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  • Esperaban al Mesías
    La Atalaya 2011 | 15 de agosto
    • Esperaban al Mesías

      “Todos esperaban que el Mesías viniera pronto, y tenían muchas ganas de saber si Juan era el Mesías.” (LUC. 3:15, NUEVA TRADUCCIÓN VIVIENTE)

      1. ¿Qué les anunció el ángel a los pastores?

      HA CAÍDO la noche. Los pastores se encuentran a campo raso, vigilando sus rebaños. De repente, se sobresaltan al ver que aparece a su lado el ángel de Jehová y que los envuelve la luz de la gloria divina. Escuchemos el emocionante anuncio que les hace este mensajero celestial: “No teman, porque, ¡miren!, les declaro buenas nuevas de un gran gozo que todo el pueblo tendrá, porque les ha nacido hoy un Salvador, que es Cristo el Señor”. Efectivamente, había nacido un niño que llegaría a ser el Mesías. Y podían encontrarlo en un establo de un pueblo cercano, acostado en un pesebre. “De súbito —añade la Biblia— se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, alabando a Dios y diciendo: ‘Gloria en las alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad[’].” (Luc. 2:8-14.)

      2. ¿Qué significa “Mesías”, y cómo se podría saber quién había sido elegido para serlo?

      2 Como judíos que eran, los pastores sabían que la palabra “Mesías”, o “Cristo”, se refería al “Ungido”, es decir, a la persona escogida por Jehová para desempeñar una función especial (Éxo. 29:5-7). Ahora bien, ¿cómo podría cualquiera de ellos aprender más sobre el Mesías y convencer a otras personas de que aquel niño era el elegido para serlo, tal como señaló el ángel? Examinando las profecías de las Escrituras Hebreas que hablaban del Mesías y observando cómo se cumplían durante la vida del niño.

      ¿Por qué tanta expectación?

      3, 4. ¿Cómo debemos entender Daniel 9:24, 25?

      3 Años más tarde, Juan el Bautista aparece en escena. Sus palabras y acciones llevan a muchos a preguntarse si habrá llegado ya el Mesías (léase Lucas 3:15). ¿Por qué piensan algunos que es el momento de que aparezca Cristo? Una posibilidad es que hayan logrado entender correctamente la profecía de las “setenta semanas”, la cual dice: “Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo [...]. Y debes saber [...] que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas” (Dan. 9:24, 25). Numerosas obras explican que se trata de semanas de años, o sea, períodos de siete años. Por ejemplo, La Palabra de Dios para Todos aclara en una nota: “Setenta semanas de años, o sea cuatrocientos noventa años”.

      4 Hoy, los siervos de Jehová sabemos que las 69 semanas de Daniel 9:25 comenzaron en el 455 antes de nuestra era, cuando el rey Artajerjes de Persia autorizó a Nehemías a reconstruir Jerusalén (Neh. 2:1-8). Si contamos desde entonces 69 semanas, o 483 años, llegamos al 29 de la era cristiana, cuando tuvo lugar el bautismo de Jesús. En ese momento fue ungido con espíritu santo y se convirtió en el Mesías (Mat. 3:13-17).a

      5. ¿Qué profecías vamos a examinar?

      5 Examinemos ahora otras predicciones que hablan del nacimiento, los primeros años y el ministerio del Mesías. Al repasar cómo se cumplen, se fortalecerá nuestra fe en la Biblia y nos quedará aún más claro que Jesús era el esperado Mesías.

      Los primeros años

      6. ¿Cómo se cumplió Génesis 49:10?

