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El respeto a los derechos humanos se hace realidad¡Despertad! 1998 | 22 de noviembre
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Una razón doble para cambiar
Mientras que el “Decenio de las Naciones Unidas para la educación en la esfera de los derechos humanos” está a punto de entrar en su quinto año, hay un programa educativo internacional no gubernamental que lleva muchos decenios cambiando la mentalidad de millones de personas, por lo que estas tratan ahora a su semejante con dignidad. Dicho programa, realizado por los testigos de Jehová, se lleva a cabo en más de doscientos treinta países. ¿Cómo funciona?
Para empezar, se trata de un programa mundial de educación bíblica que mejora la comprensión del origen de los derechos humanos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma que el hombre tiene derechos porque es un ser racional y moral.
El hombre debe haber recibido las facultades de la razón y la conciencia de una fuente superior (véase el recuadro “La fuente de los derechos humanos”, en la página 13). El reconocimiento de esta fuente superior divina suministra a la persona una razón de peso para respetar al prójimo. Esta trata a los demás con dignidad no solo porque la conciencia la impulsa a hacerlo, sino, lo que es más importante, porque el respeto y el amor al Creador la mueve a tratar a Su creación con dignidad. Este motivo doble se basa en las siguientes palabras de Jesucristo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente” y “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39). La persona que respeta profundamente al Creador jamás viola los derechos de su semejante porque estos son una herencia de Él. Violarlos equivale a usurpar tal herencia.
Educación que marca la diferencia
¿Es eficaz el programa de educación bíblica de los testigos de Jehová para reducir la violación de los derechos humanos? La mejor manera de contestar esta pregunta es fijarse en sus resultados, pues, como dijo Jesús, “la sabiduría queda probada justa por sus obras” (Mateo 11:19).
Una conocida inscripción grabada en un muro de la plaza de las Naciones Unidas (Nueva York) dice: “Tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra”. Con esta cita del libro bíblico de Isaías, capítulo 2, versículo 4, la ONU señala a una de las principales formas de disminuir las violaciones masivas de los derechos humanos: acabar con la guerra. Después de todo, la guerra es ‘la antítesis de los derechos humanos’, según una publicación de la ONU.
El programa educativo de los testigos de Jehová lleva un paso más lejos la idea de grabar las palabras de Isaías en un muro de piedra: las graba, o “escribe”, en los corazones humanos (compárese con Hebreos 8:10). ¿Cómo? Al eliminar las barreras raciales y étnicas y derrumbar los muros del nacionalismo mediante la enseñanza del punto de vista bíblico sobre la raza, a saber, que existe una sola raza: la humana (Hechos 17:26). Los que participan en el programa cultivan el deseo de hacerse “imitadores de Dios”, de quien la Biblia dice que “no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto” (Efesios 5:1; Hechos 10:34, 35).
Como resultado de esta educación bíblica, millones de personas de nuestros días ‘no aprenden más la guerra’. Han cambiado su mente y corazón. Y el cambio es perdurable (véase el recuadro “Educación para la paz”, en la página 14). En el presente, un promedio de más de mil personas finalizan diariamente los cursos básicos que imparten los testigos de Jehová, y se unen a las filas de esta fuerza mundial en pro de la paz.
¿Son firmes este cambio de mentalidad y la subsiguiente decisión de respetar los derechos humanos negándose a participar en la guerra? Totalmente. Veamos un ejemplo: Durante la II Guerra Mundial se sometió a severa prueba el respeto de los Testigos a los derechos humanos, sobre todo en la Alemania nazi. El historiador Brian Dunn afirmó: ‘Los testigos de Jehová eran incompatibles con el nazismo. Lo que más molestaba a los nazis era su neutralidad política. Eso significaba que ningún creyente podía portar armas’ (The Churches’ Response to the Holocaust [Respuesta de las iglesias al Holocausto]). Paul Johnson escribió en el libro Historia del cristianismo: “Muchos fueron sentenciados a muerte por negarse a prestar servicio militar [...]; o terminaron en Dachau o en asilos para locos”. Aun así, se mantuvieron firmes. La socióloga Anna Pawełczyńska dijo que fueron “una pequeña isla de resistencia infatigable en el seno de una nación aterrorizada”.
Imagínese qué reducción tan drástica de las violaciones de los derechos humanos habría mundialmente si todas las personas adoptaran esta postura y ‘no aprendieran más la guerra’.
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El respeto a los derechos humanos se hace realidad¡Despertad! 1998 | 22 de noviembre
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EDUCACIÓN PARA LA PAZ
Hace unos años, mientras los conflictos bélicos desgarraban los Balcanes, Branko servía de guardia armado en una clínica del sector croata de Bosnia.b Una noche, un médico que estudiaba la Biblia con los testigos de Jehová le contó las verdades que había aprendido en su estudio. Lo que Branko escuchó lo incitó a deponer las armas. Algún tiempo después se trasladó a otro país europeo y asistió a una reunión de los testigos de Jehová, en la que conoció a Slobodan.
Slobodan también procedía de Bosnia. Había combatido en la misma guerra que Branko, pero en el bando opuesto, el serbio. Cuando se conocieron, Slobodan ya era testigo de Jehová, y le ofreció un estudio de la Biblia a Branko, su anterior enemigo. A medida que avanzaba el estudio, iba creciendo el amor de Branko por el Creador, Jehová, y en poco tiempo decidió hacerse Testigo.c
El mismo Slobodan también llegó a ser Testigo con la ayuda de un anterior enemigo. ¿Cómo? Pues bien, después de abandonar la zona de guerra, había recibido la visita de Mujo, que provenía asimismo de Bosnia, pero que se había criado en una religión muy diferente de la de Slobodan. Para este tiempo Mujo era testigo de Jehová. Aunque habían sido enemigos, Slobodan aceptó la oferta de Mujo de estudiar la Biblia con él y posteriormente dio el paso de hacerse testigo de Jehová.
¿Qué impulsó a estos hombres a superar un odio étnico muy arraigado y convertirse en amigos? Mediante su estudio de la Biblia, cultivaron amor a Jehová, tras lo cual estuvieron dispuestos a ser “enseñados por Dios a amarse unos a otros” (1 Tesalonicenses 4:9). Como dice el profesor Wojciech Modzelewski sobre los testigos de Jehová en general, “el factor clave de su actitud pacífica es que ya en la actualidad siguen los principios revelados en la Biblia”.
[Notas]
b Se han cambiado todos los nombres de este recuadro.
c Branko supo después, para gran alegría suya, que el médico que le había hablado por primera vez, también se había hecho testigo de Jehová.
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