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  • Podemos aguantar como Job
    La Atalaya 1994 | 15 de noviembre
    • Podemos aguantar como Job

      “¡Miren! Pronunciamos felices a los que han aguantado.” (SANTIAGO 5:11.)

      1. ¿Qué dijo un anciano cristiano respecto a sus pruebas?

      ‘¡EL DIABLO me quiere entrampar! Me siento como Job.’ Así expresó sus sentimientos A. H. Macmillan ante un amigo íntimo de la sede mundial de los testigos de Jehová. El hermano Macmillan terminó su vida terrenal el 26 de agosto de 1966 a la edad de 89 años. Sabía que el reconocimiento por el fiel servicio que rinden los que, como él, son cristianos ungidos ‘va junto con ellos’. (Revelación [Apocalipsis] 14:13.) En realidad, la resurrección a la vida inmortal en el cielo permite a los ungidos seguir sirviendo a Jehová sin interrupción. Los amigos del hermano Macmillan se alegraron mucho de que obtuviera ese galardón. Sin embargo, en sus últimos años en la Tierra afrontó diversas pruebas, entre ellas problemas de salud que le hicieron muy consciente de que Satanás intentaba quebrantar su integridad.

      2, 3. ¿Quién era Job?

      2 Cuando el hermano Macmillan dijo que se sentía como Job, se refería a un hombre que aguantó grandes pruebas de su fe. Job vivió en “la tierra de Uz”, probablemente en el norte de Arabia. Era descendiente de Sem, el hijo de Noé, y adorador de Jehová. Parece que las pruebas de Job ocurrieron en algún momento entre la muerte de José y el tiempo en que Moisés demostró su rectitud. Durante ese período nadie en la Tierra tuvo una devoción piadosa semejante a la de Job. Jehová lo consideró un hombre sin culpa, recto y temeroso de Dios. (Job 1:1, 8.)

      3 Job, “el más grande de todos los orientales”, tenía muchos siervos, y su ganado ascendía a 11.500 cabezas. Sin embargo, las riquezas espirituales eran lo más importante para él. Es muy probable que enseñara a sus siete hijos y tres hijas acerca de Jehová, como lo hacen los padres piadosos de hoy. Incluso cuando ya no vivían en su casa, Job desempeñaba el papel de sacerdote de la familia y ofrecía sacrificios por ellos, para reparar los posibles pecados que hubieran cometido. (Job 1:2-5.)

      4. a) ¿Por qué hacen bien en meditar en el ejemplo de Job los cristianos que sufren persecución? b) ¿Qué preguntas contestaremos con respecto a Job?

      4 Los cristianos que sufren persecución hacen bien en meditar sobre el ejemplo de Job para fortalecerse y aguantar con paciencia. “¡Miren! —escribió el discípulo Santiago—. Pronunciamos felices a los que han aguantado. Ustedes han oído del aguante de Job y han visto el resultado que Jehová dio, que Jehová es muy tierno en cariño, y misericordioso.” (Santiago 5:11.) Al igual que Job, es necesario que los seguidores ungidos de Jesús y la “gran muchedumbre” de la actualidad tengan aguante para hacer frente a las pruebas de su fe. (Revelación 7:1-9.) Ahora bien, ¿qué pruebas aguantó Job? ¿Por qué le sobrevinieron? ¿Y cómo podemos beneficiarnos de sus experiencias?

      Una cuestión de importancia fundamental

      5. Sin que Job lo supiera, ¿qué sucedía en el cielo?

      5 Sin que Job lo supiera, estaba a punto de plantearse una importante cuestión en el cielo. Un día “los hijos del Dios verdadero [entraron] para tomar su puesto delante de Jehová”. (Job 1:6.) El Hijo unigénito de Dios, la Palabra, estaba presente. (Juan 1:1-3.) También estaban los ángeles justos y los ‘hijos de Dios angélicos desobedientes’. (Génesis 6:1-3.) Satanás se encontraba allí, pues no fue expulsado del cielo hasta después del establecimiento del Reino, en 1914. (Revelación 12:1-12.) Satanás planteó una cuestión de importancia fundamental en los días de Job. Cuestionó la legitimidad de la soberanía de Jehová sobre todas sus criaturas.

      6. ¿Qué intentaba hacer Satanás, y cómo calumnió a Jehová?