      6 Pertenecería a la tribu de Judá. En su lecho de muerte, Jacob pronunció bendiciones para sus hijos. En una de ellas profetizó: “El cetro no se apartará de Judá, ni el bastón de comandante de entre sus pies, hasta que venga Siló; y a él pertenecerá la obediencia de los pueblos” (Gén. 49:10). Tal como lo reconocieron muchos estudiosos judíos, estas palabras tienen que ver con el Mesías. ¿Qué representan el cetro y el bastón de comandante? La autoridad real y el poder de mando. La profecía indica, por lo tanto, que todos los reyes serían de la tribu de Judá, tal como sucedió desde que David fue coronado. ¿Qué significa el nombre Siló? “Aquel de Quien Es” o “Aquel a Quien Pertenece”. Siló sería un descendiente de la casa real de Judá que reinaría para siempre. Algo que nos ayuda a identificarlo es lo que Dios le dijo a Sedequías, el último rey de Jerusalén. Le prometió que vendría un heredero al que le pertenecería el derecho al trono, y que a él se lo daría (Eze. 21:26, 27). Después de Sedequías, el único descendiente de David que contó con la promesa de recibir el reino fue Jesús. En efecto, meses antes de su nacimiento, el ángel Gabriel le dijo a María: “Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin” (Luc. 1:32, 33). Queda claro que Siló no es otro que Jesús, quien era de la tribu de Judá y descendía de David (Mat. 1:1-3, 6; Luc. 3:23, 31-34).

      7. ¿Dónde nació el Mesías, y por qué es significativo?

      7 Nacería en Belén. Miqueas escribió: “Tú, oh Belén Efrata, el demasiado pequeño para llegar a estar entre los miles de Judá, de ti me saldrá aquel que ha de llegar a ser gobernante en Israel, cuyo origen es de tiempos tempranos, desde los días de tiempo indefinido” (Miq. 5:2). Como vemos, el Mesías nacería en Belén, población que al parecer se había llamado antes Efrata. María y su esposo José no vivían en aquella localidad de Judá, sino en Nazaret. Pero como tuvieron que ir a Belén para inscribirse en un censo ordenado por los romanos, fue allí donde nació Jesús en el año 2 antes de nuestra era (Mat. 2:1, 5, 6). ¡Qué forma tan extraordinaria de cumplirse la profecía!

      8, 9. Según las profecías, ¿de quién nacería el Mesías, y qué tragedia ocurriría después de su nacimiento?

      8 Nacería de una mujer virgen. Isaías anunció: “La doncella [...] quedará encinta” (léase Isaías 7:14). Es cierto que este versículo no usa la palabra hebrea que significa específicamente “virgen” (bethuláh), sino otra que quiere decir “doncella” (ʽalmáh). Pero este último término también se aplicaba a las mujeres solteras que no habían tenido relaciones sexuales, como es el caso de Rebeca (Gén. 24:16, 43). Además, guiado por el espíritu de Dios, Mateo empleó el vocablo griego preciso para “virgen” (parthénos) cuando explicó que Isaías 7:14 se había cumplido al nacer Jesús. Y los Evangelios de Mateo y Lucas no dejan ninguna duda de que María lo había concebido sin haber tenido relaciones con ningún hombre, sino únicamente por la acción del espíritu santo (Mat. 1:18-25; Luc. 1:26-35).

      9 Tras su nacimiento ocurriría una matanza de niños. Varios siglos antes de la era cristiana, cuando los hebreos vivían en Egipto, el faraón les mandó arrojar al río Nilo a todos sus varones recién nacidos (Éxo. 1:22). Mucho tiempo después, Jeremías 31:15, 16 anunció una matanza similar. La profecía habla de “Raquel que llora a sus hijos”, pues se los han llevado a “la tierra del enemigo”. Se lamenta con tanta fuerza que la oyen hasta en la lejana Ramá, en el territorio de Benjamín, al norte de Jerusalén. Mateo muestra que la predicción se cumplió cuando el rey Herodes ordenó ejecutar a los niños varones de muy corta edad de Belén y sus alrededores (léase Mateo 2:16-18). ¡Cuánto dolor tuvieron que sentir las familias de aquella región!

      10. ¿Cómo se cumplió Oseas 11:1 en el caso de Jesús?

