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Jerusalén: “la ciudad del gran Rey”La Atalaya 1998 | 15 de octubre
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Jerusalén: “la ciudad del gran Rey”
“No juren [...] por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.” (MATEO 5:34, 35.)
1, 2. ¿Qué puede sorprender a algunos en cuanto a Jerusalén?
JERUSALÉN: su mismo nombre suscita fuertes sentimientos en personas de diferentes religiones. De hecho, es difícil ignorar esta antigua ciudad, pues se la menciona a menudo en las noticias. Lamentablemente, muchas de esas noticias evidencian que Jerusalén no es siempre un lugar de paz.
2 Este hecho puede sorprender a algunos lectores de la Biblia. En el pasado, el nombre abreviado de Jerusalén era Salem, que significa “paz” (Génesis 14:18; Salmo 76:2; Hebreos 7:1, 2). “Entonces, ¿por qué en las últimas décadas ha habido tan poca paz en una ciudad con tal nombre?”, quizá nos preguntemos.
3. ¿Dónde podemos hallar información confiable sobre Jerusalén?
3 Para contestar a esta pregunta, tenemos que remontarnos en la historia a fin de conocer la Jerusalén de tiempos antiguos. Quizá haya quien diga: “No tengo tiempo de estudiar historia antigua”. No obstante, el conocimiento exacto de la historia temprana de Jerusalén es importante para todos nosotros. La Biblia indica por qué, con estas palabras: “Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza” (Romanos 15:4). El conocimiento bíblico sobre Jerusalén puede confortarnos al darnos una esperanza de paz, no solo para esa ciudad, sino para el mundo entero.
La ubicación del “trono de Jehová”
4, 5. ¿Cómo contribuyó David al importante papel de Jerusalén en el cumplimiento del propósito de Dios?
4 En el siglo XI a.E.C., Jerusalén se hizo famosa mundialmente por ser capital de una nación segura y pacífica. Jehová Dios había ungido al joven David por rey de aquella nación antigua, Israel. David y sus descendientes reales, cuya sede del gobierno estaba en Jerusalén, ocuparon “el trono de la gobernación real de Jehová” o el “trono de Jehová” (1 Crónicas 28:5; 29:23).
5 David, un israelita de la tribu de Judá temeroso de Dios, tomó Jerusalén, que estaba en manos de los jebuseos idólatras. En aquel entonces, la ciudad solo ocupaba un monte llamado Sión, por lo que ese nombre llegó a ser sinónimo de Jerusalén. Con el tiempo, David llevó el arca del pacto de Dios con Israel a Jerusalén, y allí la colocó en una tienda. Años antes, Dios había hablado a su profeta Moisés desde una nube situada encima del Arca sagrada (Éxodo 25:1, 21, 22; Levítico 16:2; 1 Crónicas 15:1-3). El Arca simbolizaba la presencia de Dios, pues él era el verdadero rey de Israel. Por tanto, podía decirse en dos sentidos que Jehová Dios gobernaba desde la ciudad de Jerusalén.
6. ¿Qué promesa hizo Jehová con relación a David y Jerusalén?
6 Jehová prometió a David que la gobernación de su casa real, representada por Sión o Jerusalén, no tendría fin. Esta promesa significaba que un descendiente de David heredaría el derecho de gobernar para siempre como el Ungido de Dios, es decir, el Mesías o Cristoa (Salmo 132:11-14; Lucas 1:31-33). La Biblia también revela que este heredero permanente del “trono de Jehová” gobernaría sobre todas las naciones, no solo sobre Jerusalén (Salmo 2:6-8; Daniel 7:13, 14).
7. ¿Cómo promovió el rey David la adoración pura?
7 Se intentó destronar al ungido de Dios, el rey David, pero en vano. Antes bien, David subyugó a las naciones enemigas y extendió los límites de la Tierra Prometida hasta los confines designados por Dios. Luego se valió de esta situación para promover la adoración pura. Y muchos de sus salmos alaban a Jehová como el verdadero Rey de Sión (2 Samuel 8:1-15; Salmo 9:1, 11; 24:1, 3, 7-10; 65:1, 2; 68:1, 24, 29; 110:1, 2; 122:1-4).
8, 9. ¿Cómo se extendió la adoración verdadera en Jerusalén durante el reinado de Salomón?
8 Durante el reinado de Salomón, hijo de David, la adoración de Jehová cobró mayor auge. Salomón extendió Jerusalén hacia el norte para incluir el monte Moria (donde hoy se halla la Cúpula de la Roca). En este monte de mayor altura tuvo el privilegio de edificar un magnífico templo para la alabanza de Jehová. En el Santísimo de ese templo se colocó el arca del pacto (1 Reyes 6:1-38).
9 La nación de Israel disfrutó de paz en tanto apoyó de todo corazón la adoración de Jehová, centrada en Jerusalén. Las Escrituras describen con hermoso lenguaje aquellas condiciones: “Judá e Israel eran muchos, como los granos de arena que están junto al mar por su multitud, y comían y bebían y se regocijaban [...]; y la paz misma llegó a ser suya [de Salomón] en toda región suya, todo en derredor. Y Judá e Israel continuaron morando en seguridad, cada uno debajo de su propia vid y debajo de su propia higuera” (1 Reyes 4:20, 24, 25).
10, 11. ¿Cómo confirma la arqueología lo que dice la Biblia sobre la Jerusalén del tiempo del rey Salomón?
