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    Anuario de los testigos de Jehová para 1988
    • Al llegar otros dos nuevos misioneros, Bradley Ness y Bill Phillips, se dispuso que ellos se encargaran de cuidar de la sucursal de Seúl, de modo que los otros once misioneros pudieran asistir a la asamblea internacional de Nueva York. Aparte de los misioneros, también asistió una delegación de catorce hermanos coreanos. Después de la asamblea, dos hermanos, Park Chong-il —quien en 1956 había llegado a ser el primer traductor residente en la sucursal⁠— y Kim Jang-soo, junto a las hermanas Kim Kyung-hi y Lee Hae-young, fueron escogidos para asistir a la Escuela de Galaad.

      La asamblea Voluntad Divina se celebró en Corea durante el mes de octubre en un estadio al aire libre, en el que 2.800 asistentes afrontaron valientemente la fría temperatura otoñal durante el programa del domingo. Se bautizaron 153 personas.

      SE AMPLÍA LA OBRA DEL CIRCUITO

      La sucursal ha hecho frente a la constante necesidad de superintendentes viajantes cualificados en parte asignando a graduados de Galaad a la obra del circuito y distrito. Así se hizo con los hermanos Norris Peters y Karl Emerson, quienes vinieron a Corea en 1955. Al principio, hasta que llegaron a desarrollar fluidez en el idioma, fue necesario que en sus visitas a las congregaciones hubiese hermanos que tradujesen sus discursos. Cuando el hermano Chae Soo-wan, superintendente del Departamento de Servicio y miembro del Comité de Sucursal, empezó a estudiar la Biblia, era oficial del ejército coreano. En 1957 fue nombrado superintendente de circuito y en 1962 asistió a la Escuela de Galaad.

      A finales del año de servicio de 1958 se alcanzó un máximo de 2.724 publicadores, distribuidos en 54 congregaciones y muchos grupos aislados, que a su vez se distribuían en cinco circuitos. Con este aumento en el campo, era necesario disponer de hermanos cualificados para que tomasen parte en el servicio viajero. Ok Ryei-joon y su esposa fueron asignados a la obra del circuito, así como Milton y Liz Hamilton, la primera pareja de misioneros que emprendió el servicio viajero en Corea.

      Esto significó para los Hamilton aprender a vivir con los nativos y a asimilar sus costumbres, que contrastaban con la vida en el hogar misional. Al ser extranjeros, tuvieron que aprender a familiarizarse con la rutina diaria, con sus hábitos de alimentación, a dormir en el suelo y también a sentarse en el suelo durante las reuniones en el Salón del Reino. En aquel tiempo había escasez de agua, y no tenían instalación de cañería. Sin embargo, todo esto era parte del servicio misional. Actualmente el hermano Hamilton sirve en el Comité de Sucursal y es el superintendente de la imprenta.

      El hermano Park Ii-kyun comenzó su servicio de tiempo completo en 1956, y acompañó a uno de los misioneros en la obra del circuito haciendo las veces de traductor. Después de asistir al curso de la Escuela de Galaad, fue asignado de nuevo a la sucursal, y actualmente es uno de los miembros del Comité de Sucursal.

      Después que Jerry y Barbara Tylich llegaron a Corea en 1966, fueron asignados a una congregación de Seúl, y posteriormente sirvieron en el circuito. En 1967 se les unieron en esta obra los hermanos Jim Tylich, Merlin Stoin y Durand y Rachel Norbom. Actualmente los Norbom son miembros de la familia Betel de Kongdo. Rachel rememora algunas de las preguntas que solían hacerle cuando visitaba las congregaciones.

      “A principios de la década de los setenta era toda una novedad ver a una mujer occidental por las zonas rurales, y una tenía que acostumbrarse a que le hiciesen algunas preguntas de índole muy personal —explica ella⁠—. ‘¿Qué edad tiene usted?’ ‘¿Está casada?’ ‘¿Cuántos hijos tiene?’, y, ante la respuesta, preguntaban: ‘¿Por qué no tiene ninguno?’. En cierto lugar se corrió el rumor de que una pareja americana había venido a adoptar a algunos niños para llevárselos a Estados Unidos, de modo que varias mujeres se presentaron ofreciendo a sus hijos para que los llevásemos a lo que pensaban que sería una vida más próspera.”

      Otros que actualmente se hallan ocupados en el servicio viajero en alguno de los 43 circuitos de Corea son: Josef Breitfuss (de Austria), Perry y Geline Jumuad (de Filipinas) y John y Susan Wentworth (de Estados Unidos), misioneros que han llegado al país en los pasados catorce a diecisiete años.

      ESCAPAN DE MILAGRO DURANTE UNOS DISTURBIOS

      El 13 de abril de 1960 llegó al aeropuerto internacional de Kimpo el hermano Milton Henschel. Su visita como superintendente de zona coincidió con una asamblea de cuatro días, en el primero de los cuales hubo una asistencia de 2.385 personas.