      10 Al igual que al pueblo de Israel, Dios lo haría salir de Egipto (Ose. 11:1). Antes de que Herodes decretara el exterminio de los niños, un ángel avisó a José para que huyera a Egipto junto con María y Jesús. De allí salieron tras “el fallecimiento de Herodes, para que se cumpliera lo que Jehová había hablado por su profeta [Oseas], que dijo: ‘De Egipto llamé a mi hijo’” (Mat. 2:13-15). Dado que Jesús no tenía control sobre ninguno de estos sucesos relacionados con su nacimiento y primeros años de vida, es imposible que hubiera tramado algún plan para que se produjeran.

      Comienza su ministerio

      11. ¿Cómo se preparó el camino delante de Cristo?

      11 Irían delante de él allanándole el camino. Malaquías anunció que “Elías el profeta” haría esta labor al preparar los corazones del pueblo para la llegada del Mesías (léase Malaquías 4:5, 6). El propio Jesús explicó que este “Elías” era Juan el Bautista (Mat. 11:12-14). Además, Marcos indicó que el ministerio de Juan cumplió una predicción de Isaías (Isa. 40:3; Mar. 1:1-4). Jesús no le pidió a Juan que fuera su precursor y realizara una obra como la de Elías. Fue Jehová quien le había encargado esa misión que ayudaría a los judíos a reconocer al Mesías.

      12. ¿Qué comisión identifica a Jesús como el Mesías?

      12 Podría ser identificado por su comisión divina. En cierta ocasión, Jesús visitó la sinagoga de Nazaret, el pueblo donde se había criado. Tomó el rollo de Isaías y leyó el siguiente pasaje: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová”. Era innegablemente el Mesías, y por eso se aplicó a sí mismo aquellas palabras al decir: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír” (Luc. 4:16-21).

      13. ¿Qué predijo Isaías acerca del ministerio de Cristo en Galilea?

      13 Realizaría su ministerio público en Galilea. Refiriéndose a “Galilea de las naciones”, en “la tierra de Zabulón y [...] Neftalí”, Isaías dijo: “El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz. En cuanto a los que moran en la tierra de sombra profunda, la luz misma ha brillado sobre ellos” (Isa. 9:1, 2). Pues bien, ¿dónde comenzó Jesús su obra? Precisamente en el distrito de Galilea. De hecho, vivió en una de sus ciudades, Capernaum. De este modo, los residentes de Zabulón y Neftalí pudieron disfrutar de su iluminación espiritual (Mat. 4:12-16). Además, fue en Galilea donde Cristo pronunció el Sermón del Monte, eligió a sus apóstoles y realizó su primer milagro. Y es muy probable que también fuera allí donde se apareció a más de quinientos discípulos después de resucitar (Mat. 5:1–7:27; 28:16-20; Mar. 3:13, 14; Juan 2:8-11; 1 Cor. 15:6). Como vemos, cumplió las palabras de Isaías al predicar en “la tierra de Zabulón y [...] Neftalí”. No obstante, llevó el mensaje del Reino por todo Israel.

      Se predicen otras actividades

      14. ¿De qué forma cumplió Jesús Salmo 78:2?

      14 Utilizaría comparaciones y parábolas. El salmista Asaf cantó: “En un dicho proverbial [o “en parábolas”] ciertamente abriré mi boca” (Sal. 78:2; Reina-Valera Actualizada). ¿Por qué podemos asegurar que estas palabras son aplicables a Jesús? Porque así nos lo indica Mateo. Después de relatar las parábolas donde Jesús compara el Reino a una semilla de mostaza y a la levadura del pan, el evangelista añade: “Sin ilustración no les hablaba; para que se cumpliera lo que se habló por medio del profeta que dijo: ‘Abriré mi boca con ilustraciones, publicaré cosas escondidas desde la fundación [del mundo]’” (Mat. 13:31-35). Ciertamente, las comparaciones y parábolas eran un medio que usó con maestría para enseñar a la gente.

