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  • Jehová, el imparcial “Juez de toda la tierra”
    La Atalaya 1992 | 1 de julio
    • Jehová, el imparcial “Juez de toda la tierra”

      “[El] Padre [...] juzga imparcialmente según la obra de cada cual.” (1 PEDRO 1:17.)

      1, 2. a) ¿Por qué debe infundirnos temor y aliento el pensamiento de que Jehová es el gran Juez? b) En la causa judicial de Jehová contra las naciones, ¿qué papel desempeñan sus siervos terrestres?

      JEHOVÁ es el gran “Juez de toda la tierra”. (Génesis 18:25.) Como el Dios Supremo del universo, tiene el derecho incondicional de juzgar a sus criaturas. Este es un pensamiento inspirador de temor y al mismo tiempo alentador. Moisés expresó de modo conmovedor esa aparente paradoja al decir: “Jehová su Dios es el Dios de dioses y el Señor de señores, el Dios grande, poderoso e inspirador de temor, que no trata a nadie con parcialidad ni acepta soborno, que ejecuta juicio para el huérfano de padre y la viuda y que ama al residente forastero para darle pan y un manto”. (Deuteronomio 10:17, 18.)

      2 ¡Qué equilibrio impresionante! Un Dios grande, poderoso, inspirador de temor, pero imparcial y defensor amoroso de los intereses de huérfanos, viudas y residentes forasteros. ¿Quién pudiera desear un Juez más amoroso que Jehová? Al describirse en una causa judicial contra las naciones del mundo de Satanás, Jehová pide a sus siervos en la Tierra que sean sus testigos. (Isaías 34:8; 43:9-12.) No depende del testimonio de ellos para probar su divinidad y su legítima soberanía. Pero otorga a sus testigos el extraordinario privilegio de testificar ante toda la humanidad que ellos reconocen la supremacía de él. Sus testigos se someten a Su justa soberanía y, mediante el ministerio público que efectúan, impelen a otras personas a sujetarse a la autoridad del Juez Supremo.

      La manera de juzgar de Jehová

      3. ¿Cómo pudiera resumirse la manera de juzgar de Jehová, y cómo se ilustró esta en el caso de Adán y Eva?

      3 Durante la historia primitiva de la humanidad, Jehová juzgó personalmente a ciertos ofensores. Esos ejemplos de su manera de manejar asuntos judiciales fijaron el modelo para los siervos suyos que más tarde serían responsables de conducir procesos jurídicos entre su pueblo. (Salmo 77:11, 12.) Su manera de juzgar pudiera resumirse así: firmeza cuando es necesaria; misericordia cuando es posible. En el caso de Adán y Eva, criaturas humanas perfectas que se habían rebelado voluntariosamente, ellos no merecían ninguna misericordia. Por consiguiente, Jehová los condenó a muerte. Pero manifestó misericordia para con la prole de ellos. Jehová aplazó la ejecución de la sentencia de muerte, y así permitió que Adán y Eva tuvieran hijos. Dio amorosamente a los descendientes de ellos la esperanza de alcanzar liberación del cautiverio al pecado y la muerte. (Génesis 3:15; Romanos 8:20, 21.)

      4. ¿Cómo trató Jehová con Caín, y por qué es de interés especial este caso?

      4 La manera como Jehová trató con Caín es de interés especial porque es el primer caso registrado en que estuvo implicado uno de los descendientes imperfectos —‘vendidos bajo el pecado’— de Adán y Eva. (Romanos 7:14.) ¿Tomó eso en cuenta Jehová y trató con Caín de modo diferente de como lo hizo con los padres de él? ¿Y podría ese caso dar una lección a los superintendentes cristianos hoy día? Veamos. Tras percibir la reacción incorrecta de Caín cuando no se aceptó favorablemente su sacrificio, Jehová le advirtió de manera amorosa del peligro en que estaba. Un viejo proverbio dice: ‘Más vale precaver que tener que lamentar’. Jehová hizo cuanto pudo mediante advertir a Caín lo que pasaría si permitía que su tendencia pecaminosa lograra el dominio sobre él. Procuró ayudarlo a ‘dirigirse a hacer lo bueno’. (Génesis 4:5-7.) Esa es la primera vez que Dios exhortó a una criatura humana pecaminosa a arrepentirse. Después que Caín desplegó una actitud impenitente y cometió su crimen, Jehová lo condenó al destierro y templó esto con un decreto que prohibía que otras criaturas humanas lo mataran. (Génesis 4:8-15.)

      5, 6. a) ¿Cómo obró Jehová para con la generación antediluviana? b) ¿Qué hizo Jehová antes de ejecutar juicio contra los habitantes de Sodoma y Gomorra?

      5 Antes del Diluvio, cuando ‘Jehová vio que la maldad del hombre abundaba en la tierra, se sintió herido en el corazón’. (Génesis 6:5, 6.) “Sintió pesar” en la medida en que se lamentó de que la mayor parte de la generación antediluviana hubiera usado mal su libre albedrío y que él tuviera que ejecutar juicio contra ellos. Sin embargo, les dio debida advertencia al utilizar a Noé por muchos años como “predicador de justicia”. Más tarde Jehová no tuvo ningún motivo para ‘contenerse de castigar a aquel mundo de gente impía’. (2 Pedro 2:5.)

