“El agua de la vida” sale burbujeando en Cabo Verde
DESDE el año 1958 es un hecho notable la existencia de los testigos de Jehová y la práctica de su adoración en Cabo Verde”, explicó el ministro de justicia de la República de Cabo Verde. Hablaba a dos Testigos que habían sido llamados a su oficina. Añadió: “Lamentamos que se haya demorado tanto el reconocimiento legal de los testigos de Jehová”.
Los testigos de Jehová de Cabo Verde recordarán por mucho tiempo esa reunión del 30 de noviembre de 1990. Fue señal de que se les reconocía oficialmente como asociación religiosa legal en ese país. Sin embargo, para los dos Testigos que estuvieron presentes la experiencia fue conmovedora, pues fue en 1958 cuando uno de ellos —Luis Andrade— consiguió alguna literatura bíblica publicada por la Sociedad Watch Tower. Después de leer las publicaciones de principio a fin, se dio cuenta de que había hallado la verdad. Entusiasmado, compartió lo que había aprendido con Francisco Tavares, un viejo amigo. Durante los años que siguieron, ambos continuaron tomando de las aguas de la verdad mediante las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, que recibían por suscripción. Diez años después, en 1968, se bautizaron durante la primera visita de un superintendente viajante a Cabo Verde.
Los hermanos Andrade y Tavares reconocieron su responsabilidad de proclamar a otros esta invitación: ‘¡Vengan!, tomen gratis el agua de la vida’. (Revelación 22:17.) Estaban dispuestos a aceptar el desafío de predicar en su esparcido y difícil territorio. Cabo Verde consiste en 10 islas principales y algunas isletas en el océano Atlántico, a unos 560 kilómetros (350 millas) al oeste de Dakar, Senegal. El nombre Cabo Verde se aplicó originalmente a la península de la costa africana. No obstante, estas islas están lejos de ser verdes, pues cae poca lluvia, y sus 350.000 habitantes se ganan la vida a duras penas en el terreno seco.
Por los pasados 30 años, misioneros y precursores especiales han trabajado duro como ministros de tiempo completo para llevar el agua de la vida a los isleños. ¿Qué resultado ha tenido su labor? Recientemente un superintendente viajante de Portugal visitó las congregaciones de Cabo Verde. Dejemos que él mismo nos cuente lo que halló.
São Vicente oye el “lenguaje puro”
Nuestra primera parada en Cabo Verde fue la ciudad de Porto Grande, en la isla de São Vicente (San Vicente). Mientras viajábamos en auto desde el aeropuerto hasta la ciudad, veíamos colinas rocosas cubiertas de la arena que arrastraba el viento. ¡La desertificación del norte de África ha llegado a las islas de Cabo Verde! Desde diciembre hasta febrero el harmatán —el viento caliente y seco que sopla desde el Sahara— cruza el océano y cubre las islas con capas de arena y polvo. A veces las nubes de polvo son tan densas que los aviones no pueden volar. La poca vegetación que queda se seca cuando llega el harmatán.
Sin embargo, en sentido espiritual hay fuentes de agua disponibles. Los testigos de Jehová han establecido dos congregaciones en Porto Grande, y 167 publicadores del Reino se encargan de llevar las aguas dadoras de vida de la verdad a los 47.000 habitantes de la isla de São Vicente. Los fines de semana unas 400 personas van a las reuniones bíblicas del Salón del Reino.
Durante las visitas, de una semana cada una, se hicieron los preparativos finales para la Asamblea de Distrito “Lenguaje Puro”, que se celebraría en el mejor teatro de la ciudad. (Sofonías 3:9.) Además de los isleños locales, los delegados de las islas de Santo Antão y São Nicolau (San Antonio y San Nicolás) hicieron que la asistencia ascendiera a un máximo de 756 personas. Se bautizaron 24 personas. El programa incluyó un drama bíblico presentado por los Testigos. Un director de ensayos de una producción fílmica estuvo presente para el drama, y dijo: “Nosotros nos pasamos todo un año adiestrando gente, y aun así tenemos muchos problemas. Los que participaron en este drama lo hicieron mucho mejor con solo ensayar por dos meses”. Al concluir con éxito la asamblea, llegó el tiempo de pasar a la ciudad de Praia, capital de la República de Cabo Verde, en la isla de São Tiago.
