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  • Podemos aguantar como Job
    La Atalaya 1994 | 15 de noviembre
    • Una cuestión de importancia fundamental

      5. Sin que Job lo supiera, ¿qué sucedía en el cielo?

      5 Sin que Job lo supiera, estaba a punto de plantearse una importante cuestión en el cielo. Un día “los hijos del Dios verdadero [entraron] para tomar su puesto delante de Jehová”. (Job 1:6.) El Hijo unigénito de Dios, la Palabra, estaba presente. (Juan 1:1-3.) También estaban los ángeles justos y los ‘hijos de Dios angélicos desobedientes’. (Génesis 6:1-3.) Satanás se encontraba allí, pues no fue expulsado del cielo hasta después del establecimiento del Reino, en 1914. (Revelación 12:1-12.) Satanás planteó una cuestión de importancia fundamental en los días de Job. Cuestionó la legitimidad de la soberanía de Jehová sobre todas sus criaturas.

      6. ¿Qué intentaba hacer Satanás, y cómo calumnió a Jehová?

      6 “¿De dónde vienes?”, preguntó Jehová, a lo que Satanás contestó: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. (Job 1:7.) Buscaba a alguien a quien devorar. (1 Pedro 5:8, 9.) Quebrantando la integridad de siervos individuales de Jehová, Satanás intentaría probar que nadie obedecería completamente a Dios por amor. Jehová aceptó el reto, y preguntó a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. (Job 1:8.) Job cumplía las normas divinas en la medida que le permitía su imperfección. (Salmo 103:10-14.) Pero Satanás replicó: “¿Ha temido Job a Dios por nada? ¿No has puesto tú mismo un seto protector alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido en la tierra”. (Job 1:9, 10.) De esta manera el Diablo calumnió a Jehová al dar a entender que nadie lo ama ni adora por lo que es, sino que él soborna a sus criaturas para que le sirvan. Satanás afirmó que Job servía a Dios por intereses egoístas, no por amor.

      Satanás ataca

      7. ¿Cómo desafió el Diablo a Dios, y de qué modo respondió Jehová?

      7 “Pero —dijo Satanás—, para variar, sírvete alargar la mano, y toca todo lo que tiene, y ve si no te maldice en tu misma cara.” ¿Cómo respondería Jehová a ese insultante desafío? “¡Mira! —dijo Jehová—. Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues la mano!” El Diablo había dicho que Jehová bendecía, incrementaba y protegía todas las posesiones de Job. Dios iba a permitir que Job sufriera, pero no que le tocaran el cuerpo. Satanás salió de la asamblea empeñado en hacer el mal. (Job 1:11, 12.)

  • Podemos aguantar como Job
    La Atalaya 1994 | 15 de noviembre
    • La cuestión llega a su punto álgido

      12, 13. Durante otra asamblea en el cielo, ¿qué pidió Satanás, y cómo respondió Dios?

      12 Poco después Jehová convocó otra asamblea en el tribunal celestial. Job había perdido a sus hijos, había empobrecido y parecía castigado por Dios; pero su integridad permanecía intacta. Por supuesto, Satanás no estaba dispuesto a admitir la falsedad de sus acusaciones contra Dios y Job. Los ‘hijos de Dios’ estaban a punto de oír el argumento y la refutación cuando Jehová se dirigiera al Diablo y llevara la cuestión a su momento decisivo.

      13 Jehová pidió cuentas a Satanás y le preguntó: “¿Y tú, de dónde vienes?”. El Diablo respondió: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. Jehová volvió a dirigir la atención a Job, su siervo inculpable, recto y temeroso de Dios, que aún retenía firmemente su integridad. El Diablo contestó: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma. Para variar, sírvete alargar la mano, y toca hasta su hueso y su carne, y ve si no te maldice en tu misma cara”. De modo que Dios dijo: “¡Allí está en tu mano! ¡Solo ten cuidado con su alma misma!”. (Job 2:2-6.) Satanás insinuó que Jehová no había quitado todas las barreras protectoras, y pidió que se le dejara tocar el hueso y la carne de Job. Aunque no se le permitiría matar a Job, Satanás sabía que la enfermedad física le causaría dolor y crearía la impresión de que el sufrimiento era un castigo de Dios por sus pecados ocultos.

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