      6 Jehová también se vio obligado a manejar una causa judicial contra los habitantes corruptos de Sodoma y Gomorra. Pero note cómo obró. Él había oído un “clamor de queja” respecto a la escandalosa conducta de aquellas personas, por lo menos mediante las oraciones del justo Lot. (Génesis 18:20; 2 Pedro 2:7, 8.) Pero antes de actuar, ‘bajó’ para comprobar los hechos por medio de sus ángeles. (Génesis 18:21, 22; 19:1.) También apartó tiempo para asegurar de nuevo a Abrahán que no actuaría injustamente. (Génesis 18:23-32.)

      7. ¿Qué lecciones pueden recibir los ancianos que sirven en comités judiciales al considerar varios ejemplos de la manera de juzgar de Jehová?

      7 ¿Qué pueden aprender de esos ejemplos los ancianos hoy día? En el caso de Adán y Eva, Jehová mostró amor y consideración a los que no tenían culpa de lo ocurrido, aunque estaban emparentados con los culpables. Manifestó misericordia para con los descendientes de Adán y Eva. En el caso de Caín, Jehová previó el peligro en que estaba Caín y razonó bondadosamente con él, tratando de prevenir que pecara. Aun después que lo desterró, Jehová mostró consideración a Caín. Además, Jehová ejecutó juicio contra la generación antediluviana solo después de manifestar mucho aguante y paciencia. Ante la iniquidad obstinada, Jehová “se sintió herido en el corazón”. Se lamentó de que los hombres se rebelaran contra su justa gobernación y que él se viera obligado a juzgarlos de modo desfavorable. (Génesis 6:6; compárese con Ezequiel 18:31; 2 Pedro 3:9.) En el caso de Sodoma y Gomorra, Jehová actuó únicamente después de comprobar los hechos. ¡Qué ejemplos excelentes para los que en la actualidad tienen que manejar causas judiciales!

      Jueces humanos de tiempos patriarcales

      8. ¿Qué leyes fundamentales de Jehová se conocían en tiempos patriarcales?

      8 Aunque parece que no había un código escrito en aquel tiempo, la sociedad patriarcal estaba familiarizada con las leyes fundamentales de Jehová, y sus siervos tenían la obligación de observarlas. (Compárese con Génesis 26:5.) El drama que se desarrolló en Edén había mostrado que hay que manifestar obediencia y sumisión a la soberanía de Jehová. El caso de Caín había revelado que Jehová desaprueba el asesinato. Inmediatamente después del Diluvio, Dios suministró a la humanidad ciertas leyes tocante a la santidad de la vida, el asesinato, la pena capital y el comer sangre. (Génesis 9:3-6.) Jehová condenó vigorosamente el adulterio cuando ocurrió el suceso en que estuvieron implicados Abrahán, Sara y Abimélec, rey de Guerar, cerca de Gaza. (Génesis 20:1-7.)

      9, 10. ¿Qué ejemplos muestran que existía un sistema judicial en la sociedad patriarcal?

      9 En aquellos días los cabezas de familia obraban como jueces y manejaban los problemas judiciales. Acerca de Abrahán, Jehová declaró: “He llegado a conocerlo a fin de que dé mandato a sus hijos y a su casa después de él de modo que verdaderamente guarden el camino de Jehová para hacer justicia y juicio”. (Génesis 18:19.) Abrahán manifestó altruismo y discernimiento al resolver una riña entre sus propios manaderos y los de Lot. (Génesis 13:7-11.) Judá obró como cabeza patriarcal y juez cuando condenó a su nuera Tamar a ser lapidada y quemada, por creer que era adúltera. (Génesis 38:11, 24; compárese con Josué 7:25.) No obstante, cuando conoció todos los hechos, la declaró más justa que él mismo. (Génesis 38:25, 26.) ¡Qué importante es conocer todos los hechos antes de tomar una decisión judicial!

      10 El libro de Job alude a un sistema judicial y muestra lo deseable de que se juzgue con imparcialidad. (Job 13:8, 10; 31:11; 32:21.) Job mismo recuerda el tiempo en que era un juez respetado que se sentaba junto a la puerta de la ciudad para administrar justicia y defender la causa de la viuda y del huérfano de padre. (Job 29:7-16.) Por lo tanto, hay prueba de que “ancianos” obraban como jueces entre los descendientes de Abrahán en la sociedad patriarcal aun antes del Éxodo y la constitución legal que Dios suministró a la nación de Israel. (Éxodo 3:16, 18.) De hecho, Moisés presentó las condiciones del pacto de la Ley a los “ancianos” u hombres mayores de Israel, quienes representaban al pueblo. (Éxodo 19:3-7.)