10 Los hallazgos arqueológicos apoyan esta descripción del próspero reinado de Salomón. En su libro The Archaeology of the Land of Israel (La arqueología de la tierra de Israel), el profesor Yohanan Aharoni dice: “La riqueza que llegaba a la corte real de todas las direcciones y el floreciente comercio [...] produjeron una rápida y notable revolución en todo aspecto de la cultura material. [...] El cambio de la cultura material [...] no solo se percibe en los artículos de lujo, sino especialmente en la cerámica. [...] La calidad de la alfarería y el proceso de cocción mejoró notablemente”.
11 De igual modo, Jerry M. Landay escribió: “En tiempos de Salomón, la cultura material israelita avanzó en tres décadas más que durante los anteriores doscientos años. En los estratos salomónicos se hallan restos de construcciones monumentales, grandes ciudades con sólidas murallas, la proliferación de barrios residenciales con grupos de viviendas bien construidas para la clase acomodada, [y] un salto cuántico en la competencia técnica de la alfarería y los procesos de cocción. También se hallan restos de objetos que representan mercancías procedentes de países lejanos, señal de un intenso comercio internacional” (The House of David).
De la paz a la desolación
12, 13. ¿Por qué no se siguió promoviendo la adoración verdadera en Jerusalén?
12 La paz y prosperidad de Jerusalén, la ciudad donde estaba emplazado el santuario de Jehová, constituían un tema apropiado para la oración. David escribió: “Pidan la paz de Jerusalén. Los que te aman, oh ciudad, estarán libres de cuidado. Continúe la paz dentro de tu antemural, la libertad de cuidado dentro de tus torres de habitación. Por amor a mis hermanos y mis compañeros ciertamente hablaré ahora: ‘Haya paz dentro de ti’” (Salmo 122:6-8). Aunque Salomón tuvo el privilegio de construir el magnífico templo en aquella pacífica ciudad, con el tiempo se casó con muchas mujeres paganas. Estas lo sedujeron en su vejez para que promoviera la adoración de dioses falsos de aquel tiempo. La apostasía corrompió a toda la nación, y la privó, como a todos sus habitantes, de verdadera paz (1 Reyes 11:1-8; 14:21-24).
13 Al principio del reinado de Rehoboam, hijo de Salomón, diez de las tribus se sublevaron y formaron el reino septentrional de Israel. Dios permitió que Asiria conquistara ese reino por causa de su adoración idolátrica (1 Reyes 12:16-30). Judá, el reino meridional de dos tribus, continuó centrado en Jerusalén. Pero con el tiempo también se apartó de la adoración pura, por lo que Dios permitió que los babilonios destruyeran aquella ingobernable ciudad en el año 607 a.E.C. Los judíos exiliados languidecieron cautivos en Babilonia por setenta años. Luego, por la misericordia de Dios, se les permitió regresar a Jerusalén y restaurar la adoración verdadera (2 Crónicas 36:15-21).
14, 15. ¿Cómo recuperó Jerusalén un papel clave después del exilio en Babilonia, pero con qué diferencia?
14 Después de setenta años de desolación, las ruinas de los edificios debían hallarse cubiertas de maleza. El muro de Jerusalén estaba derruido, con grandes aberturas donde en un tiempo se elevaban las puertas y las torres fortificadas. Sin embargo, los judíos que regresaron del exilio pusieron manos a la obra. Construyeron un altar en el emplazamiento del templo anterior y empezaron a ofrecer sacrificios diarios a Jehová.
15 Ese era un comienzo prometedor, pero aquella Jerusalén restaurada nunca volvería a ser la capital de un reino que tuviera a un descendiente del rey David sentado en el trono. Los conquistadores babilonios nombraron a un gobernador sobre los judíos, y luego estos tuvieron que pagar impuestos a sus amos persas (Nehemías 9:34-37). Aunque se la estaba ‘hollando’, Jerusalén aún era la única ciudad de la Tierra a la que Jehová Dios favorecía (Lucas 21:24). Como centro de la adoración pura, también representaba el derecho que Dios tenía de ejercer su soberanía sobre la Tierra mediante un descendiente del rey David.
Los vecinos religiosos falsos se oponen
16. ¿Por qué interrumpieron la reconstrucción de Jerusalén los judíos que volvieron de Babilonia?
16 Pronto, los judíos que habían regresado a Jerusalén del exilio colocaron el fundamento para la construcción de un nuevo templo. Pero los pueblos vecinos, que practicaban la religión falsa, enviaron una carta calumniosa al rey persa Artajerjes, en la que le informaban sobre una supuesta rebelión de los judíos. De modo que Artajerjes prohibió que siguiera la construcción en Jerusalén. Si nosotros hubiéramos vivido en la ciudad en aquel tiempo, seguramente nos habríamos preguntado por su futuro. Los judíos interrumpieron al fin la construcción del templo y se ocuparon de lleno en sus propios intereses materiales (Esdras 4:11-24; Ageo 1:2-6).
17, 18. ¿De qué medios se valió Jehová para impulsar la reconstrucción de Jerusalén?
17 Unos diecisiete años después de la repatriación, Dios levantó a los profetas Ageo y Zacarías para corregir el modo de pensar de su pueblo. Los judíos se arrepintieron y reanudaron la construcción del templo. Entretanto, Darío ascendió al trono de Persia y verificó la orden que había dado el rey Ciro de reconstruir el templo de Jerusalén. Darío mandó una carta a los vecinos de los judíos en la que les advertía que se ‘mantuvieran a distancia de Jerusalén’ y apoyaran económicamente la construcción con dinero del impuesto real, para que esta pudiera completarse (Esdras 6:1-13).
