¿Qué clase de mundo desea usted?
SI USTED tuviera el poder para crear un mundo nuevo, un mundo libre de todos los problemas que afligen hoy día a la humanidad, ¿lo haría? Pues bien, ¿no es lógico esperar que nuestro amoroso Creador, Jehová Dios, que sí tiene el poder para hacerlo, cree un nuevo mundo de justicia?
La Biblia dice: “Jehová es bueno para con todos, y sus misericordias están sobre todas sus obras. Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente”. (Salmo 145:9, 16.) ¿Cuáles son algunos de los deseos que quisiera ver cumplidos? ¿Qué clase de mundo anhela usted?
Los doctores Abraham y Rose Franzblau escribieron en su libro A Sane and Happy Life: A Family Guide (Guía familiar para una vida sana y feliz): “Si hiciésemos un sondeo de opinión entre la población del mundo y preguntáramos a cada uno en qué clase de mundo le gustaría vivir, es muy probable que todos concordásemos en ciertas condiciones mínimas”.
Examinemos las condiciones que mencionaron dichos doctores y veamos si no coinciden con lo que usted desea. Al mismo tiempo, veamos también si nuestro amoroso Creador ha prometido proporcionar esas mismas cosas.
Primera condición
Los doctores apuntaron en primer lugar “un mundo sin guerras”. Tras sufrir varias guerras horribles, muchas personas anhelan un mundo en el que la gente no tenga que volver a luchar y matar a su prójimo jamás. Su esperanza se expresa en una inscripción grabada en una pared de la plaza de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, que dice: DE LAS ESPADAS FORJARÁN ARADOS; DE LAS LANZAS, PODADERAS; NO ALZARÁ LA ESPADA PUEBLO CONTRA PUEBLO, NO SE ADIESTRARÁN PARA LA GUERRA.
¿Sabía usted que esas palabras forman parte de una promesa dada por Jehová Dios? Esta promesa aparece en la Santa Biblia, en Isaías capítulo 2, versículo 4, según la Versión del Rey Jacobo (en inglés). Si lee también Salmo 46:8, 9, verá que Dios se propone destruir todas las armas y hacer “cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra”. En el mundo pacífico y sin guerras que Dios hará, se cumplirá esta hermosa profecía bíblica: “Realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá nadie que los haga temblar”. (Miqueas 4:4.)
¿No incluiría “un mundo sin guerras” como una de las condiciones básicas para la clase de mundo que usted desea? Pues imagínese: ¡nuestro Magnífico Creador ha prometido que así será!
Un mundo de abundancia
¿Cuál sería su segunda condición? ¿Tal vez la misma que se menciona inmediatamente después en el libro: “Un mundo sin hambre, del que la inanición y la necesidad hubieran desaparecido para siempre”? ¿No sería maravilloso que nunca volviese a haber ningún niño que pasara hambre? Seguramente le gustaría vivir en un mundo de abundancia. Pero ¿quién puede garantizarlo?
Piense en lo que Dios promete: “La tierra misma ciertamente dará su producto”. “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra.” (Salmo 67:6; 72:16.) Sí, en el nuevo mundo de Dios abundará el alimento de calidad. La Biblia nos garantiza que Jehová “ciertamente hará para todos los pueblos [...] un banquete de platos con mucho aceite, un banquete de vino mantenido sobre las heces, de platos con mucho aceite, llenos de médula”. (Isaías 25:6.)
Aunque el hombre es incapaz de conseguir un mundo sin hambre, Dios sí tiene el poder para hacerlo realidad. Su Hijo Jesucristo demostró que suministrar alimento para todos no planteará ningún problema bajo el Reino de Dios, pues cuando estuvo en la Tierra, alimentó a miles de personas multiplicando milagrosamente unos pocos panes y pescados. (Mateo 14:14-21; 15:32-38.)
Un mundo sin enfermedad
En la clase de mundo que todos deseamos, no debería haber nadie enfermo. Por eso, la tercera condición es obvia: “Un mundo sin enfermedad —escribieron los doctores—, un mundo en el que todos tuvieran la oportunidad de crecer con buena salud y vivir el resto de sus días libres de enfermedades evitables y curables”.
Piense en el alivio que supondría el que nadie jamás tuviera ni un simple resfriado ni ningún otro problema de salud. El hombre no puede eliminar la enfermedad, pero Jehová Dios sí puede. Y él promete que en su nuevo mundo “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’”. Al contrario, “en aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados. En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría”. (Isaías 33:24; 35:5, 6.) Verdaderamente, Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor”. (Revelación 21:4.)
Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, demostró lo que podemos esperar en gran escala en el nuevo mundo de Dios. Devolvió la vista a los ciegos, destapó los oídos de los sordos, desató la lengua de los mudos, hizo que los cojos anduvieran y hasta devolvió la vida a los muertos. (Mateo 15:30, 31; Lucas 7:21, 22.)
Trabajo satisfaciente y justicia para todos
Seguro que en el mundo que usted y casi toda otra persona quiere, existiría trabajo satisfaciente y justicia para todos. Por eso, los doctores escribieron: “Cuarto, un mundo con trabajo para los que quisieran ganarse el sustento para sí mismos y sus familias”. Y añadieron: “Quinto, un mundo en el que todo hombre disfrutara de libertad bajo la ley, con justicia para todos”.