      El sistema judicial de Israel

      11, 12. Según dos escriturarios, ¿qué distinguió al sistema judicial de Israel del que tenían otras naciones?

      11 La administración de la justicia en Israel era muy diferente de los procedimientos legales que se seguían en las naciones circundantes. No había distinción entre el derecho civil y el derecho penal. Ambos estaban entrelazados con las leyes morales y religiosas. Una ofensa contra el semejante de uno era una ofensa contra Jehová. En el libro The People and the Faith of the Bible (El pueblo y la fe de la Biblia), el autor André Chouraqui escribe: “La tradición jurídica de los hebreos difiere de la de sus vecinos no solo en su definición de las transgresiones y penas, sino en el espíritu mismo de las leyes. [...] La Tora [Ley] no es distinta de la vida cotidiana; domina la naturaleza y la sustancia de la vida cotidiana por medio de otorgar bendición o maldición. [...] En Israel [...] casi es imposible hacer una distinción clara en las actividades jurídicas de la ciudad. Estas estaban ocultas en la unidad de una vida orientada completamente hacia el cumplimiento de la voluntad del Dios vivo”.

      12 Esa situación extraordinaria colocó la administración de la justicia en Israel en un nivel mucho más elevado que la administración de la justicia en las naciones contemporáneas. El escriturario Roland de Vaux escribe: “La ley israelita, a pesar de las semejanzas de forma y de contenido, difiere fundamentalmente de las cláusulas de los ‘tratados’ y de los artículos de los ‘códigos’ orientales. Es una ley religiosa. [...] Ningún código oriental es comparable a la ley israelita, toda ella vinculada a Dios como a su autor. Si contiene y mezcla frecuentemente prescripciones éticas y rituales, es porque abarca todo el dominio de la alianza divina [o el pacto divino] que regula no sólo las relaciones de los hombres para con Dios, sino también las relaciones de los hombres entre sí”. No es de extrañar que Moisés preguntara: “[¿]Qué gran nación hay que tenga disposiciones reglamentarias y decisiones judiciales justas como toda esta ley que estoy poniendo delante de ustedes hoy?”. (Deuteronomio 4:8.)

      Los jueces de Israel

      13. ¿En qué aspectos fue Moisés un ejemplo excelente para los ancianos en la actualidad?

      13 Con un elevado sistema judicial como ese, ¿qué clase de hombre hacía falta para que obrara como juez? Del mismísimo primer juez nombrado de Israel, la Biblia dice: “El hombre Moisés era con mucho el más manso de todos los hombres que había sobre la superficie del suelo”. (Números 12:3.) No confiaba demasiado en sí mismo. (Éxodo 4:10.) Aunque se requería que juzgara al pueblo, en ocasiones se convirtió en su defensor ante Jehová al suplicarle que los perdonara y hasta al ofrecerse para sacrificarse por ellos. (Éxodo 32:11, 30-32.) Declaró poéticamente: “Destilará como el rocío mi dicho, como suaves lluvias sobre la hierba y como copiosos chaparrones sobre la vegetación”. (Deuteronomio 32:2.) Lejos de juzgar al pueblo apoyándose en su propia sabiduría, dijo: “En caso de que se les suscite una causa, esta tiene que venir a mí y yo tengo que juzgar entre una parte y la otra, y tengo que dar a conocer las decisiones del Dios verdadero y sus leyes”. (Éxodo 18:16.) Cuando tenía dudas, presentaba el asunto a Jehová. (Números 9:6-8; 15:32-36; 27:1-11.) Moisés fue un ejemplo excelente para los ancianos que en la actualidad ‘pastorean el rebaño de Dios’ y toman decisiones judiciales. (Hechos 20:28.) Que la relación que tienen con sus hermanos resulte ser también “como suaves lluvias sobre la hierba”.

      14. ¿Qué requisitos espirituales satisficieron los hombres a quienes Moisés nombró como jueces de Israel?

      14 Con el tiempo Moisés no pudo llevar por sí solo la carga de manejar los casos judiciales del pueblo. (Éxodo 18:13, 18.) Así que aceptó la sugerencia de su suegro respecto a conseguir ayuda. De nuevo, ¿a qué clase de hombres se escogió? Leemos: “[‘Selecciona] de entre todo el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, hombres dignos de confianza, que odien la ganancia injusta[’.] [...] Y Moisés procedió a escoger a hombres capaces de entre todo Israel y a darles puestos como cabezas sobre el pueblo, como jefes de millares, jefes de centenas, jefes de cincuentenas y jefes de decenas. Y ellos juzgaban a la gente en toda ocasión apropiada. La causa que fuera difícil se la traían a Moisés, pero toda causa pequeña ellos mismos la manejaban como jueces”. (Éxodo 18:21-26.)

      15. ¿Qué requisitos satisficieron los que sirvieron de jueces en Israel?

