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“A todos aquellos a quienes les tengo cariño los censuro y los disciplino. Por lo tanto, sé celoso y arrepiéntete”. (Revelación 3:19.) Como sucede con la disciplina que viene de Jehová, la disciplina de Jesús es señal de su amor. (Hebreos 12:4-7.) La congregación laodicense debe aprovechar Su interés afectuoso y aplicar Su consejo. Deben arrepentirse, y reconocer que su tibieza equivale a pecar. (Hebreos 3:12, 13; Santiago 4:17.) Que sus ancianos abandonen sus caminos materialistas y ‘aviven como un fuego’ el don que tienen de Dios. Que todos los de la congregación, al curarse mediante la pomada espiritual para los ojos, se refresquen como con el agua fría de un manantial. (2 Timoteo 1:6; Proverbios 3:5-8; Lucas 21:34.)
16. a) ¿Cómo muestra Jesús hoy día su amor y cariño? b) Si recibimos consejo firme, ¿cómo debemos reaccionar?
16 ¿Qué hay de nosotros hoy? Jesús sigue ‘amando a los suyos que están en el mundo’. Hará esto “todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”. (Juan 13:1; Mateo 28:20.) Él muestra su amor y cariño mediante la clase Juan del día actual y las estrellas, o los ancianos, de la congregación cristiana. (Revelación 1:20.) En estos tiempos tan difíciles, los ancianos están profundamente interesados en ayudarnos a todos, seamos jóvenes o viejos, a mantenernos dentro de los confines del rebaño teocrático, resistiendo la independencia, la avidez materialista y la suciedad inmoral del mundo. Si a veces recibimos consejo o disciplina firme, recuerde que “las censuras de la disciplina son el camino de la vida”. (Proverbios 6:23.) Todos somos imperfectos y debemos ser celosos en arrepentirnos según sea necesario, para reajustarnos y permanecer en el amor de Dios. (2 Corintios 13:11.)
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Hasta dentro de la congregación verdadera ha habido individuos tibios que son como una bebida que ni estimula por ser caliente ni refresca por ser fría. Pero Jesús ha mostrado que él todavía ama afectuosamente a su congregación. Se hace accesible a los cristianos que responden con hospitalidad, y muchos lo han recibido, como si fuera en una cena. Como resultado de esto, desde 1919 en adelante los ojos de ellos han sido abiertos al significado de las profecías bíblicas. Han disfrutado de un período de gran iluminación. (Salmo 97:11; 2 Pedro 1:19.)
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