      15. ¿Cómo se hizo realidad Isaías 53:4?

      15 Haría curaciones milagrosas. Así lo había anunciado Isaías: “Nuestras enfermedades fueron las que él mismo llevó; y en cuanto a nuestros dolores, él los cargó” (Isa. 53:4). Mateo señaló que, después de curar a la suegra de Pedro, Cristo sanó a otras personas “para que se cumpliera lo que se había hablado mediante Isaías el profeta, que dijo: ‘Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias’” (Mat. 8:14-17). Y este es tan solo uno de los numerosos relatos donde Jesús aparece curando enfermos.

      16. ¿Cómo indicó el apóstol Juan que Isaías 53:1 era aplicable a Jesús?

      16 A pesar de sus extraordinarias obras, no sería aceptado por la mayoría (léase Isaías 53:1). El apóstol Juan mostró cómo se había hecho realidad esta predicción en el caso de Jesús: “Aunque había ejecutado tantas señales delante de ellos, no ponían fe en él, de modo que se cumplió la palabra de Isaías el profeta, que él dijo: ‘Jehová, ¿quién ha puesto fe en la cosa oída por nosotros? Y en cuanto al brazo de Jehová, ¿a quién ha sido revelado?’” (Juan 12:37, 38). Estas palabras seguían cumpliéndose años después, pues cuando Pablo predicaba las buenas nuevas, la gente todavía se negaba a creer en Cristo (Rom. 10:16, 17).

      17. ¿Qué aplicación hizo Juan de Salmo 69:4?

      17 Sería odiado sin motivo (Sal. 69:4). Juan cita este comentario de Jesús: “Si yo no hubiera hecho entre [los judíos] las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y también han odiado tanto a mí como a mi Padre. Pero es para que se cumpla la palabra que está escrita en la Ley de ellos: ‘Me odiaron sin causa’” (Juan 15:24, 25). ¿Por qué dijo que la predicción está en “la Ley”, si se encuentra en los Salmos? Porque a menudo se llamaba “la Ley” a todas las Escrituras Hebreas (Juan 10:34; 12:34). Los Evangelios confirman que Jesús tuvo muchos enemigos, sobre todo entre los guías religiosos judíos. Él mismo dijo a sus oyentes: “El mundo no tiene razón para odiarlos a ustedes, pero a mí me odia, porque doy testimonio [...] de que sus obras son inicuas” (Juan 7:7).

      18. ¿Qué fortalecerá nuestra convicción de que Jesús es el Mesías?

      18 En el siglo primero, los discípulos no tuvieron la menor duda de que Jesús de Nazaret era el Mesías, pues había cumplido todas las profecías de las Escrituras Hebreas que ayudaban a identificarlo (Mat. 16:16). Como hemos visto, algunas se hicieron realidad durante sus primeros años de vida y otras durante su ministerio. En el siguiente artículo examinaremos más predicciones. Hacemos bien en reflexionar sobre ellas, pues así se fortalecerá nuestra convicción de que Jesús es, sin la menor duda, el Ungido de Jehová.

      [Nota]

      a Las “setenta semanas” se explican con más detalle en el capítulo 11 del libro Prestemos atención a las profecías de Daniel.

  • Hallaron al Mesías
    La Atalaya 2011 | 15 de agosto
    • Hallaron al Mesías

      “Hemos hallado al Mesías.” (JUAN 1:41)

      1. ¿Qué llevó a Andrés a decir: “Hemos hallado al Mesías”?

      JUAN EL BAUTISTA está con dos de sus discípulos, Andrés y Juan. Al ver acercarse a Jesús, exclama: “¡Miren, el Cordero de Dios!”. Los dos discípulos se van de inmediato detrás de Cristo y pasan el resto del día con él. Más tarde, Andrés sale a buscar a su hermano, Simón Pedro, y le hace este emocionante anuncio: “Hemos hallado al Mesías”. Acto seguido, lo conduce hasta Jesús (Juan 1:35-41).

