-
Hambre mortífera en tiempo de abundanciaLa Atalaya 1987 | 1 de mayo
-
-
Pero para cuando se llamó a José para que desempeñara su importante papel, Jehová ya lo había adiestrado y perfeccionado en cuanto a las cualidades que lo capacitaban. Respecto a su juventud, el relato dice: “José, a los diecisiete años de edad, se hallaba cuidando ovejas con sus hermanos entre el rebaño, y, puesto que solo era un muchacho, estaba con los hijos de Bilhá y los hijos de Zilpá, las esposas de su padre. Así que José llevó un mal informe acerca de ellos a su padre”. (Génesis 37:2.) Mostró lealtad a los intereses de su padre tal como Jesús desplegó lealtad inquebrantable al dar atención al rebaño de su Padre en medio de una “generación falta de fe y aviesa”. (Mateo 17:17, 22, 23.)
-
-
Hambre mortífera en tiempo de abundanciaLa Atalaya 1987 | 1 de mayo
-
-
Llegó un tiempo en que los hermanos de José estuvieron atendiendo ovejas cerca de Siquem. El padre de José estaba debidamente preocupado, porque había sido allí donde Siquem había violado a Dina, por lo cual Simeón y Leví, con sus hermanos, habían matado a los hombres de aquella ciudad. Jacob le pidió a José que fuera allá y se enterara de cómo les iba y le diera un informe. A pesar de la aversión que le tenían sus hermanos, José inmediatamente salió a buscarlos. De igual manera, Jesús aceptó gustosamente la asignación que Jehová le dio aquí en la Tierra, aunque aquello significaría para él gran sufrimiento mientras se le perfeccionaba como el Agente Principal de la salvación. En su aguante, ¡qué excelente dechado llegó a ser Jesús para todos nosotros! (Génesis 34:25-27; 37:12-17; Hebreos 2:10; 12:1, 2.)
-
-
Hambre mortífera en tiempo de abundanciaLa Atalaya 1987 | 1 de mayo
-
-
José fue llevado a Egipto, y allí fue vendido a un egipcio llamado Potifar, jefe de la guardia de corps de Faraón. Jehová resultó estar con José, quien continuó viviendo en armonía con los excelentes principios que su padre había inculcado en él, hasta cuando estaba lejos de la casa de su padre. José no abandonó la adoración de Jehová. Su amo, Potifar, llegó a apreciar las cualidades sobresalientes de José y lo colocó sobre toda su casa. Jehová siguió bendiciendo a la casa de Potifar debido a José. (Génesis 37:36; 39:1-6.)
16, 17. a) ¿Cómo se encaró José con otra prueba de integridad? b) ¿Quién estaba dirigiendo los asuntos según la experiencia de José en la prisión?
16 Allí fue donde la esposa de Potifar trató de seducir a José. Él siguió rechazándola. Cierto día ella se agarró de él por su prenda de vestir, pero él huyó y dejó aquella prenda en las manos de ella. Aquella mujer acusó a José, delante de Potifar, de tratar de cometer inmoralidad con ella, y Potifar hizo que José fuera arrojado en prisión. Por un tiempo le pusieron grilletes de hierro. Pero a través de las adversidades que experimentó en la prisión José continuó demostrando que era un hombre de integridad.
-