      15 Puede verse que la edad no fue el único criterio para seleccionar a hombres con el fin de que obraran como jueces. Moisés declaró: “Consigan de sus tribus hombres sabios y discretos y experimentados, para que yo los establezca como cabezas sobre ustedes”. (Deuteronomio 1:13.) Moisés estaba bien familiarizado con lo que el joven Elihú había dicho muchos años antes: “No son los que simplemente abundan en días los que resultan sabios, ni los que simplemente son viejos los que entienden el juicio”. (Job 32:9.) Los que fueran nombrados ciertamente tenían que ser ‘hombres experimentados’. Pero, sobre todo, tenían que ser hombres capaces, temerosos de Dios, dignos de confianza, que odiaran la ganancia injusta y que fueran sabios y discretos. Por consiguiente, parece evidente que los “cabezas” y “jueces” que se mencionan en Josué 23:2 y Jos 24:1 no fueron distintos de “los ancianos” que se mencionan en esos mismos versículos, sino que fueron escogidos de entre ellos. (Véase Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, página 135.)

      Administración de la justicia

      16. ¿Qué debemos notar hoy día respecto a las instrucciones que Moisés dio a los jueces recién nombrados?

      16 En cuanto a las instrucciones que recibieron aquellos jueces nombrados, Moisés dijo: “Proseguí a mandar a sus jueces en aquel tiempo en particular, y dije: ‘Al celebrar audiencia entre sus hermanos, tienen que juzgar con justicia entre un hombre y su hermano o su residente forastero. No deben ser parciales en el juicio. Deben oír al pequeño lo mismo que al grande. No deben atemorizarse a causa de un hombre, porque el juicio pertenece a Dios; y la causa que sea demasiado difícil para ustedes, deben presentármela [a mí, Moisés], y yo tendré que oírla’”. (Deuteronomio 1:16, 17.)

      17. ¿Quiénes fueron nombrados jueces, y qué advertencia les dio el rey Jehosafat?

      17 Por supuesto, podía llevarse una causa a Moisés únicamente mientras él estuviera vivo. De modo que se adoptaron otras medidas para que las causas difíciles se refirieran a sacerdotes, levitas y a jueces nombrados especialmente para ello. (Deuteronomio 17:8-12; 1 Crónicas 23:1-4; 2 Crónicas 19:5, 8.) A los jueces que nombró en las ciudades de Judá, el rey Jehosafat declaró: “Vean lo que hacen, porque no es para el hombre que ustedes juzgan, sino que es para Jehová [...] Así es como deben hacer en el temor de Jehová con fidelidad y con corazón completo. En cuanto a toda causa judicial que venga a ustedes de sus hermanos que moran en sus ciudades, [...] ustedes tienen que advertirles para que no obren mal contra Jehová y no tenga que haber indignación contra ustedes y contra sus hermanos. Así es como deben hacer para que no incurran en culpa”. (2 Crónicas 19:6-10.)

      18. a) ¿Cuáles eran algunos de los principios que tenían que aplicar los jueces de Israel? b) ¿Qué tenían que recordar los jueces, y qué textos bíblicos muestran las consecuencias de que olvidaran eso?

      18 Entre los principios que los jueces de Israel tenían que aplicar estaban estos: igual justicia para los ricos que para los pobres (Éxodo 23:3, 6; Levítico 19:15); absoluta imparcialidad (Deuteronomio 1:17); no aceptar sobornos. (Deuteronomio 16:18-20.) Los jueces tenían que recordar de continuo que las personas a quienes juzgaban eran ovejas de Jehová. (Salmo 100:3.) De hecho, una de las razones por las que Jehová rechazó al Israel carnal fue que sus sacerdotes y pastores no juzgaban con justicia y trataban a la gente con dureza. (Jeremías 22:3, 5, 25; 23:1, 2; Ezequiel 34:1-4; Malaquías 2:8, 9.)

      19. ¿De qué provecho es para nosotros este examen de las normas de justicia de Jehová antes de la era común, y qué se considerará en el artículo que sigue?

      19 Jehová no cambia. (Malaquías 3:6.) Este breve repaso de la manera como debió haberse administrado el juicio en Israel y cómo consideró Jehová cualquier denegación de justicia debe poner a pensar a los ancianos que en la actualidad son responsables de tomar decisiones judiciales. El ejemplo de Jehová como Juez y el sistema judicial que él instituyó en Israel establecieron principios que fijaron el modelo para la administración de la justicia dentro de la congregación cristiana. Vamos a ver esto en el artículo que sigue.

  • Ancianos, juzguen con justicia
    La Atalaya 1992 | 1 de julio
    • Ancianos, juzguen con justicia

      “Al celebrar audiencia entre sus hermanos, tienen que juzgar con justicia.” (DEUTERONOMIO 1:16.)

      1. ¿Cómo se ha delegado autoridad respecto al asunto de juzgar, y qué significa eso para los jueces humanos?

      JEHOVÁ, como Juez Supremo, ha delegado autoridad judicial a su Hijo. (Juan 5:27.) A su vez, Cristo, como Cabeza de la congregación cristiana, utiliza a la clase del esclavo fiel y discreto y su Cuerpo Gobernante para hacer nombramientos de ancianos, quienes en ocasiones tienen que servir de jueces. (Mateo 24:45-47; 1 Corintios 5:12, 13; Tito 1:5, 9.) Como jueces sustitutos, los ancianos están obligados a seguir con sumo cuidado y atención el ejemplo de los Jueces celestiales: Jehová y Cristo Jesús.

