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Juan 1:1 | “En el principio era el Verbo”Textos bíblicos explicados
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Lo que algunos creen: Llamar “un dios” al Verbo apoya el politeísmo, es decir, la adoración de muchos dioses.
La verdad: La palabra griega theós, que se traduce “Dios” o “dios”, generalmente equivale a las palabras hebreas ʼel y ʼelohím, que se usan en lo que se conoce como el Antiguo Testamento. Según parece, estas palabras hebreas básicamente significan “poderoso” o “fuerte”, y se usan para referirse al Dios todopoderoso, a otros dioses o incluso a hombres (Salmo 82:6; Juan 10:34). No hay duda de que el Verbo es un ser poderoso, pues Dios creó todas las cosas por medio de él (Juan 1:3). Llamar al Verbo “un dios” está de acuerdo con la profecía de Isaías 9:6, donde se predijo que el escogido de Dios —el Mesías o Cristo— sería llamado “Dios Poderoso” (en hebreo, ʼEl Gibbóhr), pero no “Dios Todopoderoso” (ʼEl Shaddái, como en Génesis 17:1 y 35:11, Éxodo 6:3 y Ezequiel 10:5).
La Biblia no apoya el politeísmo. Al contrario. Jesús dijo: “Adora a Jehová tu Dios y sírvele solo a él” (Mateo 4:10). La Biblia también dice: “Porque, aunque hay muchos supuestos dioses tanto en el cielo como en la tierra, como de hecho hay muchos ‘dioses’ y muchos ‘señores’, para nosotros en realidad solo hay un Dios, el Padre, de quien vienen todas las cosas y para quien existimos nosotros, y solo hay un Señor, Jesucristo, mediante quien existen todas las cosas y mediante quien existimos nosotros” (1 Corintios 8:5, 6).
Juan 1:1 en otras Biblias
“En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios. La Palabra, pues, era divina” (El Nuevo Testamento original, 1990, de Hugh J. Schonfield).
“En el principio era la palabra, y la palabra estaba junto a Dios, y un Dios era la palabra” (Comentario al Evangelio de Juan, 2005, de Sjef van Tilborg).
“En el principio era el Logos y el Logos estaba frente a Dios y era dios el Logos” (La obra de Juan. El Evangelio del testimonio, 2011, de Benito Acosta).
“En un principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era divina” (Evangelio y cartas de Juan, 2013, de Senén Vidal).
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