18 Los judíos terminaron el templo en el año vigésimo segundo de su regreso. Puede comprenderse que esta fuera una ocasión para celebrar con gran alegría. No obstante, Jerusalén y sus murallas todavía se hallaban en estado ruinoso. La ciudad recibió la atención necesaria “en los días de Nehemías el gobernador y de Esdras el sacerdote, el copista” (Nehemías 12:26, 27). Jerusalén debió quedar completamente reconstruida para fines del siglo V a.E.C., volviendo a ser una de las principales ciudades del mundo antiguo.
Aparece el Mesías
19. ¿Cómo reconoció el Mesías la condición singular de Jerusalén?
19 Avancemos ahora algunos siglos hasta un suceso de importancia universal: el nacimiento de Jesucristo. El ángel de Jehová Dios había dicho a la madre virgen de Jesús: “Jehová Dios le dará el trono de David su padre [...], y de su reino no habrá fin” (Lucas 1:32, 33). Años más tarde, Jesús pronunció su famoso Sermón del Monte. En él dio ánimo y consejo sobre muchos asuntos. Por ejemplo, instó a sus oyentes a cumplir sus votos a Dios y a guardarse de jurar a la ligera. Jesús dijo: “Oyeron ustedes que se dijo a los de la antigüedad: ‘No debes jurar y no cumplir, sino que tienes que pagar tus votos a Jehová’. Sin embargo, yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey” (Mateo 5:33-35). Es de interés que Jesús reconociera la singular condición de Jerusalén, de la que había disfrutado por muchos siglos. En efecto, era “la ciudad del gran Rey”, Jehová Dios.
20, 21. ¿Qué gran cambio se produjo en la actitud de muchos habitantes de Jerusalén?
20 Al acercarse el fin de su vida terrestre, Jesús se presentó a los residentes de Jerusalén como su Rey debidamente ungido. En respuesta a aquel emocionante acontecimiento la multitud clamó con alegría: “¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová! ¡Bendito es el reino venidero de nuestro padre David!” (Marcos 11:1-10; Juan 12:12-15).
21 Sin embargo, en menos de una semana, las muchedumbres permitieron que los guías religiosos judíos las volvieran contra Jesús. Este advirtió que la ciudad de Jerusalén y toda la nación perderían su condición favorecida ante Dios (Mateo 21:23, 33-45; 22:1-7). Entre otras cosas, dijo: “Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella..., ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas! Pero ustedes no lo quisieron. ¡Miren! Su casa se les deja abandonada a ustedes” (Mateo 23:37, 38). Cuando llegó la Pascua del año 33 E.C., los enemigos de Jesús lograron que lo ejecutaran injustamente a las afueras de Jerusalén. No obstante, Jehová resucitó a su Ungido y lo glorificó con vida espiritual inmortal en la Sión celestial, algo de lo que todos nosotros podemos beneficiarnos (Hechos 2:32-36).
22. ¿Qué aplicación han tenido muchas de las referencias a Jerusalén después de la muerte de Jesús?
22 Puede entenderse que a partir de aquel momento, la mayoría de las profecías sobre Sión o Jerusalén son aplicables a cuestiones celestiales o a los seguidores ungidos de Jesús (Salmo 2:6-8; 110:1-4; Isaías 2:2-4; 65:17, 18; Zacarías 12:3; 14:12, 16, 17). Varias referencias a “Jerusalén” o “Sión” escritas después de la muerte de Jesús tienen un claro sentido figurado y no son aplicables ni a la ciudad literal ni a su ubicación (Gálatas 4:26; Hebreos 12:22; 1 Pedro 2:6; Revelación 3:12; 14:1; 21:2, 10). La prueba final de que Jerusalén ya no era “la ciudad del gran Rey” vino en el año 70 E.C., cuando los ejércitos romanos la desolaron, tal como habían profetizado Daniel y Jesucristo (Daniel 9:26; Lucas 19:41-44). Ni los escritores bíblicos ni Jesús mismo predijeron que la Jerusalén terrestre recuperaría la posición favorecida que en otro tiempo había tenido ante Jehová Dios (Gálatas 4:25; Hebreos 13:14).
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¿Está Jerusalén ‘por encima de nuestra causa principal de regocijo’?La Atalaya 1998 | 15 de octubre
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¿Está Jerusalén ‘por encima de nuestra causa principal de regocijo’?
“Que mi lengua se pegue a mi paladar, [...] si no hiciera a Jerusalén ascender por encima de mi causa principal de regocijo.” (SALMO 137:6.)
1. ¿Qué sentían muchos exiliados judíos por la ciudad escogida de Dios?
HABÍAN pasado casi siete décadas desde el regreso a Jerusalén en el año 537 a.E.C. de los primeros judíos exiliados. El templo de Dios se había reconstruido, pero la ciudad aún yacía en ruinas. En el ínterin, había crecido una nueva generación de exiliados. Muchos de ellos debían sentirse como el salmista, que cantó: “Si te olvidara, oh Jerusalén, sea olvidadiza mi diestra” (Salmo 137:5). Algunos no solo recordaban a Jerusalén, sino que demostraron por sus hechos que esta había ascendido “por encima de [su] causa principal de regocijo” (Salmo 137:6).
2. ¿Quién era Esdras, y qué bendición recibió?