      Cristo: el Juez ejemplar

      2, 3. a) ¿Qué profecía mesiánica revela las cualidades de Cristo como Juez? b) ¿Qué puntos son especialmente dignos de notar?

      2 Respecto a Cristo como Juez, se había profetizado: “Sobre él tiene que asentarse el espíritu de Jehová, el espíritu de sabiduría y de entendimiento, el espíritu de consejo y de poderío, el espíritu de conocimiento y del temor de Jehová; y habrá disfrute por él en el temor de Jehová. Y él no juzgará por la mera apariencia de las cosas a sus ojos, ni censurará simplemente según lo que oigan sus oídos. Y con justicia tiene que juzgar a los de condición humilde, y con rectitud tiene que administrar censura a favor de los mansos de la tierra”. (Isaías 11:2-4.)

      3 Note en esa profecía las cualidades que capacitan a Cristo para “juzgar la tierra habitada con justicia”. (Hechos 17:31.) Juzga de acuerdo con el espíritu de Jehová, la sabiduría divina, el entendimiento, el consejo y el conocimiento. Además, note que juzga en el temor de Jehová. Por eso “el tribunal del Cristo” es, representativamente, “el tribunal de Dios”. (2 Corintios 5:10; Romanos 14:10.) Se asegura de juzgar los asuntos como Dios los juzga. (Juan 8:16.) No juzga simplemente por la apariencia de las cosas ni según meros rumores. Juzga con rectitud a favor de los mansos y los de condición humilde. ¡Qué maravilloso Juez! ¡Y qué excelente ejemplo para los humanos imperfectos que tienen que obrar en capacidad judicial hoy día!

      Jueces terrestres

      4. a) ¿Cuál será una de las funciones de los 144.000 durante el Reinado Milenario de Cristo? b) ¿Qué profecía muestra que algunos cristianos ungidos serían nombrados jueces mientras aún estuvieran en la Tierra?

      4 Las Escrituras indican que el grupo relativamente pequeño de cristianos ungidos, empezando con los 12 apóstoles, serán jueces asociados con Cristo Jesús durante el Milenio. (Lucas 22:28-30; 1 Corintios 6:2; Revelación 20:4.) Un resto de los miembros ungidos del Israel espiritual en la Tierra fueron en sí juzgados y rehabilitados en 1918-1919. (Malaquías 3:2-4.) En cuanto a esa rehabilitación del Israel espiritual, se había profetizado: “Traeré de vuelta otra vez jueces para ti como al principio, y consejeros para ti como al comienzo”. (Isaías 1:26.) Así, tal como había hecho “al comienzo” del Israel carnal, Jehová ha provisto jueces y consejeros justos para el resto rehabilitado.

      5. a) ¿A quiénes se ‘puso por jueces’ después de la rehabilitación del Israel espiritual, y cómo se les describe en el libro de Revelación? b) ¿Quiénes ayudan ahora a los superintendentes ungidos en la obra judicial, y cómo se les adiestra para ser mejores jueces?

      5 En primer lugar, los ‘sabios’ a quienes se ‘puso por jueces’ fueron todos hombres mayores, o ancianos ungidos. (1 Corintios 6:4, 5.) En el libro de Revelación se describe a los fieles y respetados superintendentes ungidos como si estuvieran en la mano derecha de Jesús, es decir, bajo su control y dirección. (Revelación 1:16, 20; 2:1.) Desde 1935 los ungidos han recibido el apoyo leal de una “gran muchedumbre” de personas que sigue aumentando en número, cuya esperanza es sobrevivir a “la gran tribulación” y vivir para siempre en una Tierra paradisíaca. (Revelación 7:9, 10, 14-17.) A medida que se acercan “las bodas del Cordero”, más y más miembros de ese grupo son nombrados por el Cuerpo Gobernante ungido para servir de ancianos y jueces en las más de 66.000 congregaciones de los testigos de Jehová por toda la Tierraa. (Revelación 19:7-9.) Estos reciben entrenamiento mediante escuelas especiales para encargarse de responsabilidades en la sociedad de la “nueva tierra”. (2 Pedro 3:13.) La Escuela del Ministerio del Reino, que se condujo a fines de 1991 en muchos países, dio énfasis al manejo apropiado de casos judiciales. Los ancianos que sirven de jueces tienen el deber de imitar a Jehová y Cristo Jesús, cuyos juicios son verdaderos y justos. (Juan 5:30; 8:16; Revelación 19:1, 2.)

      Jueces que ‘se comportan con temor’

      6. ¿Por qué deben ‘comportarse con temor’ los ancianos que sirven en comités judiciales?