Un pueblo limpio
En los últimos años muchos residentes de otras islas se han mudado a la capital en busca de empleo. Como resultado de eso, se han construido miles de chozas rústicas a las afueras de la ciudad, lo cual agota aún más el limitado abastecimiento de agua y las provisiones sanitarias. Para complementar sus ingresos, muchas familias crían cabras, cerdos y gallinas. Es común ver a estos animales caminando libremente por las calles. Como resultado, se esparcen enfermedades.
A pesar de esas condiciones difíciles, ahora hay dos prósperas congregaciones en Praia, con unos 130 publicadores del Reino. Estos Testigos felices ciertamente ‘se han beneficiado’ al aplicar lo que han aprendido de la Biblia. Puesto que se esfuerzan por ser un pueblo limpio y santo, nuestros hermanos y sus hijos han disfrutado de mejor salud, tanto en sentido espiritual como físico. Aunque llevan una vida difícil, espiritualmente son ricos. (Isaías 48:17; 1 Pedro 1:15, 16.)
Cuando llegamos, los hermanos estaban muy ocupados preparando su asamblea de distrito. De toda São Tiago y las islas de Sal y Fogo asistieron a la asamblea Testigos y personas interesadas en su obra, y Jehová los bendijo con una concurrencia máxima de 472 personas. Se notaba su felicidad, ¡incluso la de muchos niñitos de rostros radiantes! Mientras nos sentábamos con la atenta muchedumbre, nos parecía claro que nunca debemos despreciar “el día de las cosas pequeñas”. (Zacarías 4:10.) ¡Todo esto se había desarrollado de dos personas que habían aprendido la verdad tan solo unos 30 años atrás!
Antes de partir de la isla, fuimos a visitar a los dos grupitos de Vila Assomada y Tarrafal, a las afueras de la ciudad. El terreno de la isla es árido y accidentado. Pero aquí y allá vimos parcelas de vegetación y árboles florecientes... hectáreas de cocoteros, plátanos, papayas, mangos, y así por el estilo. Esto nos hizo recordar la profecía de Isaías de que algún día hasta los desiertos florecerán. (Isaías 35:1.) Como un oasis, aun ahora ambos grupitos de Testigos ofrecen alimento y bebida espiritual en abundancia a los miles que, por decirlo así, viven en terreno árido en sentido espiritual.
Celo ardiente en la isla de Fogo
La siguiente isla que visitamos fue Fogo, que significa “fuego”. Su origen volcánico explica ese nombre. El Pico Cano todavía es un volcán activo. Sobresale del mar como un cono casi perfecto y se eleva a una altura máxima de 2.800 metros (9.300 pies). Hace poco cayó una lluvia abundante en la isla, la primera lluvia fuerte en años. La gente se regocijó, y se puso a trabajar con entusiasmo extraordinario en sus huertos de frijoles y mandioca, alimentos básicos de los habitantes de Cabo Verde.
Sin embargo, el entusiasmo de estas personas no les impidió hacer una pausa en su trabajo para tomar de las aguas de la verdad bíblica. Pudimos reunirnos con tres grupos diferentes, aunque se nos hizo difícil llegar a ellos porque había pocos automóviles, y los que había estaban en malas condiciones. Nos regocijó muchísimo ver que unas 162 personas asistieron a las reuniones, pues solo había 42 publicadores del Reino en la isla. Eso reflejó el celo de este grupito de hermanos y hermanas, quienes dedican un promedio de 15 horas cada mes a llevar el agua simbólica de la verdad y la vida a los 32.000 habitantes de la isla de Fogo.