      6 “¿De dónde vienes?”, preguntó Jehová, a lo que Satanás contestó: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. (Job 1:7.) Buscaba a alguien a quien devorar. (1 Pedro 5:8, 9.) Quebrantando la integridad de siervos individuales de Jehová, Satanás intentaría probar que nadie obedecería completamente a Dios por amor. Jehová aceptó el reto, y preguntó a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. (Job 1:8.) Job cumplía las normas divinas en la medida que le permitía su imperfección. (Salmo 103:10-14.) Pero Satanás replicó: “¿Ha temido Job a Dios por nada? ¿No has puesto tú mismo un seto protector alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido en la tierra”. (Job 1:9, 10.) De esta manera el Diablo calumnió a Jehová al dar a entender que nadie lo ama ni adora por lo que es, sino que él soborna a sus criaturas para que le sirvan. Satanás afirmó que Job servía a Dios por intereses egoístas, no por amor.

      Satanás ataca

      7. ¿Cómo desafió el Diablo a Dios, y de qué modo respondió Jehová?

      7 “Pero —dijo Satanás—, para variar, sírvete alargar la mano, y toca todo lo que tiene, y ve si no te maldice en tu misma cara.” ¿Cómo respondería Jehová a ese insultante desafío? “¡Mira! —dijo Jehová—. Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues la mano!” El Diablo había dicho que Jehová bendecía, incrementaba y protegía todas las posesiones de Job. Dios iba a permitir que Job sufriera, pero no que le tocaran el cuerpo. Satanás salió de la asamblea empeñado en hacer el mal. (Job 1:11, 12.)

      8. a) ¿Qué pérdidas materiales sufrió Job? b) ¿Qué era en realidad “el mismísimo fuego de Dios”?

      8 El ataque satánico empezó enseguida. Uno de los siervos de Job le dio la siguiente mala noticia: “Las reses vacunas mismas estaban arando y las asnas pastando al lado de ellas cuando vinieron los sabeos haciendo una incursión y tomándolas, y a los servidores los derribaron a filo de espada”. (Job 1:13-15.) La propiedad de Job ya no estaba protegida. Sin perder un momento, el poder demoníaco se dejó sentir de nuevo, pues otro siervo informó: “El mismísimo fuego de Dios cayó de los cielos, y fue ardiendo entre las ovejas y los servidores, y comiéndoselos”. (Job 1:16.) ¡Qué diabólico era tratar de crear la impresión de que Dios era el responsable de causar esa calamidad a su propio siervo! Dado que los relámpagos proceden del cielo, se podría haber culpado fácilmente a Jehová; no obstante, el fuego procedía en realidad de una fuente demoníaca.

      9. ¿Qué efecto tuvo la ruina económica de Job en su relación con Dios?

      9 Satanás intensificó su ataque, y otro siervo de Job le comunicó que los caldeos habían tomado sus camellos y habían matado a los demás servidores. (Job 1:17.) Aunque Job sufrió ruina económica, esto no dañó su relación con Dios. ¿Podría usted aguantar muchas pérdidas materiales y aún así mantener su integridad?

      Azota una tragedia mayor

      10, 11. a) ¿Qué les ocurrió a los diez hijos de Job? b) ¿Cómo consideró Job a Jehová después de la muerte trágica de sus hijos?

      10 El Diablo no había terminado con Job. Otro de sus siervos le dijo: “Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito. Y, ¡mira!, vino un gran viento de la región del desierto, y se puso a golpear las cuatro esquinas de la casa, de manera que esta cayó sobre los jóvenes, y murieron. Y yo logré escapar, yo solo, para informártelo”. (Job 1:18, 19.) Puede que quienes no estén bien informados atribuyan los estragos que causó el viento a ‘la voluntad divina’. No obstante, el poder demoníaco había atacado a Job por un lado especialmente sensible.

      11 Apesadumbrado, Job ‘rasgó su vestidura sin mangas, se cortó el cabello de la cabeza, cayó en tierra y se inclinó’. Pero escuche sus palabras: “Jehová mismo ha dado, y Jehová mismo ha quitado. Continúe siendo bendito el nombre de Jehová”. El relato pasa a decir: “En todo esto Job no pecó, ni atribuyó nada impropio a Dios”. (Job 1:20-22.) Satanás fue derrotado de nuevo. ¿Cómo reaccionaríamos nosotros, los siervos de Dios, ante la aflicción y el dolor por la muerte de un ser querido? La devoción altruista a Jehová y la confianza en él nos ayudarán a aguantar con integridad como hizo Job. Tanto los ungidos como sus compañeros que abrigan la esperanza terrestre ciertamente pueden derivar consuelo y fortaleza de este relato del aguante de Job.

      La cuestión llega a su punto álgido

      12, 13. Durante otra asamblea en el cielo, ¿qué pidió Satanás, y cómo respondió Dios?