      2. ¿Por qué hacemos bien en seguir examinando las profecías acerca del Mesías?

      2 Con el tiempo, Andrés, Pedro y otros tienen la oportunidad de examinar detenidamente las Escrituras. Quedan tan convencidos de que Jesús de Nazaret es el Mesías prometido que no dudan en afirmarlo en público. Nosotros también veremos cómo se fortalece nuestra fe en la Biblia y en el Ungido de Jehová al continuar estudiando las profecías mesiánicas.

      “¡Mira! Tu Rey viene”

      3. ¿Qué profecías se cumplieron cuando Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén?

      3 Haría su entrada triunfal en Jerusalén. En una predicción de Zacarías, se dirigen estas palabras a la “hija de Sión”, es decir, a Jerusalén: “Ponte muy gozosa [...]. Grita en triunfo [...]. ¡Mira! Tu rey mismo viene a ti. Es justo, sí, salvado; humilde, y cabalga sobre un asno, [...] sobre un animal plenamente desarrollado, hijo de un asna” (Zac. 9:9). Y un salmo predijo con qué palabras recibirían al Mesías: “Bendito sea Aquel que viene en el nombre de Jehová” (Sal. 118:26). Es obvio que Jesús no pudo haber manipulado a toda la ciudad de Jerusalén. Más bien, fue de forma completamente espontánea que el pueblo lo vitoreó, cumpliéndose así lo que habían anunciado las profecías. Al leer este relato, imagínese esa alegre escena (léase Mateo 21:4-9).

      4. ¿Cómo se cumplió Salmo 118:22, 23?

      4 Sería muy valioso para Dios, pero muchos no lo aceptarían como el Mesías. Una profecía señala cómo lo considerarían quienes cerraran los ojos a la evidencia: “Fue despreciado [...] como [si fuera] de ninguna importancia” (Isa. 53:3; Mar. 9:12). No obstante, el salmista había indicado por inspiración: “La piedra que los edificadores rechazaron ha llegado a ser cabeza del ángulo. Esto ha venido a ser de parte de Jehová” (Sal. 118:22, 23). Jesús se aplicó a sí mismo estas palabras cuando habló con sus enemigos, y Pedro también reconoció que se cumplían en Cristo (Mar. 12:10, 11; Hech. 4:8-11). Ciertamente, el Hijo de Dios se convirtió en la “piedra angular de fundamento”, o sea, la base sobre la que se construiría la congregación de cristianos ungidos. Esta piedra fue “rechazada, es verdad, por los hombres [incrédulos], pero [resultó] escogida, preciosa, para con Dios” (1 Ped. 2:4-6).

      Sería traicionado y abandonado

      5, 6. ¿Qué decían algunas predicciones sobre la traición del Mesías, y cómo se cumplieron?

      5 Sufriría la traición de un amigo. El Mesías haría suyas estas palabras de una profecía de David: “El hombre que estaba en paz conmigo, en quien yo confiaba, que estaba comiendo mi pan, ha engrandecido [o levantado] contra mí su talón [para hacerme caer]” (Sal. 41:9). Comer pan con una persona era considerado una muestra de amistad (Gén. 31:54). Por tanto, la profecía de David habla de un mal amigo, un traidor de la peor clase. Jesús mismo indicó cómo se cumpliría esa predicción cuando les dijo a sus apóstoles que iba a ser traicionado: “No hablo de todos ustedes; yo conozco a los que he escogido. Mas es para que se cumpla la Escritura: ‘El que comía de mi pan ha alzado contra mí su talón’” (Juan 13:18). Como bien sabemos, Cristo se refería con este comentario a la traición de Judas Iscariote.

