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Libro bíblico número 43: Juan“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Escritor: El apóstol Juan
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Libro bíblico número 43: Juan“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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1. ¿Qué muestran las Escrituras respecto a la estrecha asociación de Juan con Jesús?
LOS registros de los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas habían estado en circulación durante más de 30 años y habían llegado a ser muy apreciados por los cristianos del primer siglo como las obras de hombres inspirados por espíritu santo. Ahora, al aproximarse el fin del siglo y menguar el número de los que habían estado con Jesús, bien pudiera haber surgido la pregunta: ¿Quedaba algo por decir todavía? ¿Había todavía alguien que, de sus recuerdos personales, pudiera suministrar detalles preciosos sobre el ministerio de Jesús? Sí, había alguien. Juan, ahora de edad avanzada, había sido particularmente bendecido en su asociación con Jesús. Parece que estuvo entre los primeros discípulos de Juan el Bautizante presentados al Cordero de Dios, y fue uno de los primeros cuatro hombres a quienes el Señor invitó a acompañarlo en el ministerio de tiempo completo. (Juan 1:35-39; Mar. 1:16-20.) Juan continuó en asociación íntima con Jesús durante todo su ministerio y fue el discípulo a quien ‘Jesús amaba’ que se reclinó ante el seno de Jesús en la última Pascua. (Juan 13:23; Mat. 17:1; Mar. 5:37; 14:33.) Juan estuvo presente en la desgarradora escena de la ejecución, donde Jesús le encomendó el cuidado de su madre carnal, y fue quien se adelantó a Pedro cuando ambos corrieron a la tumba para investigar el informe de que Jesús había resucitado. (Juan 19:26, 27; 20:2-4.)
2. ¿Cómo se equipó y activó a Juan para que escribiera su Evangelio, y con qué propósito?
2 Madurado por casi 70 años de ministerio activo, y fortalecido por visiones y meditaciones en su reciente encarcelamiento solitario en la isla de Patmos, Juan estaba bien equipado para escribir sobre cosas que por mucho tiempo había guardado en el corazón. Espíritu santo ahora le activó la mente para que recordara y pusiera por escrito muchos de aquellos dichos preciosos, dadores de vida, para que todo el que leyera ‘creyera que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y que, por creer, tuviera vida por medio del nombre de Jesús’. (Juan 20:31.)
3, 4. ¿Qué prueba externa e interna hay: a) de la canonicidad del Evangelio, y b) de que Juan fue el escritor?
3 Los cristianos que vivían a principios del siglo II aceptaron a Juan como el escritor de este relato y también consideraron este escrito como parte indisputable del canon de las Escrituras inspiradas. Clemente de Alejandría, Ireneo, Tertuliano y Orígenes, todos los cuales eran de fines del siglo II y principios del III, testifican que Juan fue el escritor. Además, en el libro mismo se puede hallar mucha prueba interna de que Juan fue el escritor. Es obvio que el escritor era judío y que conocía bien las costumbres y el país de los judíos (2:6; 4:5; 5:2; 10:22, 23). La intimidad misma del relato indica que el escritor no era solamente apóstol, sino también uno del círculo íntimo de tres —Pedro, Santiago y Juan— que acompañó a Jesús en ocasiones especiales. (Mat. 17:1; Mar. 5:37; 14:33.) De estos se elimina a Santiago (el hijo de Zebedeo) porque fue martirizado por Herodes Agripa I alrededor de 44 E.C., mucho antes de que se escribiera este libro. (Hech. 12:2.) Pedro queda excluido porque en Juan 21:20-24 se dice que estaba con el escritor.
4 En esos versículos finales se dice que el escritor era el discípulo “a quien Jesús amaba”, y varias veces en el registro se usan esta y otras expresiones similares, aunque en ningún lugar se da el nombre del apóstol Juan. En esta porción se indica que Jesús dijo de él: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso?”. (Juan 21:20, 22.) Esto da a entender que el discípulo al que se hacía referencia sobreviviría por mucho a Pedro y los demás apóstoles. Todo esto cuadra con el apóstol Juan. Es interesante que Juan, después de haber recibido la visión apocalíptica de la venida de Jesús, concluye esa notable profecía de Revelación con las palabras: “¡Amén! Ven, Señor Jesús”. (Rev. 22:20.)
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Libro bíblico número 43: Juan“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Las buenas nuevas “según Juan” son en gran parte suplementarias; el 92% es información nueva que no se considera en los otros tres Evangelios. Aun así, Juan termina con estas palabras: “Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran” (21:25).
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