      Mientras se celebraba la asamblea de distrito “Ir en pos de la paz”, el gobierno coreano intentaba controlar los sangrientos motines que miles de estudiantes habían provocado. Hubo refriegas en la misma calle en la que se celebraba la asamblea. Felizmente, la asistencia a la asamblea aumentó a más de 4.000 concurrentes —una asistencia récord para una reunión pública⁠—, llenando de tal manera el auditorio Samil Dang que no quedaba rincón ni resquicio sin aprovechar.

      El lunes por la tarde, después de la asamblea, el hermano Henschel estuvo presente y presidió la boda de una pareja de misioneros, los hermanos Bradley Ness y Elaine Scheidt. Sin embargo, era peligroso ir desde el lugar donde se había celebrado la boda hasta el restaurante. Al salir de donde había tenido lugar la boda, el hermano Henschel y varios misioneros desembocaron en una calle estrecha. Repentinamente se vieron atrapados entre un tumulto de miles de estudiantes que venían por un extremo de la calle y varios camiones de policías armados que se acercaban por el otro extremo. El hermano Henschel y los que lo acompañaban atravesaron la calle de un salto y entraron en el restaurante solo unos momentos antes de que los dos grupos iniciaran la refriega. ¡Escaparon de milagro! Ya dentro del restaurante estuvieron en paz y tranquilos.

      Cuando cinco graduados de Galaad más fueron asignados a Corea, el gobierno coreano les denegó el visado debido a que los opositores habían acusado a los Testigos de ser revolucionarios. El 6 de abril de 1960 Don Steele logró concertar una entrevista con el embajador de Estados Unidos, Walter McConaughy.

      El embajador le dijo que era una ironía de la peor clase acusar a los testigos de Jehová de ser revolucionarios. Él había servido en un país de la Europa oriental y sabía cómo habían sido perseguidos los Testigos en la Alemania oriental. Pero también indicó que, siendo Corea un país soberano, tenía el derecho de conceder visados a quien quisiera. Sin embargo, trataría de concertar una entrevista entre el hermano Steele y el ministro de Asuntos Exteriores. Esta tendría lugar el martes 19 de abril de 1960. Como el hermano Henschel era uno de los directivos de la Sociedad en Estados Unidos y aún estaba en Corea, también podría hablar con el ministro.

      La situación se estaba deteriorando en el país. El gobierno no podía reprimir las violentas manifestaciones. Finalmente llegó el martes. Los hermanos se entrevistarían con el ministro de Asuntos Exteriores en el centro de la ciudad, precisamente el lugar donde se sucedían con más intensidad las manifestaciones violentas. Resueltos, y no queriendo faltar a la cita, los hermanos se abrieron paso hasta el Ministerio.

      Hallaron el edificio totalmente cerrado, las contraventanas de acero cerradas y cercado por una barricada de sacos de arena, tras la cual se habían parapetado los ocupantes del edificio para protegerse del ataque de los estudiantes. Era evidente que ese día no habría entrevista, de modo que los hermanos Henschel y Steele regresaron a casa corriendo a través de las calles tan rápidamente como les fue posible, y esquivando a las víctimas que encontraban a su paso.

      Algunos días después, el Ministerio de Asuntos Exteriores notificó a la sucursal que la “causa” de la denegación “había sido retirada” y que los visados habían sido concedidos. En junio de ese mismo año Russell y Dottie MacPhee, Delauris Webb (de casada, Peters), Audrey Wendell (de casada, Holmes) y Lois Dyke (de casada, Renter) llegaron a Corea para emprender el servicio misional. Se estableció un nuevo hogar misional en Kwangju.

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    Anuario de los testigos de Jehová para 1988
    • En junio de ese mismo año Russell y Dottie MacPhee, Delauris Webb (de casada, Peters), Audrey Wendell (de casada, Holmes) y Lois Dyke (de casada, Renter) llegaron a Corea para emprender el servicio misional. Se estableció un nuevo hogar misional en Kwangju.

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    Anuario de los testigos de Jehová para 1988
    • [Ilustraciones de la página 180]

      Durand y Rachel Norbom, y Liz y Milton Hamilton (de izquierda a derecha), dos matrimonios misioneros que han estado en Corea por más de veinte y treinta y tres años respectivamente

      [Ilustración de la página 181]

      Misioneros que actualmente se hallan en el servicio viajero. De izquierda a derecha: Susan y John Wentworth, Geline Jumuad, Josef Breitfuss y Perry Jumuad

      [Ilustraciones de la página 183]

      Kim (Phillips) Kyung-hi, Evalyn Park (Emerson) y Liz y Milton Hamilton establecieron el hogar misional de Pusan en 1955

      Los hermanos Keith y Evelyn Kennedy, Karl Emerson, Druzilla Craig (Youngberg), Elaine Scheidt (Ness), Norris Peters y Earlene y Don Steele al pie de los escalones del hogar misional y la sucursal de Seúl, donde se aprecian las marcas de la metralla (1957)

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