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Libro bíblico número 26: Ezequiel“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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El libro se divide naturalmente en tres secciones. La primera, los capítulos 1 a 24, contiene advertencias de que la destrucción de Jerusalén es segura.
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Libro bíblico número 26: Ezequiel“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Representación del sitio de Jerusalén (4:1–7:27). Jehová le dice a Ezequiel que grabe un dibujo de Jerusalén sobre un ladrillo. Como señal para Israel, él tiene que simular un sitio contra el ladrillo. Para comunicar a otros el punto, Ezequiel ha de echarse delante del ladrillo por 390 días sobre su lado izquierdo y por 40 días sobre el lado derecho, mientras subsiste con alimentación muy escasa. La súplica de Ezequiel a Jehová de que le cambie el combustible que ha de usar para cocer el alimento indica que Ezequiel realmente representa la escena (4:9-15).
11. a) ¿Cómo representa Ezequiel el fin calamitoso del sitio? b) ¿Por qué no habrá alivio?
11 Jehová hace que Ezequiel represente el fin calamitoso del sitio por medio de afeitarse el cabello y la barba. Tras de dividir su cabello en tres partes, debe quemar una, desmenuzar otra con una espada, y esparcir al viento la tercera. Así, al final del sitio algunos de los habitantes de Jerusalén morirán por el hambre, la peste y la espada, y los demás serán esparcidos entre las naciones. Jehová devastará a Jerusalén. ¿Por qué? Por lo ofensivo de su depravada y detestable idolatría. La riqueza no comprará alivio. En el día de la furia de Jehová el pueblo de Jerusalén arrojará su plata en las calles, “y tendrán que saber que yo soy Jehová” (7:27).
12. ¿Qué cosas detestables ve Ezequiel en su visión de la Jerusalén apóstata?
12 La visión de Ezequiel sobre la Jerusalén apóstata (8:1–11:25). Ahora es el año 612 a.E.C. Ezequiel es transportado en una visión a la lejana Jerusalén, donde ve las cosas detestables que están sucediendo en el templo de Jehová. En el patio hay un símbolo repugnante que incita a celos a Jehová. Penetrando por un hueco que abre en la pared, Ezequiel halla a 70 de los hombres de edad madura adorando delante de bestias asquerosas e ídolos estercolizos entallados en la pared. Estos hombres se excusan diciendo: “Jehová no nos está viendo. Jehová ha dejado la tierra” (8:12). Junto a la puerta del norte hay mujeres que lloran por el dios pagano Tamuz. ¡Pero eso no es todo! En la misma entrada del templo hay 25 hombres de espaldas al templo y adorando al Sol. ¡Profanan a la cara a Jehová, y él de seguro actuará en su furia!
13. ¿Qué órdenes llevan a cabo el hombre vestido de lino y los seis hombres armados?
13 ¡Mire ahora! Seis hombres aparecen con armas desmenuzadoras en las manos. Entre ellos hay un séptimo hombre, vestido de lino, con un tintero de secretario. Jehová le dice a este hombre vestido de lino que pase por en medio de la ciudad y ponga una marca en la frente de los hombres que suspiran y gimen por las cosas detestables que se hacen en la ciudad. El paso siguiente es que Jehová les dice a los seis hombres que entren y maten a toda persona —“a viejo, joven y virgen y niñito y mujeres”— sobre la cual no esté la marca. Hacen esto, comenzando con los viejos que están delante de la casa. El hombre vestido de lino informa: “He hecho tal como me has mandado” (9:6, 11).
14. ¿Qué muestra la visión finalmente en cuanto a la gloria de Jehová y sus juicios?
14 Ezequiel de nuevo ve la gloria de Jehová, elevada sobre los querubines. Un querubín extiende brasas de fuego que ha tomado de entre el rodaje, y el hombre vestido de lino las toma y las esparce sobre la ciudad. En cuanto a los esparcidos de Israel, Jehová promete volver a recogerlos y darles un espíritu nuevo. Pero ¿qué hay de estos adoradores falsos, inicuos, en Jerusalén? “Sobre su cabeza ciertamente traeré su propio camino”, dice Jehová (11:21). Se ve ascender la gloria de Jehová de sobre la ciudad, y Ezequiel procede a contar la visión al pueblo desterrado.
15. ¿Mediante qué otra ilustración muestra Ezequiel que de seguro los habitantes de Jerusalén irán al cautiverio?
15 Otras profecías en Babilonia acerca de Jerusalén (12:1–19:14). Ezequiel representa otra escena simbólica. Durante el día saca de su casa su equipaje para el destierro, y luego de noche pasa por un agujero en el muro de la ciudad con el rostro cubierto. Explica que esto es un portento presagioso: “Al destierro, al cautiverio irán” (12:11). ¡Esos profetas estúpidos que andan según su propio espíritu! Claman: “¡Hay paz!”, cuando no hay paz (13:10). Aunque Noé, Daniel y Job estuvieran en Jerusalén, no podrían salvar más alma que la de ellos mismos.
16. ¿Qué ilustra que Jerusalén no sirve para nada, pero por qué habrá una restauración?