      6 Sería traicionado por el precio de un esclavo: 30 monedas de plata. Mateo dijo que, tal como se había profetizado, el pago por la traición de Jesús fue esa mísera cantidad. Ahora bien, el evangelista señaló que esto lo había predicho “Jeremías el profeta”. ¿Por qué dijo eso, si las palabras están tomadas de Zacarías 11:12, 13? Es probable que, en tiempos de Mateo, Jeremías fuera el primer libro de un conjunto de escritos proféticos que incluía a Zacarías (compárese con Lucas 24:44). Judas no llegó a utilizar aquel dinero manchado de sangre, sino que lo arrojó en el templo y luego se suicidó (Mat. 26:14-16; 27:3-10).

      7. ¿Cómo se cumplió Zacarías 13:7?

      7 Le abandonarían sus discípulos. Fue tal y como había profetizado Zacarías: “Hiere al pastor, y que las ovejas del rebaño sean esparcidas” (Zac. 13:7). El 14 de nisán del año 33, Jesús dijo a sus seguidores: “A todos ustedes se les hará tropezar respecto a mí esta noche, porque está escrito: ‘Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán esparcidas’”. Y así sucedió, pues el propio Mateo señaló que “todos los discípulos lo abandonaron y huyeron” (Mat. 26:31, 56).

      Acusado y agredido

      8. ¿Cómo se hizo realidad Isaías 53:8?

      8 Sería juzgado y condenado a muerte (léase Isaías 53:8). Al amanecer del día 14 de nisán, se reunió en pleno el Sanedrín. Este tribunal decidió atar a Jesús y enviarlo al gobernador romano Poncio Pilato, quien, después de interrogarlo, no halló en él ninguna culpabilidad. Pilato dirigió la palabra a los numerosos judíos que habían acudido ante él y les ofreció ponerles en libertad a Jesús, pero ellos gritaron en respuesta: “¡Al madero con él!”. De hecho, prefirieron que soltara en su lugar a un delincuente llamado Barrabás. Queriendo complacerlos, Pilato lo liberó y ordenó que Jesús fuera azotado y clavado en un madero (Mar. 15:1-15).

      9. ¿Qué cumplimiento tuvo Salmo 35:11 en el caso de Jesús?

      9 Sería víctima de falsos testimonios. Al igual que David, el Mesías podría decir: “Testigos violentos se levantan; lo que no he sabido me preguntan” (Sal. 35:11). En conformidad con estas palabras proféticas, “los sacerdotes principales y todo el Sanedrín buscaban testimonio falso contra Jesús a fin de darle muerte” (Mat. 26:59). “Muchos, en realidad, testificaban falsamente contra él, pero sus testimonios no estaban de acuerdo.” (Mar. 14:56.) Tan rabiosos estaban los enemigos de Cristo que no dudaron en recurrir a declaraciones falsas para lograr que lo mataran.

      10. ¿De qué manera se cumplió Isaías 53:7?

      10 Se quedaría callado ante sus acusadores. Isaías anunció: “Estuvo en severa estrechez, y él fue dejando que se le afligiera; no obstante, no abría la boca. Se le fue llevando justamente como una oveja a la degollación; y, como una oveja que delante de sus esquiladores ha enmudecido, él igualmente no abría la boca” (Isa. 53:7). Jesús cumplió al detalle la profecía: “Mientras lo acusaban los sacerdotes principales y los ancianos, no contestó nada. Entonces Pilato le dijo: ‘¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?’. Pero no le contestó, no, ni una sola palabra, de modo que el gobernador quedó muy admirado” (Mat. 27:12-14). En ningún momento insultó a sus enemigos (Rom. 12:17-21; 1 Ped. 2:23).

      11. ¿Cómo se hicieron realidad Isaías 50:6 y Miqueas 5:1?