2 Pongamos por caso al sacerdote Esdras. Aun antes de regresar a su tierra natal, había trabajado celosamente en favor de los intereses de la adoración pura en Jerusalén (Esdras 7:6, 10). Esdras fue muy bendecido por ello. Jehová Dios motivó el corazón del rey persa para que le concediera el privilegio de dirigir una segunda compañía de exiliados de vuelta a Jerusalén. Además, el rey donó una gran contribución de oro y plata para “hermosear la casa de Jehová” (Esdras 7:21-27).
3. ¿Cómo demostró Nehemías que Jerusalén era su principal preocupación?
3 Unos doce años más tarde, otro judío, Nehemías, actuó también con decisión. Trabajaba en el palacio persa de Susa. Era el copero del rey Artajerjes, pero este prestigioso puesto no era su “causa principal de regocijo”. Lo que Nehemías anhelaba era ir a Jerusalén para reconstruir la ciudad. Durante meses oró a Jehová Dios al respecto, y él lo bendijo por ello. Cuando el rey persa se enteró de la preocupación de Nehemías, puso a su disposición una fuerza militar y le entregó cartas de autorización para reconstruir Jerusalén (Nehemías 1:1–2:9).
4. ¿Cómo podemos demostrar que la adoración de Jehová está por encima de toda otra causa de regocijo que podamos tener?
4 Esdras, Nehemías y muchos judíos que colaboraron con ellos demostraron sin lugar a dudas que la adoración de Jehová, centrada en Jerusalén, era lo más importante para ellos, que estaba “por encima de [su] causa principal de regocijo”, es decir, por encima de cualquier otro motivo de alegría. Todos ellos son fuente de estímulo para los que hoy consideramos de la misma manera a Jehová, su adoración y su organización, que dirige mediante su espíritu. ¿Es así en su caso? ¿Demuestra por su perseverancia en obras piadosas que su mayor causa de regocijo es el privilegio de adorar a Jehová con su pueblo dedicado? (2 Pedro 3:11.) Repasemos como un incentivo más los positivos resultados del viaje de Esdras a Jerusalén.
Bendiciones y responsabilidades
5. ¿Qué abundantes bendiciones recibieron los habitantes de Judá en los días de Esdras?
5 El grupo de unos seis mil exiliados que regresó con Esdras llevó contribuciones de oro y plata para el templo de Jehová. El monto equivalía a unos 35.000.000 de dólares, según los precios actuales. La cantidad de oro y plata era unas siete veces superior a la que habían llevado los primeros exiliados. ¡Qué agradecidos a Jehová estarían los habitantes de Jerusalén y Judá por todo este apoyo humano y económico! Pero la bendición abundante de Dios conlleva responsabilidades (Lucas 12:48).
6. ¿Qué descubrió Esdras en su tierra, y cómo reaccionó?
6 Esdras pronto descubrió que muchos judíos, incluidos algunos sacerdotes y ancianos, habían pasado por alto la ley de Dios y se habían casado con mujeres paganas (Deuteronomio 7:3, 4). Esta violación del pacto de la Ley de Dios le perturbó mucho. “En cuanto oí esta cosa rasgué mi prenda de vestir y mi vestidura sin mangas, [...] y me quedé sentado en aturdimiento.” (Esdras 9:3.) Luego, en presencia de algunos israelitas preocupados por la situación, derramó su corazón ante Jehová en oración. Esdras repasó a oídos de todos la desobediencia de Israel en tiempos pasados y la advertencia de Dios sobre lo que sucedería si se casaban con los habitantes paganos del país. Y concluyó diciendo: “Oh Jehová el Dios de Israel, tú eres justo, porque nosotros hemos quedado como pueblo escapado, como en este día. Aquí estamos delante de ti en nuestra culpabilidad, pues es imposible estar de pie delante de ti a causa de esto” (Esdras 9:14, 15).
7. a) ¿Qué buen ejemplo dio Esdras ante la violación de la ley de Dios? b) ¿Cómo reaccionaron los culpables en los días de Esdras?
7 Esdras utilizó la expresión “nosotros”. Sí, él mismo se incluyó, aunque no era personalmente culpable. Su profunda angustia y su humilde oración tocaron el corazón del pueblo y lo motivaron a producir obras propias del arrepentimiento. Los judíos propusieron un remedio doloroso: todos los que habían violado la Ley de Dios mandarían de vuelta a sus esposas extranjeras a su tierra natal, junto con los hijos que les habían dado. Esdras aceptó la proposición y animó a los culpables a ponerla por obra. La autoridad que el rey de Persia le había conferido le permitía ejecutar a todos los violadores de la ley o expulsarlos de Jerusalén y Judá (Esdras 7:12, 26). Pero parece ser que no tuvo que tomar tales medidas. “Toda la congregación” dijo: “Exactamente conforme a tu palabra recae sobre nosotros hacer”. Además confesaron: “Nos hemos rebelado a gran grado en este asunto” (Esdras 10:11-13). El capítulo 10 de Esdras incluye los nombres de 111 hombres que acataron la decisión y mandaron de regreso a sus esposas extranjeras junto con los hijos que estas les habían dado.
8. ¿Por qué benefició a toda la humanidad la acción drástica de despedir a las esposas extranjeras?
