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El hombre más grande de todos los tiemposLa Atalaya 1992 | 15 de febrero
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Es interesante el hecho de que el historiador H. G. Wells describió cómo mediría él la grandeza de un hombre. Más de 50 años atrás escribió: “Para el historiador, en esto consiste la prueba de la grandeza de alguien: ‘¿Qué dejó plantado para que se desarrollara? ¿Puso a los hombres a pensar en nuevas direcciones con un vigor que persistiera después?’”. Wells llegó a esta conclusión: “Si se aplica esta prueba, Jesús está en primer lugar”.
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El hombre más grande de todos los tiemposLa Atalaya 1992 | 15 de febrero
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No obstante, Wells, fundando sus conclusiones solo en la prueba histórica de la existencia de Jesús como hombre, escribió: “Es interesante y significativo el que un historiador, sin prejuicio teológico alguno, descubra que no puede describir el progreso de la humanidad honradamente sin dar un lugar de prominencia a un maestro pobre de Nazaret. [...] Un historiador como yo, que ni siquiera se llama cristiano, descubre que el cuadro va girando irresistiblemente en torno a la vida y al carácter de este hombre tan significativo”.
¿Existió realmente Jesús?
5, 6. ¿Qué dicen los historiadores H. G. Wells y Will Durant respecto a la historicidad de Jesús?
5 Pero ¿qué hay si alguien le dijera que en realidad Jesús nunca existió, que, de hecho, fue un mito, una invención de hombres del primer siglo? ¿Qué respuesta daría usted a eso? Aunque Wells reconoce que “no sabemos todo lo que quisiéramos saber acerca de [Jesús]”, señala lo siguiente: “Los cuatro Evangelios [...] concuerdan en darnos un cuadro de una muy claramente definida personalidad; comunican la convicción de algo real. El suponer que él nunca vivió, que los relatos de su vida son invención, es más difícil y plantea muchos más problemas para el historiador que el aceptar como hecho los elementos esenciales de los relatos evangélicos”.
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