16 La ciudad es como una vid inútil. ¡La madera de esta vid no sirve para hacer palos, ni siquiera para estacas! Se quema por ambos extremos y se chamusca por el medio; es inútil. ¡Cuán infiel e inservible se ha hecho Jerusalén! Nacida de la tierra de los cananeos, fue recogida por Jehová como una niñita abandonada. Él la crió y entró en un pacto de matrimonio con ella. La hizo hermosa, “lista para posición real” (16:13). Pero ella se ha prostituido al volverse a las naciones que pasan por su lado. Ha adorado las imágenes de ellas y quemado a sus propios hijos en el fuego. Su fin será la destrucción a manos de esas mismas naciones, sus amantes. Ella es peor que sus hermanas Sodoma y Samaria. Con todo, Jehová, el Dios misericordioso, hará expiación por ella y la restaurará con arreglo a su pacto.
17. ¿Qué muestra Jehová por el enigma del águila y la vid?
17 Jehová da al profeta un enigma y entonces relata la interpretación. Ilustra la futilidad de que Jerusalén se vuelva a Egipto por ayuda. Un águila grande (Nabucodonosor) viene y arranca la cima (Joaquín) de un cedro elevado, lo lleva a Babilonia y planta en su lugar una vid (Sedequías). La vid dirige sus ramas hacia otra águila (Egipto), pero ¿tiene éxito? ¡Es arrancada de raíz! Jehová mismo tomará una ramita tierna de la punta encumbrada del cedro y la trasplantará sobre una montaña alta y encumbrada. Allí crecerá hasta convertirse en un cedro majestuoso que será residencia para “todos los pájaros de toda ala”. Todos tendrán que saber que Jehová lo ha hecho (17:23, 24).
18. a) ¿Qué principios declara Jehová al censurar a los judíos desterrados? b) ¿Qué juicio les espera a los reyes de Judá?
18 Jehová censura a los judíos desterrados por su dicho proverbial: “Padres son los que comen el agraz, pero son los dientes de los hijos los que tienen dentera”. No; “el alma que peca... ella misma morirá” (18:2, 4). El justo seguirá viviendo. Jehová no se deleita en la muerte del inicuo. Su deleite es ver que el inicuo se vuelva de sus caminos malos y viva. En cuanto a los reyes de Judá, como leoncillos han sido atrapados por Egipto y por Babilonia. Su voz ‘no se oirá más en las montañas de Israel’ (19:9).
19. a) En vista de que viene la ruina, ¿qué esperanza da a conocer Ezequiel? b) ¿Cómo ilustra Ezequiel la infidelidad de Israel y de Judá y el resultado de tal comportamiento?
19 Denunciaciones contra Jerusalén (20:1–23:49). Ha pasado el tiempo y estamos en 611 a.E.C. De nuevo los ancianos entre los desterrados vienen a Ezequiel para inquirir de Jehová. Lo que oyen es una recitación de la larga historia de rebelión e idolatría depravada de Israel y una advertencia de que Jehová ha llamado una espada para que ejecute juicio contra ella. Él hará de Jerusalén “ruina, ruina, ruina”. ¡Pero hay una gloriosa esperanza! Jehová guardará la gobernación real (“la corona”) para el que viene con “el derecho legal”, y se la dará a él (21:26, 27). Ezequiel repasa las cosas detestables que se hacen en Jerusalén, “la ciudad culpable de sangre”. La casa de Israel ha llegado a ser como “escoria espumajosa” y ha de ser recogida en Jerusalén y licuada allí como en un horno (22:2, 18). La infidelidad de Samaria (Israel) y de Judá se ilustra mediante dos hermanas. Samaria como Oholá se prostituye con los asirios y es destruida por sus amantes. Judá como Oholibá no aprende la lección, sino que se porta peor aún, pues se prostituye primero con Asiria y luego con Babilonia. Será completamente destruida, “y tendrán que saber que yo soy el Señor Soberano Jehová” (23:49).
20. ¿Con qué se compara a la Jerusalén sitiada, y qué señal vigorosa da Jehová respecto al juicio que ha dictado contra ella?
20 Comienza el sitio final de Jerusalén (24:1-27). Es el año 609 a.E.C. Jehová le anuncia a Ezequiel que el rey de Babilonia ha sitiado Jerusalén en este día 10 del décimo mes. Compara a la ciudad amurallada con una olla de boca ancha, y sus habitantes selectos dentro de ella son la carne. ¡Caliéntenla! ¡Que hierva hasta que desaparezca toda la inmundicia de la abominable idolatría de Jerusalén! Aquel mismo día muere la esposa de Ezequiel, pero el profeta, obedeciendo la dirección de Jehová, no hace duelo. Esto es una señal de que el pueblo no debe hacer duelo cuando Jerusalén sea destruida, porque es un juicio de Jehová, para que ellos sepan quién es él. Jehová enviará un escapado para avisar de la destrucción del “hermoso objeto de su alborozo”, y Ezequiel no habrá de hablar más a los desterrados sino hasta que llegue esa persona (24:25).
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