      6 Si Cristo mismo juzga en el temor de Jehová y con la ayuda de Su espíritu, ¡con cuánta más razón deben hacerlo los ancianos imperfectos! Cuando se les asigna a servir en un comité judicial, ellos tienen que ‘comportarse con temor’ e ‘invocar al Padre que juzga imparcialmente’ para que les ayude a juzgar con justicia. (1 Pedro 1:17.) Deben recordar que están tratando con la vida de las personas, con sus “almas”, como quienes “han de rendir cuenta”. (Hebreos 13:17.) En vista de esto, de seguro tendrán también que responder a Jehová por cualesquiera errores judiciales evitables que cometan. En su comentario sobre Hebreos 13:17, J. H. A. Ebrard escribió: “El deber del pastor es velar por las almas encomendadas a su cuidado, y [...] tiene que rendir cuenta por todas ellas, también por las que se hayan perdido por culpa de él. Esta es una palabra solemne. Que todo ministro de la palabra tenga en cuenta que ha emprendido voluntariamente este oficio tremendamente responsable”. (Compárese con Juan 17:12; Santiago 3:1.)

      7. a) ¿Qué deben tener presente los jueces del día moderno, y cuál debe ser su objetivo? b) ¿Qué lecciones deben derivar los ancianos de lo que dice Mateo 18:18-20?

      7 Los ancianos que obran en capacidad judicial deben tener presente que los verdaderos Jueces de cada caso son Jehová y Cristo Jesús. Recuerden que a los jueces de Israel se les dijo: “No es para el hombre que ustedes juzgan, sino que es para Jehová; y él está con ustedes en el asunto de juicio. Y ahora, que el pavor de Jehová llegue a estar sobre ustedes. [...] Así es como deben hacer para que [ustedes] no incurran en culpa”. (2 Crónicas 19:6-10.) Con temor reverente, los ancianos que juzgan en un caso deben hacer lo sumo posible para asegurarse de que Jehová de veras está ‘con ellos en el asunto de juicio’. La decisión que tomen debe reflejar con exactitud la manera como Jehová y Cristo ven el asunto. Lo que los ancianos simbólicamente “aten” (hallen culpable) o “desaten” (hallen inocente) sobre la tierra debe ser lo que ya se haya atado o desatado en el cielo, como lo revela lo que está escrito en la Palabra inspirada de Dios. Si oran a Jehová en el nombre de Jesús, Jesús estará “en medio de ellos” para ayudarles. (Mateo 18:18-20, nota; La Atalaya del 15 de febrero de 1988, página 9.) El ambiente de una audiencia judicial debe mostrar que Cristo de veras está en medio de ellos.

      Pastores todo el tiempo

      8. ¿Cuál es la responsabilidad principal de los ancianos para con el rebaño, según lo ejemplificaron Jehová y Jesucristo? (Isaías 40:10, 11; Juan 10:11, 27-29.)

      8 Los ancianos no juzgan todo el tiempo. Pero son pastores todo el tiempo. Son sanadores, no castigadores. (Santiago 5:13-16.) La idea fundamental tras la palabra griega para superintendente (e·pí·sko·pos) es la de cuidado protector. El Theological Dictionary of the New Testament (Diccionario teológico del Nuevo Testamento) declara: “Como suplemento del vocablo pastor [en 1 Pedro 2:25], el término [e·pí·sko·pos] alude a la obra pastoral de velar o proteger”. Sí, su responsabilidad primordial es velar por las ovejas y protegerlas, mantenerlas dentro del rebaño.

      9, 10. a) ¿Cómo recalcó Pablo el deber primordial de los ancianos, y por eso, qué pregunta bien pudiera plantearse? b) ¿Qué dan a entender las palabras de Pablo en Hechos 20:29, y qué pueden hacer los ancianos para tratar de disminuir la cantidad de casos judiciales?

      9 Al dirigirse a los ancianos de la congregación de Éfeso, el apóstol Pablo recalcó correctamente lo siguiente: “Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo”. (Hechos 20:28.) Pablo hace resaltar la obra de pastorear, no el castigar. Algunos ancianos harían bien en meditar sobre la siguiente pregunta: ‘¿Pudiéramos ahorrarnos la considerable cantidad de tiempo que se requiere para investigar y atender casos judiciales si dedicáramos más tiempo y esfuerzo al pastoreo?’.

      10 Es cierto que Pablo advirtió contra “lobos opresivos”. Pero ¿verdad que reprendió a estos por ‘no tratar al rebaño con ternura’? (Hechos 20:29.) Y aunque dio a entender que los superintendentes fieles deben expulsar de la congregación a esos “lobos”, ¿no es cierto que sus palabras muestran que los ancianos deben tratar a los demás miembros del rebaño “con ternura”? Cuando una oveja se debilita en sentido espiritual y deja de servir a Dios, ¿qué necesita?: ¿golpes, o curación?, ¿castigo, o pastoreo? (Santiago 5:14, 15.) Como se ve, los ancianos deben apartar tiempo regularmente para la obra de pastorear. Puede que el feliz resultado de esto sea que haya menos casos judiciales que consuman mucho tiempo y en los que estén implicados cristianos que han sucumbido al pecado. Sin lugar a dudas, el principal interés de los ancianos debe ser servir como fuente de alivio y refrigerio, promoviendo así paz, tranquilidad y seguridad entre el pueblo de Jehová. (Isaías 32:1, 2.)

