. La Biblia indica que después de ser bautizado, Jesús “inmediatamente salió del agua” o “subió del agua” (Mateo 3:16; Marcos 1:10). Está claro que Juan el Bautista lo sumergió por completo.b La inmersión total es un símbolo adecuado del giro radical que damos a nuestra existencia, pues simbólicamente morimos con respecto a nuestro modo de vivir anterior y comenzamos una nueva vida en el servicio a Dios.

      17. ¿Cómo pueden contribuir tanto los candidatos al bautismo como los observadores a la dignidad de la ocasión?

      17 El bautismo es una ocasión seria y al mismo tiempo gozosa. La Biblia dice que Jesús estaba orando cuando Juan lo sumergió en las aguas del río Jordán (Lucas 3:21, 22). En conformidad con este ejemplo, los candidatos al bautismo deben comportarse con el decoro que exige la ocasión. Y puesto que la Biblia nos exhorta a vestir siempre con modestia, ¡con cuánta más razón debemos seguir ese consejo el día de nuestro bautismo! (1 Timoteo 2:9.) Los presentes también pueden mostrar el debido respeto escuchando el discurso con atención y observando el bautismo de forma ordenada (1 Corintios 14:40).

      Bendiciones que aguardan a los discípulos bautizados

      18, 19. ¿Qué privilegios y bendiciones acompañan al bautismo?

      18 Una vez que nos hemos dedicado a Dios y nos hemos bautizado, entramos a formar parte de una familia singular. Primero que nada, Jehová viene a ser nuestro padre y amigo. Antes del bautismo, nos hallábamos alejados de él; ahora nos hemos reconciliado con él (2 Corintios 5:19; Colosenses 1:20). Por medio del sacrificio de Cristo, nos hemos acercado a Dios, y él se ha acercado a nosotros (Santiago 4:8). El profeta Malaquías asegura que Jehová presta atención y oye a los que usan y llevan su nombre, y que los inscribe en su libro de recuerdo. “Ciertamente llegarán a ser míos”, dice Dios, “y ciertamente les mostraré compasión, tal como un hombre muestra compasión a su hijo que le sirve” (Malaquías 3:16-18).

      19 Gracias al bautismo, también llegamos a ser miembros de una hermandad mundial. Cuando el apóstol Pedro preguntó sobre la recompensa que habría para los discípulos de Cristo por los sacrificios que habían hecho, Jesús prometió: “Todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mi nombre, recibirá muchas veces más, y heredará la vida eterna” (Mateo 19:29). Años más tarde, Pedro aludió a “toda la asociación de hermanos” que se había formado “en el mundo”. Él mismo había gozado del apoyo de esta amorosa hermandad y disfrutado de las bendiciones de pertenecer a ella. Nosotros podemos experimentar lo mismo (1 Pedro 2:17; 5:9).

      20. ¿Qué bendita perspectiva pone ante nosotros el bautismo?

      20 Y lo que es más, Jesús prometió que quien lo sigue “heredará la vida eterna”. En efecto, la dedicación y el bautismo nos ofrecen la oportunidad de “[asirnos] firmemente de la vida que realmente lo es”, a saber, la vida eterna en el nuevo mundo de Dios (1 Timoteo 6:19). ¿Qué mejores bases podemos sentar para nuestro futuro y el de nuestra familia? Esta bendita perspectiva hace que “[andemos] en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre” (Miqueas 4:5).

      [Notas]

      a Los 3.000 judíos y prosélitos que oyeron el discurso de Pedro el día de Pentecostés también se bautizaron de inmediato. Por supuesto, al igual que el eunuco etíope, ellos ya conocían las enseñanzas y los principios básicos de la Palabra de Dios (Hechos 2:37-41).

      b La palabra griega bá·pti·sma (bautismo) significa “el proceso de inmersión, sumersión, y emergencia”, según el Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, de W. E. Vine.

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