      12 Poco después Jehová convocó otra asamblea en el tribunal celestial. Job había perdido a sus hijos, había empobrecido y parecía castigado por Dios; pero su integridad permanecía intacta. Por supuesto, Satanás no estaba dispuesto a admitir la falsedad de sus acusaciones contra Dios y Job. Los ‘hijos de Dios’ estaban a punto de oír el argumento y la refutación cuando Jehová se dirigiera al Diablo y llevara la cuestión a su momento decisivo.

      13 Jehová pidió cuentas a Satanás y le preguntó: “¿Y tú, de dónde vienes?”. El Diablo respondió: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. Jehová volvió a dirigir la atención a Job, su siervo inculpable, recto y temeroso de Dios, que aún retenía firmemente su integridad. El Diablo contestó: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma. Para variar, sírvete alargar la mano, y toca hasta su hueso y su carne, y ve si no te maldice en tu misma cara”. De modo que Dios dijo: “¡Allí está en tu mano! ¡Solo ten cuidado con su alma misma!”. (Job 2:2-6.) Satanás insinuó que Jehová no había quitado todas las barreras protectoras, y pidió que se le dejara tocar el hueso y la carne de Job. Aunque no se le permitiría matar a Job, Satanás sabía que la enfermedad física le causaría dolor y crearía la impresión de que el sufrimiento era un castigo de Dios por sus pecados ocultos.

      14. ¿Con qué hirió Satanás a Job, y por qué no podía proporcionarle alivio ningún ser humano?

      14 Tras ser despedido de la asamblea, Satanás procedió a obrar con placer diabólico. Hirió a Job con “un divieso maligno desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza”. ¡Cuánto sufrimiento aguantó Job sentado en la ceniza y raspándose con un pedazo de vasija de barro! (Job 2:7, 8.) Ningún médico humano podía aliviarle de esa enfermedad terriblemente dolorosa, repugnante y humillante, pues la había causado el poder satánico. Jehová era el único que podía curar a Job. Si usted es un siervo de Dios que padece una enfermedad, nunca olvide que él puede ayudarle a aguantar y puede darle la vida en un nuevo mundo libre de enfermedades. (Salmo 41:1-3; Isaías 33:24.)

      15. ¿Qué le dijo su esposa que hiciera, pero cómo reaccionó Job?

      15 Por fin, la esposa de Job le dijo: “¿Todavía estás reteniendo firmemente tu integridad? ¡Maldice a Dios, y muere!”. “Integridad” denota devoción intachable, y puede que ella hablara de manera sarcástica para que Job maldijera a Dios. Pero él respondió: “Como habla una de las mujeres insensatas, tú también hablas. ¿Aceptaremos solamente lo que es bueno de parte del Dios verdadero, y no aceptaremos también lo que es malo?”. Ni siquiera esta treta de Satanás surtió efecto, pues el relato dice: “En todo esto Job no pecó con sus labios”. (Job 2:9, 10.) Supongamos que nuestros familiares que se oponen a la verdad dijeran que nos estamos agotando tontamente en las ocupaciones cristianas y nos instaran a abandonar a Jehová Dios. Como Job, podemos aguantar esa prueba porque amamos a Jehová y deseamos alabar su santo nombre. (Salmo 145:1, 2; Hebreos 13:15.)

      Tres impostores arrogantes

      16. ¿Quiénes acudieron supuestamente a consolar a Job, pero cómo los manipuló Satanás?

      16 Tres “compañeros” acudieron supuestamente a consolar a Job, pero resultó ser otro ardid satánico. Uno de ellos era Elifaz, que tal vez descendía de Abrahán por la línea de Esaú. Dado que Elifaz habló primero, debe haber sido el mayor. También estaba presente Bildad, descendiente de Súah, uno de los hijos que Queturá le dio a luz a Abrahán. El tercero era Zofar, a quien se llama el naamatita, con referencia a su familia o a su lugar de residencia, quizás en el noroeste de Arabia. (Job 2:11; Génesis 25:1, 2; 36:4, 11.) Tal como Satanás manipuló a este trío para hacer que Job admitiera que era culpable de acusaciones falsas y quebrantara su integridad, así manipula a las personas de hoy que intentan persuadir a los testigos de Jehová a abandonar a Dios.

      17. ¿Qué hizo el trío visitante, y qué no hicieron durante siete días y siete noches?

      17 Estos tres hombres manifestaron de forma ostensible su compasión: lloraron, rasgaron sus vestiduras y aventaron polvo sobre la cabeza. Pero luego se sentaron con Job durante siete días y siete noches ¡sin pronunciar ni una sola palabra de consuelo! (Job 2:12, 13; Lucas 18:10-14.) Estos tres impostores arrogantes estaban tan desprovistos de espiritualidad que no tenían nada consolador que decir acerca de Jehová y sus promesas. No obstante, estaban sacando conclusiones equivocadas y preparándose para usarlas contra Job tan pronto como cumplieran con el formalismo de expresar su dolor en público. Cabe señalar que antes de que terminaran los siete días de silencio, el joven Elihú se sentó cerca de ellos.

