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Sirvamos en “la parte final de los días”Dios nos habla mediante Jeremías
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Curiosamente, en el año trece de Josías (647), Jeremías recibió la comisión de ser profeta de Dios.
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Sirvamos en “la parte final de los días”Dios nos habla mediante Jeremías
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El rey Josías redobló sus esfuerzos por erradicar todo vestigio de idolatría, lo cual lo llevó a internarse en el territorio que en su día había ocupado el reino de Israel y derribar el lugar alto y el altar de Betel. También mandó celebrar una memorable fiesta de la Pascua (2 Rey. 23:4-25). ¡Cuánto debió de complacer esto a Jeremías! Sin embargo, no resultó nada fácil mover a la gente a hacer cambios. Manasés y Amón habían inducido al pueblo a la degradada veneración de ídolos, por lo que su espiritualidad estaba de capa caída. A pesar de las reformas de Josías, Dios impulsó a Jeremías a señalar que los dioses de Judá todavía eran tan numerosos como sus ciudades. Los compatriotas del profeta bien podían asemejarse a una esposa infiel: habían abandonado a Jehová y se habían prostituido con dioses extranjeros. De ahí que Jeremías declarara: “Son tantos como el número de las calles de Jerusalén los altares que ustedes han puesto para la cosa vergonzosa, altares para hacer humo de sacrificio a Baal” (léase Jeremías 11:1-3, 13).
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