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La lucha contra el nombre divino¡Despertad! 2004 | 22 de enero
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La Encyclopaedia Judaica indica que “la negativa a pronunciar el nombre YHWH [...] se debía a una interpretación errónea del tercer mandamiento”. Dicho precepto del Decálogo, que Dios otorgó a los israelitas, estipulaba: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna, porque Jehová no dejará sin castigo al que tome su nombre de manera indigna” (Éxodo 20:7). Como vemos, se tergiversó este decreto divino contra el uso indebido del nombre y se convirtió en una superstición.
Seguramente ya nadie afirma que Dios dispone la muerte en la hoguera para quien haya pronunciado Su santo nombre. Con todo, perviven muchas supersticiones judías al respecto. Para ilustrarlo, en ciertos sectores aún es frecuente referirse al Tetragrámaton como el “Nombre Inefable” o el “Nombre Impronunciable”. Para no ir en contra de la tradición, en algunos círculos se deforman a propósito todos los vocablos referentes al Altísimo. Por ejemplo, Jah (Yah), que es una abreviación del nombre personal de Dios, se lee como si dijera “Kah”, y aleluya, “aleluka”. Hay incluso quienes no escriben entero el sustantivo español Dios y reemplazan una o más letras por un guión o un apóstrofo. Así, ponen “D-s” o “D’s”.
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La lucha contra el nombre divino¡Despertad! 2004 | 22 de enero
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se basa exclusivamente en las tradiciones humanas y no en las enseñanzas de la Biblia. “La Torá no contiene ni una sola indicación de que esté prohibido pronunciar el Nombre divino. Por el contrario, resulta evidente por las Escrituras que era habitual hacer mención de él”, explica el investigador judío Tracey R. Rich, autor de la página de Internet Judaism 101.
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