      18. ¿Por qué buscaba la paz en la muerte Job?

      18 Finalmente Job rompió el silencio. Como no había recibido consuelo del trío visitante, maldijo el día en que nació y se preguntó por qué se prolongaba su vida desdichada. Buscaba la paz en la muerte porque no creía que volviera a sentir verdadero gozo antes de morir, pues estaba en la miseria, afligido por la muerte de sus seres queridos y enfermo de gravedad. Sin embargo, Dios no iba a dejar que se tocara a Job hasta el punto de morir. (Job 3:1-26.)

      Los acusadores de Job atacan

      19. ¿Cómo acusó falsamente Elifaz a Job?

      19 Elifaz habló primero en las tres rondas del debate que sometió a prueba aún más la integridad de Job. En su primer discurso, Elifaz preguntó: “¿[...] dónde jamás han sido raídos los rectos?”. Llegó a la conclusión de que Job tuvo que haber hecho algo malo para recibir el castigo de Dios. (Capítulos 4 y 5 de Job.) En su segundo discurso, ridiculizó la sabiduría de Job, y preguntó: “¿Qué entiendes, que no esté también con nosotros?”. Elifaz dio a entender que Job trataba de hacerse superior al Todopoderoso. Concluyó su segundo asalto acusando a Job de ser culpable de apostasía, soborno y engaño. (Capítulo 15 de Job.) En su discurso final, acusó falsamente a Job de muchos delitos: extorsión, retener el pan y el agua de los necesitados y oprimir a las viudas y a los huérfanos. (Capítulo 22 de Job.)

      20. ¿Cuál fue el contenido de los ataques de Bildad contra Job?

      20 Bildad fue el segundo en hablar en las tres rondas del debate, y, en términos generales, siguió la misma línea de Elifaz. Sus discursos fueron más cortos, pero más mordaces. Hasta acusó a los hijos de Job de ser culpables de algún mal y, por tanto, merecedores de la muerte. Con un razonamiento erróneo, planteó la siguiente ilustración: tal como el papiro y las cañas se secan y mueren cuando carecen de agua, lo mismo les ocurre a “todos los que olvidan a Dios”. Esa afirmación es verídica, pero no era aplicable a Job. (Capítulo 8 de Job.) Bildad relacionó las aflicciones de Job con las que les sobrevienen a los inicuos. (Capítulo 18 de Job.) En su tercer y breve discurso, sostuvo que el hombre es “una cresa” y “un gusano” y, por lo tanto, inmundo delante de Dios. (Capítulo 25 de Job.)

      21. ¿De qué acusó Zofar a Job?

      21 Zofar fue el tercero en hablar en el debate. El hilo del pensamiento general de Zofar siguió el de Elifaz y Bildad. Acusó a Job de iniquidad y lo instó a abandonar sus prácticas pecaminosas. (Capítulos 11 y 20 de Job.) Después de dos turnos, Zofar dejó de hablar. No añadió nada en la tercera ronda. Sin embargo, durante el debate Job respondió con valentía a sus acusadores. Por ejemplo, en un determinado momento les dijo: “¡Todos ustedes son consoladores molestos! ¿Hay término para palabras llenas de viento?”. (Job 16:2, 3.)

      Podemos aguantar

      22, 23. a) Como en el caso de Job, ¿qué pudiera hacer el Diablo para tratar de quebrantar nuestra integridad? b) Aunque Job aguantó diversas pruebas, ¿qué pregunta surge respecto a su actitud?

      22 Es posible que, como Job, nos enfrentemos a varias pruebas a la vez, y que Satanás utilice el desánimo u otros factores para quebrantar nuestra integridad. Quizás intente que nos volvamos contra Jehová si estamos atravesando por dificultades económicas. Puede que trate de inducirnos a culpar a Dios por el fallecimiento de un ser querido o por nuestra mala salud. Al igual que los compañeros de Job, es posible que alguien hasta nos acuse falsamente. Como indicó el hermano Macmillan, puede que Satanás quiera ‘entramparnos’, pero podemos aguantar.

      23 Hasta ahora hemos visto que Job aguantó las diversas pruebas. Ahora bien, ¿estaba a punto de rendirse? ¿Tenía realmente un espíritu quebrantado? Veamos si en el fondo Job había perdido por completo la esperanza.

  • El galardón de Job, una fuente de esperanza
    La Atalaya 1994 | 15 de noviembre
    • El galardón de Job, una fuente de esperanza

      “Jehová [...] bendijo el fin de Job después más que su principio.” (JOB 42:12.)