      11 Sería agredido. En la profecía de Isaías, el Mesías dice: “Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían” (Isa. 50:6, Versión Popular). Por su parte, en Miqueas leemos: “Con la vara golpearán sobre la mejilla al juez de Israel” (Miq. 5:1). En el Evangelio de Marcos hallamos un claro testimonio del cumplimiento de estas profecías en Jesús: “Algunos comenzaron a escupirle y a cubrirle todo el rostro y a darle de puñetazos y a decirle: ‘¡Profetiza!’. Y, dándole de bofetadas, lo recibieron los servidores del tribunal. [...] También, [los soldados] le daban en la cabeza con una caña y le escupían y, doblando las rodillas, le rendían homenaje” en son de burla (Mar. 14:65; 15:19). Sobra decir que él no hizo nada para merecer tales abusos.

      Fiel hasta la muerte

      12. ¿Cómo se cumplieron en Jesús las palabras de Salmo 22:16 e Isaías 53:12?

      12 Sería clavado de pies y manos en un madero como un delincuente. El Mesías vio cómo se hacían realidad en su caso estas palabras de David: “La asamblea de malhechores mismos me ha circundado. Como un león acometen mis manos y mis pies” (Sal. 22:16). Los lectores de la Biblia conocen muy bien los sucesos que cumplieron estas palabras. El evangelista Marcos relata: “Era ya la hora tercera [o sea, como las nueve de la mañana], y lo fijaron en el madero” (Mar. 15:25). Además, una profecía de Isaías indicó que el Mesías sería incluido entre los pecadores: “Derramó su alma hasta la mismísima muerte, y con los transgresores fue contado” (Isa. 53:12). En conformidad con esta indicación de las Escrituras, “fueron fijados en maderos con [Jesús] dos salteadores, uno a su derecha y uno a su izquierda” (Mat. 27:38).

      13. ¿Cómo se cumplieron en Jesús las palabras de Salmo 22:7, 8?

      13 Sería insultado (léase Salmo 22:7, 8). Tal como había predicho David, Cristo sufrió las mofas de la gente cuando estaba clavado en el madero. El relato de Mateo dice: “Los que pasaban hablaban injuriosamente de él, meneando la cabeza y diciendo: ‘¡Oh tú, supuesto derribador del templo y edificador de él en tres días, sálvate! Si eres hijo de Dios, ¡baja del madero de tormento!’. Del mismo modo, también, los sacerdotes principales junto con los escribas y ancianos empezaron a burlarse de él y a decir: ‘¡A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar! Él es rey de Israel; baje ahora del madero de tormento y creeremos en él. Ha puesto en Dios su confianza; líbrelo Él ahora si le quiere, puesto que dijo: “Soy Hijo de Dios”’” (Mat. 27:39-43). Jesús soportó con dignidad todos estos insultos. ¡Qué gran ejemplo para nosotros!

      14, 15. ¿Cómo se cumplieron las profecías sobre el sorteo de la ropa y el ofrecimiento de vinagre?

      14 Sortearían su ropa. David dijo: “Reparten entre sí mis prendas de vestir, y sobre mi ropa echan suertes” (Sal. 22:18). ¿Cómo se cumplieron estas palabras en Cristo? “Cuando [los soldados romanos] lo hubieron fijado en el madero, repartieron sus prendas de vestir exteriores echando suertes.” (Mat. 27:35; léase Juan 19:23, 24.)

      15 Le darían a beber vinagre y hiel. Cristo haría suyas estas palabras de los Salmos: “Por alimento me dieron una planta venenosa, y para mi sed trataron de hacerme beber vinagre” (Sal. 69:21). El Evangelio de Mateo indica lo que le ocurrió a Jesús: “Le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero, después de gustarlo, él rehusó beber”. Más tarde, alguien “corrió y, tomando una esponja, la empapó en vino agrio y, poniéndola en una caña, se puso a darle de beber” (Mat. 27:34, 48).

      16. ¿De qué manera se cumplió Salmo 22:1?

