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Israel sale de BabiloniaMi libro de historias bíblicas
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Pero Isaías el profeta de Jehová también dijo que Ciro mandaría que Jerusalén y su templo fueran construidos de nuevo. ¿Dio el rey Ciro este mandato? Sí. Esto fue lo que dijo a los israelitas: ‘Vayan a Jerusalén, y construyan allí el templo de Jehová su Dios.’ Y esto van a hacer los israelitas.
Pero no todo israelita que se halla en Babilonia puede hacer el largo, largo viaje a Jerusalén. Es un viaje bien largo, de unos 800 kilómetros, y muchos de los israelitas están muy viejos y enfermos para ello. Hay otras razones también. Pero a los que no van, Ciro les dice: ‘Den plata y oro y otros regalos a los que van a volver para construir a Jerusalén y construir su templo.’
Por eso, los israelitas que vuelven a Jerusalén reciben muchos regalos. También, Ciro les da los tazones y las copas que el rey Nabucodonosor había quitado del templo de Jehová cuando destruyó a Jerusalén. Son muchas las cosas que el pueblo lleva consigo.
Después de unos cuatro meses de viaje, los israelitas llegan a Jerusalén precisamente a tiempo. Han pasado exactamente 70 años desde que la ciudad fue destruida, y el país quedó sin gente. Pero aunque los israelitas han vuelto a su país, tendrán tiempos difíciles, como veremos.
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Confiando en ayuda divinaMi libro de historias bíblicas
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HISTORIA 81
Confiando en ayuda divina
CASI 50.000 personas hacen el largo viaje de Babilonia a Jerusalén. Pero cuando llegan, Jerusalén es solo una gran ruina. Nadie vive allí. Los israelitas tienen que construirlo todo de nuevo.
Una de las primeras cosas que hacen es un altar. Este es un lugar donde pueden hacer ofrendas, o regalos, de animales a Jehová. Pocos meses después los israelitas empiezan a construir el templo. Pero enemigos que viven en países cercanos tratan de asustarlos para que se detengan. Por fin, los enemigos consiguen que el nuevo rey de Persia haga una ley para detener el trabajo de construcción.
Pasan años. Ya han pasado 17 años desde cuando los israelitas volvieron de Babilonia. Dios envía sus profetas Ageo y Zacarías para que le digan a la gente que empiece a construir de nuevo. La gente confía en la ayuda de Dios y obedece. Vuelven a construir, aunque una ley les dice que no.
Por eso, un oficial persa llamado Tattenay viene y les pregunta qué derecho tienen para construir el templo. Los israelitas le dicen que en Babilonia el rey Ciro les dijo: ‘Vayan a Jerusalén y construyan el templo de Jehová su Dios.’
Tattenay envía una carta a Babilonia y pregunta si Ciro, que ahora está muerto, de veras dijo eso. Pronto viene una carta del nuevo rey de Persia. Dice que sí. Por eso el rey escribe: ‘Dejen que los israelitas construyan el templo de su Dios. Y les mando que los ayuden.’ En unos cuatro años el templo está terminado, y los israelitas están muy contentos.
Pasan muchos años más. Ahora hace casi 48 años que el templo fue terminado. La gente de Jerusalén es pobre, y la ciudad y el templo de Dios no se ven muy bonitos. Allá en Babilonia el israelita Esdras llega a saber que es necesario arreglar el templo de Dios. Por eso, ¿sabes lo que hace?
Esdras va a ver a Artajerjes, el rey de Persia, y este buen rey le da a Esdras muchos regalos para que los lleve a Jerusalén. Esdras pide a los israelitas que están en Babilonia que le ayuden, y unos 6.000 dicen que irán. Llevan mucha plata y oro y otras cosas preciosas.
Esdras se preocupa, porque hay hombres malos por el camino. Estos hombres pudieran llevarse la plata y el oro de ellos, y matarlos. Por eso Esdras junta a la gente, como puedes ver en la lámina. Entonces oran a Jehová para que los proteja en su largo viaje de regreso a Jerusalén.
Jehová sí los protege. Y tras cuatro meses de viaje, llegan bien a Jerusalén. ¿No muestra esto que Jehová puede proteger a los que confían en él?
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