      1. ¿Qué hace Jehová por sus siervos, incluso cuando las pruebas los dejan impotentes?

      JEHOVÁ “llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente”. (Hebreos 11:6.) Él también impulsa a sus siervos dedicados a dar testimonio con valor, aun cuando las pruebas los hayan hecho tan impotentes como a los muertos. (Job 26:5; Revelación 11:3, 7, 11.) Así resultó ser en el caso de Job mientras sufría. Aunque los tres falsos consoladores lo calumniaron, no permaneció callado por temor al hombre, sino que dio un testimonio denodado.

      2. ¿Con qué actitud han superado las persecuciones y dificultades los testigos de Jehová?

      2 Muchos testigos de Jehová de la actualidad han sufrido persecuciones y dificultades tan severas, que han estado a las puertas de la muerte. (2 Corintios 11:23.) No obstante, al igual que Job, han mostrado amor a Dios y han practicado la justicia. (Ezequiel 14:14, 20.) También han salido de estas pruebas resueltos a agradar a Jehová, fortalecidos para predicar con denuedo y llenos de esperanza verdadera.

      Job da un testimonio denodado

      3. ¿Qué clase de testimonio dio Job en su discurso final?

      3 En su discurso final, Job dio un testimonio aún mayor que en los anteriores. Acalló por completo a sus falsos consoladores. Con sarcasmo e ironía dijo: “¡Oh, de cuánta ayuda has sido a uno falto de poder!”. (Job 26:2.) Job ensalzó a Jehová, cuyo poder cuelga nuestro globo terráqueo sobre la nada en el espacio y suspende las nubes cargadas de agua sobre la Tierra. (Job 26:7-9.) No obstante, Job dijo que esas maravillas no eran más que ‘los bordes de los caminos de Jehová’. (Job 26:14.)

      4. ¿Qué dijo Job respecto a la integridad, y por qué podía expresarse de esa manera?

      4 Job estaba seguro de su inocencia, pues dijo: “¡Hasta que expire no quitaré de mí mi integridad!”. (Job 27:5.) En contraste con las acusaciones falsas que se habían lanzado contra él, no había hecho nada para merecer las calamidades que le habían sobrevenido. Job sabía que Jehová no oye las oraciones de los apóstatas, pero que recompensa a los que se mantienen íntegros. Este relato bien puede recordarnos que la tempestad de Armagedón pronto arrojará a los inicuos de su posición de poder, y no escaparán de la mano firme de Dios. Mientras tanto, el pueblo de Jehová andará en integridad. (Job 27:11-23.)

      5. ¿Cómo definió Job la sabiduría verdadera?

      5 Imagínese a estos tres consoladores llenos de sabiduría mundana escuchando a Job mientras les dice que el hombre ha empleado sus aptitudes para encontrar oro, plata y otros tesoros en la Tierra y el mar. “Pero —dijo él— una bolsa llena de sabiduría vale más que una llena de perlas.” (Job 28:18.) Los falsos consoladores de Job no podían comprar la sabiduría verdadera. Su fuente es el Creador del viento, la lluvia, el relámpago y el trueno. Efectivamente, el “temor [reverencial] de Jehová... eso es sabiduría, y apartarse del mal es entendimiento”. (Job 28:28.)

      6. ¿Por qué habló Job de su pasado?

      6 A pesar de sus sufrimientos, Job no dejó de servir a Jehová. En vez de abandonar al Altísimo, este hombre de integridad pidió con anhelo “la intimidad con Dios” de que había disfrutado antes. (Job 29:4.) Job no estaba jactándose cuando dijo que había ‘librado al afligido, se había vestido con justicia y había sido un verdadero padre para los pobres’. (Job 29:12-16.) Antes bien, estaba relatando su historial como siervo fiel de Jehová. ¿Se ha ganado usted una excelente reputación como la de Job? Desde luego, Job también estaba exponiendo la falsedad de las acusaciones de los tres religiosos impostores.

      7. ¿Qué clase de persona había sido Job?

      7 Job fue el objeto de risa de hombres más jóvenes, ‘cuyos padres él hubiera rehusado colocar con los perros de su rebaño’. Lo detestaron y le escupieron. Pese a estar gravemente afligido, nadie le mostró consideración. (Job 30:1, 10, 30.) No obstante, como estaba completamente dedicado a Jehová, tenía una conciencia limpia y podía decir: “Él me pesará en balanza exacta, y Dios llegará a conocer mi integridad”. (Job 31:6.) Job no era adúltero ni intrigante, y no había dejado de ayudar a los necesitados. Aunque había sido rico, nunca confió en las riquezas materiales. Tampoco practicó idolatría, dando devoción a cosas inanimadas, como la Luna. (Job 31:26-28.) Confió en Dios y puso un excelente ejemplo de integridad. A pesar de todos sus sufrimientos y la presencia de los falsos consoladores, Job presentó una defensa magistral y dio un magnífico testimonio. Cuando terminó de hablar, puso sus esperanzas en Dios como su Juez y Remunerador. (Job 31:35-40.)