      Sirven como pastores y jueces que hacen bien a otros

      11. ¿Por qué es necesario que los ancianos que sirven en comités judiciales sean imparciales y tengan “la sabiduría de arriba”?

      11 Si se intensificara el pastoreo antes de que determinado cristiano diera un paso en falso, bien pudiera disminuir la cantidad de casos judiciales entre el pueblo de Jehová. (Compárese con Gálatas 6:1.) Sin embargo, debido al pecado y la imperfección del hombre, puede que de vez en cuando los superintendentes cristianos tengan que atender casos en que se ha cometido un mal. ¿Qué principios deben guiarlos? Estos no han cambiado desde el tiempo de Moisés ni el de los cristianos primitivos. Las palabras que Moisés dirigió a los jueces de Israel todavía son válidas: “Al celebrar audiencia entre sus hermanos, tienen que juzgar con justicia [...] No deben ser parciales en el juicio”. (Deuteronomio 1:16, 17.) La imparcialidad es una característica de “la sabiduría de arriba”, la sabiduría que es tan esencial para los ancianos que sirven en comités judiciales. (Santiago 3:17; Proverbios 24:23.) Esa sabiduría les ayudará a discernir la diferencia entre la debilidad y la iniquidad.

      12. ¿En qué sentido tienen que ser los jueces no solamente justos, sino buenos?

      12 Los ancianos “tienen que juzgar con justicia”, en conformidad con las normas de Jehová sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto. (Salmo 19:9.) No obstante, aunque se esfuerzan por ser justos, deben tratar de ser buenos también, en el sentido que se da a entender por la distinción que hace Pablo en Romanos 5:7, 8. Al comentar sobre esos versículos, bajo el encabezamiento “Justicia”, la obra Perspicacia para comprender las Escrituras declara: “El uso del término griego indica que la persona que se destaca por su bondad es benévola (muestra buena voluntad o afecto a otros) y benefactora (hace bien a otros). Esta persona no está interesada únicamente en hacer lo que es de justicia, sino que va más allá, se siente movida por un interés sincero hacia otros y por el deseo de beneficiarlos y ayudarlos” (Volumen 2, página 169). Los ancianos que no solamente son justos, sino buenos también, tratarán a los malhechores con consideración bondadosa. (Romanos 2:4.) Deben mostrar misericordia y compasión. Deben hacer cuanto puedan para ayudar al malhechor a ver la necesidad de arrepentirse, aunque al principio no parezca que responde a los esfuerzos de ellos.

      Actitud apropiada durante las audiencias

      13. a) Cuando un anciano obra como juez, ¿qué no deja de ser? b) ¿Qué consejo de Pablo aplica también durante las audiencias judiciales?

      13 Cuando cierta situación requiere una audiencia judicial, los superintendentes no deben olvidar que aún son pastores que atienden las ovejas de Jehová bajo “el pastor excelente”. (Juan 10:11.) El consejo que dio Pablo respecto a proveer ayuda regularmente a las ovejas que se hallan en dificultad aplica con igual vigor durante las audiencias judiciales. Él escribió: “Hermanos, aunque un hombre dé algún paso en falso antes que se dé cuenta de ello, ustedes los que tienen las debidas cualidades espirituales traten de reajustar a tal hombre con espíritu de apacibilidad, vigilándote a ti mismo, por temor de que tú también seas tentado. Sigan llevando las cargas los unos de los otros, y así cumplan la ley del Cristo”. (Gálatas 6:1, 2b.)

      14. ¿Cómo deben ver las audiencias judiciales los superintendentes, y cuál deber ser su actitud para con el malhechor?

      14 En vez de considerarse jueces superiores que se han reunido para administrar castigo, los ancianos que sirven en un comité judicial deben ver la audiencia como otro aspecto de su pastoreo. Una de las ovejas de Jehová está en dificultades. ¿Qué pueden hacer ellos para salvarla? ¿Es demasiado tarde para ayudar a esta oveja que se ha descarriado del rebaño? Esperaríamos que no. Los ancianos deben mantener un punto de vista positivo en cuanto a mostrar misericordia cuando sea apropiado. No es que deban rebajar las normas de Jehová si se ha cometido un pecado grave. Pero el que estén al tanto de cualesquiera circunstancias atenuantes les ayudará a extender misericordia cuando sea posible. (Salmo 103:8-10; 130:3.) Es triste decirlo, pero algunos malhechores son tan tercos en su actitud que los ancianos se ven obligados a ser firmes, pero nunca severos. (1 Corintios 5:13.)

      El propósito de las audiencias judiciales

      15. ¿Qué debe determinarse primero cuando surge un problema serio entre individuos?