Fruto en tierras católicas
Todavía teníamos que visitar a nuestros hermanos de las islas de Santo Antão y São Nicolau. Como lo indican esos nombres, la Iglesia Católica Romana ha ejercido influencia sobre estas islas por siglos. Aunque el catolicismo sigue siendo la religión principal de Cabo Verde, muchas personas sinceras están acudiendo a la Biblia en busca de sus refrescantes aguas de la verdad.
Los 49 publicadores del Reino de las dos congregaciones pequeñas en extremos opuestos de Santo Antão trabajan arduamente para satisfacer las necesidades espirituales de la población de 44.000 habitantes. Cuando 512 personas asistieron al discurso bíblico que se presentó al público en la congregación de Porto Novo, los 32 publicadores del Reino de ese lugar vieron claramente que muchas personas mansas de Santo Antão tienen sed de las aguas de la verdad.
La obra en la isla de São Nicolau empezó hace unos años, cuando una precursora de Portugal condujo un estudio bíblico por correspondencia con una familia de la isla. Después, en 1978, otro precursor de Portugal decidió regresar a su isla natal, São Nicolau, para compartir con sus 15.000 habitantes la verdad bíblica. Cuando quiso conducir la primera reunión bíblica en la isla, la concurrencia fue de una sola persona... ¡él! Pero Jehová Dios contestó las oraciones fervorosas que ofreció en aquella ocasión. Durante nuestra visita, a los 48 publicadores de las tres congregaciones les emocionó ver un total de 335 personas en las reuniones.
La primera asamblea de circuito de la isla se celebró durante nuestra visita, y nos permitieron usar gratis el teatro local. Los funcionarios municipales nos proporcionaron el sistema de sonido y transportación gratis. Los 19 publicadores de la congregación anfitriona consiguieron alojamiento para 100 delegados y prepararon alimento para las 208 personas que asistieron a la asamblea. A pesar de las muchas dificultades que afrontan nuestros hermanos todos los días, contribuyeron al Fondo de la Sociedad para Salones del Reino.
Aquí la gente conoce muy bien la conducta excelente de los testigos de Jehová, por lo cual muchas personas buscan a Testigos cuando necesitan empleados. Por ejemplo, el dueño de la única estación de gasolina de la isla le pidió a un Testigo que trabajara para él, pues necesitaba a alguien honrado. El hermano ya tenía empleo, pero le dijo que trataría de conseguirle otra persona. “¡Solo si es Testigo bautizado!”, insistió el dueño. Dos meses después dijo a nuestro hermano: “¡Solo los testigos de Jehová deberían manejar dinero!”.
Última parada: la isla de Sal
Nuestra parada final en este viaje fue la isla de Sal. Su nombre, “sal”, dice claramente cuál es la industria principal de la isla. Aquí hay una congregación pequeña de 22 publicadores que trabajan arduamente para llevar el mensaje del Reino a los 6.500 residentes de la isla. Fue un verdadero placer compartir las buenas nuevas con estos isleños, pues nos invitaron a entrar en casi todas las casas y pudimos hablar con varios miembros de las familias.
Con la visita a la isla de Sal completamos nuestra gira. ¡Qué bendición fue trabajar con estos fieles siervos de Jehová en Cabo Verde! Ahora hay 531 publicadores del Reino en esas islas, cifra que de seguro aumentará, pues las 2.567 personas que asistieron a la Conmemoración de la muerte de Cristo en 1991 siguen recibiendo atención espiritual. Aunque es poco lo que la mayoría de los testigos de Jehová de Cabo Verde tienen en sentido material, son ricos y están bien alimentados en sentido espiritual. ¡Y cuánto agradecen el que, para Su gloria y alabanza, Jehová esté haciendo burbujear en salida el agua de la vida en estas islas!
[Mapa en la página 24]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
CABO VERDE
SANTO ANTÃO
SÃO VICENTE
SÃO NICOLAU
SANTA LUZIA
SAL
BOA VISTA
MAIO
SÃO TIAGO
FOGO
BRAVA
Praia
Océano Atlántico