      Habla Elihú

      8. ¿Quién era Elihú, y cómo demostró respeto y valor?

      8 Cerca estaba el joven Elihú, descendiente de Buz, hijo de Nacor, y, por tanto, pariente lejano de Abrahán, el amigo de Jehová. (Isaías 41:8.) Elihú mostró respeto a los hombres mayores al escuchar ambos lados del debate. Sin embargo, habló con valentía respecto a asuntos sobre los que estaban equivocados. Por ejemplo, su cólera se encendió cuando Job ‘declaró justa su propia alma más bien que a Dios’. Pero se enfureció especialmente contra los falsos consoladores, pues aunque sus afirmaciones parecían ensalzar a Dios, en realidad le causaban oprobio al ponerse del lado de Satanás en la controversia. Elihú fue un testigo de Jehová imparcial, pues estuvo “lleno de palabras” y fue impulsado por espíritu santo. (Job 32:2, 18, 21.)

      9. ¿Cómo dio a entender Elihú que la situación de Job cambiaría?

      9 A Job le preocupaba más su propia vindicación que la de Dios. Había contendido con Dios. Sin embargo, cuando el alma de Job se acercaba a la muerte, hubo un indicio de que su situación cambiaría. ¿En qué sentido? Pues bien, Elihú fue impulsado a pronunciar un mensaje que indicaba que Jehová favorecía a Job: “¡Líbralo de bajar al hoyo! ¡He hallado un rescate! Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil”. (Job 33:24, 25.)

      10. ¿Hasta qué grado se sometería a prueba a Job, pero qué nos asegura 1 Corintios 10:13?

      10 Elihú corrigió a Job por haber dicho que no era provechoso complacerse en Dios siendo íntegro. Dijo: “¡Lejos sea del Dios verdadero el obrar inicuamente, y del Todopoderoso el obrar injustamente! Porque según la manera como el hombre terrestre obre él le recompensará”. Job se apresuró a destacar su propia justicia; sin embargo, lo hizo sin el conocimiento y la perspicacia necesarios. Elihú agregó: “Deja que Job sea probado hasta el límite en cuanto a sus respuestas entre hombres de nocividad”. (Job 34:10, 11, 35, 36.) De igual modo, la única manera de demostrar plenamente nuestra fe e integridad es siendo ‘probados hasta el límite’ de alguna forma. No obstante, nuestro amoroso Padre celestial no dejará que seamos tentados más allá de lo que podamos soportar. (1 Corintios 10:13.)

      11. ¿Qué debemos recordar cuando se nos someta a pruebas difíciles?

      11 Elihú pasó a mostrar de nuevo que Job estaba concediendo demasiada importancia a su propia justicia. Debemos enfocar la atención en nuestro Magnífico Hacedor. (Job 35:2, 6, 10.) Dios “no conservará vivo a ningún inicuo, pero dará el juicio de los afligidos”, dijo Elihú. (Job 36:6.) Nadie puede pedir cuentas a Dios ni decir que ha sido injusto. Es más sublime de lo que podemos concebir, y sus años son inescrutables, sin fin. (Job 36:22-26.) Cuando nos veamos sometidos a pruebas difíciles, recordemos que nuestro Dios eterno es justo y nos recompensará por nuestra fidelidad, que le trae alabanza.

      12. ¿Qué indican los comentarios finales de Elihú respecto a la ejecución de la sentencia de Dios contra los malvados?

      12 Mientras Elihú hablaba, empezó a formarse una tormenta. Al acercarse, su corazón se puso a saltar y a temblar. Habló de las obras maravillosas de Jehová, y dijo: “Presta oído a esto, sí, oh Job; detente y muéstrate atento a las maravillosas obras de Dios”. Como Job, debemos meditar en las maravillosas obras de Dios y su dignidad que infunde temor. “En cuanto al Todopoderoso, no lo hemos sondeado —dijo Elihú—; es sublime en poder, y el derecho y la abundancia de justicia él no menosprecia. Por lo tanto, que le teman los hombres.” (Job 37:1, 14, 23, 24.) Los comentarios finales de Elihú nos recuerdan que cuando Dios ejecute su sentencia contra los malvados dentro de poco, no menospreciará el derecho y la justicia, y conservará con vida a sus adoradores piadosos que le temen. ¡Qué privilegio es estar entre los que mantienen integridad y reconocen a Jehová como el Soberano Universal! Aguante como Job y nunca permita que el Diablo lo aleje de su bendito lugar entre esta feliz muchedumbre.