      16 Parecería que Dios lo había abandonado (léase Salmo 22:1). Marcos muestra cómo se hizo realidad la profecía de Salmos: “A la hora nona [o sea, hacia las tres de la tarde] Jesús clamó con voz fuerte: ‘Éli, Éli, ¿láma sabajtháni?’, que, traducido, significa: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’” (Mar. 15:34). No es que él hubiera perdido la fe en su Padre celestial. Entonces, ¿en qué sentido lo abandonó Jehová en manos de sus enemigos? Lo hizo al retirarle su protección para que pudiera ser puesto a prueba hasta el límite. Ciertamente, las palabras que exclamó Cristo cumplieron Salmo 22:1.

      17. ¿Cómo se cumplieron Zacarías 12:10 y Salmo 34:20?

      17 Lo herirían con una lanza, pero no le romperían ningún hueso. Zacarías anunció: “Los habitantes de Jerusalén [...] mirarán a Aquel a quien traspasaron” (Zac. 12:10). Y David predijo en Salmo 34:20: “[Jehová] está guardando todos los huesos de aquél; ni siquiera uno de ellos ha sido quebrado”. Un testigo ocular, el apóstol Juan, confirma que así le sucedió a Jesús: “Uno de los soldados le punzó el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo ha visto [es decir, Juan mismo] ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero [...]. De hecho, estas cosas sucedieron para que se cumpliera la escritura: ‘Ni un hueso de él será quebrantado’. Y, de nuevo, una escritura diferente dice: ‘Mirarán a Aquel a quien traspasaron’” (Juan 19:33-37).

      18. ¿Qué llevó a que Jesús fuera enterrado con los ricos?

      18 Sería enterrado junto a los ricos (léase Isaías 53:5, 8, 9). El Evangelio de Mateo explica que el 14 de nisán, en las últimas horas de la tarde, “un hombre rico de Arimatea, de nombre José, [...] fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. [...] Y José tomó el cuerpo, lo envolvió en un lino limpio y fino, y lo puso en su nueva tumba conmemorativa, que había labrado en la masa rocosa. Y, después de hacer rodar una piedra grande a la puerta de la tumba conmemorativa, se fue” (Mat. 27:57-60).

      ¡Aclamemos al Mesías!

      19. ¿Qué sucesos cumplieron las palabras de Salmo 16:10?

      19 Sería resucitado. El Mesías haría suyas estas palabras que David le dirigió a Jehová: “No dejarás mi alma en el Seol” (Sal. 16:10). ¡Qué sorpresa se llevaron las mujeres que fueron a la tumba donde se había depositado su cuerpo! Un ángel que había adoptado forma humana les dijo: “Dejen de aturdirse. Ustedes buscan a Jesús el Nazareno, que fue fijado en un madero. Fue levantado; no está aquí. ¡Miren! El lugar donde lo pusieron” (Mar. 16:6). Más tarde, Pedro pronunció un discurso ante la multitud que había acudido a Jerusalén en el año 33 para celebrar la fiesta del Pentecostés. El apóstol les dijo: “David [...] vio de antemano y habló respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción” (Hech. 2:29-31). En conformidad con esta profecía, Dios no permitió que el cuerpo de Jesús se corrompiera. Lo que es más, hizo que su Hijo amado resucitara milagrosamente como espíritu (1 Ped. 3:18).

      20. ¿Qué dicen las profecías acerca del reinado del Mesías?

      20 Sería reconocido por Dios como Hijo suyo (léanse Salmo 2:7 y Mateo 3:17). Además, Jesús contó con el reconocimiento de las multitudes cuando hizo su entrada triunfal en Jerusalén. Hoy, nosotros también aclamamos con gran alegría a Cristo y su glorioso gobierno (Mar. 11:7-10). El Mesías “cabalga en la causa de la verdad y la humildad y la justicia”, y pronto acabará con sus enemigos (Sal. 2:8, 9; 45:1-6). Gracias a su reinado, la Tierra entera disfrutará de paz y prosperidad (Sal. 72:1, 3, 12, 16; Isa. 9:6, 7). Como testigos de Jehová, debemos anunciar que su amado Hijo ya reina en los cielos y va a traer un futuro maravilloso. ¡Qué honor tan grande tenemos!

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