8 Esta acción no solo benefició a Israel, sino también a toda la humanidad. Si no se hubiera hecho nada para corregir la situación, es posible que las naciones vecinas hubieran asimilado a los israelitas. En ese caso, se habría contaminado la línea de la Descendencia Prometida para la bendición de toda la humanidad (Génesis 3:15; 22:18). Hubiera sido difícil identificar a la Descendencia Prometida como procedente del linaje del rey David, de la tribu de Judá. Unos doce años más tarde, se dio atención de nuevo a esta cuestión fundamental cuando “la descendencia de Israel procedió a separarse de todos los extranjeros” (Nehemías 9:1, 2; 10:29, 30).
9. ¿Qué buen consejo da la Biblia a los cristianos que están casados con incrédulos?
9 ¿Qué pueden aprender de este relato los siervos de Jehová de la actualidad? Pues bien, los cristianos no están bajo el pacto de la Ley, sino que obedecen “la ley del Cristo” (2 Corintios 3:14; Gálatas 6:2). De modo que el cristiano cuyo cónyuge no es creyente debe seguir el consejo de Pablo: “Si algún hermano tiene esposa incrédula, y sin embargo ella está de acuerdo en morar con él, no la deje” (1 Corintios 7:12). Es más, los cristianos que están casados con incrédulos tienen la obligación bíblica de luchar por el éxito de su matrimonio (1 Pedro 3:1, 2). La aplicación de este excelente consejo ha logrado en muchas ocasiones que el cónyuge incrédulo cambie su actitud con respecto a la adoración verdadera. Algunos incluso se han convertido en fieles cristianos bautizados (1 Corintios 7:16).
10. ¿Qué lección pueden aprender los cristianos de los 111 israelitas que despidieron a sus esposas extranjeras?
10 El caso de los israelitas que despidieron a sus esposas extranjeras también enseña una importante lección a los cristianos solteros. Estos no deben empezar a salir con personas del sexo contrario que no sean creyentes. Evitar tal relación puede ser difícil, incluso doloroso, pero es el mejor proceder para asegurarse la constante bendición de Dios. A los cristianos se les manda: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos” (2 Corintios 6:14). Todo cristiano soltero que desee casarse debe buscar como pareja a un buen hermano o hermana en la fe (1 Corintios 7:39).
11. ¿Cómo es posible que seamos probados en cuanto a nuestra causa de regocijo, como lo fueron los varones israelitas?
11 Los cristianos también han modificado su comportamiento de muchas otras maneras cuando se les ha hecho ver que este no sigue la dirección bíblica (Gálatas 6:1). Esta revista ha hablado de vez en cuando de prácticas contrarias a las Escrituras que descalificarían a la persona para seguir perteneciendo a la organización de Dios. Por ejemplo, en 1973 el pueblo de Jehová entendió del todo que el consumo de drogas y tabaco son pecados graves. Si queremos seguir un proceder piadoso, tenemos que ‘limpiarnos de toda contaminación de la carne y del espíritu’ (2 Corintios 7:1). Muchos tomaron a pecho este consejo bíblico; estuvieron dispuestos a sufrir los síntomas iniciales de la abstinencia a fin de seguir formando parte del pueblo limpio de Dios. También se ha dado orientación bíblica clara sobre cuestiones de sexualidad, maneras de vestir y arreglarse, y la elección prudente del empleo, el entretenimiento y la música. Que siempre estemos dispuestos a ‘ser reajustados’ cuando se llamen a nuestra atención los principios bíblicos sobre cualquier asunto, como lo estuvieron los 111 varones israelitas (2 Corintios 13:11). Así demostraremos que el privilegio de adorar a Jehová junto con su santo pueblo ‘asciende por encima de nuestra causa principal de regocijo’.
12. ¿Qué sucedió en 455 a.E.C.?
12 Después de informarnos sobre el episodio de las esposas extranjeras, la Biblia guarda silencio sobre lo que sucedió en Jerusalén durante los siguientes doce años. No cabe duda de que la anulación de tantos enlaces matrimoniales enconó a las naciones vecinas. Nehemías llegó con una escolta a Jerusalén en el año 455 a.E.C. Se le había nombrado gobernador de Judá, y llevaba cartas del rey persa que le autorizaban a reconstruir la ciudad (Nehemías 2:9, 10; 5:14).
Oposición de los envidiosos pueblos vecinos
13. ¿Qué actitud demostraron los pueblos vecinos que practicaban la religión falsa, y cómo reaccionó Nehemías?
13 Los pueblos vecinos, practicantes de la religión falsa, se opusieron al propósito de la llegada de Nehemías. Sus jefes lo amenazaron con la pregunta: “¿Contra el rey se están rebelando?”. Nehemías demostró su fe en Jehová al responder: “El Dios de los cielos es Quien nos otorgará éxito, y nosotros mismos, los siervos de él, nos levantaremos, y tenemos que edificar; pero ustedes mismos no tienen participación, ni justa pretensión, ni memoria en Jerusalén” (Nehemías 2:19, 20). Cuando se empezaron las obras de reconstrucción, los mismos enemigos dijeron en son de mofa: ‘¿Qué están haciendo los endebles judíos? ¿Harán vivir las piedras de entre los montones de escombros polvorosos? Si una zorra subiera contra ello, ciertamente derribaría su muro de piedras’. En vez de responder a estas observaciones, Nehemías oró: “Oye, oh Dios nuestro, porque hemos llegado a ser objeto de desprecio; y haz que el oprobio de ellos vuelva sobre su propia cabeza” (Nehemías 4:2-4). Nehemías dio este excelente ejemplo de confianza en Jehová en numerosas ocasiones (Nehemías 6:14; 13:14).