      Jehová responde a Job

      13, 14. a) ¿Con qué tenían que ver las primeras preguntas que Jehová planteó a Job? b) ¿Qué aprendemos de las otras preguntas que le hizo?

      13 ¡Qué asombrado debió quedarse Job cuando Jehová le habló desde la tempestad de viento! Dios formó esta tempestad, que no fue como el gran viento que Satanás usó para derrumbar la casa y matar a los hijos de Job. Este se quedó estupefacto cuando Dios le preguntó: “¿Dónde te hallabas tú cuando yo fundé la tierra? [...] [¿]quién colocó su piedra angular, cuando las estrellas de la mañana gozosamente clamaron a una, y todos los hijos de Dios empezaron a gritar en aplauso?”. (Job 38:4, 6, 7.) Jehová le planteó a Job una serie de preguntas en cuanto al mar, las nubes con que lo viste, el alba, las puertas de la muerte, la luz y la oscuridad, y las constelaciones. Job no pudo contestar cuando se le preguntó: “¿Has llegado a conocer los estatutos de los cielos[?]”. (Job 38:33.)

      14 Otras preguntas indicaron que antes de que el hombre fuera creado y recibiera el dominio sobre los peces, las aves, las bestias y las criaturas que se arrastran, Dios cuidaba de ellas sin la ayuda o el consejo del hombre. Las demás preguntas de Jehová tuvieron que ver con criaturas como el toro salvaje, el avestruz y el caballo. A Job se le preguntó: “[¿]es por orden tuya que un águila vuela hacia arriba, y que construye su nido en lo alto?”. (Job 39:27.) ¡De ninguna manera! Imagínese la reacción de Job cuando Dios le preguntó: “¿Debiera contender de manera alguna un señalador de faltas con el Todopoderoso?”. Con razón Job dijo: “¡Mira! He llegado a ser de poca importancia. ¿Qué te responderé? Mi mano he puesto sobre mi boca”. (Job 40:2, 4.) Como Jehová siempre está en lo cierto, si alguna vez nos vemos tentados a quejarnos de él, debemos ‘poner la mano sobre la boca’. Las preguntas que planteó Dios también magnificaron su superioridad, dignidad y fortaleza, que se evidencian en la creación.

      Behemot y Leviatán

      15. ¿A qué animal se cree que representa Behemot, y cuáles son algunas de sus características?

      15 Luego Jehová mencionó a Behemot, que por lo general se cree que es el hipopótamo. (Job 40:15-24.) Este animal ‘come hierba verde’ y es notable por su enorme tamaño, gran peso y piel gruesa. Su fuerza y energía residen en sus caderas y en las cuerdas musculares de su vientre. Los huesos de sus patas son tan fuertes como “tubos de cobre”. Esta criatura no se asusta en las aguas torrenciales, sino que nada fácilmente contra la corriente.

      16. a) ¿Con qué criatura encaja la descripción de Leviatán, y qué se puede decir de esta? b) ¿Qué pudiera indicar el poder de Behemot y Leviatán con respecto a cumplir con nuestras asignaciones en el servicio de Jehová?

      16 Dios también preguntó a Job: “¿Puedes tú sacar a Leviatán con un anzuelo, o puedes con una soga sujetar su lengua?”. La descripción de Leviatán encaja con el cocodrilo. (Job 41:1-34.) Leviatán no celebrará un pacto de paz con nadie, y ningún sabio humano es tan audaz como para excitar a este reptil. Las flechas no lo hacen huir, y “se ríe del ruidoso sacudimiento de la jabalina”. El furioso Leviatán hace hervir las profundidades como una olla caliente de ungüento. El poder inmensamente superior de Leviatán y Behemot ayudó a Job a humillarse. Nosotros también debemos reconocer que no tenemos poder. Necesitamos la sabiduría y la fortaleza que Dios da a fin de evitar que la serpiente —Satanás— nos clave sus colmillos, y poder cumplir con nuestras asignaciones en el servicio de Jehová. (Filipenses 4:13; Revelación 12:9.)

      17. a) ¿En qué sentido ‘contempló Job a Dios’? b) ¿Qué demostraron las preguntas que no pudo contestar Job, y cómo puede ayudarnos esta experiencia?

