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¡Bendiga el santo nombre de Jehová!La Atalaya 1990 | 15 de septiembre
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Hable de la gobernación real de Jehová
3. ¿Qué haremos si de veras apreciamos la gobernación real de Jehová?
3 David se interesaba intensamente en la gobernación de Jehová, y dijo: “Dirán de la gloria de tu gobernación real, y hablarán de tu poderío, para dar a conocer a los hijos de los hombres los actos poderosos de él y la gloria del esplendor de su gobernación real”. (Salmo 145:11, 12.) La gente habla de las cosas que le interesan. Por eso un hombre habla de su familia, su hogar, sus cosechas. “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón produce lo bueno”, dijo Jesús. (Lucas 6:45.) Si sinceramente apreciamos la gobernación de Dios, oraremos que venga su Reino y hablaremos con otros sobre la justicia, la paz y la rectitud que habrá bajo su gobierno. Alabaremos a Jehová como el “Rey de la eternidad” y hablaremos de la expresión de su soberanía mediante el Reino Mesiánico en manos de su amado Hijo, Jesucristo. (Revelación 15:3; Isaías 9:6, 7.) ¡Qué privilegio es hablar de la gloria celestial de la gobernación real de Jehová, la cual pronto se reflejará en la hermosura de un paraíso terrestre lleno de criaturas perfectas y felices! (Lucas 23:43.)
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¡Bendiga el santo nombre de Jehová!La Atalaya 1990 | 15 de septiembre
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También debemos dar a conocer celosamente la gloria de la gobernación real de Dios. Tal celo por el servicio del Reino se hizo patente cuando en 1922 J. F. Rutherford, entonces presidente de la Sociedad Watch Tower, se dirigió a los que estaban presentes en la asamblea de Cedar Point, Ohio, y dijo: “Desde 1914 el Rey de gloria ha tomado su poder [...] El reino del cielo se ha acercado; el Rey rige; el imperio de Satanás está cayendo; millones que ahora viven jamás morirán. ¿Creen ustedes esto? [...] Entonces, ¡otra vez al campo, oh hijos del Dios altísimo! ¡Cíñanse la armadura! Sean sobrios, sean vigilantes, sean activos, sean valientes. Sean fieles y verdaderos testigos para el Señor. Sigan adelante en la lucha hasta que todo vestigio de Babilonia quede desolado. Proclamen el mensaje lejos y extensamente. El mundo tiene que saber que Jehová es Dios y que Jesucristo es el Rey de reyes y Señor de señores. Este es el día de importancia máxima. ¡Miren, el Rey rige! Ustedes son sus agentes de publicidad. Por lo tanto, anuncien, anuncien, anuncien al Rey y su reino”.
7. ¿Cómo debemos sentirnos respecto a nuestra actividad de proclamar el Reino?
7 ¡Qué gozo sentimos al ‘pensar en el nombre de Dios’, hablar con otras personas acerca de su gobernación y anunciar el Reino Mesiánico de su Hijo amado! (Malaquías 3:16.) Como proclamadores y apoyadores del Reino, atesoramos nuestro privilegio de declarar las buenas nuevas y dirigir el corazón de otros hacia Dios, Cristo y el Reino. Es preciso que tengamos el deseo ardiente de hablar con otros acerca del glorioso esplendor de la gobernación real de Jehová. (Compárese con Jeremías 20:9.)
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