14, 15. a) ¿Cómo se enfrentó Nehemías a la amenaza de violencia por parte de los enemigos? b) ¿Cómo les ha sido posible a los testigos de Jehová seguir con su obra de edificación espiritual a pesar de fuerte oposición?
14 Los testigos de Jehová también confían hoy en Dios para cumplir con su importante misión de predicar las buenas nuevas. Los opositores intentan entorpecer esta obra mediante la burla. En ocasiones, hay personas interesadas en el mensaje del Reino que dejan de estudiar la Biblia porque no pueden soportar la mofa. Si esta fracasa, los opositores a veces recurren a las amenazas de violencia. Esto es lo que experimentaron los constructores de las murallas de Jerusalén. Pero Nehemías no se dejó intimidar, sino que armó a los trabajadores para hacer frente a los ataques enemigos y les fortaleció la fe diciéndoles: “No tengan miedo a causa de ellos. Tengan presente a Jehová el Grande y el Inspirador de temor; y peleen por sus hermanos, sus hijos y sus hijas, sus esposas y sus hogares” (Nehemías 4:13, 14).
15 A los testigos de Jehová también se les ha equipado para seguir con su obra de edificación espiritual a pesar de fuerte oposición, al igual que sucedió en los días de Nehemías. “El esclavo fiel y discreto” ha provisto alimento espiritual que fortalece la fe y que permite al pueblo de Dios ser productivo aunque se proscriba la obra (Mateo 24:45). En consecuencia, Jehová ha seguido bendiciendo a su pueblo con aumento por toda la Tierra (Isaías 60:22).
Problemas internos
16. ¿Qué problemas internos amenazaron el ánimo de los constructores del muro de Jerusalén?
16 La reconstrucción del muro de Jerusalén avanzaba y este iba haciéndose cada vez más alto, pero la obra se hizo más difícil cuando salió a la luz un problema que amenazó el ánimo de los esforzados trabajadores. Debido a la escasez de alimento, a algunos judíos se les hacía difícil dar de comer a sus familias y pagar los impuestos al gobierno persa. Los judíos más ricos les prestaron alimento y dinero, pero, en contra de la Ley de Dios, los más pobres tuvieron que entregar sus tierras e hijos como garantía de que devolverían el dinero con intereses (Éxodo 22:25; Levítico 25:35-37; Nehemías 4:6, 10; 5:1-5). Llegado el momento, los acreedores los amenazaron con quedarse con sus tierras y obligarlos a vender a sus hijos como esclavos. A Nehemías le indignó esta actitud carente de amor y materialista, y actuó sin demora para asegurar la bendición ininterrumpida de Jehová sobre la obra de reconstrucción del muro de Jerusalén.
17. ¿Qué hizo Nehemías para asegurar la bendición ininterrumpida de Jehová sobre la reconstrucción, y con qué resultado?
17 Se convocó “una gran asamblea”, y Nehemías indicó con claridad a los israelitas más acaudalados que su actuación había desagradado a Jehová. Entonces animó a los culpables, entre ellos algunos sacerdotes, a devolver todos los intereses que habían recibido y las tierras que habían arrebatado ilícitamente a aquellos que no habían podido pagar los intereses. Su respuesta fue digna de elogio: “Restituiremos, y de ellos no reclamaremos nada. Haremos precisamente como estás diciendo”. Estas no fueron palabras vanas, pues la Biblia dice que “el pueblo procedió a hacer conforme a [la] palabra [de Nehemías]”, y toda la congregación alabó a Jehová (Nehemías 5:7-13).
18. ¿Por qué actitud se conoce a los testigos de Jehová?
18 ¿Qué puede decirse de nuestro tiempo? Los testigos de Jehová no son explotadores, sino que en todo el mundo se les conoce por ser generosos con sus hermanos en la fe y otras personas azotadas por la adversidad. Como en los tiempos de Nehemías, este comportamiento ha suscitado muchos comentarios de agradecimiento y alabanza a Jehová. No obstante, “el esclavo fiel y discreto” ha visto necesario asimismo dar consejo bíblico sobre asuntos de negocios y la necesidad de no explotar al prójimo. En algunos países es costumbre pedir un exorbitante precio de la novia, pero la Biblia nos advierte con claridad que las personas dominadas por la avidez y las que practican extorsión no heredarán el Reino de Dios (1 Corintios 6:9, 10). La respuesta positiva de la mayoría de los cristianos a este consejo nos recuerda a aquellos judíos que reconocieron el pecado que suponía explotar a sus hermanos más pobres.
Se termina el muro de Jerusalén
19, 20. a) ¿Qué efecto tuvo en los enemigos la reconstrucción del muro de Jerusalén? b) ¿Qué victoria han experimentado los testigos de Jehová en muchos países?
19 Pese a toda la oposición, el muro de Jerusalén se terminó en cincuenta y dos días. ¿Qué efecto tuvo esto en los opositores? Nehemías dijo: “Tan pronto como todos nuestros enemigos lo oyeron y todas las naciones que estaban en derredor de nosotros llegaron a verlo, en seguida decayeron mucho a sus propios ojos, y llegaron a conocer que de parte de nuestro Dios esta obra se había hecho” (Nehemías 6:16).
