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Gozosos con el Dios felizLa Atalaya 2001 | 1 de mayo
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6, 7. ¿Qué ayudó a Jesús a conservar el gozo?
6 ¿Y Jesús? ¿Cómo conservó el gozo? Durante su existencia como poderosa criatura espiritual en el cielo, tuvo la oportunidad de observar las actividades de los hombres y las mujeres de la Tierra. Sus imperfecciones eran obvias, pero Jesús los amaba (Proverbios 8:31). Tiempo más tarde, cuando vino a nuestro planeta y “residió entre” los hombres, no cambió de opinión sobre la humanidad (Juan 1:14). ¿Qué le permitió al Hijo perfecto de Dios conservar ese concepto positivo de la familia humana pecaminosa?
7 En primer lugar, abrigaba expectativas razonables de sí mismo y de los demás. Sabía que no iba a convertir al mundo (Mateo 10:32-39). Por eso se alegraba hasta cuando una sola persona sincera respondía de manera favorable al mensaje del Reino. Aunque la conducta y la actitud de los discípulos a veces dejaban mucho que desear, Jesús sabía que en el fondo querían hacer la voluntad de Dios, y los amaba por ello (Lucas 9:46; 22:24, 28-32, 60-62). Es significativo que en oración a su Padre celestial, resumió así el proceder positivo de sus discípulos hasta aquel momento: “Han observado tu palabra” (Juan 17:6).
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Gozosos con el Dios felizLa Atalaya 2001 | 1 de mayo
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¿Podemos seguir con más cuidado los pasos de Jesús, manteniendo una actitud positiva con respecto a las circunstancias en que nos encontramos y abrigando expectativas razonables sobre nosotros y los demás?
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