La gobernación humana nunca ha podido alcanzar estas condiciones esenciales para una vida feliz. Sin embargo, el nuevo mundo de Dios sí lo hará. La Biblia promete lo siguiente respecto al trabajo provechoso que la gente efectuará en ese tiempo: “Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto. [...] La obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal. No se afanarán para nada”. (Isaías 65:21-23.)
¿Y qué decir del deseo de libertad y justicia para todos? Prescindiendo del empeño que hayan puesto los gobernantes humanos, no han podido proporcionar libertad y justicia para todos. La injusticia y la opresión continúan imperando en todo el mundo. Así que el hombre nunca podrá satisfacer esta necesidad. Pero el Dios Todopoderoso sí podrá. Su Gobernante nombrado es el resucitado Jesucristo, y de él Jehová dice: “¡Mi escogido, a quien mi alma ha aprobado! [...] Justicia para las naciones es lo que él sacará”. (Isaías 42:1; Mateo 12:18.)
En efecto, la Biblia promete que bajo el Reino de Dios, “la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. (Romanos 8:21.) ¡Qué nuevo mundo más feliz existirá cuando haya libertad y justicia para todos!
Oportunidades y tiempo libre
Seguramente, en el mundo que usted desea todos los ciudadanos tendrían las mismas oportunidades sin importar su raza o nacionalidad. Por eso no es de extrañar que la sexta condición mínima que mencionan los doctores referidos sea “un mundo en el que todo ser humano tuviera la oportunidad de desarrollar sus habilidades y talentos completamente, y ser recompensado por sus esfuerzos, sin prejuicios”.
El hombre jamás ha podido crear un mundo en el que toda persona reciba un trato equitativo. Sigue habiendo prejuicios y hasta se persigue a las minorías impopulares. Sin embargo, el Rey del nuevo mundo de Dios, Jesucristo, copiará el ejemplo de Jehová, su Padre, quien “no trata a nadie con parcialidad ni acepta soborno”. (Deuteronomio 10:17; Romanos 2:11.) Lo que hará que el venidero nuevo mundo sea tan maravilloso es que no solo se enseñará a todos a imitar la imparcialidad de Jehová Dios, sino que todos la pondrán en práctica. (Isaías 54:13.)
Muchas personas se han visto obligadas a dedicar su vida a trabajos pesados con muy poco o ningún descanso. Por eso, sin duda concordará con la siguiente condición mínima: “Séptimo, un mundo en el que todos los hombres tuvieran suficiente tiempo libre para disfrutar de aquellas cosas de la vida que consideraran importantes”.
Dado que Jehová Dios conoce la necesidad del hombre de disponer de períodos para descansar y relajarse, hizo provisión para un día de descanso semanal en su antigua Ley. (Éxodo 20:8-11.) Por consiguiente, podemos estar seguros de que en su nuevo mundo, Dios se encargará de que se satisfaga nuestra necesidad de relajarnos y de disfrutar de formas sanas de recreación.
La clase de habitantes
La última condición esencial enumerada por los doctores menciona cualidades que deberían poseer los habitantes “del mundo en el que a todos nos gustaría vivir”. Vea si a usted le parecen esenciales o no estas cualidades: “Octavo, un mundo en el que se otorgara más valor a las cualidades que distinguen al hombre de las formas de vida inferiores, como la inteligencia, la creatividad, el honor, la integridad, el amor, la lealtad, la dignidad, el altruismo y el interés por sus semejantes”.
¿No le gustaría vivir en un mundo en el que toda persona manifestara las cualidades morales de integridad, amor, lealtad, altruismo e interés por sus semejantes? Por supuesto, esta es la clase de mundo que usted desea. Pero ningún gobernante humano podrá lograr eso jamás. Solo Jehová Dios puede. Y lo logrará, porque su nuevo mundo no es un sueño irrealizable; los que lo esperan no están haciendo castillos en el aire. (Salmo 85:10, 11.)
¿Cuándo llegará?
Como se indicó en el artículo anterior, un compañero íntimo de Jesucristo escribió: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según [la] promesa [de Dios], y en estos la justicia habrá de morar”. (2 Pedro 3:13.) Esta promesa se cumplirá, dijo Jesús, “en la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso”. (Mateo 19:28.)
En un principio Dios ordenó a Adán y Eva, la primera pareja humana, que extendieran el jardín paradisíaco en el que él los había colocado. Dios quería que tuviesen hijos y que con su ayuda convirtieran la Tierra entera en un hermoso jardín de Edén. (Génesis 1:26-28; 2:7-9, 15.) Aunque Adán y Eva no llevaron a cabo ese propósito divino, se establecerá el paraíso terrestre. Con el tiempo, en toda la Tierra reinarán condiciones edénicas. De esta manera, nuestro amoroso Creador hará realidad su propósito original de tener un mundo pacífico y justo. Ahora bien, ¿cuándo vendrá?
¿Piensa usted como muchos que dicen: ‘Algún día vendrá, pero nosotros no lo veremos’? Sin embargo, ¿cómo sabe usted que no lo verá? ¿Pudiera ser que nuestra época de angustia mundial sin precedente fuera una señal de que el nuevo mundo de Dios está a las puertas? ¿Cómo podemos averiguarlo?
[Ilustración en la página 7]
En el nuevo mundo, habrá paz, salud perfecta y prosperidad
[Reconocimiento]
Cachorros: cortesía de Hartebeespoortdam Snake and Animal Park
[Ilustración en la página 8]
En el nuevo mundo, la gente disfrutará de un trabajo productivo
[Ilustración en la página 9]
En el nuevo mundo, habrá tiempo para actividades recreativas