      15 Cuando surge un problema serio entre individuos, los ancianos sabios primero determinarán si los implicados han tratado de resolver el asunto en privado, en armonía con el espíritu de Mateo 5:23, 24 o Mateo 18:15. Si esto no ha surtido efecto, tal vez el consejo de uno o dos ancianos baste para solucionar el problema. Es necesario tomar acción judicial solo cuando se ha cometido un pecado craso que podría llevar a la expulsión. (Mateo 18:17; 1 Corintios 5:11.) Tiene que haber base bíblica bien fundada para formar un comité judicial. (Véase La Atalaya del 15 de septiembre de 1989, página 18.) Cuando se forma un comité, se debe seleccionar a los ancianos mejor capacitados para atender el caso particular que haya surgido.

      16. ¿Qué tratan de lograr los ancianos mediante las audiencias judiciales?

      16 ¿Qué tratan de lograr los ancianos mediante las audiencias judiciales? En primer lugar, es imposible juzgar con justicia a menos que se sepa lo que verdaderamente ocurrió. Como en Israel, los asuntos serios tienen que ‘escudriñarse cabalmente’. (Deuteronomio 13:14; 17:4.) Así que uno de los objetivos de la audiencia es averiguar los hechos del caso. Pero esto puede y debe hacerse con amor. (1 Corintios 13:4, 6, 7.) Una vez que se establezcan los hechos, los ancianos harán cuanto sea necesario para proteger a la congregación y mantener en ella las altas normas de Jehová y el libre fluir de su espíritu. (1 Corintios 5:7, 8.) Sin embargo, uno de los propósitos de la audiencia es salvar, siempre que sea posible, al pecador que está en peligro. (Compárese con Lucas 15:8-10.)

      17. a) ¿Cómo debe tratarse durante una audiencia a la persona acusada, y con qué propósito? b) ¿Qué requerirá eso de los miembros del comité judicial?

      17 A la persona acusada debe tratársele siempre como oveja de Dios. Debe tratársele con ternura. Si ha cometido un pecado (o pecados), el propósito de los jueces justos será ayudar al pecador a reajustarse, a comprender lo erróneo de su proceder, a arrepentirse, y así arrebatarlo “del lazo del Diablo”. Requerirá que los ancianos empleen el “arte de enseñar” e ‘instruyan con apacibilidad’. (2 Timoteo 2:24-26; 4:2.) ¿Qué se puede decir del pecador que entonces reconoce que ha pecado, se siente verdaderamente herido en el corazón y pide a Jehová que lo perdone? (Compárese con Hechos 2:37.) Si el comité está convencido de que él sinceramente quiere ayuda, por lo general no habría que expulsarlo. (Véase La Atalaya del 1 de marzo de 1983, página 31, párrafo 1.)

      18. a) ¿Cuándo debe ser firme un comité judicial y expulsar al malhechor? b) ¿En vista de qué situación dolorosa deben esforzarse los ancianos por ayudar a las ovejas descarriadas?

      18 Por otra parte, cuando los miembros de un comité judicial se enfrentan claramente con un caso de apostasía obstinada, rebelión voluntariosa contra las leyes de Jehová, o pura iniquidad, su deber es proteger a los demás miembros de la congregación por medio de expulsar al ofensor impenitente. El comité judicial no está obligado a reunirse vez tras vez con el malhechor ni poner palabras en boca de él, tratando de obligarlo a arrepentirse cuando es obvio que no siente pesar piadosoc. Durante los últimos años la cantidad de expulsados por todo el mundo ha sido aproximadamente el 1% del número de publicadores. Eso significa que de unas 100 ovejas que permanecen en el redil, una se pierde... por lo menos temporalmente. Cuando consideramos el tiempo y esfuerzo que se requieren para traer a una persona al redil, ¿verdad que nos causa gran dolor saber que cada año decenas de miles de personas son ‘entregadas de vuelta a Satanás’? (1 Corintios 5:5.)

      19. ¿Qué no deben olvidar nunca los ancianos que sirven en un comité judicial, y por eso, cuál será su objetivo?

      19 Los ancianos que empiezan a atender un asunto judicial deben recordar que la mayoría de los casos de pecado en la congregación se deben a debilidad, no a iniquidad. Nunca deben olvidar la ilustración que dio Jesús acerca de la oveja perdida, la cual concluyó con estas palabras: “Les digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento”. (Lucas 15:7.) En realidad, “Jehová [...] no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento”. (2 Pedro 3:9.) Con la ayuda de Jehová, que los comités judiciales por todo el mundo hagan lo sumo posible por causar gozo en el cielo mediante ayudar a los malhechores a ver la necesidad de arrepentirse y empezar a andar de nuevo en el camino estrecho que conduce a la vida eterna. (Mateo 7:13, 14.)

      [Notas a pie de página]

      a Para más información sobre la posición de los ancianos de entre las otras ovejas con relación a la mano derecha de Cristo, véase el libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!, publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc., página 136, nota.

      b Véase La Atalaya del 15 de septiembre de 1989, página 19.

      c Véase La Atalaya del 1 de noviembre de 1981, página 29, párrafo 24.

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