20 Hoy, la oposición enemiga a la obra de Dios continúa de diversas maneras y en distintos lugares. Sin embargo, millones de personas han visto la futilidad de oponerse a los testigos de Jehová. Por ejemplo, piense en los intentos de acabar con la predicación en la Alemania nazi, en Europa oriental y en muchos países de África. Todos ellos fracasaron, y mucha gente reconoce ahora que es ‘de parte de Dios que esta obra se está haciendo’. ¡Qué recompensa para los fieles siervos de Dios de esos países que por muchos años han hecho que la adoración de Jehová ‘ascienda por encima de su causa principal de regocijo’!
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Una Jerusalén fiel a su nombreLa Atalaya 1998 | 15 de octubre
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3. ¿Cuántos años transcurrieron hasta que de nuevo se habla de las actividades de Esdras, y en qué circunstancias lo encontramos?
3 La Biblia no dice dónde estuvo Esdras durante los doce años que transcurrieron desde su visita a Jerusalén y la llegada de Nehemías a la ciudad. La pobre condición espiritual de la nación durante aquel tiempo permite suponer que se encontraba ausente. Sin embargo, vemos a Esdras de nuevo como fiel sacerdote en Jerusalén justo después de la reconstrucción del muro de la ciudad.
Un maravilloso día de asamblea
4. ¿Qué importancia tenía el primer día del séptimo mes de Israel?
4 El muro de Jerusalén se terminó justo a tiempo para el importante mes festivo de Tisri, el séptimo mes del calendario religioso de Israel. El primer día de Tisri era una fiesta especial de la luna nueva llamada fiesta del Toque de Trompeta. Ese día los sacerdotes tocaban las trompetas mientras se ofrecían los sacrificios a Jehová (Números 10:10; 29:1). La ocasión preparaba a los israelitas para el Día de Expiación anual, el 10 de Tisri, y la alegre fiesta de la Recolección, que se celebraba del 15 al 21 del mismo mes.
5. a) ¿Cómo aprovecharon Esdras y Nehemías “el primer día del séptimo mes”? b) ¿Por qué lloraron los israelitas?
5 En “el primer día del séptimo mes”, “todo el pueblo” se reunió, posiblemente a instancias de Nehemías y Esdras. Se convocó a hombres, mujeres y “todos los de suficiente inteligencia como para escuchar”. De modo que hubo niños presentes y atentos mientras Esdras leyó la Ley de pie en una tribuna “desde el amanecer hasta el mediodía” (Nehemías 8:1-4). A intervalos regulares, los levitas ayudaban al pueblo a entender lo que se había leído. Cuando los israelitas constataron cuánto se habían alejado de la obediencia a la Ley de Dios, tanto ellos como sus antepasados, prorrumpieron en llanto (Nehemías 8:5-9).
6, 7. ¿Qué podemos aprender de lo que hizo Nehemías para que los judíos no siguieran llorando?
6 Pero ese no era el tiempo de lamentarse ni de llorar. Era una fiesta, y el pueblo había terminado la reconstrucción del muro de Jerusalén. Por tanto, Nehemías lo ayudó a alcanzar el debido estado de ánimo con estas palabras: “Vayan, coman las cosas grasas y beban las cosas dulces, y envíen porciones a aquel para quien nada ha sido preparado; porque este día es santo a nuestro Señor, y no se sientan heridos, porque el gozo de Jehová es su plaza fuerte”. El pueblo obedeció y “se fue a comer y beber y a enviar porciones y a tener un gran regocijo, porque habían entendido las palabras que se les habían dado a conocer” (Nehemías 8:10-12).
7 El pueblo de Dios puede aprender hoy mucho de este relato. Aquellos a quienes se concede el privilegio de participar en las reuniones y las asambleas deben tener presente lo supracitado. Aunque a veces se ofrezca consejo correctivo que es necesario, en tales ocasiones deben destacarse los beneficios y bendiciones que se obtienen al cumplir con los requisitos divinos. Hay que dar encomio por las buenas obras realizadas y ánimo para perseverar. El pueblo de Dios debería salir de estas reuniones con un corazón alegre por la edificante instrucción recibida de la Palabra de Dios (Hebreos 10:24, 25).
Otra reunión alegre
8, 9. ¿Qué reunión especial tuvo lugar el segundo día del séptimo mes, y en qué resultó para el pueblo de Dios?
8 El segundo día de ese mes especial “los cabezas de los padres de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas, se reunieron en torno a Esdras el copista, aun para adquirir perspicacia en las palabras de la ley” (Nehemías 8:13). Esdras estaba cualificado para dirigir aquella reunión, pues “había preparado su corazón para consultar la ley de Jehová y para ponerla por obra y para enseñar en Israel disposiciones reglamentarias y justicia” (Esdras 7:10). En ella posiblemente se destacaron facetas en las que el pueblo de Dios tenía que cumplir mejor el pacto de la Ley. De interés inmediato eran los preparativos para la cercana celebración de la fiesta de las Cabañas.
9 Esta fiesta de una semana de duración se celebró como era debido. Toda la gente moró en albergues temporales hechos de ramas y hojas de árboles. El pueblo preparó estas cabañas en las azoteas de sus casas, en sus patios, en los patios del templo y en las plazas públicas de Jerusalén (Nehemías 8:15, 16). Esta era una magnífica oportunidad para reunir al pueblo y leerle la Ley de Dios (compárese con Deuteronomio 31:10-13). La lectura se hizo todos los días, “desde el primer día hasta el último día” de la fiesta, lo que resultó en un “regocijo muy grande” del pueblo de Dios (Nehemías 8:17, 18).
