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¿Le gustaría recuperar su privilegio de servicio?La Atalaya 2009 | 15 de agosto
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Cuando alguien pierde sus privilegios, rara vez le es posible recuperarlos todos a la vez. Por lo general, los va recuperando poco a poco. Si usted acepta las tareas que se le encargan y las cumple lo mejor que pueda, seguro que se le irán confiando más responsabilidades. Claro, este no es un camino fácil; habrá obstáculos que superar. Pero si pone todo su empeño y persevera, con el tiempo verá el resultado.
Veamos ahora el ejemplo de José, el hijo de Jacob. Cuando tenía 17 años de edad, sus hermanos lo vendieron como esclavo (Gén. 37:2, 26-28). Sin duda, él no esperaba que los hijos de su padre lo trataran así. No obstante, siguió adelante a pesar de sus circunstancias, y gracias a la bendición de Jehová, “vino a estar sobre la casa de su amo” (Gén. 39:2). Posteriormente, José fue encarcelado, pero también entonces se mantuvo fiel, y Jehová siempre le dio su favor. Con el tiempo llegó a tener diversas responsabilidades en la prisión donde estaba (Gén. 39:21-23).
José no sabía que todos sus sufrimientos tenían un propósito. Él se limitó a hacer las cosas lo mejor que podía. Pero gracias a ello, Jehová lo utilizó para preservar la línea genealógica de la que vendría la Descendencia prometida (Gén. 3:15; 45:5-8). Aunque nosotros difícilmente vamos a desempeñar un papel tan importante como el de José, el relato bíblico nos enseña que Jehová interviene en los privilegios que reciben sus siervos. Por eso debemos imitar a José y estar siempre listos para que Dios nos utilice.
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¿Le gustaría recuperar su privilegio de servicio?La Atalaya 2009 | 15 de agosto
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Tenga paciencia y una buena actitud. Por todo lo que vivió, José fácilmente podría haber albergado odio y deseos de venganza. Pero en vez de eso, actuó con perspicacia y misericordia (Gén. 50:15-21). Si usted se siente descorazonado, tenga paciencia, manifieste una buena actitud y deje que Jehová le enseñe.
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