      17 Job, completamente humillado, reconoció que estaba equivocado y admitió que había hablado sin conocimiento. No obstante, había expresado fe en que ‘contemplaría a Dios’. (Job 19:25-27.) ¿Cómo sería eso posible si ningún ser humano puede ver a Jehová y seguir viviendo? (Éxodo 33:20.) En realidad, Job vio la manifestación del poder divino, oyó la palabra de Dios y le fueron abiertos los ojos del entendimiento para ver la verdad acerca de Jehová. Por ello, ‘se retractó y se arrepintió en polvo y ceniza’. (Job 42:1-6.) Las muchas preguntas que no pudo contestar demostraron la supremacía de Dios y la insignificancia del hombre, incluso la de un hombre tan dedicado a Jehová como Job. Este hecho nos ayuda a ver que no debemos anteponer nuestros intereses a la santificación del nombre de Jehová y la vindicación de su soberanía. (Mateo 6:9, 10.) Nuestro interés primordial debe ser mantenernos íntegros en nuestro servicio a Jehová y honrar su nombre.

      18. ¿Qué tuvieron que hacer los falsos consoladores de Job?

      18 ¿Qué se puede decir de los falsos consoladores farisaicos? Jehová tenía el derecho de matar a Elifaz, Bildad y Zofar por no haber hablado, como Job, la verdad acerca de él. “Tomen para ustedes siete toros y siete carneros, y vayan a mi siervo Job —dijo Dios—, y tienen que ofrecer un sacrificio quemado a favor de ustedes; y Job mismo, mi siervo, orará por ustedes.” Estos tres hombres tuvieron que humillarse para obedecer esta orden. Job, el hombre íntegro, oró por ellos, y Jehová aceptó su oración. (Job 42:7-9.) ¿Y qué ocurrió con la esposa de Job, que lo había instado a maldecir a Dios y morir? Parece que, por misericordia divina, se reconcilió con Job.

      Los galardones prometidos nos dan esperanza

      19. ¿Cómo demostró Jehová su superioridad sobre el Diablo al tratar con Job?

      19 Tan pronto como Job dejó de preocuparse por sus sufrimientos y se reavivó en el servicio de Dios, Jehová lo bendijo. Cuando Job oró por el trío, Dios le “volvió atrás la condición de cautiverio” y le dio ‘todo lo que había sido de él en cantidad doble’. Jehová demostró Su superioridad sobre el Diablo retirando de Job la enfermedad que este le había causado y curándolo milagrosamente. Dios también hizo retroceder a las huestes demoníacas y las mantuvo a raya al cercar de nuevo a Job con Su campamento angélico. (Job 42:10; Salmo 34:7.)

      20. ¿De qué maneras recompensó y bendijo Jehová a Job?

      20 Los hermanos, hermanas y anteriores conocidos de Job fueron a comer con él, se condolieron de él y lo consolaron por la calamidad que Jehová había permitido que le sobreviniera. Todos le dieron dinero y un anillo de oro. Jehová bendijo el fin de Job más que su principio, de modo que llegó a tener 14.000 ovejas, 6.000 camellos, 1.000 yuntas de reses vacunas y 1.000 asnas. También llegó a tener la misma cantidad de hijos que antes, es decir, siete hijos y tres hijas. Estas, Jemimá, Quesías y Querén-hapuc, eran las mujeres más bellas del país, y Job les dio herencia entre sus hermanos. (Job 42:11-15.) Además, Job vivió otros ciento cuarenta años y llegó a ver cuatro generaciones de descendientes. El relato concluye diciendo: “Gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días”. (Job 42:16, 17.) Jehová Dios prolongó milagrosamente la vida de Job.

      21. ¿Cómo nos beneficia el relato bíblico de Job, y qué debemos estar resueltos a hacer?

      21 El relato bíblico de Job nos hace más conscientes de los ardides de Satanás y nos ayuda a comprender la relación entre la soberanía universal y la integridad de los seres humanos. Al igual que Job, todos los que amamos a Dios seremos sometidos a prueba. Pero podemos aguantar como él. Job superó sus pruebas con fe y esperanza, y recibió abundantes galardones. Los siervos de Jehová hoy día tenemos verdadera fe y esperanza. ¡Y qué magnífica esperanza ha puesto ante cada uno de nosotros el Gran Remunerador! Tener presente el galardón celestial ayudará a los ungidos a servir lealmente a Dios durante el resto de su vida terrenal. Muchos de los que tienen la perspectiva de vivir en la Tierra nunca morirán, y los que mueran serán recompensados con una resurrección en el Paraíso terrestre junto con Job. Con esta esperanza verdadera en la mente y el corazón, que todos los que amamos a Dios probemos que Satanás es un mentiroso al ponernos firmemente de parte de Jehová como siervos íntegros y fieles apoyadores de su soberanía universal.

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