No debemos descuidar la casa de Dios
10. ¿Por qué se convocó una reunión especial el día 24 del séptimo mes?
10 En el pueblo de Dios hay un momento y un lugar adecuados para corregir las deficiencias serias. Esdras y Nehemías pensaron que este era el momento apropiado y programaron un día de ayuno el 24 de Tisri. Se leyó de nuevo la Ley de Dios y el pueblo confesó sus pecados. Luego los levitas recordaron la misericordia que Dios le había tenido a su pueblo desviado, alabaron a Jehová con expresiones hermosas y contrataron “un arreglo fidedigno”, autenticado por el sello de los príncipes, levitas y sacerdotes (Nehemías 9:1-38).
11. ¿A qué “arreglo fidedigno” se comprometieron los judíos?
11 El pueblo en general juró cumplir el “arreglo fidedigno” escrito. Estaban dispuestos a “andar en la ley del Dios verdadero”, y acordaron no casarse con los habitantes de “los pueblos del país” (Nehemías 10:28-30). Además, los judíos se comprometieron a guardar el sábado, a hacer una contribución económica anual para el apoyo de la adoración verdadera, a proveer leña para el altar de sacrificio, a dar el primogénito de sus rebaños y vacadas para sacrificio y a llevar las primicias del fruto de la tierra a los comedores del templo. Estaba claro que se habían resuelto a ‘no descuidar la casa de su Dios’ (Nehemías 10:32-39).
12. ¿Qué implica no descuidar la casa de Dios hoy?
12 El pueblo de Jehová tampoco debe descuidar hoy su privilegio de ‘rendir servicio sagrado’ en los patios del gran templo espiritual de Jehová (Revelación 7:15). Este servicio incluye las oraciones sinceras y regulares por el progreso de la adoración de Jehová. A fin de vivir en armonía con tales oraciones, debemos prepararnos para las reuniones cristianas y participar en ellas, colaborar en la predicación de las buenas nuevas y ayudar a las personas interesadas volviéndolas a visitar y, si es posible, estudiando la Biblia con ellas. Muchos cristianos que no quieren descuidar la casa de Dios ofrecen donaciones materiales para la obra de predicar y el mantenimiento de los lugares de culto. Quizá también podamos colaborar en la construcción de lugares de reunión que urjan, así como en mantenerlos limpios y arreglados. Un modo importante de demostrar nuestro amor por la casa espiritual de Dios es promoviendo la paz entre los hermanos en la fe y ayudando a los necesitados en sentido material o espiritual (Mateo 24:14; 28:19, 20; Hebreos 13:15, 16).
Una inauguración alegre
13. ¿Qué importante asunto requería atención antes de que pudiera inaugurarse el muro de Jerusalén, y qué magnífico ejemplo dieron muchos?
13 El “arreglo fidedigno” sellado en los días de Nehemías preparó al pueblo de Dios de tiempos antiguos para el día de la inauguración del muro de Jerusalén. Pero había otro asunto urgente que requería atención. Jerusalén ya tenía un gran muro con doce puertas a su alrededor, pero necesitaba una población mayor. Aunque algunos israelitas vivían allí, “la ciudad era ancha y grande, y había pocas personas dentro de ella” (Nehemías 7:4). Para resolver ese problema, el pueblo echó “suertes para hacer que uno de cada diez entrara a morar en Jerusalén la ciudad santa”. Hubo una respuesta muy favorable y “el pueblo bendijo a todos los hombres que se ofrecieron voluntariamente para morar en Jerusalén” (Nehemías 11:1, 2). Este es un excelente ejemplo para los adoradores verdaderos de hoy cuyas circunstancias les permiten mudarse a lugares donde más se necesita la ayuda de cristianos maduros.
14. ¿Qué sucedió el día de la inauguración del muro de Jerusalén?
14 Pronto empezaron los preparativos para el gran día de la inauguración del muro de Jerusalén. Se reunieron músicos y cantores de las ciudades vecinas de Judá, y se formaron dos grandes coros de acción de gracias, cada uno de ellos seguido por una procesión (Nehemías 12:27-31, 36, 38). Los coros y las procesiones partieron del punto del muro más alejado del templo, probablemente de la Puerta del Valle, y marcharon en direcciones opuestas hasta encontrarse en la casa de Dios. “Procedieron a sacrificar en aquel día grandes sacrificios, y a regocijarse, porque el mismísimo Dios verdadero hizo que se regocijaran con gran gozo. Y también las mujeres y los niños mismos se regocijaron, de manera que el regocijo de Jerusalén podía oírse desde lejos.” (Nehemías 12:43.)
15. ¿Por qué no fue una causa de gozo permanente la inauguración del muro de Jerusalén?
15 La Biblia no da la fecha de esta alegre celebración. Debió ser un momento destacado, si no el clímax, de la reconstrucción de Jerusalén. No obstante, aún quedaba mucho trabajo que hacer en el interior de la ciudad. Con el tiempo, los habitantes de Jerusalén perdieron su buena condición espiritual. A título de ejemplo, cuando Nehemías visitó la ciudad por segunda vez, halló que la casa de Dios se había descuidado de nuevo y que los israelitas se habían vuelto a casar con mujeres paganas (Nehemías 13:6-11, 15, 23). En los escritos del profeta Malaquías se confirman estas mismas malas condiciones (Malaquías 1:6-8; 2:11; 3:8). De modo que la dedicación del muro de Jerusalén no fue una causa de gozo permanente.
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